Básicamente la ciudad posee dos perfiles muy bien definidos, por un lado es una urbe joven y dinámica, gracias a su popular universidad que hace que haya siempre juventud en sus calles; por otra una cara más institucional, no hay que olvidar que fue capital de la República Federal Alemana y en la actualidad acoge instituciones como la ONU y diferentes eventos importantes para la Unión Europea. De cualquier modo, Bonn es una ciudad fácil de visitar, agradable y tranquila, por eso te invitamos a conocer algunos de sus rincones más importantes.
Idioma Oficial: | alemán |
Moneda: | Euro (€). |
Población 2011: | 327.913 habit. |
Superficie: | 141,22 km² |
Prefijo telefónico: | 0049 228 |
Web oficial: | bonn.de |
Sus orígenes hay que buscarlos en época romana, cuando se construyó un puente sobre el río Rin en el año 10 a.C. cerca de un lugar llamado Bonna. Esta palabra en el idioma celta significa ciudad, por lo que se cree que en dicho emplazamiento pudo haber un asentamiento de este pueblo. Después de la Batalla del bosque de Teutoburgo, en el que se enfrentaron los germánicos con los romanos, se estableció aquí un fuerte que albergaba a 7000 legionarios. este establecimiento llamado Castra Bonnensia dio origen a la ciudad.
Durante el Imperio carolingio se convirtió en un centro religioso, hecho que llevó a que desde el año 1597 hasta el 1815 se convirtiera en ciudad residencial de los príncipes electores arzobispos de Colonia. La herencia de aquella época ha quedado impregnada en sus edificios barrocos y en las casonas en estilo art noveau de finales del siglo XIX. El padre de Beethoven fue organista del último de los príncipes electores.
En el siglo XIX, tras la derrota de Napoleón, Bonn pasó a pertenecer al reino de Prusia. Después llegaría la I Guerra Mundial en que la ciudad fue ocupada por diferentes tropas extranjeras. Sufrió los estragos de la II Guerra Mundial, como el asesinato de alrededor de 1000 judíos en manos del nazismo, y otros 8000 fueron deportados a diferentes campos de concentración. En 1945 la ciudad fue liberada por los británicos y en 1949 fue elegida como capital del gobierno de la República Federal Alemana, lo que provocó que se desarrollara enormemente.
Fue capital de la RFA hasta el año 1990, momento en que se produjo la reunificación y se devolvió la capitalidad a Berlín, transfiriéndose a ella todas las sedes del gobierno y embajadas. A pesar de no ser ya la capital del estado, Bonn conserva su personalidad política y diplomática, por ejemplo es sede de estamentos como la ONU y ha albergado diferentes cumbres de la Unión Europea.
Una de las cosas importantes que hay que hacer a la hora de organizar un viaje es reservar un hotel lo más céntrico posible para poder ir caminando a los lugares de interés y conocer de esta forma mejor las calles y ambiente de la ciudad. Aunque el centro histórico es fácil de visitar, encontrar un hotel ideal puede ser tedioso.
Dia 1: El primer día en Bonn lo dedicaremos a conocer su casco antiguo, comenzando el recorrido desde la Münsterplatz, plaza que recibe el nombre de la Bonner Münster o Catedral de Bonn. Desde aquí podemos explorar la zona de Sternstraße y sus alrededores hasta desembocar en el Beethoven-Haus, casa natal de este mítico artista al que dedicaremos al menos dos horas.
Después de almorzar podemos visitar la la Namen-Jesu-Kirche, a cuya espalda se extiende la animadísima Marktplatz. Posteriormente podemos dar un agradable paseo por Hofgarten y sus alrededores. Para finalizar el día recorreremos Brassertufer y zonas aledañas.
