PAESTUM O POSEIDONIA

CIUDAD GRECORROMANA EN LA REGIÓN DE CAMPANIA


Nada más acceder al recinto arqueológico, lo primero que se nos presenta es el imponente templo de Neptuno (o Poseidón), el más majestuoso y mejor conservado de esta colonia griega. Fue construido a mediados del siglo V a.C., en el momento en que Paestum (o Poseidonia) vivía su mayor esplendor, sobre un edificio anterior, cuyos restos se encuentran en el nivel de los cimientos. El templo, que mide 24,30 por 59,90 metros, se levanta sobre una grada formada por tres escalones, sobre la cual se elevan las columnas que soportan el peso del edificio. Para ello se emplearon bloques de piedra cortadas de forma regular que después se unirían sin argamasa, sosteniéndose por su propio peso. Este templo es de orden dórico, el más arcaico y sobrio de las tres órdenes, junto al jónico y corintio, que forman la arquitectura clásica griega.

Su planta es rectangular sobre la que se encuentran seis columnas en los lados más corto y catorce en los más largos. En el entablamento, los triglifos y las metopas recorren de manera rítmica el friso, sobre el cual se levanta la cornisa y el tejado a dos aguas, dando como resultados los frontones en cuya parte interna, o tímpano, debió estar decorado con esculturas actualmente desaparecidas. Los arquitectos para darle un aspecto de armonía al edificio, decidieron ensanchar los fustes de las columnas. Además, para evitar que la esquina del edificio coincidiera con media metopa, se fue corriendo progresivamente la distancia entre las columnas desde el centro hacia los extremos, así como unas series de correcciones ópticas que perseguían el mismo fin.

Está dividida en tres partes arquitectónicamente diferenciadas, ya que desempeñaban funciones distintas: desde la fachada principal se accede primero a una cámara que sirve como vestíbulo de entrada (llamado pronaos) a la parte más importante del templo, la naos o cella, lugar donde se custodiaba la imagen del dios Neptuno. A su vez, la cella estaba dividida en tres naves mediante dos filas de dobles columnas paralelas, sobre las que había un segundo piso. El altar estaba situado en el extremo oriental del templo, del cual sólo han llegado a nuestros días sus cimientos. La construcción de un nuevo altar, más cercano al frente oriental, durante el siglo I a.C. demuestra la importancia del culto en época romana.

Finalmente, en el otro lado, separado por un tabique de la cella, se encontraba el opistodomo, cámara idéntica en cuanto a dimensiones y forma al pronaos, pero aislada del resto, cuya función debió ser la de custodiar los tesoros del templo donadas por los creyentes en forma de ofrendas.

A continuación, le sigue el templo de Hera, esposa de Zeus y principal divinidad de Paestum. Su construcción duró cuarenta años, desde el 560 hasta el 520 a.C., por tanto, es el más antiguo de los grandes templos dóricos de la zona sur de esta ciudad grecorromana. Este edificio es más conocido como Basílica, por el nombre que le dieron los arqueólogos del siglo XVIII al pensar que se trata de una construcción romana.

Estilísticamente este templo dórico corresponde al Periodo Arcaico Tardío, caracterizado por la búsqueda de la proporción, del ritmo y de la armonía, lo cual, a pesar de su pesadez y tosquedad, sentarán las bases estéticas y formales del Arte Griego, constituyendo una transición a la Época Clásica, momento en que se construyeron monumentos como la Acrópolis de Atenas.

Este templo, construido con mármol travertino, se levantó sobre un pódium o estereóbato formado por tres escalones, donde se levanta la planta del templo de 24,50 por 50,30 metros con nueve columnas en sus lados cortos y dieciocho en los largos. Las columnas, sin basa y de estilo dórico, cuentan con acanaladuras o surcos verticales que terminan en ángulos. El equino o elemento circular del capitel y el ábaco, situado sobre aquel, tienen un tamaño casi desproporcionado. Los capiteles estaban decorados en la base con motivos florales.

El templo cuenta con un notable éntasis o ensanchamiento que le da un aspecto mucho más robusto y achaparrado. En cuanto al entablamento, vemos que sus dimensiones lo alejan de la esbeltez de templos posteriores que, aunque tenía un aspecto elegante y refinado, nos da una sensación de masa maciza y pesada. Diferentes elementos de la coronación del templo cuentan con restos de policromía, lo que demostraría que el mármol estaría cubierto por una capa de estuco policromado.

El interior del templo se organizaba en varias partes: un pronaos que termina en pilastras y dos columnas, una cella o naos, dividida en dos por una fila de 8 columnas, y un ádyton, lugar donde sólo podían acceder los sacerdotes, donde se salvaguardan las ofrendas y objetos sagrados y donde probablemente se encontraba la estatua de culto. Hay que destacar que los ritos religiosos se celebraban en el exterior, al igual que otras actividades votivas, para lo cual había un altar, por lo que el significado religioso del templo era el de servir como hogar de la divinidad.

Entre los templos de Neptuno y de Hera se ha se instaló sobre un pedestal, y de manera temporal, la obra “Cavallo di sabbia” (Caballo de arena) del artista Mimmo Paladino, quien lo creó en el año 1999 para el MMMAC (Museo de Materiales Mínimos de Arte Contemporáneo). Esta escultura está hecha de arena extraída de la playa de Paestum, por lo que, efectivamente, ha vuelto a su origen. El caballo mide unos cuatro metros de altura y porta una máscara de hierro en referencia a las tumbas de la época lucana, además de hacer alusión a las numerosas estatuas votivas que los fieles depositaron en el templo de Hera “Señora de los caballos”, incluso hace un guiño al hecho de que Poseidón era el padre del caballo alado Pegaso.

