Filoti, situado en el valle de Tragea que está rodeado por olivares y pequeñas iglesias bizantinas, es uno de los pueblos más bonitos y populares entre los turistas que visitan la isla de Naxos. El asentamiento, que cuenta con unos 1.800 habitantes (la más poblada de todas las islas Cícladas), se encuentra a unos 18 km de la Chora de Naxos, siendo un típico pueblo tradicional de las Cícladas, con casas encaladas con tejados planos (utilizados por sus propietarios como balcones), calles estrechas repletas de flores y forma de anfiteatro construido en las laderas del monte Zas, la montaña más alta del archipiélago. Aunque hoy el pueblo forma un núcleo poblacional, antiguamente se dividía en tres asentamientos diferentes que han ido uniéndose con el paso de los años: Klefaros, Rachidi y Lioiri, los actuales barrios.
El pueblo es muy conocido por sus productos agrícolas, como higos, uvas, vino, aceitunas, aceite de oliva, etc., así como sus productos ganaderos, como la carne de cordero y de cabra y una amplia variedad de productos de queso de oveja y cabra (anthotyro, arseniko, kefalotyri, myzithra y xinotyro). En cuanto a su nombre, al parecer tiene un origen muy antiguo, ya que se cree que nació en la época jónica. Tal es su larga historia que las tradiciones y costumbres, como Chirosfagia, Klydonas y Plitheri, se han transmitido a lo largo de los años, lo que ha permitido que se mantengan vivas, incluidas las últimas generaciones.
Nada más llegar al pueblo se puede comprobar que está lleno de vida y gente, de hecho, la carretera principal que lo atraviesa está repleta de cafeterías y restaurantes. Pero lo verdaderamente interesante está a pocos pasos, al introducirnos por un costado, hasta llegar a la pequeña plaza pavimentada llamada Gefyra (que en griego significa puente) porque aquí vemos uno de estos viaductos. El alrededor de esta plaza está ocupado por cafeterías tradicionales y tabernas, donde tomar el famoso café griego o un ouzo mientras se disfruta de un aperitivo a la sombra de un enorme plátano. Desde aquí ascienden unas escaleras, en cuyos rellanos se han colocados sillas y mesas de colores, donde el viajero puede descansar y comer y beber algo.
Este camino conduce a la parte norte de Filoti, donde se extienden dos de los barrios del pueblo, Lioiri y Klefaros, que asciende entre tiendas de recuerdos y casas encaladas de blanco. Tras unos pocos metros llegamos así al museo Eclesiástico y Folclórico, inaugurado en el año 2022, de acceso gratuito, aunque aceptan donaciones. Aquí, repartidas en cuatro salas, se exponen diferentes piezas que dan una visión amplia de la vida cotidiana de los habitantes de Filoti.
En el primer espacio expositivo se expone el interior de una casa auténtica del periodo de entreguerras, en el que vemos muebles y trajes de la época. La segunda sala está dedicada a la cocina de aquellos años, por lo que alberga diferentes objetos y utensilios empleados para tal menester. La tercera habitación expone reliquias sagradas y piezas de la vecina iglesia de Panagia Filotitissa. La última sala, la cuarta, acoge numerosos elementos de la vida agrícola de Filoti, además de contar con un área dedicada a un antiguo molino de aceitunas.
De nuevo en el exterior, ya vemos una de las iglesias más hermosas de Naxos y la más importante del pueblo, la de Panagia Filotitissa, cuya fachada se encuentra encalada a la manera típica, aunque también cuenta con detalles labrados en mármol blanco, entre los que destaca la torre del reloj que se encuentra junto a la iglesia y su magnífico campanario triple situado sobre la puerta de acceso, que cuenta con exquisitos detalles tallados en los que se representan figuras sagradas, flora, fauna, etc., entre los que destaca la figura de Psarras (cuya historia contaremos después) y la Virgen María sosteniendo al niño Jesús.
Del edificio que vemos en la actualidad no es el primero que se construyó, sino el segundo. Originalmente, la iglesia primigenia se levantó en época bizantina, entre los años 1071 y 1204, pero en el 1544 fue destruida durante un ataque pirata. Pasarían muchos años hasta que el segundo templo se completaría y abriera sus puertas oficialmente el 1 de agosto de 1718, siendo la única iglesia que se construyó en Grecia durante la ocupación otomana, con una firma oficial del sultán. Y es que la historia es cuanto menos curiosa: tras ser destruida la primera iglesia, la familia veneciana Barozzi compró el terreno donde se encontraban aquellas ruinas.
