MÁLAGA

ALOJADO EN EL PALACIO DE LA ADUANA


El museo está alojado en el palacio de la Aduana, un edificio en estilo barroco clasicista proyectado en 1788 por el arquitecto Manuel Martín Rodríguez, terminándose las obras en el 1829. Su diseño y dimensiones dan una clara idea de la importancia económica de Málaga en aquellos años. Aun siendo concebida con una finalidad comercial y fiscal, en un primer momento albergó una fábrica de tabaco y, debido al incremento del comercio, a partir del año 1839 el edificio sustituyó a la antigua aduana que estaba situada en la Puerta del Mar, es por eso que hoy es conocido como palacio de la Aduana. En los años siguientes fue cambiado de función: fue sede de la Diputación Provincial, Gobierno Civil y comisaría de policía. Posteriormente, durante un tiempo estuvo cerrado y, tras unas obras, fue reabierto en 2016 para albergar el Museo de Málaga, en el que se expone más de 15.000 piezas, básicamente repartidas en dos grandes colecciones: el de Bellas Artes (pintura y escultura fundamentalmente) y el de Arqueología (piezas encontradas en los yacimientos de Málaga y su provincia).

A esas dos grandes colecciones hay que añadir el almacén visitable en el que podemos ver diferentes objetos representativos de todos los períodos culturales. Pero vayamos por partes, vamos a comenzar el recorrido por las tres plantas que conforman este espacio expositivo, empezando por la planta baja que cuenta con un hall en cuyo centro se encuentra la “Dama de la Aduana”, escultura del siglo II hallada, junto con numerosas inscripciones y estatuas romanas, durante los trabajos de construcción de los cimientos de este edificio. Desde aquí desembocamos al patio de Columnas, sobrio y majestuoso, cuyos cuatro lados cuenta con unas arquerías semicirculares sostenidas por pilares, constando de dos niveles. La del segundo piso posee balaustrada, mientras que por encima discurre un corredor abierto, también con balaustrada pero decorada con bustos situados sobre pilares de piedra.

En una sala de grandes dimensiones se encuentra el almacén visitable que, como hemos señalado ya, ofrece una variedad de piezas de diferentes épocas, organizadas en vitrinas, colgadas de la pared, en estanterías, etc. Uno de los objetos más antiguos expuestos aquí es un hipogeo fenicio (edificio subterráneo empleado para enterramientos) encontrado en la calle Mármoles y que data de la época púnica (siglos VI a C. - II a. C.). Su singularidad radica en que, además de ser el mejor conservado de la provincia de Malafa, de momento es el único hipogeo localizado en la Península que presenta forma de "piel de toro" o de "lingote chipriota". Perteneció a una de las al menos tres necrópolis extramuros de la ciudad púnica de Malaka. Concretamente este cementerio se situó en el margen derecho del río Guadalmedina que, por sus características, debió ser uno de los mas importantes. Junto a este hipogeo se encontraron también tumbas individuales, algunas de las cuales contaban con ricos ajuares.

Junto a esa tumba vemos también piezas de la época romana, como restos de un suelo con mosaico, esculturas, capiteles, columnas, basas, estelas, mosaicos, ánforas, etc. Igualmente podemos ver ejemplos arquitectónicos del periodo nazarí, esculturas cristianas medievales, obras de la Edad Moderna, como mobiliario, escultura barroca, espejos, sarcófagos, etc. También vemos diferentes maquetas, como la del teatro romano, dos de la Alcazaba o la de la Catedral de Málaga datada en el siglo XVII.

El almacén visitable se completa con una sala que cuenta en ambas paredes con vitrinas donde se exponen diferentes restos arqueológicos y enseres, la mayoría de los cuales pertenecen a la colección del marqués de Salamanca. Entre ellos vemos varios bustos romanos, ejemplos de cerámica andalusí y cristina, orfebrería, vasijas, etc. La parte media contiene unos cajones que al abrirlos podemos comprobar in situ la manera en que se almacena cada tipo de piezas, dispuestas y encajadas en huecos especialmente diseñados para cada una de ellas.

Volvemos al patio de Columnas, en cuyo extremo opuesto al hall, entramos a un vestíbulo en el que se encuentra una copia del plano de la ciudad realizado por José Carrión de Mula en el siglo XVIII. Desde aquí parte una escalera que nos llevará al primer piso, donde se expone la colección de Bellas Artes (CLIK PARA VISITAR), formado esencialmente a partir de tres grandes bloques: los objetos procedentes de los depósitos de la Academia de Bellas Artes de San Telmo; los depósitos de los Museos del Prado y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía; y las donaciones particulares de artistas y coleccionistas privados.

Tras terminar la visita al primer piso del museo, ahora ascendemos a la segunda planta que alberga la colección de Arqueología (CLIK PARA VISITAR), la cual está compuesta por objetos procedentes de diversos lugares, aunque los que pertenecieron al antiguo Museo Loringiano (del Jardín Botánico-Histórico "La Concepción"), son los que dieron origen a la actual colección. Otro núcleo importante de los fondos expuestos aquí proviene de los hallazgos efectuados en la Alcazaba de Málaga, especialmente los de las excavaciones de los años 30 y 40 del siglo XX. De ahí provienen las cerámicas verde y morada y las series decorativas en yesería que forman parte de la colección de arqueología hispanomusulmana.

No hay que olvidar las intervenciones del Instituto Arqueológico Alemán en la provincia de Málaga, sobre todo en asentamientos fenicios, que aportaron un abundante material arqueológico, procedente de yacimientos como Trayamar, Toscanos, Jardín, Morro de Mezquitilla, etc. Por otro lado, las excavaciones realizadas por el propio museo y por la Universidad de Málaga, han aportado piezas de interés de ciudades romanas como Lacipo, Acinipo, Suel, etc., o de los yacimientos del Teatro romano de Málaga y del Cerro del Villar.

En ocasiones (en el momento de nuestra visita estaba cerrada) es posible visitar la terraza del museo, desde donde se obtiene una bella panorámica de la Alcazaba y su entorno. Además, se puede apreciar de cerca las más de las siete mil piezas de aluminio que coronan la cubierta del palacio de la Aduana, realizada hace pocos años para adaptarlo a este museo, y que en algunas zonas son oscilantes, permitiendo la entrada de luz y aire al interior. Cada una de esas tejas de aluminio reproduce un grabado del siglo XIX en el que aparece una panorámica de Málaga, en la cual se aprecia la silueta de este edificio. Nosotros nos tuvimos que conformar con verlo desde el corredor abierto que discurre por encima del segundo piso, aprovechando para ver de cerca la balaustrada y los diferentes bustos que la decora. Hay que señalar que originalmente el edifico se cerraba con un tejado a doble agua, pero fue totalmente destruido en el incendio de 1922.

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