TINOS (THNOΣ)

INCLUIDO EN LA LISTA DE “RIQUEZA CULTURAL DE LA HUMINIDAD” POR LA UNESCO EN 2015


Además de ser el pueblo más grande de la isla de Tinos y uno de los más antiguos, es también probablemente el más popular entre los turistas, con permiso del complejo de la iglesia de Panagia Evangelistria. Situado en un exuberante valle con vistas a la bahía de Panormos, el nombre de Pyrgos hace referencia a un antiguo castillo veneciano del siglo XVI que se levantaba en la zona, alrededor del cual se distribuía el asentamiento. Ya por aquel entonces el mármol era un material muy utilizado en calles y edificios, de hecho, mucho tiempo atrás, durante la antigüedad, el mármol de Tinos era tan conocido como el de Paros. La diferencia del mármol de ambas islas es que la de aquella primera es de un color blanco brillante, mientras que el de Tinos es de color verde con numerosas vetas blancas, conocido también como mármol serpentino.

Esta parte norte de la isla es conocida por las impresionantes canteras de mármol, por lo que no es extrañar que Pyrgos se desarrollase gracias a la explotación de esta actividad. Junto a aquella prosperidad también se consolidó simultáneamente el arte del tallado del mármol, hasta tal punto que incluso se creó aquí la escuela de Bellas Artes en el año 1955. Actualmente esta piedra sigue siendo un elemento muy importante en la vida del pueblo, al igual que las creaciones artistas, y es que aquí nacieron varios escultores modernos muy destacados, entre los que se encuentran, entre otros, Giannoulis Halepas, Dimitrios Fillipotis y Nikiforos Lytras.

Vamos a recomendarte qué ver en Pyrgos en la siguiente ruta, la cual la comenzamos desde un aparcamiento situado en su costado oeste. Nada más comenzar a andar, inmediatamente nos damos cuenta que aquí todo está construido con mármol, desde escaleras y fuentes a dinteles de puertas y la marquesina de la parada de autobús, la cual, a pesar de ser un elemento muy cotidiano en cualquier parte del mundo, ya demuestra el alto nivel artístico de los escultores locales.

Dejamos la artística parada de bus a nuestra espalda y comenzamos a recorrer la calle que encontramos justo en frente de nosotros. Aquí, a la izquierda destaca el museo de Artistas de Panormos, en el cual se exponen obras realizadas por autores de aquella villa, que es el puerto de Pygos y que veremos después, entre los que destaca, entre otros, G. Halepas, D. Filippotis, Eur. Lambaditis, I. Voulgaris, L. Lukas, G. Vitalis, L. Sohos, etc. Algunas de esas piezas son auténticas obras maestras de mármol, donde a veces se pueden detectar las marcas talladas por sus creadores.

Justo al lado se encuentra un imperdible de Pyrgos: la casa-museo de Giannoulis Halepas, uno de los escultores mas destacado del arte griego contemporáneo, cuyas obras clásicas tienen una estructura geométrica de carácter modernista. En este edificio, donde vivió y creó algunas de sus obras, se exponen, además de algunas de sus piezas, fotografías familiares, objetos personales, muebles y utensilios domésticos originales, además del propio taller. Halepas nació en la década de los cincuenta del siglo XIX y desde muy pequeño ya veía vio a su padre trabajar como escultor. Después de pasar por el Liceo de Syros, por la academia de Artes Figurativas de Atenas entre 1869 y 1872, y continuar su formación en Múnich, regresó de nuevo a Atenas donde montó un pequeño taller, en el que creó "El Sátiro jugando con el amor" y La doncella durmiente" (terminada en 1880), una monumental escultura funeraria que marca la tumba de Sofía Afendaki en el Primer Cementerio de Atenas. La expresividad de los rostros y los cuerpos de las estatuas que creó es noble, consiguiendo atraer a todo observador, lo que hace que Halepas se sitúe al mismo nivel que Rodin.

En 1878 sufrió una crisis nerviosa que hizo que destruyera muchas de sus obras, e incluso intentó suicidarse en varias ocasiones. Ello hizo que terminara el primer periodo del artista, el más creativo e importante. Estuvo varios años internado en una clínica psiquiátrica y tras la muerte de su madre en 1916, habiéndose alejado totalmente del arte, Halepas se convirtió en pastor, con el consiguiente estigma de un lunático. Aún así realizó varias piezas en arcilla y, tras la conmoción de varios críticos de arte por el abandono del artista por parte del Estado, su figura vuelve a emerger. Así En 1930, se completa el segundo período de su trabajo, que revela su perturbadora situación psicológica. Los últimos años de su vida comenzó a trabajar de nuevo en la calle Dafnomili en Atenas, donde vivió hasta su muerte en 1938. Las obras de este tercer período son de menor valor, en comparación con su nivel artístico anterior.

Continuamos nuestro paseo por las callejuelas de Pyrgos y seguimos comprobando que la tradición artística del pueblo es totalmente patente en cualquier esquina y en los numerosos ornamentos que encontramos en todas partes. Ya hemos visto que nos encontramos en tierra de artistas, por lo que no nos extraña que los escultores locales hayan decorado con esmero y buen hacer la villa, da la sensación de que estamos andando por un autentico museo de mármol al aire libre. Tal es la tradición que todavía hoy podemos toparnos con los talleres de varios escultores y la propia escuela de Artesanía del Mármol de Tinos, donde los jóvenes artistas se forman para continuar la tradición del esculpido del mármol.

