Este edificio, también conocido como Arena de Pula, es uno de los seis anfiteatros romanos más grandes que existen en la actualidad, además de ser el monumento más famoso e importante de la ciudad, punto de inicio y final de cualquier recorrido turístico por este rincón croata. Fue construido fuera de las murallas de la ciudad, cuando Pula era una colonia romana llamada Pietras Julia, a lo largo del camino que conducía, y lo sigue haciendo hoy, al centro de la ciudad y que fue construido en época de Flavio Vespasiano: la via Flavia.
Originalmente el edificio fue de madera durante el reinado de Augusto, aunque después fue reemplazado por otro pequeño de piedra durante la época de Claudio. El anfiteatro actual fue construido entre el 27 a.C. y el 68 d.C. durante el reinado del emperador Vespasiano para adaptarlo a las necesidades de las luchas de gladiadores, al mismo tiempo que se levantaba el Coliseo en Roma.
Así pues, su estructura fue diseñada para albergar, sobre todo, combates de gladiadores, de hecho, el nombre de Arena deriva de la zona plana central donde tenía lugar aquel evento, ya que estaba cubierta por tierra. Se ha calculado que el anfiteatro tenía una capacidad para veinte mil espectadores, unos podían sentarse en las gradas de piedras y otros estar de pie en las galerías superiores. El anfiteatro estuvo en funcionamiento hasta que en el siglo V el emperador Honorio prohibió los combates de gladiadores, posteriormente en el año 681 se prohibió los combates entre presos y animales salvajes.
El anfiteatro fue construido totalmente con piedra caliza local con diferentes niveles: la cara que da al mar posee tres pisos, mientras que la parte contraria cuenta con solo dos, ya que se construyó sobre una pendiente. Las paredes miden en su punto más alto 29,4 metros de altura, contando en sus dos primeros pisos con 72 arcos cada uno, mientras que el piso superior consta de 64 aberturas rectangulares. Los arcos iluminaban los pasillos internos que permitían el paso de los espectadores de un sector a otro en el interior del anfiteatro.
La Arena de Pula poseía 20 entradas y cuatro torres anexas a la pared, las cuales estaban diseñadas para recoger el agua de lluvia que se perfumaba y se rociaba después, en los meses de calor, a los espectadores situados en las plateas. En una de esas torres se puede ver una placa donde se celebra que en 1583 la propuesta del Senado veneciano de desmantelar el anfiteatro y llevarlo a Venecia fue rechazada por la oposición del senador veneciano Gabriele Emo. En la parte superior del edificio también se pueden ver los restos de las losas que se utilizaron para soportar los postes donde se desplegaban los grandes toldos de tela para proteger del sol y la lluvia a los espectadores.
El anfiteatro permaneció intacto hasta el siglo XV, momento en que comenzó a despojarse de su piedra para ser utiliza para la construcción de otros edificios en Pula (la última vez fue en 1709 cuando se tomaron bloques de piedra para los cimientos del campanario de la catedral de Pula), aun así, ha llegado a nuestros días en un estado notable de conservación, lo que ha permitido estudiar las técnicas de construcción antiguas. En el año 1816 fue restaurado por orden del gobernador de las provincias Iliria durante el Primer Imperio Francés, el general Marmont, y de nuevo posteriormente, en 1932 para adaptar su interior para eventos musicales, teatrales, ceremonias, etc. lo que le ha dado una capacidad actual de 5.000 espectadores.
Nada más entrar al interior del edificio vemos que este anfiteatro, como ocurre en otras estructuras del mismo tipo, se divide en tres partes principales: el área para los espectadores, la zona donde tenía lugar las peleas (como ya hemos señalado era llamada arena), y una galería subterránea que tenía diferentes usos. La arena posee una planta elíptica, cuyo eje mayor mide alrededor de 130 metros y el menor unos 100.
Por su parte el campo de juego, es decir la arena propiamente dicha que tenía quince puertas de acceso, posee 67,75 metros de largo por 41,05 de ancho, enmarcado originalmente por unas barandillas de hierro que separaban a los espectadores del evento. Entre las gradas con los asientos y las barandillas había a su vez un espacio de 3 metros de ancho que estaba reservado para las personalidades más importantes. Aquí, además de combates de gladiadores, tuvieron lugar espectáculos de todo tipo, incluso batallas navales.
