La tumba de Safdarjung, también conocida como 'Safdarjung ka Maqbara', es uno de los monumentos más grandiosos de la ciudad y, sin embargo, no está abarrotado ni es demasiado popular. Los turistas, especialmente los extranjeros, se aseguran de no perderse una visita a sitios como Qutub Minar o al Fuerte Rojo en Delhi, pero suelen pasar por alto sitios como esta tumba, la cual ha tenido un papel esencial en la configuración de la historia de la ciudad y, al ser una maravilla arquitectónica, refleja el esplendor de la era mogol.
Concretamente, la Tumba de Safdarjung es la última del tipo jardín amurallado que se construyó en Delhi, siguiendo la tradición de la Tumba de Humayun que fue la primera, aunque es mucho menos grande en comparación con ésta. Fue construida en 1753-54 por Nawab 'Shuja-ud-Daulah' como tributo a la memoria de su padre "Mirza Abul" Mansur Khan, más conocido como Safdar Jang, quien fue gobernador de la provincia de Awadh bajo el reinado de Manarmmad Shah (1719-43 d. C.) y más tarde fue nombrado primer ministro o Wazir ul-Hindustan.
Durante su etapa como primer ministro el reino se estaba deteriorando ya que su dominio territorial cubría solamente la parte norte de la India. Safdarjung era una figura dominante en la escena política y tomó el control de todos los poderes importantes, dejando al rey mogol como una mera figura decorativa sin poder real para tomar decisiones. Pero su control se volvió tan autoritario que los Marathas fueron llamados a expulsar a Safdarjung de Delhi en 1753 y poco después falleció en 1754.
Existen historiadores que han cuestionado la existencia de una tumba con semejante monumentalidad para un wazir como Safdarjung, cuando muchos emperadores ni siquiera son recordados. Esta premisa nos hace ver que su poder e influencia eran tan grandes que superaba incluso a los de los emperadores de la época. Tal ha sido su influencia que aún hoy perdura su memoria, como así lo demuestra que lleven su nombre un hospital moderno o complejos residenciales.
Tras estos toques históricos, nos disponemos a acceder al monumento a través de una puerta con pinturas ornamentales que tiene dos pisos con varias salas (las que se encuentran encima de la entrada se han acondicionado para instalar una biblioteca), además de una mezquita y un patio en su costado. Los muros que cierran el jardín poseen sobre ellos unos canales cuya función era la de llevar agua a los diferentes pabellones situados en el centro de cada lado del cuadrado que conforman las murallas, las cuales contienen, a su vez, una serie de arcos rebajados en la parte interna y torres octogonales en las cuatro esquinas.
Si ahora miramos hacia el interior del espacio amurallado comprobamos que la tumba de Safdarjung se encuentra situada en el centro de un jardín Chaharbagh o Charbagh de estilo persa y mogol (Char significa cuatro y Bagh significa jardín). El jardín, de 280 metros de lado, fue diseñado con forma cuadra, dividido en cuatro segmentos separados por pasarelas y cuatro canales de agua, que se subdividen a su vez en cuatro partes más pequeñas. Estos canales de agua, que alimentan a las diferentes fuentes de la parte intermedia, como hemos visto anteriormente están conectados mediante caños de agua ubicados en la plataforma de los tres pabellones que están situadas en el centro de cada lado del cuadrilátero. Cada espacio intermedio de los tanques y los caminos están provistos de especies autóctonas de árboles.
Por su parte, el mausoleo de dos pisos mide 18,29 x 18,29 metros cuadrados y fue construido con piedras areniscas rojas y beige con incrustaciones de mármol, según el diseño de un arquitecto etíope, quien sin duda se inspiró en la Tumba de Humayun. Es interesante notar que una gran cantidad de materiales utilizados para construir la Tumba de Safdarjung se tomaron furtivamente de la tumba de Abdur Rahim Khan-i-Khana, que se encuentra en el área actual de Nizammudin, cerca de la Tumba de Humayun.
