Su nombre oficial es Museo de la Batalla para los heridos del Neretva y fue creado, junto con el complejo conmemorativo, en 1978 bajo los actos de celebración del 35 aniversario de aquella batalla, en la que, según la prensa de la época, se reunieron por primera vez tras la guerra 7.290 combatientes del Neretva. El área expositiva, renovada en el año 2013, está dividido en cinco temas (en proceso de revisión), siendo el más importante el que trata los hospitales partisanos durante la operación, clasificados en las siguientes colecciones: archivos (como documentos procedentes del bando partisano, italiano, alemán, ustacha y chetnik), objetos tridimensionales, fotografías, obras de arte y comunicados de prensa. Además, se exhiben diferentes armas, maquetas y banderas.
A la izquierda de la entrada, en el espacio central del museo, ya se trata el tema de los partisanos cruzando el puente con los heridos, siguiendo cronológicamente los acontecimientos relacionados con la preparación, inicio y duración de aquella operación de rescate, mediante la exposición de originales y copias de documentos, fotografías y otros objetos como diferentes obras pictóricas con el título de “El transporte de los heridos” realizados por dos pintores, entre los que destaca las de Ismet Mujezinović. Aquel evento también se trata mediante la representación a tamaño natural de un carro para transportar a los heridos.
La Batalla del Neretva (también conocido con su nombre en clave alemán “Fall Weiss” o “Caso Blanco”, mientras en Yugoslavia se la llamó la “Cuarta Ofensiva Enemiga”) fue una operación orquestada por las potencias del Eje a principios de 1943 con el objetivo de destruir el Movimiento de Liberación Nacional de Yugoslavia. La mayor parte de las fuerzas partisanas estaban formadas por el I Cuerpo de Bosnia y el I Cuerpo de Croacia y el Grupo Operativo Principal dirigido por Tito, en total había alrededor de 40.000 combatientes. Las potencias del Eje reunieron nueve divisiones: seis alemanas, tres italianas y varias unidades de Chetniks, Ustasha y diferentes milicias, con un total de aproximadamente unos 100.000 soldados. Estas fuerzas realizaron un ataque que fue controlado por los partisanos en el noroeste y oeste de Bosnia y parte de Croacia.
El general Josip Broz Tito optó por una contraofensiva y penetración hacia el sureste del país, sin embargo y al mismo tiempo, también ordenó la evacuación de esa zona de tres mil quinientos heridos pertenecientes a ocho brigadas partisanas que hicieron frente al grueso de las trompas alemanas y que habían sido trasladados al margen izquierdo del Neretva. Debido a que la mayor parte del esfuerzo se centró en el rescate de los heridos, la operación fue denominada en la literatura y en la historiografía yugoslava como “La batalla por los heridos”, es decir, la batalla más humana de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, la frase “Ranjenike ne smijemo ostaviti”, es decir “No debemos abandonar a los heridos”, se ha atribuido a Tito.
Durante aquella operación los partisanos lograron romper el cerco enemigo y el cruce del río Neretva en Jablanica con los heridos fue el capítulo clave de aquel acontecimiento. El derribo del puente, que se llevó a cabo por orden de Josip Broz Tito, la derrota de los chetniks en la otra orilla del Neretva y la construcción de un nuevo puente improvisado fue crucial para el rescate de los heridos y unidades partidistas, como así se reproduce en una maqueta en la que vemos ese puente provisional instalado por la avanzadilla durante las jornadas del 7 y 8 de marzo de 1943.
En esta sala también vemos diferentes ejemplos de banderas de brigadas, así como armas utilizadas durante la II Guerra Mundial, como metralletas, rifles, granadas, etc.… Entre ellas vemos una pistola alemana “Walther” modelo 34 fabricado en acero y luego en aluminio, lo que reducía considerablemente el peso y era más fácil de limpiar. En otro expositor vemos una bayoneta con tapa hecha para el rifle Mausser M24 que se comenzaron a fabricar después de 1924. Se trata de una hoja plana de un solo filo y ranura a ambos lados. Al lado se exponen varias carabinas de caballería, las cuales fueron adaptados en 1893 sobre la base del rifle M-91 anterior, y así un largo etc.
