El Barri Vell o Barrio Viejo de Girona se extiende desde, más o menos, por un lado, la zona donde se encuentra la Torre Gironella hasta el río Oñar, y por otro desde el Portal del Carmen hasta la Plaça del Vi. En este espacio, en el que se incluye gran parte de la Gerona vieja, se encuentran: las Cases de Onyar, el Call o Judería, la Catedral (junto con su museo y su plaza), Museo de Arte, los Baños Árabes, la basílica de san Félix, el Museo de Arqueología y por supuesto las murallas. Cada uno de los monumentos y sitios mencionados poseen su propia web en la presente guía, por ello hemos considerado mencionar otros rincones importantes del Barri Vell que no encontraron cabida en dichas páginas. Empezamos, pues, en la escalonada Pujada de Sant Domènec, uno de los rincones más emblemáticos de la ciudad.
La armoniosa combinación de los elementos arquitectónicos que le dan forma, no sólo hace que parezca que el tiempo se ha detenido, sino que también lo convierte en uno de los lugares más románticos de Gerona. Además, aquí se han rodado escenas de películas como “El perfume: historia de un asesino” y series como la de “Juego de tronos”, cuya famosa escena en la que tuvo lugar el “camino de la vergüenza” de Cercei no se grabó aquí, al contrario de lo que muchas personas creen, esa escena de expiación se grabó en Dubrovnik. Aquí se grabó el octavo episodio de la temporada seis en la que Arya Stark sale corriendo y tras tropezar y cae escaleras abajo esparciendo cestas de naranjas de los puestos de un improvisado mercado.
Es evidente que lo primero que llama la atención es su magnífica escalinata barroca que conecta la parte baja de la calle con la zona alta donde se encuentra la iglesia de sant Martí Sacosta. Durante el festival "Girona Temps de Flors" las escaleras son cubiertas por diferentes formas compuestas por cientos de plantas. Este evento tiene lugar durante la primavera, concretamente a mediados del mes de mayo, durante el cual y durante una semana diferentes proyectos florales llenan de color y creatividad los principales monumentos de la ciudad.
En esta misma calle encontramos edificios interesantes como el renacentista Palau de Caramany y la gótica-renacentista Casa Agullana. Aquel primero data del siglo XVI, aunque fue muy transformado en el siglo XVIII y, sobre todo, en el siglo XX de mano del arquitecto Rafael Masó. Por su parte el antiguo Palau dels Agullana está formado por dos cuerpos situados a ambos lados de las escaleras de sant Martí, las cuales a su vez están junto a las de sant Domènec. Ambas partes fueron unidas en 1631 por un puente cubierto que presenta un bonito arco rebajado que le da magnificencia al edificio, constituyendo el techo del callejón donde se encuentra.
En la obra intervinieron el cantero y maestro de casas Felipe Regio y Juan y Guillermo Sierra, escultores de los escudos y otros elementos decorativos. En la actualidad el característico arco es uno de los lugares más visitados, más fotografiados e incluso más pintados de Gerona.
La cima de la calle está ocupada por la iglesia del antiguo convento de Sant Martí, la església de Sant Martí Sacosta de estilo barroco-neoclásico. Existen indicios que señalan que aquí hubo un templo dedicado a san martín desde el siglo IX, sin embargo, sería remodelado en el siglo XI, el cual fue prácticamente sustituido por el edificio actual en el siglo XVI promovido por el establecimiento de un colegio jesuita. Su fachada, cuya majestuosidad se multiplica al estar situado al final de la escalinata, presenta la imagen de san Martín y, arriba del todo, el escudo de los Austrias. El campanario actual se levanta sobre la base románica del siglo XI.
Seguimos nuestro recorrido por el Barri Vell, en esta ocasión, en nuestro camino hacia la zona noreste de la ciudad, nos topamos con otro importante monumento: el convent de Sant Domènec de Girona. Se trata de un complejo católico fundado en 1253 por el obispo Berenguer de Castellbisbal, el cual ha sido rehabilitado para acoger las funciones de la Universidad de Gerona, por ello se adhirió al edificio neorrománico de la Facultad de Letras. El convento está presidido por la iglesia, de una única nave con capillas laterales, que cuenta con dos claustros, uno completamente gótico y el otro de estilo románico, peor conservado con aquel primero.
