CRÓNICAS DE JABLANICA

Un poco de Historia...

Las excavaciones arqueológicas han demostrado que esta zona estuvo ya habitada en la Edad del Cobre, aunque realmente tuvo más importancia en la época romana y en la Edad Media, cuando su población experimentó un considerable aumento, como lo demuestran las 42 necrópolis que contienen unos 683 stećci y túmulos. La mayoría de estos últimos son de finales del siglo II a.C. y I a.C., mientras que los stećci datan en su mayoría de la Baja Edad Media.

En aquel florecimiento participó de manera directo el hecho de que por esta zona pasaba la única ruta que tomaban las caravanas para ir de Dubrovnik a Bosnia central, hasta el valle de Vrbas. En 1446 el rey bosnio Stjepan Tomaš emitió un decreto en el que se menciona a Radivoj Jablanović, nombre que pudo haber sido el origen del vocablo “Jablanica”. En el primer “defter” (es decir expediente o registro) realizado por los otomanos en la región fue en 1477, en él se mencionan tres pueblos de la zona: Žugle (Žuglići) Ostrozac y Čehari. En el siguiente “defter” de 1488/89 ya se menciona a Jablanica en la frontera del distrito de Neretva como un “timar” (tierra concedida por los sultanes otomanos) con 67 casas, cuya renta fiscal alcanzó los 5.623 akçe.

A pesar del largo periodo otomano no existen rastros significativos de aquella cultura, más bien la urbanización de la zona se inició durante la época de la monarquía de los Austrias en 1877, con la construcción de cuarteles, puentes, túneles, una estación de ferrocarril y un hotel, así como casas y apartamentos para funcionarios, sentando las bases fisionómicas de la ciudad actual. El gobierno nacional de Bosnia y Herzegovina emitió un decreto el 30 de mayo de 1893 para cambiar el nombre de Jablanica a "Jablanica na Neretva", aunque por un corto periodo de tiempo. Aunque desde sus inicios su riqueza se basó en su posición geoestratégica y por ser destino de lugar de descanso, en el último siglo Jablanica ha basado su desarrollo económico en el potencial hidroeléctrico y el florecimiento de la industria de la piedra, de hecho, la sede de las Naciones Unidas de Nueva York se construyó con mármol de la zona, famoso por su calidad.

Pero el lugar es especialmente conocido por ser el escenario de la célebre Batalla del Neretva a principios de 1943, durante la II Guerra Mundial. Jablanica era un punto clave para la resistencia de los partisanos del general Tito que luchaban contra los nazis y sus aliados ustachas croatas. El objetivo del Eje era la de tratar de acabar con la insurgencia partisana en el llamado Estado Independiente de Croacia, entre Zagreb y la frontera con Montenegro. Pero los alemanes y los italianos tenían planes enfrentados, puesto que los nazis pretendían eliminar tanto a los partisanos como a los chetniks, mientras que los italianos querían colaborar con estos últimos para aniquilar a aquellos primeros.

Esto provocó una coordinación muy deficiente y una falta de respaldo del bando italiano, a lo que se unió la habilidad del mando partisano y el debilitamiento de las unidades chetniks destinadas a cubrir un frente crucial de la operación, lo que desembocó al fracaso de la campaña y a la supervivencia de las fuerzas del general Tito, aunque muy debilitadas por el duro combate. Uno de los capítulos más importantes de esta batalla y orgullo nacional bosnio fue la de la noche del 16 de marzo de 1943, cuando unos cinco mil partisanos, incluidos centenares de heridos, lograron cruzar por sorpresa el río Neretva y volaron el puente de gran importancia estratégica y única vía de comunicación con las fuerzas partisanas de la parte liberada de Bosnia. De aquel acontecimiento se hizo una película de producción yugoslava y en parte financiada por Estados Unidos, Italia y Alemania en 1969. En la cinta participaron grandes actores internacionales de aquel momento como Yul Brynner, Franco Nero, Curd Jürgens, Hardy Krüger y Orson Welles, incluso el cartel promocional fue realizado por Pablo Picasso.

QUÉ VER EN JABLANICA / DIARIO DE VIAJE

Visitar el museo y dar un corto paseo por el Complejo Conmemorativo de la Batalla del Neretva no nos llevará más de dos horas, aunque si se tiene tiempo se podría emplear en visitar la necrópolis de Dugo polje, situado a unos 55 minutos en coche desde este lugar. Nosotros nos vamos a centrar en el núcleo turístico por excelencia de esta población y te vamos a contar qué ver en Jablanica en una mañana o una tarde.

Dia 1: recomendamos visitar primero el museo de la Batalla del Neretva para entender un poco mejor los hechos que ocurrieron en este lugar en 1943. Después un paseo por el Complejo Conmemorativo de la Batalla del Neretva en el que se verá la locomotora, el búnker y sobre todo el puente destruido sobre el río.

El resto de la población no tiene más interés turístico, pero, como decimos al principio, si se tiene tiempo se puede programar una excursión a la necrópolis de Dugo polje o realizar turismo rural visitando las montañas Prenj y Čvrsnica, el lago Jablaničko o el Parque Natural de Blidinje. También hay que tener en cuenta que Jablanica se encuentra en un punto estratégico para visitar Móstar, situado a unos 50 kilómetros hacia el sur, o Sarajevo que se encuentra a unos 80 kilómetros hacia el noreste.

CONCLUSIONES E IMPRESIONES:

Si realizas el trayecto Móstar – Sarajevo (o viceversa) en coche de alquiler entonces debes hacer una parada en Jablanica, puesto que en apenas dos horas podrás ver lo más interesante, ya que todo se encuentra concentrado en el Complejo Conmemorativo de la Batalla del Neretva. Si tienes algo más de tiempo, puedes dirigirte al noroeste, a menos de una hora, donde se encuentra la necrópolis medieval de Dugo polje, o dedicar tiempo a la naturaleza que rodea Jablanica: desde las montañas Prenj y Čvrsnica y el lago Jablaničko hasta el Parque Natural de Blidinje.

En el Complejo Conmemorativo, el museo no nos terminó de gustar del todo, sí merece mucho la pena la exposición de la sala central (donde se trata el tema de los partisanos cruzando el puente con sus camaradas heridos), pero el resto era prescindible. El puente no nos impresionó del todo, creemos que fue porque se encontraba en reformas y los andamios y demás elementos técnicos que lo rodeaban le restaban “credibilidad”, es decir no parecía un puente destruido, pero seguramente cuando se retiren esos elementos, volverá a impresionar al visitante.

Sea como fuese, a lo largo de la carretera principal veras diferentes restaurantes, la mayoría de los cuales tienen terraza con vistas al Neretva. En ellos se sirve como platos típicos la trucha y, sobre todo, la famosa carne de cordero asada, conocida aquí como “jagnjetina”. La manera en que se cocina es muy curiosa: el cordero gira gracias a unas grandes ruedas mecánicas.

Y es que la fama gastronómica de Jablanica era conocida a lo largo y ancho de toda la antigua Yugoslavia. Esa popularidad ha llegado hasta nuestros días, al ser uno de los sitios preferidos para comer de la gente de la región y alrededores, de hecho, también hemos visto a numerosos turistas degustar esta especialidad local.

¡Buen viaje y felices experiencias!