En los últimos tiempos la ciudad de Málaga ha vivido una autentica revolución turística que le ha dado fama internacional y la ha puesto en el mapa turístico de los lugares más visitados del planeta. Aquella evolución se debe, sobre todo, a la apuesta decidida que la ciudad ha hecho por la cultura, gracias a la apertura de diferentes museos y espacios artísticos, sin olvidar que es la capital de la muy turística Costa del Sol. Así mismo, es indudable que Picasso es un malagueño universal y su figura también ha contribuido a que miles de turistas visiten sus dos interesante museos dedicados a su vida y obra.
Acompáñanos en este recorrido donde conoceremos más sobre Málaga. Acomódate y disfruta este viaje: pulsa en "Monumentos" para profundizar más en el recorrido por esta ciudad andaluza o en "Historia" si quieres saber algo más de este destino, en "Mapas" tendremos ese complemento que nunca debe faltar en un viaje, mientras que en "Guía" te guiaremos para que puedas aprovechar al máximo tu experiencia en este rincón de España. Finalmente, en "Conclusiones" conocerás, si quieres, nuestra opinión personal y experiencias vividas durante este viaje.
| Nuestra visita: | septiembre de 2023. |
| Idioma Oficial: | Español. |
| Moneda: | Euro €. |
| Población: | 586.384 hab. |
| Superficie: | 394,98 km². |
| Prefijo telefónico: | +34 (952 y 951). |
| Web oficial: | visita.malaga.eu |
La historia de Barcelona comienza en la Antigüedad, cuando fue fundada como una colonia romana. Algunos historiadores apuntan que se creó en el siglo I a.C. bajo el nombre de Barcino, mientras que otros sugieren que pudo haber existido un asentamiento pre-romano de los íberos, cuya sociedad tenía una gran influencia fenicia o griega (idea que genera cierta controversia). Sea como fuera, la ciudad creció rápidamente, aprovechando su ubicación estratégica cerca del mar Mediterráneo, lo que la convirtió en un importante centro comercial.
Durante la Edad Media, Barcelona se consolidó como un importante centro de poder del Reino de Aragón (conjunto de territorios unidos bajo un mismo monarca, que incluía el Reino de Aragón, el Condado de Barcelona -más tarde Principado de Cataluña- y otros territorios como el Reino de Valencia y el Reino de Mallorca.). Si bien se suele resaltar la importancia de Barcelona como capital de este reino, algunos historiadores sugieren que, en realidad, comparada con otras ciudades del reino, la ciudad tuvo más protagonismo en el ámbito económico y comercial que en el político. Sin embargo, su importancia creció significativamente durante las expansiones de la Corona, en particular a través de las alianzas matrimoniales con otras casas reales europeas.
Con la llegada de la Edad Moderna, Barcelona siguió siendo un punto clave en la política y el comercio del Mediterráneo, pero no fue hasta el siglo XIX cuando la ciudad experimentó una transformación radical. La Revolución Industrial trajo consigo un aumento del comercio, el crecimiento de la población y la expansión hacia áreas fuera de las murallas medievales, lo que dio lugar a la famosa Eixample, un plan urbanístico diseñado por el arquitecto Ildefons Cerdà, que le dio a la ciudad su característico trazado en cuadrícula. La industrialización también trajo consigo problemas como la urbanización desmesurada, las condiciones laborales precarias y el aumento de las desigualdades sociales. La ciudad vivió una transformación tanto en el ámbito físico, como en su estructura social, lo que generó tensiones y protestas obreras.
Fue en este período cuando la arquitectura de Barcelona experimentó su época dorada, con el surgimiento de uno de los mayores genios de la historia de la arquitectura: Antoni Gaudí, figura central del Modernismo catalán que dejó su huella indeleble en la ciudad con obras maestras como la Sagrada Familia, un templo que, aunque aún está en construcción, se ha convertido en el ícono más representativo de Barcelona, o el Parc Güell, que refleja su estilo único, lleno de curvas, colores y simbolismos.
