Esta ciudad guarda rincones y lugares que no dejará indiferente al viajero. En su origen era una ciudad alemana, pero a partir del acuerdo de Yalta y de Potsdam entre los aliados, Breslavia pasó a manos polacas, con lo que ese aire germano prevalece en esta bellísima ciudad, a pesar de los intentos de las autoridades comunistas de borrar dicho pasado y conferir a la ciudad un aspecto más polaco. Como casi toda la zona de Europa central, Polonia en general y Breslavia en concreto guarda mucha historia relacionada con la II Guerra Mundial y, como no, posee buenos museos y muchas edificaciones históricas.
Nuestra visita: | Mayo de 2003. |
Idioma Oficial: | polaco. |
Moneda: | Złoty / Euro €. |
Población 2011: | 632 996 hab. |
Superficie: | 292.82 Km². |
Prefijo telefónico: | +48 71. |
Web oficial: | visitwroclaw.eu |
Resulta curioso que esta ciudad haya sido llamada de más de cincuenta maneras distintas, como Vratislavia, Vratislav, Bresslav, Breslau, o Breslavia. Y no es para menos, a la largo de su historia ha sido un lugar en el que han confluido toda una serie de culturas. Bajo los cimientos de la ciudad podemos encontrar el inconfundible sello de la arquitectura románica.
Con los reyes de Bohemia, la arquitectura neogótica tuvo su máximo esplendor y fue entonces cuando se construyó el Ayuntamiento actual, ahora reconstruido ya que apenas quedó en pie tras el conflicto bélico. Por su parte, el arte barroco fue promovido por los Habsburgo bajo los 200 años de dominación prusiana. Como bello ejemplo del estilo neogótico en la ciudad destacamos la estación de trenes, obra del siglo XIX.
Las fronteras de Polonia después de la Segunda Guerra Mundial cambiaron mucho en comparación a lo que habían sido años atrás. Antes de que comenzara el conflicto, Wroclaw era conocida como Breslau, se encontraba dentro de territorio germano y era la segunda ciudad más importante de Alemania.
Después de la guerra la población tuvo que trasladarse a las nuevas fronteras alemanas y los polacos de la ciudad de Lvov, que se convirtió en parte de Ucrania, tuvieron que asentarse en Wroclaw. La ciudad sufrió mucho durante la II Guerra Mundial, hasta el punto que aproximadamente el 75 por ciento de sus monumentos tuvieron que ser reconstruidos.
Aunque el tamaño de la ciudad nos invite a pensar que en un día podamos ver todo, no es del todo cierto. Breslavia necesita dos días para visitarla y llevarse una visión más amplia, pues si bien en un día es posible ver lo esencial, no sería del todo factible si decides entrar a algunos monumentos y museos.
Dia 1: comenzamos nuestra estancia en Breslavia recorriendo una de sus calles principales, la Ulica Świdnicka. A lo largo de esa vía veremos, entre otros, la Kosciól sw. Doroty i sw. Stanislawa (iglesia de Santa Dorotea y San Estanislao), el mítico Hotel Monopol, la Kosciol Bozego Ciala (Iglesia del Cospus Domini), el Muzeum Sztuki Medalierskiej (dedicado al arte de los medallones y condecoraciones), el Museo Histórico de la Ciudad, etc.… Así llegamos a la plaza del Mercado o Rynek, donde se levantan el Stary Ratusz (Ayuntamiento Viejo), la Fuente del oso, la Casa de los Grifos, la iglesia de Santa María Magdalena, el Ayuntamiento Nuevo, etc.…, sin olvidar la bonita y anexa plaza Solny.
Hacia el norte de Rynek hallamos las llamadas Casas de Hansel y Gretel y la iglesia de santa Isabel. Posteriormente nos dirigimos a la zona este de Stare Miasto, donde encontramos los grandes museos de la ciudad: Muzeum Narodowe, Muzeum Panorama Racławicka, Muzeum Architektury y el Muzeum Poczty i Telekomunikacji y monumentos icónicos como el “Pomnik Ofiar Zbrodni Katyńskiej”, dedicado a las víctimas de las Masacres de Katyn.
Dia 2: la segunda jornada la empezamos en el otro extremo de la ciudad donde veremos en la Plac Uniwersytecki, la fuente Szermierz, el edificio principal de la Universidad (Collegium Maximum) y su Aula Leopoldina y Torre Matemática, la iglesia de la Universidad o del Nombre de Jesús, etc.… Atravesamos ya el Most Piaskowy y llegamos a la Wyspa Piaskowa (la isla de Arena), donde destaca la iglesia de Nuestra Señora de la Arena. Tras recorrer esta pequeña isla, ahora atravesamos el Most Tumski para pisar el Ostrów Tumski o Isla de la Catedral, aunque no se trate de una isla.
Estamos en el llamado Pequeño Vaticano y enteremos el por qué cuando nos demos cuenta de la cantidad de edificios religiosos que encontramos: iglesia de San Pedro y San Pablo, iglesia de San Martín, el monumento dedicado al papa Juan XXIII, la iglesia de Santa Cruz y San Bartolomé, la columna de San Juan Nepomuceno, la Catedral de Juan Bautista, la iglesia de san Egidio, el museo Archidiocesano, etc.…
La tarde la vamos a dedicar a visitar una zona de especial importancia al principio del siglo XX, cuando tuvo lugar la Exposición del Centenario, momento en que se construyó el espectacular Hala Stulecia o Centro del Centenario. Merece un paseo los alrededores para ver lugares como la aguja de 96 metros, llamado Iglica, la gran pérgola que rodea el gran estanca, el Jardín Japonés, el Ogród Zoologiczny (el zoológico más antiguo del país), etc.… Si nos sobra tiempo podemos ver otros sitios de interés de Breslavia, como los gnomos o Krasnale repartidos por toda la ciudad y que podemos ir buscándolos mientras realizamos el recorrido estos días o visitar alguno de los tres antiguos cementerios judíos, siendo el más importante el situado en la calle Śleżna.
Breslavia es la típica ciudad de la que esperas poco, pero una vez empezado el recorrido por sus calles te da mucho, puesto que el Stare Miasto guarda bonitos rincones y lugares. Nos ha encantado el Rynek y las bonitas casas de Hansel y Gretel, o Juan y Margarita, si se quiere. La plaza está llena de vida y la rodean interesantes edificios como la del Ayuntamiento Viejo y su precioso reloj astrológico. Por su parte la plaza Solny también nos ha gustado mucho, es más pequeña que la anterior, pero tiene su propia personalidad en los edificios de colores que la rodean.
Otro de los grandes atractivos de la ciudad son las islas de Arena y la de la Catedral, aunque aquella primera nos ha dejado un tanto fríos merece la pena visitarla. No te pierdas vistas de la isla de la Catedral desde la otra orilla, más aún si estáis cansados, pues se trata de una zona ajardinada con bancos y muy tranquila. Por cierto, en esta última zona, el Monumento a las víctimas de Katyn nos ha trasmitido ese dolor, destrucción y muerte, y algo se nos ha encogido en el estómago.
En cuanto a la gastronomía os aconsejamos que probéis el knysza, es una especie de kebap polaco, pero para nuestro gusto mucho más completo. Lleva carne y mucha verdura, es un plato que es muy económico y tradicional en esta zona, aun así, si decides saborear algún menú en algún restaurante, no te costará caro. Además, dispones de los omnipresentes restaurantes de comida rápida.
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