De esta manera llegamos ahora hasta la zona que se encuentra justo detrás de la Catedral, para ello debemos ascender por la carrer del Bisbe Josep Cartañà, la cual se ha hecho muy popular debido a que aquí se rodó una escena donde Arya Stark quien, tras quedarse ciega, se encuentra sentada en uno de los escalones mientras pide dinero. Pues bien, todos los turistas que acuden a este rincón de la ciudad se toman la correspondiente foto emulando a aquel personaje de la serie Juego de Tronos.
Desde aquí llegamos a los Jardins de La Francesa, llamados así debido a que aquí, y hasta los años sesenta del siglo XX, vivía Madame Matieu donde componía sus obras literarias. Su propiedad consistía en una torreta rodeada de un jardín, la primera desapareció y el espacio ajardinado ha llegado hasta nuestros días. Sobre el dintel de la puerta de entrada al recinto podemos leer “Domus canonical”, el cual hace referencia al título de un poema de Isabel Oliva i Prat que dedicó a este jardín. Desde aquí se obtiene bonitas vistas sobre el ábside de la catedral y la torre de Carlomagno.
Un poco más arriba se llega al Jardin dels Alemanys que debe su nombre al antiguo cuartel construido en 1690 que acogió, al menos durante un tiempo, una guarnición de soldados alemanes destinados en esta ciudad. Como resultado de las constantes guerras con Francia a lo largo de la segunda mitad del siglo XVII se levantaron en diferentes puntos de Gerona cuarteles que tenían la finalidad de acoger las tropas que se encargaba de la defensa de las fortificaciones de la ciudad. La funcionalidad del edificio, tras varias vicisitudes, se mantuvo hasta 1809 cuando se produjo el asedio napoleónico, lo que provocó graves daños al cuartel.
La planta de la antigua edificación tiene forma de trapecio, con el costado más largo al oeste. Las paredes perimetrales de los lados norte, este y sur están constituidos por las antiguas murallas de la ciudad, mientras que el lado oeste lo conforman altos muros del edificio militar, donde, precisamente, se abre una gran portada con unas garitas de guardia, la cual era la entrada principal. En la actualidad es un agradable espacio ajardinado que combina vegetación y ruinas, entre las que destaca la fachada del edificio principal y algunas dependencias.
Pero en la zona podemos ver más construcciones defensivas del pasado de Gerona, como la medieval Torre Gironella, el punto más alto de la ciudad, situado a sesenta metros sobre el nivel del rio Oñar. La torre fue construida en el siglo XII aprovechando otra edificación romana anterior, aunque a lo largo de los siglos ha sufrido varias reconstrucciones y reformas: en 1404 se derrumbó por lo que fue rehecha a partir del 1411, posteriormente en el siglo XV sufrió graves daños, volviéndose a reconstruir en 1411, por su parte en el año 1814 fue volada por orden de Napoleón. Por tanto, presenta una mezcla de diferentes épocas que podemos apreciar por sus piedras: bases romanas, muros medievales y posteriores refuerzos y ampliaciones.
En definitiva, la Torre Gironella formaba parte de una antigua fortaleza, cuya construcción es atribuida, tradicionalmente, al legendario Gerión. La fortaleza contaba con otras torres que todavía son visibles como es el caso de la Torre del Telégrafo, en el cual se encontraron restos de cerámica íbera, por lo que se atribuyó al lugar erróneamente como el primer núcleo habitado de la ciudad. Es posible ascender hasta lo alto de la Torre Gironella, desde donde se obtienen unas bellísimas vistas de Gerona, además, en los jardines que rodean la torre, podemos encontrar bonitas estampas como la que nos ofrece un templete con la catedral al fondo. Desde aquí podemos acceder a las murallas de Gerona.
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