CRÓNICAS DE PULA

Un poco de Historia...

El área de Pula estuvo habitada ya desde principios del Paleolítico, como así o demuestran los hallazgos de la cercana cueva de Sandalj. Según el mito de los Argonautas, Pula se habría fundada por refugiados griegos de Kolhida que perseguían a Giasone y Medea, pero la realidad es que, según la información obtenida de los diferentes asentamientos en los fuertes de las colinas de Istría, las tribus ilirias mantenían un intenso comercio con los griegos, por lo que esa leyenda podría tener su origen ahí. El asentamiento prehistórico de la fortaleza de la colina de Pula estaba ubicado en la cima donde hoy se encuentra la fortaleza Kastel.

También existen varias suposiciones sobre el significado original del nombre de Pula: para unos la palabra celta “Pol” podría referirse a algún tipo de concepto hidrográfico, probablemente a un manantial de agua; para otros fueron los poetas épicos de Alejandría Licofrone y Callimaco, quienes la llamaron así en referencia a Polai, que según la traducción significa “la ciudad de los exiliados”. Sea como fuere, en tiempos prehistóricos, Nesactium fue el asentamiento ilirio más importante de la zona y Pula fue menos importante.

En la segunda mitad del silgo I a.C. Pula se convirtió en un bastión militar romano y mas tarde en un importante centro comercial gracias a su puerto, lo que permitía el intercambio de diversos bienes. En el año 43 a.C. recibió el estatus de colonia conocida como Pietas Julia. Pero un año antes, durante la Guerra Civil, la ciudad se pudo del lado de Pompeya, por lo que fue severamente destruida por los seguidores de César. Posteriormente, tras ser éste asesinado, Pula se puso del lado de quienes lo mataron, Brutus y Cassius, por lo que nuevamente fue gravemente dañada por las fuerzas militares de Octavius Augustus quien, triunfante, se convirtió en el emperador Augusto. Fue durante su gobierno que Pula desarrolló su urbanismo amurallado, construyéndose algunos de los edificios mas insignes que podemos ver en la actualidad. Además, Augusto hizo que en Pula se estableciesen la sede administrativa de la región, y fomentó el desarrollo de la producción de aceite de oliva. De esta manera, en poco más de un siglo, la ciudad se convirtió en una de las mas ricas del Imperio Romano.

Se sabe que en el siglo I la madre del emperador Claudio y la hija de Marco Antonio vinieron a vivir a Pula. El hijo del emperador Constantino el Grande, Crispo, también estuvo aquí a principios del siglo IV. Durante el siglo II Pula también fue nombrada “Colonia Julia Pola Pollentia Herculanea”, al encontrarse ligada al culto de Hércules que en ese momento era el patrón del pueblo. En el año 425 se convirtió en sede episcopal. Después de la caída del Imperio Romano de Occidente, en el año 476, Pula estuvo brevemente bajo el dominio de los godos u ostrogodos y poco después, durante los años treinta del siglo VI, el emperador bizantino Justino emprendió una campaña militar contra los godos para liberar las regiones occidentales. Blizar, el famoso líder militar de Justino, desembarcó con su ejército en Pula en el 544, tras lo cual y durante más de dos siglos, tanto la ciudad como el resto de Istría pasaron a formar parte del Imperio Bizantino, convirtiéndose en la base principal de su flota.

A finales del siglo VIII Pula pasó a formar parte del Reino Franco, mientras que entre los años 751 y 774 estuvo ocupada por los longobardos. En el 788 los soldados de Carlomagno ocuparon Istría, por lo que pasó a ser gobernada por el Imperio franco, con la introducción del sistema feudal, durante el cual Pula perdió sus tradicionales instituciones municipales libres, las volvió a recuperar durante los siglos X y XI. Más tarde, durante la Edad Media, la ciudad estuvo bajo la influencia de las dos potencias dominantes en el norte del mar Adriático: los Patriarcas de Aquileia y la República de Venecia. En 1028 Pula se independizó de la Iglesia de Rávena y pasó a depender de los Patriarcas de Aquileia. La ciudad fue tomada en 1148 por los venecianos y en 1150 la ciudad juró lealtad a la República de Venecia, convirtiéndose así en una posesión veneciana. Durante los siglos posteriores, el destino y la fortuna de Pula estuvieron ligados a los del poder veneciano.