La cávea es la sección donde se encontraban las gradas o tribunas, las cuales estaban divididas según la clase social del público: el pódium estaba reservado para los emperadores y los espectadores ilustres, más arriba estaban las gradas para los caballeros, después los tribuno y ciudadanos, y finalmente las destinadas a la plebe, los extranjeros, esclavos, etc.… donde debían estar de pie. El acceso a cada parte de la cávea se realizaba a través de pasillos que se abría en puertas en los niveles deseados. Estos pasillos estaban fabricados con macizos pilares y bóvedas de cañón hechas con hormigón, material de gran resistencia y que constituyeron dos de las grandes aportaciones del mundo romano a la arquitectura.
Debajo de la arena, a lo largo de su eje principal, se construyeron una serie de pasadizos subterráneos que fueron excavados en la roca sólida. Esta galería estaba dividida en tres naves por dos filas de columnas a lo largo de su eje principal, las cuales sostenían el techo que junto con la arena constituían una superficie plana donde tenían lugar no sólo las peleas de gladiadores sino otros espectáculos.
Los romanos construyeron un pasillo alto y estrecho con techo abovedado para acceder a dicha galería desde la via Flavia. También se podía internar a través de otro corredor del lado noreste. Aquí se custodiaban las bestias, así como todo tipo de enseres necesarios para realizar la escenografía sobre la arena. Estos estrechos corredores terminaban en los extremos sureste y noreste de la galería subterránea, en la cual las bestias se disponían a la izquierda y derecha de las entradas principales sur y norte, donde eran exhibidas antes de las peleas y desde donde eran soltadas para llegar a la arena.
En el área de combates se encontraba la “Porta Libitina” que era la puerta que conducía a aquel corredor, a través de la cual, los gladiadores muertos o heridos de muerte, y las bestias muertas durante el espectáculo, eran llevados a la galería subterránea. En la actualidad, en la galería subterránea se ha colocada diferentes piezas encontradas en las excavaciones arqueológicas, tanto en el propio anfiteatro, como en otros edificios romanos de la ciudad, y una exhibición de viticultura y utensilios antiguos relacionados con el aceite de oliva en Istría. Entre esas piezas se encuentran algunas reconstrucciones de máquinas que se usaron para la producción de aceite y vino, como prensas, recipientes o molinos, además de ánforas utilizadas para almacenar y transporta ambos líquidos.
Actualmente, durante la temporada de verano, el interior del anfiteatro acoge diferentes actividades, como el Festival de Cine de Pula, así como varios conciertos musicales de diferentes estilos, desde la ópera hasta el pop, incluso un espectáculo histórico y de entretenimiento semanal denominado “Spectacvla Antiqva” que se trata de un evento nocturno en el que se recrea las luchas de los gladiadores, talleres donde se aprende más sobre ropa y peinados de la antigua Roma y una degustación de comidas y bebidas romanas.
Tras terminar la visita al anfiteatro, justo en su lado sur está ubicado la Crkva sv. Antun o iglesia de san Antonio, dedicada a san Antonio de Padua y a santa Teresa del Niño Jesús. Este templo presenta un aspecto bastante monumental que puede llevar al viajero a pensar erróneamente que se trata de una catedral, aunque fue construido en el siglo XX, concretamente fue terminado en 1931, según planos del arquitecto Guido Brass. Tras la apertura de la iglesia al culto, se continuó la construcción del campanario de 45 metros de altura que fue terminado un año después, en 1932, aunque originalmente iba a ser más bajo, pero los franciscanos insistieron en que fuera visible desde todos los puntos de la ciudad.
La iglesia continuó siendo mejorada en los años siguientes: en 1936 se la dotó de un pavimento de mármol, en 1939 se construyó el ábside, en 1943 se creó el cerco del presbiterio, en 1961 se adquirió un órgano clásico, en 1981 se realizó un gran mosaico en el ábside, etc. El templo se levantó bajo la celebración del 700 aniversario de san Antonio de Padua, que se celebró en 1931. El culto a este santo en Pula provine desde muy lejos, ya que según cuenta una leyenda, éste llegó a la ciudad en el año 1229 como fundador de monasterios lombardos. La tradición cuenta que además de Pula, en el camino a Gorica se dirigió a Trieste y quizás pasó también por otros pequeños pueblos de la costa oeste de Istría.
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