NAXOS (Ναξος)


Con una superficie de algo menos de 430 km² es la mayor de todas las islas que conforman las Cícladas, por lo que en su territorio aguarda rincones, no sólo llenos de historia, sino también escenario de diferentes historias de la mitología. Una de ellas nos cuenta que el propio Zeus pasó su niñez en Naxos; o que Ares, el dios de la guerra, se refugiaba en las entrañas de la isla o que Dioniso nació aquí, además de desposarse con Ariadna tras ser abandonada por Teseo. Como vemos Naxos ocupó, sin duda, un importante lugar entre los antiguos griegos, y hoy sigue siendo un importante destino que descubrir con calma.

Acompáñanos en este recorrido donde conoceremos más sobre la isla de Naxos. Acomódate y disfruta este viaje: pulsa en "Monumentos" para profundizar más en el recorrido por esta isla griega o en "Historia" si quieres saber algo más de este destino, en "Mapas" tendremos ese complemento que nunca debe faltar en un viaje, mientras que en "Guía" te guiaremos para que puedas aprovechar al máximo tu experiencia en este rincón de Grecia. Finalmente, en "Conclusiones" conocerás, si quieres, nuestra opinión personal y experiencias vividas durante este viaje.

¡¡¡Bienvenidos a Siros!!!

Datos:
Nuestra visita: Agosto de 2024.
Idioma Oficial: griego (inglés es ampliamente hablado).
Moneda: Euro €.
Población 2011: 17.930 hab.
Superficie: 428 Km².
Prefijo telefónico: +30 22850.
Web oficial: naxos.gr

CRÓNICAS DE NAXOS


Un poco de Historia...

Según algunos estudiosos, el nombre de la isla de Naxos proviene del rey de los carios que se asentó aquí. La isla fue habitada por primera vez en el IV milenio, en el Neolítico, como así lo demuestran importantes indicios de ocupación. A partir del III milenio, las Cícladas desarrollaron una cultura propia, cuya principal característica es la escultura cicládica, consistente en sencillas figuras de pie talladas en mármol. La influencia de la civilización minoica procedente de Creta llegó hasta Naxos y su entorno durante la Edad de Bronce, asentándose posteriormente la civilización micénica que provenía del continente, como queda de manifiesto tanto en la arquitectura como en el arte de la época. Por aquel entonces el asentamiento más importante era Grotta, cuyos restos podemos ver en el actual Hora.

Ya en el siglo VIII a.C., gracias al mármol y al esmeril, la isla vivió un gran periodo de prosperidad. Fue entonces, desde el año 1025 a.C., durante la época Arcaica, cuando fue colonizada por los jonios. Gracias a aquella riqueza la isla pudo fundar colonias, como en el año 735 a.C., cuando junto con Calcis, fundó la primera colonia griega en otra isla, concretamente en Sicilia. La riqueza de Naxos también quedó evidente en los múltiples edificios y monumentos que se edificaron en los santuarios más importantes de toda Grecia, como los famosos leones de mármol de Delos y la celebre Esfinge de Delfos, entre otros. Su gloria se mantuvo entre los siglos VII y VI a. C., en los que dominó a todas las Cícladas. A finales del siglo VI a.C. tuvo lugar si apogeo político y cultural, cuando el tirano Lygdamis, ayudado por su aliado ateniense Peisistratus, se hizo con el control de la isla. Durante aquella época Naxos se convirtió en la fuerza dominante de las Cícladas, además se llevó a cabo un programa constructivo para mejorar los diferentes santuarios.

En el año 500 a.C., los persas intentaron sin éxito conquistar la isla, lo que marcó el fin de la expansión Jonia. Posteriormente, en el 499 a.C., una nueva expedición persa fue organizada contra las Cícladas, con Aristágoras, gobernador de Mileto, a la cabeza, pero de igual manera el asedio fracasó. Sin embargo, en 491 a. C., durante la primera Guerra Médica, los persas volvieran a atacarla, esta vez tomando la isla gracias al mando del general Dantis, saqueando todo lo que encontraron, incendiaron los templos y esclavizaron a sus habitantes. Aquello provocó, tras independizarse de los persas, que en las batallas de Salamina (480 a.C.) y Plataea (479 a.C.) los habitantes de Naxos con su flota de trirremes se pusieran del lado de los atenienses contra aquellos. De esta manera, tras la victoria, en el año 474 a.C. Naxos se convirtió en miembro de la Liga de Delos. Sin embargo, hacia el 467 a.C., se rebeló contra el imperialismo ateniense, y finalmente la isla fue sometida y tomada por Atenas, por lo que, desde el 450 a.C., se estableció un estatus semidependiente para la isla, aunque con un reducido tributo que se debía pagar a Atenas.