El pueblo de Filoti quería reconstruir la iglesia, pero el señor feudal Ch. Barozzi rechazaba una tras otra las súplicas de aquellos para ceder el área. Sin embargo, los lugareños no se rindieron y tuvieron una serie de batallas judiciales, hasta que finalmente se les concedió a los habitantes del pueblo el permiso para completar la iglesia de Panagia Filotitissa. Una decisión muy inesperada, más si tenemos en cuenta que todo aquella ocurrió durante el periodo otomano. Antes de continuar con la historia, es necesario retroceder en el tiempo, concretamente a finales del siglo XVII, cuando hubo un naufragio y un habitante del pueblo llamado Stefanos Psarras salvó a un niño turco, que después adoptó y crio junto con sus otros 6 hijos.
Al niño se le conoce cono Giorgios el Turco y, tras unos años, cuando se hizo adulto regresó a Constantinopla, donde se convirtió en la figura principal judicial del Imperio Otomano. Regresamos al momento en que se concedió el permiso para reconstruir la iglesia, pues bien, él era el encargado del juicio y con esa resolución quiso devolver la bondad y el cariño que recibió de sus padres adoptivos y, por extensión, a los habitantes del pueblo de Filoti. Tras la bonita y curiosa historia, hay que entrar al interior de la iglesia, compuesto por tres naves divididas por hermosas columnas de mármol, mismo material con el que está construido el iconostasio que es digno de mención.
De nuevo en la calle, unos metros más hacia adelante se llega a la torre Barozzi, un vestigio del largo período de dominio veneciano en la isla de Naxos. No se sabe cuándo se construyó, pero sí se sabe que en el año 1620 la propiedad ya pertenecía a la familia Barozzi que la compró por 5 monedas de oro, y que posteriormente pasó a manos de Giorgetto Barozzi en 1718, como así lo refleja un grabado en el dintel de la puerta, junto con su escudo de armas.
Frente a la torre, se sitúa unas fuentes, entre las que destaca la situada más a la derecha que posee un grifo enmarcado por un arco apuntado, en cuyo interior se encuentra una inscripción que data del período rey Otto, cuya monarquía tuvo lugar desde 1832 hasta 1862. Fue el primer rey impuesto en la Grecia de la era moderna (posrevolución helénica) y era de ascendencia bávara.
Desde aquí, al sur de la torre y cuesta arriba, se llega al otro barrio del pueblo, Rachidi. Una de las visitas más interesantes de la villa es el proyecto Fassola, nombre que adopta del pequeño barrio de Filoti, ya que aquí se concentraba antiguamente y hasta los años 60 el siglo XX la vida social y comercial del pueblo. Y es que en sus callejuelas se repartían pequeñas tiendas que vendían diferentes productos, aunque con el paso de los años el sitio cayó en la ruina. Precisamente este proyecto consiste en recuperar y restaurar una serie de tiendas de aquellos antiguos oficios, entre los que se encuentran una sastrería, un local de comestibles, una carpintería, una barbería, una herrería, etc. para que los visitantes puedan ver cómo era la vida cotidiana y económica de antaño y reactivar así la zona. También se ha abierto la cafetería tradicional Manolaras, además incluso se recuperarán una casa tradicional y un horno y dos molinos de viento.
Debido a su privilegiada situación, desde muchas partes altas del pueblo se pueden obtener bellas panorámicas del entorno, que incluye las impresionantes cumbres que lo rodea, el valle de Tragea hacia el oeste y las granjas ganaderas locales hacia el sur. Y precisamente esta ubicación hace que Filoti sea un lugar ideal para practicar senderismo: desde el pueblo se puede partir en dirección hacia la bahía de Kalantos y a medio camino, a unos 15 kilómetros, se encuentra la segunda torre veneciana más importante de Filoti, la torre Cheimarros, cuyo edificio primigenio se remonta al siglo IV a.C. Entre los lugares de interés de los alrededores de Filoti también se encuentra la fuente de Arión situada a unos 2 km y, a 600 metros de altura, otro punto senderista muy popular de la zona: la cueva de Zas, en la que, según la mitología griega, se refugió Zeus durante su infancia en la época en que su padre Cronos le perseguía. Desde aquí las vistas son impresionante, aunque la cueva en sí no tiene mayor interés, salvo algunas formaciones geológicas como estalagmitas y estalactitas. Por último, pero no por ello menos importante, debemos mencionar el 15 de agosto como la fiesta tradicional más grande de la isla que tiene una duración de tres días, cuando se celebra la Asunción de la Virgen en la Iglesia de Panagia Filotitissa, momento en que los lugareños bailan al son de los violines tradicionales de Naxos.
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