La basílica fue construida por orden del obispo Eufrasio entre los años 539 y 553, como ampliación del ya existen Oratorio de san Mauro Mártir del siglo IV, algunos de cuyos mosaicos originales sobre fondo dorado aun sobreviven en la actualidad. Se trata, pues, de uno de los mejores ejemplos que se mantienen intactos de arte bizantino en Europa, compuesto por un complejo que incluye atrio, baptisterio, Palacio Episcopal, mosaicos y restos de edificios sagrados que datan de los siglos III al IV. El acceso al interior se realiza a través de un portal historicista mandado construir por el obispo Flapp a mediados del siglo XX. Sobre la puerta vemos un mosaico de Jesucristo con la frase del Evangelio “Yo soy la puerta, quien entre a través de mi será salvado”.
Tras atravesar la puerta y adquirir los tickets, desembocamos directamente en el atrio que fue construido por el obispo Eufrasio en el siglo VI. Su forma consta de un cuadrado con cada lado porticado con dos columnas. En una de las esquinas se sitúa una inscripción tallada en piedra que atestigua la renovación completa del atrio que en ese momento se encontraba en ruinas, llevada a cabo en el siglo XIX por orden del emperador austrohúngaro Francisco José. Aquí podemos ver diferentes hallazgos arqueológicos que datan de la época medieval, como las lápidas de las paredes que pertenecen a los obispos de Parentium.
Al este del atrio se encuentra la basílica que veremos más tarde, y al oeste el baptisterio octogonal que contiene en su centro una pila bautismo hexagonal del siglo VI. En uno de los laterales de la estancia, junto a la puerta, podemos ver restos de un fragmento de mosaicos datados en el siglo V.
Desde el baptisterio se abre una puerta, tras la pila bautismal más moderna, desde la que se asciende hasta la cima del campanario que fue construido en el año 1520. La parte superior de la torre ofrece una hermosa vita de Poreč y sus alrededores, además de las propias campanas. Tras eso, descendemos de la torre, volvemos a cruzar el baptisterio y giramos a nuestra izquierda, donde una escalera nos lleva hasta el Palacio Episcopal, cuyo pórtico de la planta superior exhibe fragmentos escultóricos de la Antigüedad y de la época paleocristiana que datan de los siglos II al VI.
Tras visitar el interior del Palacio Episcopal salimos de nuevo al aire libre, para lo cual cruzamos el área donde se encontraba el antiguo cardo romano. Justo a nuestra izquierda vemos una de las puertas con que contaba la ciudad en época romana y que conducía a la parte norte del puerto de la antigua ciudad de Parentium. Durante la Edad Media la puerta estuvo tapiada y la parte interna fue rellenada para albergar un cementerio.
Entre los restos arqueológicos vemos muchas partes de los mosaicos que no son originales, sino que se tratan de copias hechas en la primera mitad del siglo XX para reemplazarlos por el suelo original de la iglesia más antigua. En la planta baja del Palacio episcopal hemos tenido la oportunidad de ver aquellos fragmentos originales. Hay que tener en cuenta que estos mosaicos fueron reemplazados porque en el momento en que se construyó el suelo se situaba cerca del nivel del mar y mil seiscientos años después de su creación, el mar los alcanzó, hasta tal punto que el nivel del agua salada en la costa norte de la Adriático sube a un ritmo de aproximadamente un milímetro por año. Por lo tanto, cuando la marea está en su punto más alto los mosaicos se encuentran sumergidos a más de veinte centímetros.
En definitiva, estos restos arqueológicos pertenecían a dos iglesias que se habían levantado antes de la basílica de Eufrasio: la que se construyó en el siglo IV (erigida sobre la primera iglesia que no era otra que la antigua casa de san Mauro) y otra posterior en el siglo V conocida como la basílica preeufrasiana. Aquella primera basílica era un edificio de tres naves levantado para albergar los restos mortales del obispo Mauro y de otros mártires que fueron trasladados desde el cementerio paleocristiano. La segunda basílica, más grande y levantada al lado de la anterior ya existente, se encuentra actualmente debajo de la catedral que vemos hoy en día, la cual fue construida a mediados del siglo VI por el obispo Eufrasio, tras mandar demoler casi por completo la basílica anterior, levantándose en aquella época el complejo entero: el atrio, el palacio episcopal, e incluso se restauró el baptisterio.