En 338 a. C., es conquistada por los macedonios, y en 166 a. C. por los romanos. Durante el período bizantino, entre los siglos V y VI d.C., muchos de los templos paganos, incluido el de Apolo, se convirtieron en iglesias cristianas. Durante el siglo VII se formó una sociedad oligárquica gobernada por una nobleza importante y poderosa que vivían principalmente en la colina de la actual Kastro en Chora o se dispersaban en las diversas ciudades de tamaño mediano de la isla de Naxos, mientras que la mayoría del resto de la población se dedicaba a la agricultura, la ganadería, la pesca y la artesanía.

En la Edad Media, como el resto de las Cícladas, la isla fue conquistada por los venecianos en 1207, permaneciendo en su poder hasta el 1537. Fue Marco I Sanudo quien tomó esta isla, ocupando gradualmente todas las islas Cícladas, a excepción de Mykonos y Tinos, que ya estaban controladas por otra familia veneciana, los Ghisi. De esta manera, tras la conquista de 18 islas del Egeo, Sanudo fundó el Ducado de Naxos, con la isla como capital, creando así un pequeño feudo. Por ello mandó construir un castillo fortificado (Kastro) sobre una colina en el actual Hora, alrededor del exterior de cuya muralla la nobleza adosó torres como protección adicional o como vivienda de verano. El periodo de los Sanudo estuvo marcado por constantes turbulencias, pues se veían obligados a estar en guerra con la familia rival de los Ghisi, con los piratas y a responder las intervenciones de Venecia. Debido a ello, cuando el almirante otomano Hayreddin Barbarroja conquistó las Cícladas en 1537-38, el ducado del mar Egeo ya se encontraba en un estado de desorden y decadencia administrativa.

Y así comenzó el periodo otomano, que duró desde el año 1537 hasta el 1829, cuando Naxos se unió al estado griego moderno. Los turcos decidieron no colonizar Naxos y las demás Cícladas, manteniendo las antiguas costumbres y leyes feudales latinas. Además, durante aquella etapa pocos turcos se decidieron a establecerse en las islas, debido al miedo a los piratas, y muy pocos habitantes se convirtieron al islam. En 1580 el sultán concedió privilegios especialmente favorables a los isleños griegos: aunque se mantuvo el impuesto por habitante, se gozó de total libertad religiosa y se les permitió construir iglesias. También se mantuvieron las leyes y costumbres, mientras que los alimentos, la seda y el vino estaban exentos de impuestos. En el siglo XVII, gracias a aquellos privilegios, aparecieron en Naxos las órdenes monásticas jesuitas y franciscanas, así como la fundación de un monasterio de las ursulinas. Siguiendo la política de la Iglesia católica, las tres órdenes fundaron escuelas en la isla.

En el siglo XIX, la Hora contaba con unos 2.500 habitantes, mientras que el resto de la población se repartía en numerosos pueblos de la isla, dedicándose principalmente a la agricultura y la ganadería. El 6 de mayo de 1821, Naxos se unió a la lucha griega por la independencia del Imperio Otomano. Entre las figuras más destacadas se encontraban el obispo de Paros y Naxos, Ierotheos y Michail Markopolitis. La zona del puerto era (y sigue siendo en gran medida) el centro neurálgico de la isla, donde los barcos comerciales cargaban y descargaban mercancías y el barrio del Kastro, en la antigua ciudadela, logró conservar su carácter aristocrático hasta los años 60. La exportación de esmeril, que se extraía en la costa este, contribuyó de manera importante a la economía de Naxos. En la actualidad, la producción agrícola y el turismo son la base de la economía de la isla; el turismo ha ido en aumento desde los años 80 y, en el siglo XXI, se ha convertido en la principal fuente de ingresos de muchos de los habitantes de la isla.


Mapas de la isla de Naxos:



Mapas turísticos de la isla de Naxos:



Mapa de Hora de Naxos:



Mapa playas de Naxos:



Mapa de las rutas del barco desde Naxos:



Mapa del santuario de los manantiales de Flerio:



Qué ver en Naxos / Diario de viaje:


La isla de Naxos, la más grande de las Cícladas, guarda muchos rincones listos para ser descubiertos por el viajero. Sus tesoros se pueden descubrir en varios días, más aún si se combina con sus bonitas playas. Nosotros vamos a proponer qué ver en Naxos en dos días y describir el recorrido que realizamos. Aunque se puede recorrer la isla con transporte público, nosotros decimos alquilar un coche para poder disfrutar al máximo de la libertad y flexibilidad que te da.

