Este espacio expositivo, el primero de su tipo en toda Grecia, fue creado en el año 2007, convirtiéndose rápidamente en uno de los museos más interesantes de la isla de Tinos. Está albergado en unas instalaciones modernas, al lado de la famosa Escuela de Arte del Mármol, que se integra muy bien con el paisaje que lo rodea, así como con el propio pueblo de Pyrgos, contando además con una sala polivalente. Aquí el visitante puede aprender más sobre esta noble piedra y conocer mejor el ciclo completo del proceso del mármol, desde que es extraído de la cantera hasta que es convertido en una obra de arte. Todo ello ilustrado con objetos hechos de mármol (pedestales, morteros, lucernarios, fuentes, etc.), tanto seculares como religiosos, y tanto funerarios como de uso cotidiano, fotografías, material audiovisual, modelos de arcilla, herramientas para la extracción y el tallado del mármol, la colección más rica de Grecia de antiguos dibujos de artesanos del mármol, etc.…
Tras esta pequeña introducción nos disponemos a visitar este museo, comenzando por el propio parking y el camino que conduce hasta la puerta principal, pues cuenta con diferentes esculturas de mármol, terminadas y semielaboradas, que fueron realizadas jugando con los volúmenes y las formas, incluso representado objetos cotidianos y naturales como la curiosa vaina de un guisante.
Los exteriores del museo también cuentan, además con diferentes equipos mecánicos que en su momento desempeñaron su función en las canteras de la isla, constituyendo un recuerdo histórico y típico de gran valor de las minas de Tinos. Estos equipos fueron antes restaurados y reparados y posteriormente colocados aquí en el año 2008. Entre ellos vemos, en el porche frente a la entrada, una máquina elevadora o grúa giratoria (biga) para bloques de mármol y un carro para el transporte de bloques de mármol procedentes de la cantera de Vathi; en la terraza se encuentra un carro-vagón para escombros y gravilla (una sesoula o pala) y una esquina curva y railes procedentes de la cantera de Patela.
Entramos ya al interior y comenzamos el recorrido introduciéndonos en el mundo artesanos de esta piedra, y es que la isla de Tinos fue el centro más importante de la artesanía del mármol en la Grecia moderna, gracias a su riqueza en mármol blanco, gris y verde. El museo hace hincapié no sólo en esa premisa, sino también en el contexto social y económico en que se desarrollaron los talleres. Para ello se hace un recorrido desde la Antigüedad a la actualidad: la primera vez que se utilizó este material fue durante la civilización cicládica en el tercer milenio antes de Cristo. Es interesante saber que la palabra “mármol” proviene de un verbo del griego antiguo que significa “brilla a la luz del sol”.
El espacio expositivo está dividido en ocho secciones que desgranan todo el proceso. La sección 1 se titula “El mármol: materia prima” que a su vez se subdividen en cuatro partes: composición y estructura, propiedades del mármol, tipos de mármol de Grecia y la producción doméstica de este material. Gracias a la elasticidad, brillo, peso, volumen y durabilidad del mármol fue utilizado como materia prima por excelencia para la realización de las obras de arte, desde los griegos, romanos y bizantinos, pasando por el Neoclasicismo y terminando por la escultura de estos dos últimos siglos.
En Grecia existen diferentes canteras repartidas por todo el país, de las que se extrae más de 120 clases de mármol, de diferentes colores, calidad y tipos, como podemos comprobar en uno de los paneles compuestos por fragmentos de esta roca. El mármol se originó del metamorfismo de las piedras calizas o dolomías (del grupo de rocas carbonáticas) que se formaron en la Era Mesozoica. Por tanto, el mármol se creó entre el Período Triásico, 230 millones de años antes del presente, y el Período Cretácico, 140 millones de años antes de la actualidad.
La sección 2 está dedicada a la cantera: en esta parte del museo conoceremos más sobre las diferentes técnicas aplicadas en esa mina, así como la extracción y el primer procesado que sufren los bloques de mármol antes de ser transportados. Por supuesto también se habla de las herramientas que el cantero utiliza para la extracción de esta preciada piedra.
Y es que en Tinos existen, como ya hemos señalado antes y como podemos ver en un mapa de grandes dimensiones, numerosas canteras, tanto grandes como pequeñas (la mayoría de las cuales pertenecen a empresas privadas), principalmente situadas en la parte noroeste de la isla, zona conocida como Exo Maria, en la que se encuentra este museo. De ellas se extrae mármol blanco y gris de diversas coloraciones, así como el famoso mármol verde conocido en la Antigüedad como “ophites lithos”, es decir el serpentino.