El siglo XX fue una época de grandes contrastes para Barcelona. Durante la Guerra Civil Española (1936-1939), fue un importante bastión republicano y sufrió intensos bombardeos por parte del bando franquista. Con la victoria de Francisco Franco, la ciudad, como el resto de España, pasó a estar bajo un régimen dictatorial que suprimió las libertades democráticas y reprimió la cultura catalana. La lengua catalana fue prohibida en la vida pública, y muchas de las tradiciones y símbolos de la ciudad fueron perseguidos. Sin embargo, Barcelona logró mantenerse viva culturalmente, especialmente a nivel de arte y literatura, y tras la muerte de Franco en 1975 y la restauración de la democracia, la ciudad experimentó un renacer. En 1992, Barcelona fue elegida para ser la sede de los Juegos Olímpicos, lo que marcó un hito en la modernización de la infraestructura urbana. La celebración de los Juegos Olímpicos trajo consigo una transformación del litoral, la construcción de nuevas instalaciones deportivas y la revitalización de barrios enteros, convirtiéndose en un importante destino turístico.
En la actualidad, Barcelona es una ciudad global, un epicentro de la cultura, el arte y la innovación, reconocida internacionalmente por su arquitectura, su gastronomía y su calidad de vida. La ciudad es un destino turístico de primer orden, con millones de visitantes cada año que vienen a admirar su patrimonio histórico, sus monumentos únicos y su vibrante vida urbana. El legado de Gaudí sigue siendo un atractivo principal, pero también lo son otras muchas obras de la arquitectura modernista, como la Casa Batlló y la Casa Milà (La Pedrera), que decoran el Paseo de Gracia. El barrio Gótico, con sus estrechas callejuelas medievales, y el Borne, con su carácter bohemio, siguen siendo zonas de gran interés cultural, mientras que el Raval y el Poblenou se han transformado en centros de creatividad y tecnología.
Barcelona también es conocida por su cocina, que combina influencias tradicionales catalanas con una escena gastronómica moderna y experimental. Restaurantes como El Celler de Can Roca (ubicado en Gerona, pero con gran vínculo con Barcelona) y el trabajo de chefs como Ferran Adrià han puesto a la ciudad en el mapa de la alta cocina internacional. En términos políticos, Barcelona ha sido un centro de debate sobre la identidad catalana y el movimiento independentista. La cuestión de la independencia de Cataluña es un tema complejo que polariza, aunque la mayor parte de los residentes de Barcelona son partidarios de una Cataluña autónoma dentro de España, los debates sobre la independencia son muy diversos, incluso dentro de la ciudad misma. La figura de Barcelona como un centro de la lucha política es innegable, pero su impacto en la cohesión social dentro de la ciudad varía según el grupo social y político.
En los últimos tiempos Málaga ha vivido un enorme resurgir en el turismo de masas, ello es debido principalmente a varios factores: la oferta cultural tan amplia y de buena calidad que ofrece al viajero, las calles peatonales del centro que permiten pasear disfrutando del entorno sin necesidad de preocuparse de los coches y, evidentemente, de su clima y gastronomía. Hay mucho que hacer en esta ciudad andaluza, por lo que te vamos a aconsejar qué ver en Málaga en un itinerario de 4 días.
Dia 1: el primer día hay que tomarle el pulso a la ciudad y pasear por su centro histórico, empezando por la popular calle Larios, verdadero epicentro de Málaga, presidida por el monumento al marqués de Larios y, más allá de la carretera, por el edificio de La Equitativa. Caminado por la calle Larios veremos diferentes esculturas modernas como el Ave Quiromántica o “Points of View”, entre otras. Desembocaremos a la altura del Pasaje de Chinitas y, justo enfrente, veremos la plaza de la Constitución, presidida por el edificio de la Sociedad Económica de Amigos del País por un lado y la iglesia del Santo Cristo de la Salud por el otro. En el centro se levanta la Fuente de Génova o de los Cisnes del siglo XVI.
Si seguimos hacia el este nos toparemos con la Catedral de Málaga y si después continuamos al norte llegaremos a la plaza del Carbón, la plaza del Siglo y la plaza de Uncibay, en cuyas calles podemos ver ejemplos característicos de la arquitectura domestica malagueña de entre el siglo XVIII y XX. Si seguimos ahora hacia el este llegaremos al Museo Picasso Málaga, una de las dos pinacotecas de la ciudad dedicadas al gran pintor. En el subsuelo del museo se ha conservado un interesante yacimiento arqueológico que cuenta con capas de varias épocas.
Desde aquí nos queda a un tiro de piedra el teatro Romano de Málaga. A estas alturas ya nos estaría entrando hambre, por lo que se puede aprovechar para comer en algún restaurante o bar de la zona. La tarde se podría dedicar al Museo de Málaga que engloba las colecciones de Bellas Artes y el Arqueológico. Tras la visita se puede aprovechar para hacer unas compras o ir a la playa.