Día 1: el primer contacto con la isla en esta primera jornada podría tener lugar en su Hora, comenzando por su paseo marítimo, lleno de vida por la noche. Hacia el norte se encuentra el templo de Apolo y su famosa Portara (especialmente popular cuando anochece y los turistas van en masa a fotografiar la puesta del sol), mientras que hacia el este se encuentran la platia Mitropolis, alrededor de la cual se sitúan la capilla Panagia Myrtidiotissa, la Mitropolis Zoodochos Pigi, la Agios Nikolaos Grotas, al lado de la cual se encuentran los restos de la antigua ciudad micénica, la capilla de la Dormición de la Virgen María (Eleousa) y la iglesia de Panagia Chrysopolitissa. Desde aquí es fácil introducirse al interior del Hora, empezando por el distrito de Bourgos o Burgos y su Antiguo Mercado.

Ascendemos ya al barrio de Kastro, en el que también veremos edificios importantes, como la Torre de Crispi (actual museo Bizantino), puertas de la muralla como la de Trani Porta, palacio Della Rocca Barozzi (museo de Historia Popular y Veneciana), la Mitropolitikós Naós Ypapantís tou Kyríou o catedral católica de la Presentación del Señor, la iglesia ortodoxa de Panagia Theoskepasti (el monumento más antiguo de la ciudadela de Kastro), el monasterio capuchino y la iglesia dedicada a san Antonio de Padua, la torre de Sanoudos del siglo XIII, la escuela y monasterio de las Ursulinas, el museo Arqueológico de Naxos, ubicado en una antigua mansión del siglo XVII, etc., etc.

Por la tarde se podría ir al santuario de los Manantiales de Flerio, cerca del cual se encuentran dos Kouroi que fueron abandonados en la zona de las canteras y que son accesibles andando. Posteriormente, cerca queda la iglesia de Panagia Drosiani, la más famosa y más antiguas de Naxos. En la vecina y pequeña Halki se puede dar un paseo y tomar un café en uno de sus locales. Por supuesto, el día se puede terminar en una de las bellísimas playas con que cuenta la isla de Naxos.

Día 2: este segundo día lo iniciamos conduciendo hacia el este, concretamente hacia el pueblo de Kaloxylos, un típico pueblo cicládico en el que destaca la iglesia de Agia Triada (Santísima Trinidad), el museo del Folklore y el molino de aceite en desuso que en la actualidad funciona como museo. Desde aquí un corto paseo en coche nos lleva hasta Apiranthos, la joya de la corona de la isla de Naxos, en el que se podrá pasar más de cuatro horas recorriéndola.

El siguiente pueblo que hay que visitar es Filoti, uno de los más bonitos y populares entre los turistas que visitan la isla. Tras terminar el recorrido. estaremos en horario del almuerzo, por lo que después de comer y descansar se puede ir al templo de Deméter, edificio inusual e importante fuente de información de la arquitectura arcaica. El punto más lejano que proponemos, y que sin embargo es un “must” o un hay que ver en Naxos, es el impresionante Apollonas Kouros. El día se debería finalizar visitando más playas de la costa de Naxos.

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CONCLUSIONES E IMPRESIONES:


¿Cómo llegar a Naxos? Se puede llegar a la isla mediante dos medios: barco o avión. Su aeropuerto mantiene vuelos directos con diferentes ciudades de Grecia continental, como Atenas y Tesalónica, o Heraklion en Creta, a través de los cuales se pueden hacer conexiones con otros vuelos procedentes de Europa y del resto del mundo. En cuando al barco, diferentes compañías navieras tienen en funcionamiento varias líneas que conecta Naxos con las siguientes islas: Amorgos, Donousa, Mikonos, Siros, Paros, Folegandros, Ios, Santorini, Iraklia y Koufonisi. Para llegar hasta aquí desde el puerto de El Pireo, se debe tomar la misma línea que lo conecta con Paros.

