POREČ (parenzo)

BASÍLICA EUFRASIANA: PALACIO EPISCOPAL


Este edificio fue utilizado por los obispos de Parentium como residencia durante mil cuatrocientos años. Durante ese período el palacio sufrió varias reconstrucciones y reformas, la mayoría de esos cambios fueron eliminados para recuperar el aspecto original del edificio durante las obras de restauración de 2001. De esta manera el aspecto del pórtico que vemos actualmente se remonta a finales del siglo XVII, en tiempos del obispo Mazzoleni, quien también encargó la construcción de la elegante escalera.

Y así llegamos al salón central del Palacio Episcopal del siglo VI. Fue construido a modo de una sala de ceremonias para las recepciones, para lo cual cuenta con un trono utilizado por el obispo Eufrasio no sólo para tal fin, sino también para gobernar tanto la diócesis como la ciudad de Parentium. La habitación, que posee la forma de casi un cubo perfecto, ha conservado sus características arquitectónicas originales, como los restos de estuco del siglo XVII del ábside lateral que se sitúan en un expositor en la estancia anexa. Aquí se encuentra también el retablo del Altar Mayor de la iglesia de santa Maria (crkva svete Marije od Vrata) de Motovun (un pueblo a unos 29 kilómetros de Poreč), tallada probablemente en 1527 y restaurada entre 2004 y 2005 en Venecia. La sala es iluminada por la luz que entra a través de las ventanas situadas en la parte superior de las paredes, en una de ellas se ha conservado in situ una transena de piedra original.

En la cara norte se abre el ábside semicircular con una triple arcada. Se encuentra un escalón más elevado que el resto de la estancia para enfatizar su significado, puesto que solía contener el trono del obispo quien era iluminado con una luz especial gracias a las ventanas alargadas situadas alrededor del ábside. Por su parte la triple arcada hace la función de arco triunfal que enfatiza aún más el carácter ceremonial de la zona. La arcada consta de dos pilares, uno de los cuales es original, en cuya arcada interior se puede observar un motivo de vid con hojas en medio de las cuales los pájaros picotean unas uvas, se trata de una referencia a la parábola de Cristo “Yo soy la vid y vosotros las ramas”. Esta habitación es, en definitiva, la única sala ceremonial paleocristiana que se conserva hoy en día en el mundo.

En un lateral de la estancia central se abre el salón del obispo Polesini de finales del siglo XVIII, en el que destaca la decoración barroca en la que predomina el color verde. Aquel obispo mandó pintar el escudo de armas de su predecesor en el medallón central del techo, donde también se puede apreciar el suyo propio. En época barroca existió otro salón del mismo tamaño e igualmente decorado en el lado puesto de la gran sala, donde aún se puede ver los restos de estuco en bajorrelieve del techo.

Desde aquí se accede a otras tres habitaciones, la primera de las cuales exhibe una colección de ornamentos litúrgicos y platería de los siglos XVII y XVIII, así como un grupo de esculturas barrocas de madera que provienen del monasterio Sveti Petar u Šumi y que fueron realizadas a finales del siglo XVIII por el escultor Paulus Riedl. En la pared hay un retrato de Gaspar Negri, el obispo más importante de Poreč en el siglo XVIII.

La siguiente sala alberga la colección de pinturas y relieves de los siglos XIV y XV, entre los que destaca por su calidad artística dos de ellos: el políptico de la Virgen y los santos pintado por Antonio Vivarini en Venecia en el año 1440. En esa obra, además de las características predominantes góticas, la imagen de la Virgen presenta también algunos rasgos renacentistas. En la pared de enfrente se sitúa el tríptico de 1529, una obra sencilla y casi rústica que proviene de la villa croata de Hum, concretamente de la iglesia de san Jerónimo. Entre los relieves destaca una Virgen con el Niño de alrededor del 1420 y proveniente de Europa Central.

A continuación se encuentra la sala donde se exponen diferentes crucifijos románicos de madera datados en los siglos XII y XIII, concretamente son tres. Uno de ellos, quizás el que más destaque por su belleza, proviene de Motovun y data del siglo XIII; otro de la misma época pertenecía a la catedral de Poreč, mientras que el tercero, algo más antiguo que los anteriores, procede de Galižana. El segundo crucifico, el que se encontraba en la catedral de Poreč, fue transformado posteriormente durante los siglos XIV y XV para ser adaptado a la nueva moda iconográfica gótica, como así se demostró durante la investigación y restauración de la pieza a finales del siglo XX.

Visto este primer piso descendemos hasta la planta baja situada bajo la escalinata, a la que se accede a través de un porche que contiene varios arcos de piedra, algunos de los cuales presenta grabada una cruz con los brazos extendidos en un lado y el monograma de Cristo en el otro. Junto con las letras X y P (abreviatura de Hristos) está el símbolo de omega (ultima letra del alfabeto griego) y una corona rodeando todo el conjunto. Los estudiosos creen que el significado probablemente sea “Celebramos (la corona) a Cristo (monograma) que fue crucificado y que dictará sentencia en el fin del mundo (omega)”. Aquí podemos ver, entre otras piezas, un tabernáculo de piedra caliza del siglo XV, además, en el lado oeste del porche podemos ver los restos de la escalera que una vez conectó la planta baja con los primeros pisos.

Entramos ya a la sala central de esta planta baja formando por pilares del siglo XIX, con un ábside principal central y dos laterales menores, uno de los cuales, el situado a la derecha de la sala, alberga un ejemplar único de un trono episcopal monolítico del siglo VIII, el cual posee sus lados decorados con adornos consistente en bajorrelieves con forma de cruces y trenzados.

El ábside central se encuentra protegida por una celosía de madera, ya que contiene valiosas piezas cristianas de la antigua Parentium, entre las que destaca un fragmento original del mosaico del siglo IV en el que se representa un pez y que decoraba el suelo del comedor del obispo Mauro. En las últimas décadas del siglo II se inició una comunidad cristiana en Poreč, quienes se reunían en secreto en la casa privada de Mauro. El suelo de la casa estaba decorado con este fragmento de mosaico en el que aparece la palabra 'pez' en griego (ikhthys), letras que coinciden con la frase “Jesucristo, Hijo de Dios, el Salvador”. Por tanto, en aquella época en el que el cristianismo era una religión ilegal, utilizaban el símbolo del pez como identificación secreta. Junto al mosaico también vemos una placa de mármol que estaba en la parte frontal del altar original de Eufrasio.

Esta placa cuenta con grabados de delfines y palomas, bajo los cuales hay una pequeña puerta a través de la cual se podían ver las reliquias. En la inscripción grabada de la parte superior se hace referencia a que Eufrasio mandó construir el altar once años después de convertirse en obispo. Volvemos a salir de la sala central y, antes de ver los restos arqueológico exteriores, merece la pena detenerse en el ala este del porche donde se expone una colección de fragmentos de mosaicos del suelo del complejo de la iglesia de los siglos IV y V, los cuales están decorados con sólo tres colores.

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