Dia 2: empezamos la jornada desde la parroquia de Santiago Apóstol, la más antigua de Málaga cuyo rigen está en el 1490. Muy fácil es llegar desde aquí a la plaza de la Merced, donde se ubica el otro gran museo dedicado a Picasso: su Casa Natal. A pocos metros de la plaza se encuentra el teatro Cervantes. Si ahora ponemos dirección al mar nos topamos con el museo de Arte Flamenco de la Peña Juan Breva. Muy cerca se encuentra el museo Interactivo de la Música (MIMMA), alojado en el palacio del Conde las Navas del siglo XVIII. Antes de que acabe la mañana hay que visitar el mercado de Atarazanas para ver tanto el bonito edificio que lo alberga, como el ambiente de los vendedores vendiendo su producto.
Tras haber descansado y haber saciado el hambre la tarde se dedica al museo Carmen Thyssen Málaga que exhibe una importante colección de pintura española de los siglos XIX y principios del XX, tras lo cual podemos visitar la iglesia de san Juan Bautista y la cercana plaza de san Félix Sáenz, alrededor de la cual hay diferentes edificios de interés, destacando el de los Almacenes Félix Sáenz. Se puede pasear por la zona para ver interesantes rincones como el edificio perteneciente a la corriente del regionalismo ecléctico local, atribuido al arquitecto malagueño Fernando Guerrero Strachan. La tarde podemos concluirla con la visita al cercano museo Ifergan Collection Ancient Art, una de las colecciones privadas de arqueología más importantes del mundo.
Dia 3: este día vamos a visitar las dos grandes fortalezas malagueñas, empezando por el castillo de Gibralfaro, al cual llegaremos en transporte público. Posteriormente iremos bajando la colina para disfrutar de las vistas de la ciudad y su bahía, hasta llegar a la Alcazaba de Málaga. Desde aquí es fácil llegar al museo del Patrimonio Municipal, en frente del cual se sitúa la fuente de las Tres Gracias. Con estas visitas se completará la mañana.
Por la tarde se puede ir a pasear por el Puerto de Málaga que contiene dos partes interesantes para el viajero: el Palmeral de las Sorpresas y el Paseo del Muelle Uno, lleno de cafeterías, restaurantes y tiendas de ropa. No hay que olvidar una visita al espacio expositivo de arte moderno del museo Pompidou. Tras la visita, es imprescindible llegar hasta la Farola, desde la cual se obtiene una belle panorámica de la ciudad. A un tiro de piedra se sitúa la playa de la Malagueta, muy popular entre lugareños y turistas, por lo que es un momento ideal para tirar la toalla en la arena o simplemente relajarse paseando por su paseo Marítimo. Otra opción interesante es visitar la plaza de toros de la Malagueta que contiene un centro cultural que realiza exposiciones y otros eventos.
Dia 4: esta jornada comienza en el Soho, barrio alternativo de Málaga, en el que destaca el CAC (Centro de Arte Contemporáneo). El resto del día se lo dedicaremos a los sitios más alejados del centro de Málaga, como son el cementerio inglés, el museo del automóvil y la moda, el museo Ruso y el jardín Botánico la Concepción.
Hemos tenido la inmensa fortuna de haber conocido Málaga hace unos años, antes de la gran transformación que la ha convertido de nuevo en otro referente turístico en España. Gracias a la peatonalización de la mayor parte del centro, la ciudad ha ganado mucho, haciendo que los peatones puedan pasear por sus calles libres de humos y coche y, por consiguiente, haciendo un efecto llamada a los comercios que atestan todo el centro. Ese es uno de los aspectos que destacamos: las calles peatonalizadas y la vida que hay en ellas.
Otro de los aspectos que nos han sorprendido con respecto a años posteriores es la consolidación de grandes museos de prestigio en suelo malagueño, como el museo Pompidou de París o el Ruso de San Petersburgo. Los que más nos han gustado ha sido el museo Carmen Thyssen y el Museo Picasso: aquel primero nos ha maravillado, gracias a las pinturas dedicadas al romanticismo en España y que tan bien ilustrado está aquí. El Museo Picasso pretende ser uno de los vértices de los espacios expositivos internacionales dedicado a Pablo Picasso, y lo consigue gracias a su colección de gran calidad.
