El Call dels jueus, del hebreo kahal, es la palabra utilizada en catalán para hacer referencia a los diversos barrios judíos. El que nos ocupa es el mejor conservado de toda Europa. Su distribución laberíntica y ambiente medieval ya la hace por sí sola merecedora de una visita a Gerona. Eso sí, su orografía, con cuestas y empinadas escaleras, no la hacen accesibles para todo el mundo. Es innegable que la aportación histórica y didáctica de este barrio, así como la recuperación de la memoria judía de estas calles, la convierten en un lugar único y fascinante. De hecho, la semejanza entre sus callejones empinados y los del casco antiguo de Jerusalén no es sólo una coincidencia azarosa. Y por si esto fuera poco, los fans de la serie Juego de Tronos, están de enhorabuena, puesto que Gerona fue escenario de algunas de sus escenas, y por supuesto estas calles no podían faltar. Las transformaciones que sufrió tras la expulsión de la comunidad hebrea en 1492 no impidieron que el Call conserve gran parte de ese misterio cabalístico que caracteriza a los judíos en Gerona.
Gracias a la documentación que se conserva de la época, se sabe que entre los años 888 y 890 se instalaron unas veinticinco familias judías en las inmediaciones de la Catedral. Mucho más tarde, el término “judío” apareció en un documento de julio de 1160. La comunidad fue creciendo a ambos lados de la carrer de la Força, hasta que en el siglo XIV ya eran alrededor de mil individuos, un diez por ciento de la población de Gerona. De entre sus habitantes, hay que destacar importantes pensadores que desarrollaron sus teorías entre estas calles, como Jacob bien Sehet, el poeta Mesulam Selomó de Piera, y los grandes filósofos Ezra bien Salomón y Azriel de Gerona. Pero la figura que más destaca fue el del médico, poeta y filósofo Mosse ben Nahman, más conocido como Bonastruc ça Porta. También hay que señalar que de la escuela de cábala de esta ciudad salió el primer grupo de cabalistas de la península ibérica en la primera mitad del siglo XIII, entre ellos, además de ser poeta, Abraham ben Isaac he-Hazan.
Tras estos toques históricos seguimos recorriendo este barrio. Una de las calles más pintorescas y más visitadas es la del carrer de Sant Llorenç, el verdadero corazón del Call que enlaza el carrer de la Força con el límite superior del barrio. Presenta un trazado sinuoso y empinado, con bóvedas que cubre su parte inferior. En esta calle se encuentran la casa Colls-Labayen y el centro Bonastruc ça Porta, este último es un conjunto de construcciones, patios y jardines, cuya configuración actual se hizo en una reforma durante los años setenta del siglo XX, albergando en la actualidad el centro de estudios del mismo nombre, el Museo de Historia de los Judíos y el Patronato del Call de Girona.
Por su parte la casa Colls-Labayen era propiedad, en el momento de la expulsión de los judíos en 1492, del rector de la Aljama Lleó Avinai, quien, junto con otros miembros del Consejo Judío, firmaron la venta de propiedades comunales, entre ellas la Sinagoga, el hospital y los baños, además de donar el cementerio, al caballero gerundense Joan de Sarriera. De este edificio privado (en ocasiones se puede visitar) sólo podemos ver, en parte, desde la misma calle de Sant Llorenç, el patio en el que destacan el pozo que data de la época de la expulsión, la columna románica y los ventanales góticos. Y sí, aquí también se rodó una escena de Juego de Tronos. En el interior del pozo se han encontrado ranuras donde alguien escondió diferentes Mezuzah, probablemente un converso.
Otro de los rincones que destacamos de este barrio es el Carrer de l'Escola Pia, lugar donde se encuentra una de las puertas de acceso al Call, abierta a posteriori sobre el lienzo del muro. Junto al arco podemos ver una torre cilíndrica, conocida como Vescomtal, desde donde la muralla cambió de dirección para descender hasta el carrer de la Força. Aunque esta torre es de origen románico, cuenta con sillares romanos del siglo III reaprovechados. Otro de los rincones imperdibles del Call gerundense es el Carrer de Manuel Cúndaro, donde veremos ventanas cegadas y una bóveda que cubre su parte central.
La Pujada de la Catedral, también conocida como Pujada de la Verge de la Pera por la imagen mariana barroca del siglo XVII situada en su parte superior, sube en diagonal por la colina de la Catedral hasta llegar a la cisterna situada al lado del templo. Se trata sin duda de la vía mas luminosa que conforman el Call gerundense, al ser considerablemente más ancha. En el inicio de las escaleras, se encuentra la escultura de Subirachs dedicada a los constructores de las catedrales. Seguimos avanzando y en el primer rellano se encuentra el conjunto arquitectónico de la Pabordia de los siglos XIII-XIV, inicialmente destinada a baños públicos y donde destacan el patio de entrada, las escaleras y el atrio. En la zona superior de la calle se encontraba uno de las puertas de acceso al barrio, por tanto, su límite superior.
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