Y así, tras la extracción de la materia prima en la cantera, a continuación, toca su transformación en diferentes artefactos artísticos. Ello es tratado en la siguiente sección, la número 3, dedicada a la artesanía del mármol, por lo que aquí se profundiza más en los talleres y su aspecto, en los dibujos previos a la obra en piedra, en las herramientas usadas para el tallaje del mármol, y en el montaje y colocación final. Antes de comenzar a tallar el bloque de mármol seleccionado, los artesanos realizaban dibujos y plantillas, cuyos diseños eran transferidos a la propia piedra, mientras que para esculturas tridimensionales, primero realizaban una maqueta de arcilla que es reproducida en un modelo en yeso, utilizando la técnica de puntos fijos. De esta manera primero se marca y se inciden los contornos en el mármol, para después eliminar las partes no deseadas, posteriormente se definen los bordes y se lija o pule la superficie.
Para los motivos decorativos, primero se dibujan con un lápiz o se incide directamente sobre la superficie, ya sea a mano o empleando instrumentos de geometría. También se puede emplear unas plantillas para los patrones repetitivos. Una vez hecho, el artesano o bien elimina el fondo dejando en relieve el motivo deseado, o bien solamente incide en la superficie del mármol. Para ello, el bloque de mármol es moldeado utilizando herramientas especiales, tallándolo en bancos de trabajo de madera, mientras que las piezas mas pequeñas se colocaban en cajones de madera o encima de un barril. Existe una amplia gama de herramientas, la mayoría de las cuales se encuentran expuestas aquí, utilizadas para diferentes funciones: medir, dibujar, cortar, cincelar, perforar, alisar y pulir. Las herramientas punzantes se afilaban con una piedra especial llamada “akona”.
La etapa final de una obra de mármol compuesta consiste en el ensamblaje de las distintas partes que la componen, incluso su instalación en el lugar elegido, como por ejemplo un campanario o un trono episcopal (como el que se ilustra en la exposición). Para llegar a la zona superior, los artesanos construían andamios de madera, mientras que para mover las piezas, dependiendo de su forma y tamaño, se ataban con cuerdas y se levantaban hasta su lugar utilizando un dispositivo de elevación del tipo lewis o lewisson, que consiste en hacer unos orificios en la parte superior del mármol, en los que se inserta esos pasadores, en cuyos anillos superiores se pasa una cuerda para poder levantarlo. Así, las diferentes partes se unían con pasadores y clavijas de hierro que, como en la Antigüedad, eran unidas con la técnica de la fundición de plomo. Para nivelarla se utilizaban peñas cuñas de plomo y mortero, mientras que la juntas se rellenaban de yeso o cal, a veces teñidos para que coincida con el color del mármol.
Llegamos ya a la sección 4, titulada “Artesanos y clientes”, en la que se trata con más profundidad la historia de las familias marmolistas de Tinos, los encargos y acuerdos, así como la exposición de diferentes dibujos de tallas de mármol. En Tinos la artesanía se transmite de padres a hijos, de hecho, de esta tierra son artistas famosos que han dejado huella en toda Grecia y también en Asia Menor, Rumania, el sur de Rusia y Egipto. Los marmolistas locales realizaban su trabajo en talleres sencillos, y en muchas ocasiones pequeños, que contaban con grandes ventanas, y situados en los sótanos de las casas o en locales a pie de calle. En ellos existe una estricta jerarquía: el propietario (ofentiko o protomastoris), los maestros (mastoroi) y los aprendices (parayoi). Los maestros reciben un salario diario, los aprendices aprenden el oficio sin remuneración, mientras que los ayudantes de los maestros (mastorakia) ganan un salario inferior al del maestro.
Fue a principios del siglo XX cuando la isla vivió su máximo apogeo en cuanto a artesanos del mármol. En Pyrgos concretamente había unos 500, además de 100 canteros. Y es que, un siglo antes, en el XIX, la expansión del mármol y fama de estos artesanos trabajándolo hicieron que muchos de ellos se trasladaron a otros lugares, como Atenas, donde se crearon importantes talleres que pronto funcionaron como un importante centro secundario, después de los de Tinos. Aquellos artesanos desplazados tenían una admirable precisión requerida para la realización de obras neoclásicas, además se adaptaron muy rápidamente a la lectura de los planos arquitectónicos gracias a la larga experiencia técnica acumulada en Tinos.
Enseguida empieza la sección 5 dedicada a las piezas de mármol, compuesto por objetos seculares (tanto de espacio públicos como privados), objetos litúrgicos (tanto para iglesias ortodoxas como católicas), monumentos funerarios y piezas público-privadas, objetos de uso cotidiano y los montantes de abanico o dinteles de mármol (ventanas semicirculares que cubre la arquivolta de las puertas y ventanas) típicos de Tinos. Estos travesaños se encuentran decorados con simboles protectores o diferentes representaciones pictóricas. Están hechos así para permitir la entrada de luz y aire fresco al interior de las estancias, ya que era necesario ventilarlo para la sericultura doméstica (cría del gusano de seda) y para el almacenamiento de alimentos.