Aparte hemos dejado el museo casa Natal de Picasso que, sin grandes pretensiones, intenta contar mediante diferentes obras los primeros años de este genio en Málaga, además de exponer diferentes pinturas y esculturas que, de una u otra manera, tienen relación con su lugar de nacimiento. Creemos que es todo un acierto, además se complementa con exposiciones temporales que tiene lugar en otro edificio, pero en la misma plaza de la Merced.
La catedral de Málaga es preciosa por dentro, además y gracias a una audioguía, vas conociendo más detalles del edificio, por lo que el recorrido completo te llevara algo más de una hora. Nos encantaron las bóvedas situadas en el techo por su excelente decoración. Mencionar que es posible ascender a las cubiertas exteriores del templo tras haber superado más de doscientos escalones que discurren por un estrecho pasaje, por lo que no lo recomendamos a personas que tengan problema de corazón o claustrofobia.
Un imperdible de Málaga es sin duda el Paseo del Muelle Uno y el Palmeral de las Sorpresas, cuya estructura no dejará indiferente a nadie. Nos ha encantado pasear frente al puerto mientras dicha pérgola, que imita un palmeral de 400 metros, nos protege del sol. Además, cuenta con diferentes espacios verdes para refrescarse y descansar en la ruta por la ciudad. El Paseo del Muelle Uno por su parte, es un lugar ideal para ir de compras o simplemente tomarse algo mientras miramos y soñamos con los grandes yates de lujo que se encuentran atracados en esta parte del puerto. Por cierto, al final, justo tras pasar la Farola, un espigón que se adentra hacia el mar es el sitio ideal para tomar fotografías el bonito contorno de la ciudad con el castillo de Gibralfaro en lo más alto y la Alcazaba de Málaga en la zona media. Por cierto, para visitar ambos monumentos recomendamos primero ir al castillo en transporte publico (piensa que la cuesta que debes subir es importante, más si vas en los meses de calor) y posteriormente bajar por el agradable sendero hasta desembocar en la Alcazaba.
Otro de los edificios que nos han gustado mucho es el mercado de Atarazanas, en este caso una construcción civil. Nos encantó la portada original nazarí del siglo XIV que se adapta a la perfección al resto del edificio. También nos gustó mucho una vidriera en la que se representa algunos de los elementos identificativos de la ciudad de Málaga. Por otro lado, el ambiente es el del típico mercado andaluz, donde los vendedores ofrecen su producto a voces y frases atractivas, en las que se ensalza lo bueno y barato que es para llamar la atención a la posible clientela. Además, es un buen punto donde sumergirse en la cultura culinaria de la ciudad, ya no sólo para adquirir diferentes productos como pescado, verdura, fruta, queso, embutidos, etc., sino también porque aquí se encuentran algunos de los bares donde los malagueños vienen a degustar el popular “pescaíto” frito.
Y hablando de gastronomía, la oferta que ofrece la ciudad es inmensa, basta con darse un paseo por el propio centro para comprobar la cantidad de restaurantes que existen. Pero si quieres pedir algo netamente típico malagueño entonces debes pedir el ajoblanco (crema de almendras, ajo, miga de pan blanco, agua, aceite de oliva virgen extra, vinagre y un poco de sal), la porra antequerana (salmorejo pero hecho con el típico mollete de Antequera), espetos de sardinas, boquerones fritos, etc.… También puedes visitar alguna de las tabernas típicas de Málaga, como el famoso El Pimpi, donde comer jamón ibérico y queso con un buen vino. Además, esta bodega tiene su particular paseo de la fama: algunos de los barriles de vino están firmados por personas famosas, sin contar el largo pasillo cuya pared está totalmente cubierta con fotografías de famosos y personajes influyentes.
A estas alturas ya hemos comprobado que los malagueños son personas muy simpáticas y muy alegres que viven la vida al máximo. Clara muestra de ello son sus fiestas, empezando por la Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional por sus imágenes barrocas, siguiendo por la feria de Málaga, que conmemora la incorporación de la ciudad a la Corona de Castilla por los Reyes Católicos, pasando por el Festival de Cine español que se celebra en el mes de abril y terminando por la Navidad, cuando la ciudad se engalana, especialmente la calle Larios que se llena de gente para ver el ya famoso espectáculo de luz y sonido navideño.
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