Situada en la margen sur del río Duero, justo enfrente del casco antiguo de Oporto, la Ribeira de Vila Nova de Gaia es uno de los lugares más emblemáticos y pintorescos del norte de Portugal. Aunque a primera vista pudiera parecer que Vila Nova de Gaia es parte de Oporto, en realidad se trata de otra ciudad portuguesa. Para llegar a esta zona ribereña, conocida por sus impresionantes vistas hacia la otra orilla, su patrimonio vinícola y su ambiente animado, basta con cruzar a pie el puente de don Luis I, viaducto de hierro que une ambas ciudades.
El puente de don Luis I está considerado como una obra maestra de la ingeniería del siglo XIX y la estructura más icónica de Oporto y Vila Nova de Gaia. Fue diseñado por el ingeniero belga Théophile Seyrig que fue discípulo de Eiffel, por lo que la influencia de los principios de ingeniería de éste es evidente. El puente comenzó a construirse en el año 1881, durando las obras cinco años, para lo cual se emplearon 3.054 toneladas de hierro. Posee 60 metros de altura con dos niveles, siendo en el momento en que se finalizó el puente de hierro más largo del mundo. Desde su pasarela superior se obtiene bellas panorámicas no sólo de Oporto, sino también de Gaia y del propio río Duero.
Si se ha decido recorrer la pasarela superior, entonces llegaremos a la parte más alta de Vila Nova de Gaia, donde destacan dos miradores: el de Serra do Pilar y el de Jardim do Morro. A aquel primero se llega tras ascender una larga rampa empinada, hasta desembocar en el patio del monasterio del mismo nombre; por su parte el mirador do Morro, que se sitúa a la derecha del puente, es un parque desde donde apreciar la orilla donde se sitúa Oporto. Tras disfrutar de la panorámica se puede descender hasta el muelle de dos maneras: con el teleférico que en cinco minutos vencerá los 600 metros de distancia, o a pie por la pintoresca calle de Calçada da Serra, que cuenta con pequeñas y encantadoras fachadas de colores y en la que se ve el puente de Luis I al fondo.
Es muy recomendable pasear por la Cais de Gaia (o Muelle de Gaia), tanto de día, cuando las vistas del río y la ciudad antigua se combinan con el bullicio de turistas y locales, como de noche, cuando las luces reflejadas en el agua y el ambiente acogedor de las terrazas crean un entorno romántico e íntimo. Sea como fuere, es el lugar perfecto para disfrutar de un vino, no en vano es aquí donde se ubican las históricas bodegas del vino de Oporto, muchas de las cuales datan del siglo XVIII. Firmas internacionalmente conocidas como Sandeman, Graham’s, Taylor’s, Ferreira, Cálem o Ramos Pinto ofrecen visitas guiadas que permiten descubrir los secretos de este icónico vino fortificado con aguardiente hecho de cascara de uva, desde su elaboración hasta su envejecimiento en enormes toneles de roble. No hay mejor forma de terminar el recorrido por las bodegas que con una degustación incluida en el ticket de acceso.
Ahora toca mirar hacia el río para volver a disfrutar de otra bella postal de Oporto y donde, además, navegando sobre sus aguas podemos ver las típicas embarcaciones portuenses, los rabelos. Estos barcos tradicionales transportaban antiguamente los barriles de vino desde el Alto Duero hasta las bodegas, que eran (y son) lugares fríos y húmedos donde maduraba. En la actualidad algunos de esos barcos ofrecen paseos turísticos que recorren el río, de los que el más popular es el crucero de los seis puentes. Esta experiencia permite disfrutar de una perspectiva diferente del paisaje urbano y natural que rodea a ambas ciudades. Desde Ribeira de Gaia parten múltiples opciones para explorar el río Duero, cuyo precio suelen ser más económicos que las compañías situadas en la orilla contraria.
Pero no todo queda aquí: más allá del muelle de Gaia, hacia el interior de la ciudad, también hay atracciones turísticas que pueden interesar al visitante. En las calles cercanas al muelle podemos ver diferentes manifestaciones artísticas urbanas, en las que incluso cabe la escultura realizada por un taller local de coches sobre una de las paredes del edificio adyacente, consistente en un armonioso círculo de cubiertas de ruedas.
Pero la obra de arte más famosa entre los que visitan esta parte de Gaia es la de "Half Rabbit" (Medio Conejo) realizada por Bordalo II (Artur Bordalo) en junio de 2017. Consiste en la representación a gran escala de un conejo, que forma parte de su serie "Big Trash Animals", en la que utiliza desechos urbanos para crear representaciones de animales, fusionando arte y crítica social. Es por tanto una crítica visual al despilfarro y a la contaminación del planeta, utilizando el arte como herramienta de concienciación ecológica, e invitando a reflexionar sobre el impacto ambiental de nuestras acciones y destacando la importancia de la sostenibilidad y la reutilización de materiales. La obra, al estar realizada en una esquina, presenta dos mitades: la del lado izquierdo es una representación detallada y colorista del animal, para lo cual utilizó materiales reciclados como plásticos, metales y objetos encontrados en la ciudad, sin embargo, la parte derecha se encuentra sin tratar, presentando los colores originales de los materiales, resaltando así el contraste entre la naturaleza y los desechos humanos.
En los últimos años se han construido en Gaia diferentes espacios culturales modernos, como el complejo de WOW (World of Wine – Mundo del vino). Sus 50.000 m² ofrece una inmersión en la historia y cultura portuguesa, especialmente la del vino, a través de sus seis museos temáticos, galerías, tiendas y experiencias interactivas. También cuenta con mercados de artesanía, exposiciones al aire libre y eventos culturales durante todo el año. Por último, de nuevo en la ribera de Gaia, una gran variedad de restaurantes y terrazas ofrecen platos de la gastronomía portuguesa: desde platos tradicionales como el bacalao a la brasa, la francesinha o el pulpo a la gallega, hasta mariscos frescos y vinos regionales. Comer en esta zona de Gaia es hacerlo con una vista privilegiada hacia el casco histórico de Oporto.
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