Colocados sobre la pared vemos una importante colección de dibujos realizados por artesanos del mármol de diferentes construcciones eclesiásticas, tanto de iglesias ortodoxas, como católicas. En estos edificios los marmolistas dejaron su huella, desde los altos campanarios y exteriores, hasta la decoración interior y su mobiliario. La decoración exterior se encontraba, aparte de en la propia torre del campanario, en los dinteles y marcos de las puertas, en las placas de mármol con inscripciones, iconos en relieve (en especial del santo venerado), etc. Por su parte, el interior de las iglesias ortodoxas cuenta con elementos de mármol como tronos, pulpitos, pedestales para iconos, etc. El estilo arquitectónico ha ido variando con el tiempo: el iconostasio de mármol (de entre los siglos XVII y XIX), cuya forma y decoración recuerda a la de sus homólogos realizados en madera, posteriormente corrió una influencia del neoclasicismo y finalmente, en la década de 1930, dominaba el estilo neobizantino.
Los cinco siglos de dominio veneciano en la isla dejaron, entre otras cosas, una importante comunidad católica. Por ello, también se construyeron iglesias de esta religión cristiana. Especialmente era importante el altar, que comenzó a construirse con mármol a partir de la época de ocupación germano-italiana durante la II Guerra Mundial, aunque otros elementos importantes, como las pilas bautismales y las pilas de agua bendita, también se realizaron con esta piedra. Las principales influencias estilísticas provienen de modelos occidentales. Por otro lado, justo en frente, podemos ver diferentes obras seculares de mármol como una fuente neoclásica del siglo XIX, un santuario clásico de calle, una fuente barroca de 1775, un dintel de una construcción rural de 1808, diferentes montantes de abanico o dinteles, etc., etc.
La siguiente, la sección 6 está dedicada a la talla del mármol en Tinos a lo largo de los siglos. Esta piedra ya se utilizaba durante el tercer milenio a.C., pero su uso en Tinos se atestiguó por primera vez en el siglo IV a.C. cuando se construyó la fuente ornamental del santuario de Poseidón y Anfitrite en Kionia. Durante la época romana, los mármoles de la isla se utilizaron ampliamente y también se exportaban. Durante el periodo veneciano (1204 – 1715) la escultura vivió un gran momento y mantuvo su tradición bizantina pero enriquecida con estilos occidentales. Los primeros relieves de mármol existentes de este período son principalmente escudos de armas (XV-XVI). En el siglo XVII tienen lugar los primeros equipos de marmolistas organizados. En el siglo XVIII los artesanos del mármol se consolidan como profesionales cualificados, además, con la llegada de los turcos, ampliaron su actividad más allá de la isla. En el siglo XIX se adaptó el estilo neoclasicista, mientras que, a partir de la década d e1930, la decoración eclesiástica siguió el estilo neobizantino. A finales de los 70, gracias al turismo, volvió a estar de moda la artesanía de estilo popular. En 1955 se inauguró la Escuela Preparatoria y Profesional de Bellas Artes de Panormos, algo que ya se tenía en mente desde el siglo XIX.
La siguiente, la sección 7 está dedicada a los artesanos de Tinos en la Atenas neoclásica, estilo al que se volvió tras la Guerra de Independencia Griega. En aquella época, los creadores nacionales y extranjeros se propusieron dotar a las ciudades griegas, especialmente Atenas, de edificios de mármol acorde a una capital a la altura de otros países europeos, para lo cual abrazaron el clasicismo y utilizaron el mármol blanco para los edificios. De esa manera se reactivaron las canteras de Penteli e Hymmetos y se demandó un gran numero de personas trabajadoras, lo que hizo que los marmolistas experimentados de la isla se trasladaran a Atenas. Sin embargo, la pericia de estos no era suficiente y se tuvieron que adaptar a las nuevas condiciones, para lo cual aprendieron a interpretar al mínimo detalle los diseños arquitectónicos y trabajar con gran precisión para reproducir las formas antiguas. Por supuesto no tardaron en adaptarse y pronto abrieron sus propios talleres que satisfacían todas las demandas de los arquitectos.
Y así llegamos a la sección 8, titulada “de la escultura artesanal a la escultura artística”. Con la inauguración en 1837 de la Escuela de Artes de Atenas (que contribuyó a aquella adaptación de los artesanos de Tinos en Atenas), que después daría origen a la escuela de Bellas Artes, se establecieron, junto con la universidad Técnica de Atenas, las diferencias entre un tallador de mármol y un escultor. Los marmolistas de Tinos en Atenas se alejaron de la tradición local y se apoyaron tanto en modelos de la Antigüedad, como de corrientes europeas contemporáneas, aunque llevando su sello personal, mientras que los escultores crearon diferentes obras de arte, como bustos, monumentos funerarios, esculturas, etc. Hay que decir que las cualidades del escultor y del tallador de mármol coexistían muy a menudo.
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