La Trg Forum / Piazza Foro fue la plaza central de la antigua ciudad romana, donde se encontraban los edificios religiosos, administrativos y legislativos más importantes de la villa, así como lugar de encuentro para diferentes actividades económicas e intelectuales. Este foro se sitúa al pie de la colina y cerca del mar, de hecho, se tuvo que rellenar una parte para conseguir una superficie mayor. Actualmente presenta un espacio rectangular de unos 37 metros de ancho por 81 de largo, en el que aún se conserva algunos edificios interesantes.
En su parte norte había dos templos gemelos y uno central, el cual estaba dedicado a la tríada capitolina, es decir a los dioses Júpiter, Juno y Minerva. Sólo se ha conservado el templo de Augusto que veremos después, y los restos de un segundo templo, que era idéntico al de Augusto y que se cree estuve dedicado a la diosa Diana, que se pueden ver en la pared trasera que hace esquina del palacio Comunal, el cual fue construido a finales del siglo XIII cuando Pula era un municipio autónomo. Posteriormente, durante el dominio veneciano, fue la sede del duque y procurador, de hecho, hasta hoy sigue siendo la sede del alcalde. A lo largo de su historia ha sufrido diferentes reestructuraciones y modificaciones, como en los años 1380, 1560 o 1602.
En 1634 el palacio se encontraba en tan mal estado que el Podestá veneciano decidió abandonarlo, lo que hizo que en 1651 se derrumbasen el techo y la fachada principal. Entre 1696 y 1698 fue reconstruido tal y como lo vemos actualmente en estilo veneciano por Giacomo Barbaro. Pero lo verdaderamente interesante de este palacio es que tanto la fachada como el resto de caras están realizadas con piezas y sillares de otros muchos edificios, dando como resultado una especia de mosaico de ingeniería arquitectónica.
Las primeras fases de construcción del edificio se pueden ver en el muro este donde se mezclan los estilos románicos y gótico. La fachada principal posee un pórtico con colunas renacentistas y una trifora barroca sobre él, además de esculturas en la esquina de esta zona, una de las cuales representa a Bartolomeo de Vitrei (el podestá de Pula cuando se construyó el edificio en 1296) montado a caballo, o Telamón que recuerda a un gnomo, incluso en la esquina contrario se encuentra una cariátide con forma de sirena.
Pero el edificio que sin duda acapara todas las miradas es el Augustov hram o templo de Augusto, bastante bien conservado. Este es el tercer edificio, junto con el de la Arena y el del Arco del Triunfo, que los venecianos querían trasladar a su ciudad entre los siglos XVI y XVIII, para utilizarlo como una escuela de arquitectura, bajo el contexto de que en aquella época Pula contaba con esos importantes monumentos romanos, pero apenas llegaba a los 100 habitantes, por lo que no había gente que se dedicara a mantener tan insignes edificios en buenas condiciones. Por suerte para Pula el plan nunca se llevó a cabo.
Este templo fue construido entre el año 2 a.C. y el 14 d.C., probablemente al poco tiempo de morir el emperador Augusto, a quien fue codedicado junto con la diosa Roma. El edificio, que sigue el patrón típico de este tipo de templos, refleja la influencia helenística tardía y es considerado, junto con la Maison Carrée en Nîmes (más grande y más antiguo), los dos mejores monumentos romanos completos fuera de Italia. Cuenta con seis columnas de estilo corintio en su antecámara, unca cella y una sala cerrada, poseyendo unas dimensiones totales de alrededor de 18 metros de largo, por 8 de ancho y 12 de alto. Sobre el arquitrabe, en la cara que da a la plaza, se encuentran los restos de la inscripción “ROMAE ET AVGUSTO CAESARI DIVI FILIO PATRI PATRIAE”, es decir “A Roma y César Augusto, hijo de la deidad, padre de la patria”. Encima vemos un frontón triangular con un medallón redondo.
La función del templo fue cambiando a lo largo de su existencia: cuando el cristianismo fue proclamado religión oficial del Imperio su carácter pagano original cesó y fue convertido en iglesia. Posteriormente se utilizó como granero y, a principios del siglo XIX, el mariscal napoleónico Marmont lo convirtió en un museo para albergar una colección de obras romanas hechas de piedra, hasta que, durante la II Guerra Mundial, en el año 1944, fue alcanzado por una bomba y fue completamente destruido. Tras su reconstrucción, entre los años 1945 y 1947, expone una colección de esculturas romanas de piedra y bronce que se encontraron en la ciudad y alrededores.
Entre las piezas que la compone podemos ver varias estatuillas de bronce que representan a Hércules en diferentes acciones de entre los siglos III a.C. y II d.C., como atacando al león, o en posición de ataque mientras se encuentra sosteniendo la propia piel del león una vez vencido, etc. También se exponen otras estatuillas hechas de este metal, como el de la diosa Venus del siglo II, el de Eros de entre los siglos II y III, el de Minerva, etc.
En esa misma vitrina situada a la derecha de la entrada, hechos de mármol podemos ver un león del siglo I, pero sobre todo una cabeza en relieve con decoraciones doradas del siglo I de la deidad celestial egipcia Hathor, quien era la diosa de la fertilidad, de la alegría, la maternidad y del amor, por tanto, era la protectora tanto de las mujeres embarazadas, como del parto y de las propias comadronas.
Sobre el resto de paredes se encuentran colgadas más obras hechas de piedra, entre ellas destacan un panel de fuente realizado con piedra caliza en la segunda mitad del siglo II-III en el que se representa la cabeza de Medusa, o la también hecha con piedra caliza cabeza de Hércules del siglo II, o la clave de un arco del siglo III en el que se representa el rostro de Aqueloo, el dios del río que tiene el mismo nombre, además de ser el más antiguo y poderoso de los espíritus del agua en Grecia.
También hay interesantes piezas funerarias, como el fragmento de mármol de un sarcófago datado en el segundo cuarto del siglo III que contiene la representación de una batalla naval entre griegos y persas en Maratón, o una estela funeraria de piedra caliza del segundo cuarto del siglo I que perteneció a Quinto Labieno Mollius y a su esposa Aquilia Terzia y encontrado cerca de Pazin.
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