El edificio se eleva desde una plataforma alta, la cual contiene varias celdas debajo y en sus esquinas se levantan torres poligonales. Tras ascender por unas escaleras al patio de la plataforma, podemos ver que el edificio cuenta con diferentes arcos polilobulados y un pishtaq o iwán (gran porche bajo un arco) en sus cuatro caras y cuatro altas torres de forma poligonal que están coronadas cada una de ellas con unos chakris. Las cuatro torres son parte del mausoleo principal, que tenía un concepto de elevación totalmente diferente en comparación con el Taj Mahal, donde las torres están separadas y alejadas de la fachada de la tumba.
Pero quizás lo que más llame la atención de la tumba sea su gran cúpula central bulbosa que destacada especialmente y que se eleva desde un tambor de dieciséis lados. Por eso, muchos expertos han señalado que el edificio carece de simetría, ya que se le dio especial importancia a su eje vertical, lo que le da una apariencia de desequilibrio. A pesar de ello, a nosotros nos gustó mucho y sí vimos una cierta armonía en el conjunto del edificio.
Pero no acaban ahí las críticas, si se observa más detenidamente las losas que reviste en el edificio, se podrá comprobar que está realizada con piedra de color marrón claro y el mármol está parcheado y desteñido, tornando a un color más amarillento. Se tratan de materiales de baja calidad, lo que nos habla de las condiciones económicas de la época en que el imperio estaba en declive financiero y tanto el dinero como los trabajadores eran más difíciles de obtener.
Comentado lo anterior, es interesante señalar que la arquitectura de este monumento encierra, pues, una contradicción: si bien hay una cierta belleza en su construcción, la proporción desequilibrada y el uso de materiales de menor calidad restan valor a lo que podría haber sido un gran trabajo arquitectónico pero, si no hubiera sido así, habría dado una narrativa falsa del verdadero estado social durante ese período del imperio mogol, por lo que se trata de una imagen histórica de las condiciones socioeconómicas de la época.
Tras esta reflexión, procedemos a entrar a su interior, el cual consta de una cámara central cuadrada, rodeada por ocho salas a su alrededor que contienen un elaborado techo de yeso. En aquella cámara se sitúa en el centro un cenotafio que en el momento de nuestra visita estaba siendo objeto de obras de conservación y renovación. Hay que señalar que las verdaderas tumbas de Safdarjung y de su esposa se encuentran debajo del cenotafio, en la cámara subterránea del mausoleo, a la que no se puede acceder.
Otros detalles que nos ofrece la tumba y que pueden pasar desapercibidos son las diferentes inscripciones con dichos y frases árabes tallados en las paredes y en los altos techos, cuyo significado es complejo y simple al mismo tiempo. Una de las más conocidas es la que dice “Cuando el héroe de simple valentía parte de lo transitorio, que se convierta en un residente del paraíso de dios”.
Tras la visita a la tumba, vamos a dar un paseo por el entorno interior amurallado. Anteriormente comentábamos que en el centro de cada pared se sitúan pabellones con varias cámaras, que son: al norte el Moti Mahal (Palacio de la Perla), al sur el Badshah-Pasand (el favorito del Rey) y al oeste el Jangli Mahal (Palacio de los Bosques).
Aquel primero, el Moti Mahal, es un pabellón situado sobre una plataforma elevada que contiene varias cámaras porticada y arquitectónicamente representa las características del mogol tardío. Como ya mencionamos anteriormente, posee tanques de almacenamiento en cada esquina del techo que están conectados con un canal cubierto que atraviesa el muro norte del recinto. Los otros dos pabellones presentan una apariencia casi idéntica a éste.
La cara este ya sabemos que está ocupada por la puerta principal por donde hemos accedido y una mezquita, la cual está construida con arenisca roja realzada con bandas de arenisca beige y mármol blanco, rasgos que caracterizan el estilo mogol tardío. La fachada se divide en tres tramos, de los que el central se encuentra elevado ligeramente más alto que los otros laterales.
Cada tramo está coronado por una cúpula bulbosa y un remate. A ambos lados de la fachada se levantan minaretes cuadrados, cada uno coronado por pequeños chhatri. La ubicación de la mezquita en relación con el mausoleo es inusual y parece haber sido una ocurrencia tardía porque tales mezquitas se planeaban invariablemente en el centro del muro occidental del recinto. En su interior, el techo de la mezquita es especialmente hermoso ya que el yeso ha sido esculpido y decorado.
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