Dia 2: Este segundo día lo dedicaremos para visitar alguno de los espacios expositivos de la Museumsmeile o Milla de los Museos, como Haus der Geschichte der Bundesrepublick Deutschland o Casa de la Historia de la República Federal Alemana, el Kunstmuseum o Museo de Arte, etc…, etc… Otros museos interesantes fuera de la Museumsmeile son el Arithmeum, el museo regional de LVR-Landesmuseum Bonn, el Frauenmuseum o Museo de la Mujer, etc… etc…
Por la tarde podemos optar por la visita de otros monumentos de interés como el Palais Schaumburg o el Poppelsdorfer Schloss.
Parece increíble que Bonn haya sido capital de un estado hasta hace relativamente poco. Y es que es una ciudad muy fácil de visitar, casi se podría comparar con una capital de provincia antes que de una capital de estado, pero es ahí precisamente donde radica su encanto. Podemos definir a Bonn como una ciudad pequeña con calles limpias, con mucha gente y no es para menos ya que es centro universitario importante.
Es posible recorrer el centro histórico en una mañana si obviamos las visitas interiores, por lo que lo ideal para no ir muy atropellados en esta ruta es dedicarle un día completo. Si tienes tiempo no te quedes sólo en el centro histórico (cuyo recorrido es muy completo en el mapa que te darán, previo pago de alrededor de 0,50€, en la oficina de turismo), sino que también te recomendamos un breve paseo por la zona que acogió los ministerios y embajadas de la antigua RFA. Nos ha encantado el Markt, centro de la vida comercial de Bonn, aquí nos comimos unas salchichas en un puesto callejero que nos encantó y que encima tienen un muy buen precio. Como dice el dicho "allí donde fueras haz lo que vieras" pues eso mismo, te animamos a picar alguna especialidad en salchichas mientras continúas caminando y sigues el ritmo de vida, en este caso, de visita.
Pero detengamos un momento un momento el recorrido por la ciudad para tratar la cuestión del alojamiento. Aunque Bonn posea un casco histórico pequeño y fácil de recorrer, muchos de los hoteles se encuentran fuera de él y algunos a mucha distancia. Los que están en esa zona suelen tener precios más altos. Siempre recomendamos reservar una habitación lo más cerca posible del centro histórico, sabemos que si nos equivocamos en la elección de una habitación nos puede fastidiar el resto el viaje.
Tras este paréntesis, seguimos en los alrededores del Markt donde hay diferentes panadería y pastelerías donde puedes probar algún dulce especial, te aseguramos que no sabrás donde elegir. No es un dulce pero los frikadelen son unas especies de tortitas fritas hecha de carne picada, mostaza, pan rallado, pimienta y huevo, y están realmente buenos. Dejando la comida a un lado, nos enamoró el Hofgarten y alrededores. Impresiona comprobar que los alemanes siempre encuentran un rato para pasear o tumbarse en la hierba por mucho frío que haga, es más, las terrazas siempre están llenas, eso es algo que se ve mucho no sólo en Bonn sino también en toda Renania del Norte-Westfalia.
Otra plaza que nos encantó fue la Münsterplatz rodeada de edificios como la catedral de Bonn, cuya entrada es gratuita. Posee un claustro, al que se accede por una puerta lateral que se encuentra entornada, ajeno al ajetreo exterior. El edificio por fuera impresiona más que por dentro, sobre todo por sus altas torres y sus diferentes fachadas las cuales poseen cada una personalidad propia. En el centro de la plaza se encuentra el monumento del hijo pródigo de la ciudad: Beethoven.
Y esa es otra de las visitas que recomendamos fervientemente, la Beethovehaus o la casa natal del genial compositor. Ir a Bonn y no venir aquí no tiene perdón, puesto que estamos en el museo con más material del mundo relacionado con Beethoven y por ello se hace un recorrido muy completo por su vida. Recomendamos la visita con un audioguía puesto que además de explicaciones podrás escuchar diferentes fragmentos de temas compuestos por él. Piensa que estás andando por la casa que un día dio vida al compositor y ahora lo haces escuchando alguna de sus composiciones más famosas. Es todo un lujo sin duda.
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