Una vez en la isla, ahora se nos presenta la pregunta de cómo moverse por Naxos. La respuesta es sencilla: o a través de transporte público o alquilando una moto o coche. Por supuesto también es posible la opción de andar para aquellos que les guste el senderismo, pero entonces se necesitará más tiempo para conocer los atractivos básicos de la isla. Los autobuses cuentan con 10 líneas que conectan los diferentes pueblos, como puedes ver en este link. Nosotros recomendamos, sin embargo, alquilar un coche para tener cierta libertad y no depender de los horarios del transporte público, y así no perder ni un segundo en nuestra visita a Naxos. Existen diferentes empresas asequibles, pero recomendamos realizar el alquiler con el mayor tiempo posible para tener posibilidad de tener unos buenos precios. Normalmente, tras hacer la reserva, la compañía contactará contigo a través del email para hacer el pago de una pequeña parte del presupuesto. Asegúrate de que es una empresa seria y no caigas en ninguna estafa. Si tienes dudas escríbenos y con gusto te diremos con qué empresa hicimos nosotros el alquiler del coche.

Tras tratar estos conceptos importantes, nos vamos a centrar, ahora sí, en lo que más nos ha gustado y lo que menos. El Hora de Naxos es precioso, nos ha enamorado. El barrio de Burgos es muy bello, nos encantó perdernos por sus calles típicamente cicládicas, para después ascender y comprobar que el distrito de Kastro mantiene una esencia veneciana, diferente a aquél. Aquí queremos destacar una cafetería que se encuentra en el mismo edificio del museo Arqueológico, desde el cual se obtiene una bellísima panorámica del Hora con la magnitud del mar en el fondo. Si quieres puedes descansar y tomar un café y si no, nadie te dirá nada por hacer una foto desde esa terraza.

Fue aquí donde nos comimos un postre griego que combina la tradición y la modernidad, el "tsoureki fistikovoutiro". Está elaborado con un tipo de pan tradicional llamado tsoureki (se puede decir que es del tipo brioche hecho con especias griegas) y rellenado con helado de vainilla y crema de cacahuete, todo un placer de sabores exóticos para el paladar.

Por otro lado, y sin abandonar el comentado edificio anterior, a pesar de exponer piezas importantes, el museo Arqueológico de Naxos nos dejó un sabor agridulce por el calor que hacía en su interior y por su distribución en una larga sala. Posteriormente supimos que se encontraba aquí temporalmente porque el espacio expositivo original, como ocurrió con el resto de museos del Hora, estaban siendo objeto de reformas en ese momento, y por eso era gratuito.

Gratuita es también la visita de lo que queda del templo de Apolo, del que sólo vemos en pie la famosa Portara. Merece la pena un recorrido rápido, porque además el paseo que conecta la isla con el resto del Chora es muy agradable entre el mar. Sin embargo, a la hora de la puesta del sol, el templo se llena de turistas deseosos de captar con sus cámaras el ocaso en el interior de la famosa puerta. Creemos que, a pesar de la masificación, merece la pena verlo y vivirlo, puesto que hay mucho ambiente, incluso podemos ver gente amenizando con sus instrumentos, esperando unas monedas de los visitantes. En el momento de nuestra visita coincidimos con un chaval que tocaba el violín con conocidas bases rítmicas internacionales que nos gustó muchísimo. También es sorprendente la cantidad de drones que muchos turistas vuelan sobre el templo y nuestras cabezas.

Antes de abandonar Hora de Naxos, queremos destacar negativamente los restos arqueológicos de Grotta, situados en platia Mitropolis: se encuentran abandonados y con los cristales sucios, sin posibilidad siquiera de verlos a través de ellos, puesto que el recinto estaba cerrado y prácticamente utilizado como almacén. Por otro lado, muy cerca se encuentran las ruinas del templo de Dionisos, pero no queda casi nada, apenas una columna reconstruida y otras pocas que han sido levantadas nuevamente, por lo que no recomendamos visitarlo, a no ser que se disponga de mucho tiempo.

Abandonamos ya Hora y recorremos el resto de la isla, destacando lugares como la iglesia de Panagia Drossiani. Nos ha gustado muchísimo, su interior cuenta con restos de pinturas al fresco y el exterior presenta un aspecto curioso, a modo de panal de abejas, agolpándose las diferentes ampliaciones que se hicieron a lo largo de los siglos. Muy cerca se encuentra el santuario de los Manantiales de Flerio, de acceso libre y gratuito, recinto arqueológico pequeño pero interesante, aunque para entenderlo es necesario leer con atención los carteles, porque si no, no merecerá la pena.

