Esta iglesia se encuentra situada en la plaza central del histórico barrio de Kastro en el Chora de Naxos, siendo el templo más importante del Castillo. Su historia comienza cuando a principios del siglo XIII, después de la Cuarta Cruzada, la isla fue tomada por los venecianos. Desde entonces, después de la caída de Constantinopla ante los francos, el catolicismo ha tenido una presencia significativa en las Cícladas y en Naxos no iba a ser menos. Fue el noble Marco Sanudo quien estableció así su ducado en el archipiélago, para lo cual fortificó esta zona, construyendo el Castillo o Kastro, seguramente sobre los restos de una fortaleza bizantina anterior. Fue entonces cuando dentro sus muros se construyó esta iglesia, utilizando materiales reutilizados de las ruinas de la antigua acrópolis que se asentaba aquí mismo, y del inacabado templo de Apolo; de hecho, durante la restauración de 1972, se descubrieron columnas que datan de entre los siglos IV al VI que se encontraron debajo de capas de yeso y piedra.
Lo primero que destacamos del edificio es su fachada principal que se revistió con mármol de Tinos, tras las reformas de las que fue objeto el templo en el año 1963 por Ioannes Filippoti. En la misma entrada, situada en el lado oeste de la iglesia, podemos apreciar que la parte superior está decorada con cuatro escudos heráldicos, uno de ellos pertenece a Marcos Sanudo, aunque parcialmente tapado por el revestimiento de la fachada (incluso en el pavimento de la plaza principal podemos ver las iniciales del nombre de aquel noble veneciano y su escudo). Desde aquí arranca el campanario, lo que nos hace vislumbrar la destreza arquitectónica de sus constructores.
Accedemos al interior de la iglesia cuya forma actual fue adquirida en el siglo XVII, aunque originalmente contaba sólo con tres naves y una cúpula central. Con el paso de los años se le fueron añadiendo dos naves laterales más pequeñas, haciendo que en la actualidad el templo cuente con cinco naves, manteniendo aquella cúpula central situada sobre un tambor circular con cuatro ventanas, desde las que penetra la luz hacia el corazón de la iglesia, además de construir dos cúpulas más pequeñas a los lados. Las ventanas fueron realizadas por artistas de Quíos en 1744, quienes las decorado con intrincadas tallas de madera barrocas, que añaden un toque de elegancia al interior del templo.
La nave central, que cuenta con columnas bajas que podrían proceder de edificios de la Antigüedad, se encuentra alineada de oeste a este, finalizando en el altar mayor en su extremo este, en el que se encuentra un iconostasio tallado en madera que contiene elementos barrocos, y coronado por una flor de lis sobre la que se sitúa una corona, también realizado por artesanos de la isla de Quíos en 1744. En su centro se sitúa el venerado icono de la Panagia Eleousa o Virgen Misericordiosa, del tipo Odigitria (la que muestra el camino, es decir la Virgen señala al Niño como el camino de la salvación), datado en el siglo XI o XII y procedente de Asia Menor.
Al ser un icono tan venerado, también está envuelto en muchas leyendas. La más extendida señala que esta obra de arte bizantino quedó varada en la costa de Naxos, después de haber caído al mar cerca de Nicomedia. Sea como fuere, el icono tiene una particularidad, y es que posee doble cara: en una vemos a la Virgen y en el reverso a un san Juan Bautista. El icono fue restaurado en la década de 1970, colocándose en un marco giratorio, lo que permite que en ocasiones se pueda admirar ambos lados. También hay que destacar un Jesús Crucificado situado en el centro del techo de esta capilla que fue donado por creyentes armenios en el siglo XIX.
La capilla mayor se sitúa en el ábside central que es cuadrado, mientras que los situados a ambos lados son redondeados, los cuales están ocupados por capillas con iconos: a la izquierda vemos el de san Miguel Arcángel que viste armadura romana blandiendo su espada contra el diablo, y datado en el siglo XVII, mientas que a la derecha se encuentra el de san Carlos Borromeo (1538-1584), arzobispo de Milán, obra que pertenece a la escuela de pintura cretense (siglos XV-XVII), cuyo representante más famoso, antes de emigrar a España, fue El Greco. Estos iconos, y el resto con que cuenta el templo, tienen un interés cultural particular, puesto que combinan las influencias orientales con las occidentales.
El resto de altares de la iglesia están dedicados a varios santos, cada uno con su propia historia. En el pasillo norte vemos uno dedicado a la Crucifixión de Cristo, en el que se representan a María Magdalena, san Juan y a la Virgen María al pie de la cruz, mientras que en la zona superior una imagen de Dios y el Espíritu Santo vigila la escena. Otra capilla está dedicada a san Roque, en cuyo icono del siglo XVII está también representado su fiel perro, testimonio de su legado como protector contra la peste. Delante de esa pintura, sobre el altar, se sitúa una estatuilla del “Niño Jesús de Praga”.
Del siglo XVII también es el icono de la Virgen del Rosario, delante del cual podemos ver el altar del Santísimo Sacramento. La iglesia también tiene un icono poco común de Galaktotrophousa, la Virgen Lactante, símbolo del cuidado maternal y el alimento divino. También hay que destacar, en un ángulo cercano a la puerta de entrada, la pila bautismal que se encuentra enmarcada con mármol decorado con motivos florales, uno de los elementos originales de la iglesia original, ya que data del siglo XIII.
A estas alturas ya nos hemos dado cuenta que no hay frescos en las paredes, sino que simplemente se encuentran encaladas con cal como en el exterior. Por otro lado, mientras caminamos por la iglesia vemos que el suelo está igualmente pavimentado con mármol de Naxos. Esto no sería ninguna particularidad si no fuera porque debajo de esas losas, para ser conservadas y no degradarse con las pisadas de los visitantes, se encuentran las lápidas de los siglos XVII y XVIII de las familias nobles venecianas, en las que se grabaron en relieve sus escudos de armas, entre ellas estirpes como los Sommaripa, los Grimaldi, los Barozzi o los Girardi.
Finalmente debemos hacer referencia a un par de apuntes: hay que señalar que, al estar esta iglesia dedicada a la Presentación del Señor en el templo cuarenta días después de su nacimiento, su festividad es el 2 de febrero de cada año, momento en que los habitantes de Hora lo celebran por todo lo alto. Asunto aparte es que a pesar de que se la denomina catedral, se trata más bien de una concatedral, ya que el arzobispo católico romano de Naxos, Tinos, Mykonos y Andros reside en el pequeño pueblo de Xynara en la isla de Tinos, donde se encuentra la santa Catedral de Nuestra Señora del Rosario.
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