Y así llegamos hasta la plaza principal del pueblo que se encuentra pavimentado con mármol, y constituye un agradable espacio lleno de terrazas de tabernas y cafeterías, bajo la gran sombra de un plátano que tiene más de 180 años. Aquí es buen lugar para tomar un café, un aperitivo o un almuerzo o cena, ya que siempre está llena de gente. En un extremo de esta plaza encontramos una imponente fuente de mármol que surtía de agua el pueblo.

Esta fuente fue construida en tres fases diferentes: la primera fue cuando se construyó en el año 1784, como así lo demuestra una inscripción situada en la parte trasera del edificio. De aquella época se conservan en su interior los siete caños que presenta una decoración barroca, mientras que de la segunda fase, que tuvo lugar en 1868, presenta el tramo techado de doble arco clasicista y el frontón. La tercera y última fase tuvo lugar durante la renovación realizada por Mixalis Lyritise entre los años 1929 y 1930. Posteriormente se añadieron los adornos de las esquinas y los capiteles, entre otras modificaciones. En la columna central de la fachada, a una altura de unos 1,30 metros, podemos ver la línea que señala el punto que alcanzó el agua durante la devastadora inundación de 1873.

Desde esta plaza enseguida se llega a la iglesia de Agios Nikolaos o san Nicolás que fue construida en el año 1874 en el lugar donde se encontraba una pequeña iglesia antigua. El templo cuenta con una decoración externa de mármol, al igual que su interior, donde destacan el púlpito de mármol, el iconostasio tallado en mármol blanco por artesanos locales y la escalera de mármol del siglo XX (cuya originalidad y rara estructura atrae actualmente la atención de los estudiantes de diferentes escuelas de diseño y construcción) que sube a la zona que antaño estaba reservada sólo para las mujeres. Igualmente se pueden ver diferentes obras de artes representativos de la escultura en mármol de Tinos, así como diferentes objetos para la liturgia datados desde el 1800.

Una de las imágenes que más destaca y que llama la atención a los visitantes del templo es el icono de Panagia Hypapanti que muestra a la Virgen María y que fue traído aquí por los refugiados de Quíos, tras la masacre de 1822 perpetrada por los turcos. No se sabe la fecha exacta en que esta obra fue pintada, aunque su día se celebra cada 2 de febrero, cuarenta días después del nacimiento de Cristo, con una gran fiesta en Pyrgos. A pocos metros de la iglesia, y ya fuera de su recinto, se encuentra el cementerio del pueblo que existe desde hace siglos, en el que destaca sus lápidas y esculturas de mármol. El campo santo está coronado por la pequeña iglesia de Metamorfosis tou Sotiros o Transfiguración del Salvador.

Desde aquí es fácil llegar andando hasta el museo de la Artesanía del Mármol de Pyrgos ya que, aunque no se encuentra integrado dentro del pueblo, se encuentra bastante cerca. Terminada la visita a aquel espacio expositivo, nos dirigimos hacia el oeste, topándonos en nuestro camino con la pequeña iglesia de Anastaseos o de la Resurrección. En nuestra ruta seguimos viendo bellos ejemplos del exquisito trabajo en mármol de los artesanos de la isla, incluso vemos multitud de losas bellamente talladas en el mismo suelo.

Llegamos ya al segundo templo parroquial de Pyrgos, la iglesia de Agiou Dimitriou o san Demetrio que fue construida en la década de 1920 sobre los restos de una anterior de época veneciana dedicada al mismo santo, de la que se conserva, en el lado exterior izquierdo de la iglesia, una inscripción que señala que aquella fue construida en el año 1681 por Francesco Apergis. La apariencia actual de la iglesia fue dada concretamente en el 1924, bajo el mando del arquitecto Ioannis Moschonas, El jefe de obra fue Michael Lyritis y el constructor fue Nikolaos Hatzis.

Hay que tener en cuenta que la decoración de la fachada está basada en el diseño original del templo primigenio. El campanario de esta parroquia necesitó 43 años y tres diseños para completarse: el primer proyecto que nunca se realizó era de Mixalis Lyritis en 1925, en el segundo tomaría las riendas su hermano Lázaro, pero con otro diseño diferente, con el cual levantó la torre derecha en 1938, mientras que la izquierda se construyó en 1968 con ampliaciones en el plano antiguo realizado por Ioannis Filippotis.

En su interior destacan diferentes elementos, como el iconostasio que fue diseñado por Ioannis Halepas y ejecutado por Dimitrios Lyritis en 1933; el trono (que cuenta con un respaldo alto y un reposabrazos) que fue diseñado en 1941 por Michael Lyritis y realizado por Christos Vassilias; el púlpito es obra de Ioannis Filippotis de 1950, mientras que los santuarios y su iconostasio fueron diseñados por Dimitrios Lyritis, Michalis Kouskouris y Michael Lyritis.

A pocos pasos nos encontramos con una de las plazas mas bonitas del pueblo que se encuentra embellecido por una fuente que fue construida en el año 1931 gracias a las donaciones de los vecinos. Coronando este pequeño espacio se encuentra la iglesia de Aghia Triada, una de las más antiguas de Pyrgos que en un principio comenzó siendo de religión católica, pero posteriormente se transformó en ortodoxa. En el lateral izquierdo de la plaza podemos ver una escultura en mármol de un busto del dios del vino, una muestra más del alto nivel artístico de los habitantes de este pueblo. Damos por finalizado el recorrido por el pueblo de Pyrgos y ahora nos dirigimos a visitar su antiguo embarcadero: Panormos, donde la mayoría de habitante de aquel tienen aquí una segunda residencia de verano.

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