Durante el siglo XIII hubo dos familias con importantes seguidores en la ciudad: la familia Jonatasi, que estaba del lado veneciano y la familia Sergi, más tarde llamada Castropola, que estaba del lado de los Patriarcas de Aquileia. Desde que Pula se unió a Venecia, las fuerzas de Génova la atacaron varias veces, como en la batalla de 1379 que fue especialmente destructiva pata la ciudad. Desde 1347 hasta 1650 Pula sufrió 41 años de peste. De hecho, la peste, la malaria y las guerras destruyeron casi por completo la vida en Pula: durante el siglo XVI, su población disminuyó de 4000 habitantes a 525 y a principios del siglo XVII ya tenía menos de 300 habitantes. En 1607 y 1608 los venecianos construyeron una nueva fortaleza y fortalecieron el puerto porque aún seguía siendo una estación importante en la ruta hacia el Levante.

Después de la caída de Venecia en 1797, Pula formó parte de la monarquía austrohúngara, aunque durante un breve período de tiempo estuvo bajo el dominio de Napoleón (1805-1814). En el período austrohúngaro la ciudad vivió un importante crecimiento demográfico gracias a que se convirtió en 1866 en la base de la flota austriaca: en 1900 ya contaba con 42.500 habitantes y posteriormente, en muy poco tiempo, alcanzó los 60.000. Toda la zona que rodea el casco antiguo, tal como la vemos hoy, se construyó durante ese período. Después de la I Guerra Mundial y la caída de la Monarquía Austro-Húngara, Pula pasó a formar parte de Italia. Durante la II Guerra Mundial, en 1943 los alemanes la ocuparon y más tarde las fuerzas aliadas bombardearon fuertemente la ciudad y destruyeron casi el 40% de los edificios. Tras terminar la contienda, se acordó que Pula formaría parte de Yugoslavia a partir de 1947. En 1991, con la desintegración de Yugoslavia y la independencia de la República de Croacia, las fronteras internas se reconocieron como fronteras estatales, por lo que hoy Pula forma parte de Croacia.

QUÉ VER EN PULA / DIARIO DE VIAJE

El centro histórico de Pula es pequeño y fácil de recorrer, además posee verdaderas joyas del arte romano como son el Arco Triunfal de los Sergios o el anfiteatro de la Arena, monumentos que por sí mismos ya merecen una visita a la ciudad. Nosotros hicimos un recorrido de una jornada, tiempo suficiente para visitarla bien, aunque bien se puede dedicar medio día más para ir no sólo más tranquilos, sino también dedicar más tiempo a algunos de sus interesantes museos. Así pues, os vamos a comentar a continuación qué ver en Pula en un día:

Dia 1: por supuesto la mañana la comenzaremos, no podía ser de otra manera, visitando uno de los seis anfiteatros romanos más grandes del mundo: el Arena de Pula. Tras su visita podemos ver, en su lado sur, la Crkva sv. Antun o iglesia de san Antonio, cuyo campanario se divisa desde varios puntos de la ciudad.

Muy cerca, junto al mar, se sitúa el Monumento a la lucha por la liberación popular y a las víctimas del terror fascista en Istría, el cual se encuentra en el Titov park, donde también veremos una maqueta de bronce del centro histórico de Pula. Desde el extremo sur de este parque nace la Carrarina ulica, calle que circunda importantes rincones turísticos como el Park Petra Krešimira IV, parque construido en 1953, en el que se encuentra el mausoleo romano octogonal; al otro lado se extiende los restos de la antigua muralla, en la que se abre la Dvojna vrata/Porta Gemina o Puerta Gemela y la Herkulova vrata / Porta Ercole o Puerta de Hércules.

Aquella primera puerta da acceso al Arheološki muzej Istre o museo Arqueológico de Istría, así como al Zerostrasse (túneles de los refugios subterráneos) y Pulski Kaštel, la antigua fortaleza que alberga el Povijesni i pomorski muzej Istre / Museo storico e navale dell'Istria (Museo Histórico y Marítimo de Istría).

Volvemos a la Carrarina ulica, cuya parte este desemboca en la Trg Portarata, en la que a su vez nace otra de las calles que hay que ver en Pula: la ulica Sergijevaca. Aquí (y en sus alrededores) veremos el bello Slavoluk Sergijevaca o Arco Triunfal de los Sergios, el monumento dedicado a James Joyce, la iglesia del Sagrado Corazón que alberga el depósito del museo Arqueológico de Istría, la Crkva sv. Marija Formoza o capilla de santa María de Formosa, el mosaico del "Castigo de Dirce" y la Crkva i samostan sv. Franjo o la iglesia y monasterio de san Francisco.

Antes de llegar al foro hay que visitar la Agripinina kuća o Casa de Agripina, cuya particularidad es que cuenta con cuatro fases de construcción de la antigüedad que cuenta de una manera bastante completa la evolución histórica de la ciudad. Además, es importante por haber sido el hogar de Agripina, hermana del emperador Calígula y madre del emperador Nerón.