Lo que más nos ha gustado de esta zona son los dos kouroi que se encuentran en el mismo lugar en que fueron abandonados en el siglo VI a.C. Para llegar a ellos es necesario dedicar unos minutos de senderismo, aunque se encuentran bien señalizados. El primero se sitúa muy cerca, en la zona trasera de una casa, actual cafetería improvisada, mientras que para llegar al segundo hay que andar unos 15 minutos en senderos que discurren por el monte, pero el esfuerzo valdrá mucho la pena.

En cuanto a los pueblos, nos quedamos sin duda con Apiranthos y Filoti. Creemos que son las dos villas más bonitas de la isla. Aquella primera cuenta con un gran patrimonio eclesiástico, repartidos entre sus calles que forman un auténtico laberinto que discurren entre colinas, por lo que cuenta con multitud de cuestas y escaleras. Filoti por su parte también posee bellísimos rincones, por lo que lo mejor es perderse sin rumbo entre sus calles. Capítulo aparte merece Halki o Chalkio, ya que es una aldea bonita pero muy pequeñita que en los últimos tiempos ha vivido un incremento de su fama debido a la fábrica de licor de kitron, muy típico de la isla.

Otro de los lugares que destacamos de Naxos es el templo de Deméter, cuya importancia radica en que su fisionomía es muy inusual para la época, además de ser una fuente muy importante de conocimiento de la evolución de la arquitectura jónica, puesto que se han conservado muy bien partes de su estructura, como es el caso del techo. De igual manera, su museo es pequeño, pero de gran interés.

En el norte de la isla se sitúa otro de los atractivos que a nuestro entender se deben visitar: el Apollonas Kouros o Kouro de Apolo del siglo VI a.C. Esta escultura de gran tamaño y peso fue abandonada en el mismo lugar donde lo vemos hoy. La verdad es que tanto la estatua como su entorno nos gustó muchísimo, además el viaje por carretera desde el Hora es muy agradable y bonito.

Nosotros como fuimos en verano, tras recorrer la isla siempre acabábamos el día en alguna de sus playas. Las más importantes y bonitas se encuentran en la costa oeste, mientras que las calas del norte y este son más vírgenes y también merecen la pena, eso sí, aunque son menos accesibles en coche. Una de las que más nos gustó por el color, transparencia, limpieza y tranquilidad de sus aguas, por la arena dorada y por ser muy bonita es la paralia Alyko, en la que además vemos una pequeña iglesia típica cicládica. Además, esta playa se encuentra en el medio de otras dos que también merecen la pena: la de Hawaii y la de Pyrgaki.

En cuanto a nuestro capitulo gastronómico, no hay viaje sin probar platos típicos, debemos señalar que Naxos es una isla relativamente grande, por ello su cocina no está unificada, al menos hasta que se construyeron las diferentes carreteras para unir cada pueblo. De esta manera, hasta hace relativamente poco, la gastronomía de las poblaciones costeras consistía principalmente en pescado y mariscos, incluso hoy en día se pueden degustar estos productos recién traídos por los marineros en cualquiera de los restaurantes de la isla.

Por su parte, en la zona de tierras bajas de Naxos se consumía especialmente la carne de ganado, la verdura, la mantequilla y los quesos, especialmente famosos en Grecia. Entre los quesos destacan graviena Naxou (que se presenta de manera habitual en ruedas de 9 kilos, y está elaborado con una combinación de leche de vaca, de oveja y de cabra), arseniko (traducido como “macho” por su fuerte sabor y textura dura y hecho con leche de oveja y cabra), xynomyzithra (queso fresco elaborado con leche de cabra), etc.

Finalmente, en las zonas montañosas, la base de los platos típicos consiste en la carne de cordero y productos elaborados a partir del aceite de oliva. Evidentemente en Naxos se puede degustar también todos los platos típicos de Grecia, como la ensalada griega, los gyros, tzatziki (salsa de yogur con pepino y ajo), moussaka, pastitsio (plato de pasta al horno), keftedakia (albóndigas), spanakopita (empanadilla de espinaca), dolmadakia (hojas de parra rellenas), etc., etc.

Entre los postres destacamos el típico de Naxos llamado melaxrinó (bizcocho hecho con nueces, canela, clavo, licor de kitron, cacao y miel); así mismo también es una oportunidad para probar postres típicos de Grecia como la feta me meli (empanadilla de masa filo rellena de queso feta y cubierta con miel), kataifi (cabello de ángel y frutos secos envueltos), loukoumades (bolas de masa espolvoreadas con miel, nueces y canela), bougatsa (especie de empanadilla hecha hojaldre y crema de sémola), galaktoboureko (es como la bougatsa pero con sirope), etc., etc.

¡Buen viaje y felices experiencias!

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