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CATEDRAL DE SAN MARTÍN

La Catedral de San Martín es uno de los principales monumentos de la ciudad y uno de los más bellos en estilo románico de toda la región del Rin. Sobre el solar donde hoy se levanta el templo había una necrópolis romana (como así lo testifica los numerosos restos encontrados, como altares, tumbas y estelas funerarias), que fue utilizada hasta el siglo II.

Sobre el cementerio se construyó en el siglo IV un templete que constaba de una sala de 13,30 metros de largo por 8,80 metros de ancho, y que la tradición señala como fundadora a Santa Elena, madre del emperador Constantino el Grande. En este tiempo se colocó la primera sepultura en ataúd siguiéndoles otras, que en la actualidad están marcadas con una cruz de mármol policromado.

En años anteriores ya se había extendido la creencia de que en la iglesia se hallaba el mausoleo de los mártires cristianos San Casio y San Florencio, aunque todavía hoy en día no se ha probado este hecho. En cualquier caso, aquéllos eran legionarios romanos pertenecientes a la Legión de Tebas y que, según la leyenda, ocurrió que varios soldados se negaron a seguir las instrucciones del emperador Maximiano Hercúleo que ordenó asesinar a otros cristianos.

Los que rehusaron cumplir las órdenes fueron asesinados y convertidos en mártires, entre ellos se encontraba Casio y Florencio, cabecillas de las revueltas, quienes fueron decapitados en este lugar. En honor a ellos podemos ver dos grandes cabezas cerca del ábside. Junto a ellas se encuentran los restos de un anterior edificio en el que mediante 4 relieves se cuenta la historia que hemos mencionado anteriormente.

Años más tarde, en el siglo VIII se construyó un pequeño monasterio que bajo la sombra de la anterior leyenda recibió el nombre de Colegiata de San Casio y San Florencio. En aquellos tiempos se realizaron ampliaciones del cementerio y se construyeron nuevas salas y se remodelaron otras.

El actual edificio se inició en el siglo XI, cuando la vieja colegiata fue destruida por un incendio. Esta nueva construcción fue una de las primeras basílicas con planta de cruz latina de tres naves en Renania. La catedral contaba con dos cabeceras, una en el este (con una cripta de tres naves) y otra en el oeste (también con una cripta). De ésta época son la cripta del este, el coro principal y la fachada monumental occidental rematada por dos torres tan presente en las iglesias del arte carolingio (conocida como Westwerk). Junto a esta fachada se encuentra la llamada Martinsbrunnen, fuente creada en 1902 por Heinrich Götschmann en la que se representa la fiesta de San Martín en que los niños tratan de cazar las ocas para posteriormente recibir un premio. Las figuras de bronce fueron fundidas después de la II Guerra Mundial y creadas nuevamente en sus moldes originales en 1958.

Durante el siglo XII sufrió reformas importantes, como la construcción de la nave transversal formada por cinco pequeños ábsides, el crucero y la torre octogonal rematada en un techo acabado en pico y que se eleva a 92 metros de alto. En el siglo XIII fue casi totalmente reconstruida, a causa de un incendio que destruyó la nave principal, por lo que se construyó una nave nueva en estilo gótico y se ensancharon la nave transversal y el ábside occidental. En los siglos posteriores volvió a ser objeto de importantes restauraciones, como en los siglos XVI y XX, esta última tras los bombardeos de la II Guerra Mundial.

Ya en el interior podemos observar que se ha conservado la planta con dos cabeceras. La nave central, en el que el doble triforio se abre en ventanales góticos geminados, está divido en tres naves, al igual que el coro. Aunque dentro del templo podemos ver elementos góticos y románicos, el estilo que predomina es el barroco.

También alberga tesoros como dos altares de mármol profusamente decorados realizados en el siglo XVII, mientras que el púlpito, en estilo rococó, es del siglo XVIII. En la nave central se encuentra una estatua de bronce de santa Elena, realizada en el año 1630 por J. Geisselbrun; mientras que en el coro oriental podemos ver unas estatuillas que representan El diablo y El Ángel, realizadas por el Maestro de Sansón en el siglo XIII. También es destacable el tabernáculo renacentista de 1619 que se encuentra en el coro occidental.

El templo tuvo varios órganos, aquí fue donde se colocó uno de los primeros de toda Alemania. Hay que tener en cuenta que ya en el 1230 los sonidos del órgano resonaban en el interior de la iglesia. En 1652 se construyó un nuevo instrumento en el coro oeste, que costó muy caro, en él dio lecciones el joven Beethoven. En 1794 el templo adquiere un nuevo órgano que fue diseñado originalmente para la ciudad letona de Riga, y que estuvo en funcionamiento hasta la década de 1920.

Le siguió uno nuevo que fue inaugurado en tiempos de guerra, con lo que 5 años después quedó seriamente dañado. De las partes reutilizables se realizó uno en 1948 que estuvo en funcionamiento hasta el 1961. Finalmente el nuevo órgano, que vemos en la actualidad, un Klais Opus 1208 con 69 paradas y 5112 tubos, se inauguró en noviembre de aquél año. El instrumento posee algunos relieves diseñados por Manfred Saul en el que se ve, además de escenas bíblicas, acontecimientos contemporáneos como el primer trasplante con éxito de corazón, los primeros astronautas en el espacio, etc...

Bajo el coro oriental se sitúa la cripta del siglo XI que se encuentra dividida en tres naves. La cripta que vemos en la actualidad ha tenido que someterse a reformas completas en varias ocasiones, como en el año 1587 cuando Martin Schenk von Nideggen y sus soldados la saquearon, despojándola de todos sus tesoros.

En la actualidad está dedicada al Santo Sacramento y en ella podemos ver las reliquias de los patronos de la ciudad, los ya comentados San Casio y San Florentino que junto con otros compañeros romanos dieron sus vidas alrededor del año 300 por el compromiso con la devoción cristiana. Es curiosa también la reproducción del arca de Noé.

El claustro románico del siglo XII se encuentra a la derecha de la iglesia, y se accede por una puerta lateral que permanece entornada. Este hermoso espacio, lleno de paz, se lo debemos al curo principal de la catedral, Gerhard von Are (1124–1169) quien mandó construirlo.

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