Y así se llega a la Trg Forum / Piazza Foro (plaza del Foro) en la que había dos templos gemelos y uno central que ha desaparecido. De los otros dos laterales ha sobrevivido el Augustov hram o templo de Augusto y parte de su gemelo que se encuentra adosado al palacio Comunal. Muy cerca se encuentra la Con-Catedral de la Asunción de María, en cuyo sur se abre la Rasparaganov uspon que conduce hasta la ortodoxa crkva sv. Nikola o iglesia de san Nicolás que data del siglo VI. Merece la pena, a pocos metros, visitar el Četvrt Sv. Teodora o barrio de san Teodoro, sitio arqueológico que contiene diversos períodos culturales y en cuyo costado se encuentra el edificio del Muzej suvremene umjetnosti Istre / Museo d'arte contemporanea dell'Istria (Museo arte contemporáneo de Istría).

CONCLUSIONES E IMPRESIONES:

La primera pregunta que se nos presenta a la hora de organizar un viaje es la de cómo llegar a Pula. Existen varias opciones: en autobús, como la línea que conecta la ciudad con Zagreb en unas tres horas y media; en avión que la une con otras ciudades croatas y europeas; en ferry gracias a las líneas que conecta Pula con Venecia y por supuesto por carretera, como fue nuestro caso. Nosotros hicimos un recorrido en coche y realizamos una ruta por la península de Istría y alrededores, en la que visitamos, además de Pula, Pirán, Poreč y Rovinj, entre otras.

El primer monumento que visitamos fue su anfiteatro o, como lo llaman aquí, el Arena. Exteriormente nos pareció muy bonito, pero en su interior quedan ruinas que no hace justicia a su esplendoroso pasado. Quizás por eso, cuando bajamos a los pasillos subterráneos nos quedamos sorprendidos, puesto que no lo esperábamos. También hay que añadir que el interior del anfiteatro se puede apreciar bastante bien desde determinadas zonas del exterior. Llegados a este punto se nos plantea la siguiente pregunta ¿mereció la pena pagar entrada para ver el interior? Pues quizás no porque, aparte de la galería subterránea, el resto es bastante pobre y se puede ver desde fuera. Evidentemente si eres amante de la cultura romana antigua, aquí no hay discusión y debes entrar sí o sí.

El paseo de Giardini es un agradable paseo verde situado entre las puertas y el arco de los Sergios, en el que se reparten muchísimas terrazas donde descansar y tomar algo. El Arco del Triunfo de los Sergios nos pareció muy bonito y muy curioso que una cara estuviera más decorada que la otra debido a su posición con respecto a la desaparecida muralla. En la misma calle, en la ulica Sergijevaca, se encuentra la Casa de Agripinia, interesante yacimiento arqueológico que presenta cuatro fases de construcción de la antigüedad que cuentan la historia de la misma Pula. Pero para los no entendidos será muy difícil diferenciar las diferentes épocas de construcción, llegando a perder el interés y no entender su verdadero valor. Sin embargo, en la vecina plaza del Foro, el templo de Augusto es muy interesante, tanto por el propio edificio como por la pequeña exposición de su interior.

De época más contemporánea es el Zerostrasse, que rompe totalmente con la línea cultural romana que presenta Pula. Se trata de un conjunto de refugios subterráneos que nos gustó mucho, aunque no nos pareció nada interesante la exposición compuesta por fotografías, dibujos y textos. El fuerte de Kaštel lo destacamos por sus bonitas vistas sobre la ciudad, pero el Museo Histórico y Marítimo de Istría que acoge nos pareció poco interesante.

Un espectáculo que en los últimos tiempos se está haciendo muy popular entre los lugareños y visitantes son los llamados “Svjetleći Divovi" o "Gigantes de luz” que no son sino las gigantescas grúas que se encuentran en la pequeña isla de Uljanik en la bahía de Pula y que tras el atardecer y hasta las 22 horas (en veranos hasta medianoche) se iluminan con luces de colores que, gracias a un sofisticado sistema, van cambiando llegando a ser iluminados con hasta dieciséis mil combinaciones de diferentes colores.

En el aspecto gastronómico, la cercanía a Italia se nota mucho en los diferentes platos que encontramos en Pula, de hecho, son los restaurantes italianos los que más abundan en la ciudad. Aun así, la comida de Pula se basa en la fruta y verdura, la cual se suele cocinar a la plancha con aceite de oliva y hierbas, así como en el pescado y mariscos. También puedes encontrar embutidos y productos cárnicos, herencia de los pastramis italianos, o quesos de oveja (es especialmente famoso el de Paski Sir, una isla cerca de Istría). Hemos hablado de herencia italiana, pero en Pula, y en general en toda la península, podemos encontrar productos típicos de la antigua Yugoslavia, siendo el producto rey el Burek que es un hojaldre relleno de carne o queso y espinacas.

¡Buen viaje y felices experiencias!