Nos ha parecido curioso también una granada de fabricación francesa, la M-15, que fue utilizada por el ejército francés y serbio y mas tarde por el ejército del Reino de Yugoslavia, y por extensión por los partisanos durante la II Guerra Mundial. Aunque es de fabricación francesa, en la antigua Yugoslavia se les instalaron en 1925 espoletas del sistema Vasić M12/25, los mismos detonadores que se instalaron en bombas similares de construcción domésticas, las M-35 y M-32, más conocidas como "Kragujevka" porque fueron fabricadas en Kragujevac en el período comprendido entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, aunque ampliamente utilizadas durante ésta última. Para activarlas había que desenroscar la tapa protectora y luego golpearla con un objeto duro para activar la mezcla de retardo, tras lo cual, se tenía entre 4 y 5 segundos para lanzarla antes de que estallara.
También se exponen ropas militares como uniformes nazis, entre ellos vemos uno negro que inicialmente era el uniforme de un miembro del destacamento de la SS (Schutzstaffel), una de las principales organizaciones nazis que con el tiempo se convirtió en el grupo armado de élite Waffen SS. Este tipo de uniformes negros rara vez se usaban durante una guerra. Algunos de ellos fueron enviados a países ocupados donde fueron utilizados por agentes de policías, mientras que los miembros del destacamento de las SS utilizaron uniformes grises, uno de los cuales también podemos ver expuesto aquí.
Tras abandonar esta sala, entramos en otro pequeño espacio donde, a través de fotografías y carteles informativos, se habla de la película yugoslava de 1969 “La batalla del río Neretva” que se realizó a tenor de los comentados hechos, en la que no sólo intervinieron actores internacionales como Yul Brynner, Franco Nero, Curd Jürgens, Hardy Krüger y Orson Welles, sino que incluso el cartel promocional fue realizado por Pablo Picasso, quien lo hizo no a cambio de dinero, sino por una caja de vinos yugoslavos.
Así, esta exposición se divide en tres partes: la primera, titulada “detrás de la cámara”, contiene fotografías e información de la película, en especial se trata la escena más importante del film: la demolición del puente sobre el Neretva; la segunda parte está dedicada al estreno, con reacciones y críticas y un apartado especial para la historia del cartel, como ya mencionamos, realizado por el artista español Picasso; la tercera parte, llamada “El Estado y la película”, habla sobre cómo el régimen gobernante de entonces utilizó esta cinta como promoción política.
El museo también alberga una sala titulada “En honor a la batalla por la humanidad: cuarenta años del museo” que retrospectivamente ofrece una descripción general del trabajo y las actividades de este espacio museístico, cuyo objetivo es también mostrar cómo los cambios sociopolíticos se reflejan en él, dado que estaba indisolublemente ligado a la existencia de Yugoslavia, cuya desaparición en la década de 1990 planteó una serie de desafíos que debían afrontarse. Así, a través de fotografías, documentos y otras exhibiciones, la exposición muestra la historia de esta institución. Al principio estaba ligado al Museo de Historia Nacional, pero en el año 1997 se desvinculó, precisamente porque esta institución tenía un pasado molesto que explicaremos a continuación.
El museo alberga la exposición dedicada al IV Cuerpo del Ejército de la República de Bosnia y Herzegovina que participó en la guerra de 1992-1995. Lo que no se menciona en ninguna parte es el hecho de que el propio edificio del museo fue utilizado como prisión donde, en muchos casos, fueron torturados, violados y asesinados los habitantes bosniocroatas de Jablanica y alrededores, quienes fueron detenidos por los soldados bosnios en 1993.
Polémicas aparte, también, y aunque no estén relacionados con los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, los visitantes del museo pueden ver una pequeña zona donde se encuentra una exposición etnográfica de la región de Jablanica, así como una muestra de fotografías de Jablanica tanto de aquel entonces, como más actuales.
La parte final del museo consta de un “photocall” consistente en una pintura del puente destrozado y al lado la figura del general Tito ofreciendo su mano derecha a modo de saludo a la persona que se vaya a hacer la foto. El colofón de la visita a este museo es la sala audiovisual, donde se proyectan no sólo clips de la famoso película “Batalla en el río Neretva”, sino también material documental sobre la batalla en sí.
Y si aún te has quedado con ganas de más, el museo ofrece, por un importe extra, la experiencia de vivir en 3 dimensiones el juego virtual “Bitka na Neretvi VR” en el que el visitante se podrá sumergir en la Batalla del Neretva, recibir órdenes del comandante y completar diferentes tareas como demoler el puente, derribar aviones y trasladar a heridos. Si se completa con éxito esas misiones serás felicitado por el propio camarada Tito. Otras de las experiencias virtuales que el museo ofrece es la de visitar el Museo de Artesanías Antiguas, donde se podrá dar un paseo por el barrio de Baščaršija de Sarajevo, o dar un paseo virtual por el patrimonio romano de los Balcanes, e incluso saltar sin moverte del salón del Puente Viejo de Móstar.
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