Antes de volver a introducirnos en el interior del complejo, junto a los restos arqueológicos y situado sobre los restos de las antiguas murallas de la ciudad, hay un mirador desde el que se obtiene una bella vista hacia los propios restos de los mosaicos, así como del propio conjunto catedralicio y fuera de las murallas hacia el mar, extendiéndose hasta la bahía de Peškera y su costa norte.
Entramos ya al área del ábside de la basílica pre-eufrasiana, el cual hasta principios del siglo XXI se utilizó como sacristía. Tras las excavaciones podemos ver el suelo del ábside que estaba decorado con un mosaico policromado que es el mejor conservado de la parte occidental del conjunto. Aquí vemos un muro semicircular con restos del banco de piedra para el clero, en el siglo XVIII se instaló un gran sepulcro, mientras que probablemente en el siglo VIII en la esquina suroeste se colocó un sarcófago de piedra sobre el cual se encuentra un arcosolio, es decir una tumba abovedada en un hueco de la pared. Todos estos elementos quedaron bajo tierra en el siglo IX o X cuando el nivel del suelo se levantó y este recinto se convirtió en una pequeña capilla a la que se le añadió tres ábsides semicirculares.
Actualmente sólo son visibles sus cimientos ya que fue desmantelado en el siglo XIV, cuando la sala recuperó su planta rectangular original para transformarse en una sacristía con paredes decoradas al fresco. Partes de los frescos se pueden ver hoy en día, entre ellos en el muro sur se pueden apreciar episodios de la Pasión de Cristo, mientras que en el muro norte hay una escena mejor conservada en la que se muestra a dos verdugos azotando a una persona caída de rodillas, santo que hasta el momento no se ha identificado con certeza. En la misma pared se conserva otro fragmento de fresco que claramente se encuentra debajo de las capas de pinturas góticas, por tanto, es una reminiscencia de las pinturas murales más antiguas que datan de antes del siglo IX.
Seguimos avanzando y entramos en una sala abovedada de dos naves que se construyó en el siglo IX entre los ábsides de las dos basílicas (la Eufrasiana y la más pequeña del siglo V), aunque se cree que estas salas existieron antes que las iglesias, como así lo indica los mosaicos del suelo que se excavaron en esta zona y que se pueden ver en un lateral, a la derecha. Al final de la sala abovedada, a la izquierda, se abre una puerta con un marco de mármol (actualmente tapiada) que conducía a la capilla conmemorativa.
La “cella trichora”o capilla conmemorativa con forma de trébol cuenta con un vestíbulo elíptico y abovedado en su frente, el cual conserva importantes restos del suelo de mosaico original del siglo VI, momento en que se construyó la capilla. Se trataba de un edificio independiente separado de la iglesia que probablemente sirvió como un lugar conmemorativo donde se veneraban los las reliquias de un santo, o haber sido primigeniamente construido a modo de tumba-mausoleo para alguna persona privilegiada.
Centrándonos la capilla vemos que en su centro se encuentra el sarcófago de mármol de San Mauro y San Eleuterio construido en la época del obispo Paganus, concretamente en el año 1247. En efecto, el sarcófago albergó las reliquias de aquellos santos hasta el año 1354, cuando durante la guerra entre Venecia y Génova la iglesia fue saqueada y los cuerpos fueron llevados a esta última ciudad de donde regresarían de nuevo a este lugar en el año 1934. Como dato curioso, se puede apreciar en la parte inferior del sarcófago dos pares de cinco pequeños agujeritos, los cuales se creían que permitían la circulación del “poder” que emanaba desde las reliquias hacia el exterior. De esta manera accedemos ya al interior de la propia Basílica Eufrasiana, la última parte de este recorrido por el complejo, que fue construida por el obispo Eufrasio entre los años 543 y 554.
Copyright© 2018 ESTurismo.