Sin duda esta obra constituye un impacto visual, sobre todo desde el plano escenográfico y teatral, tan arraigado por los antiguos. Su finalidad es la de invitarnos a reflexionar sobre la arquitectura, la ritualidad y la mitología y lo que todo esto puede aportarnos en la actualidad. Sin embargo, no ha faltado voces críticas, en especial sobre el lugar escogido para colocar el caballo, entre los dos mayores templos del sitio arqueológico, incluso se ha llegado a calificar la escultura como una profanación de un sitio sagrado para la cultura mundial.

Desde aquí podemos ver partes del antiguo muro defensivo construido sobre la antigua fortificación griega entre finales del siglo IV a.C. y el III a.C. que rodea la ciudad grecorromana. El lienzo tiene una longitud de casi 5 kilómetros, 5 metros de grosor y su altura debió rondar los 7 metros. Posee 28 torres, 4 puertas principales de acceso situadas en los puntos cardinales (llamadas Porta Marina, Porta Aurea, Porta Sirena y Porta Giustizia), 47 pequeñas aperturas que servían para escapar en caso de asedio y un foso poco visible, ya que está ocupado por el camino que recorre el perímetro de las murallas.

Seguimos paseando por el recinto arqueológico y lo hacemos por la zona residencial, cuyos restos podemos ver aquí, aunque hay pocas evidencias de las casas de la Poseidonia griega y de la fase republicana de la Paestum romana. Esta zona de la ciudad estaba compuesta por las llamadas insulae, manzanas de forma regular, con orientación norte – sur, en cuyo interior se disponían las viviendas, las cuales eran de diferentes tamaños, desde un mínimo de 380 metros cuadrados hasta un máximo de 2800 metros cuadrados.

Los ejes viales principales flanqueaban los cuatro costados, mientras que las calles pequeñas o ambitus lo hacía a longitudinalmente. Aquí vemos calzadas perfectamente conservadas, concretamente sobre la Vía Sacra, que conduce hasta la Porta Giustizia al sur y hacia el foro al norte, contiene las huellas que las ruedas de los carros durante siglos fueron puliendo sobre la propia piedra de la calzada.

Dejando el templo de Neptuno a nuestra espalda, a pocos metros y más o menos en el centro, se sitúan los restos de las termas. Al lado derecha vemos el Asklepieion que estaba consagrado al dios Asclepio, cuyo santuario se encuentra en Epidauro (Grecia), y en cuyo interior acudían enfermos en busca de un tratamiento curativo. De ese edificio sólo quedan actualmente restos de su plataforma y de altares.

Más o menos enfrente se encuentra la zona llamada Jardín Romano, denominado de esta manera en la década de 1950 cuando, tras unas investigaciones arqueológicas, el espacio adquirió apariencia de una gran explanada de forma rectangular. Sin embargo, en la antigüedad tenía un aspecto totalmente diferente ya que la zona estaba ocupada por varias construcciones, como el templo más pequeño de Paestum dedicado probablemente a Mater Matuta, una divinidad que, como Asclepio, estaba relacionada con la salud. Lo que vemos hoy en día son los restos de los edificios construidos en la época imperial. Desde aquí vemos la parte trasera del complejo termal que da a esta parte, de él sale un conducto de agua que parece que tenía la función de regar cultivos, probablemente hierbas aromáticas, puesto que Paestum era famoso por el culto a las hierbas medicinales.

Llegamos ya al foro construido poco después del 273 a.C., cuando la ciudad fue ocupada por los romanos, ocupando la zona sur del antiguo ágora griega. Para los romanos el foro era un lugar importante, el corazón de la vida social, política y religiosa de las ciudades. El de Paestum mide 57 por 150 metros, encontrándose rodeado en tres de sus lados por un peristilo de columnas dóricas reutilizadas. Posee varios edificios públicos y religiosos, además de diferentes tabernas y tiendas.

En la parte sur encontramos dos edificios públicos, el primero de ellos es el Macellum, el cual era un mercado cubierto de planta cuadrada que data de la última fase de la época imperial romana. Aquí vemos una escalera que lo comunica con el Foro, a cuyos lados se encuentra un pórtico que estaba ocupado por comercios o tabernae. Frente a la entrada existe una sala con ábside que quizás fue utilizado como lugar de culto.

El otro edificio público de esta cara del foro, adyacente al Macellun, es el llamado Basílica, utilizado para funciones judiciales. El aspecto que presenta hoy en día data de la época imperial (siglo I d.C.), constando de una estancia rectangular cubierta, en cuyo centro vemos un asiento semicircular de piedra, mientras que en las paredes laterales había nichos que alojaban estatuas.

La Basílica se levanta sobre un solar donde se superponen las distintas etapas constructivas de la ciudad, de las que quedan huellas visibles en las estructura: aquí se encontró un templo de planta estrecha y alargada de finales del siglo VI a.C., después, en el siglo IV, se construyó un pórtico para dividir el área sagrada del entonces ágora griego, posteriormente, en el siglo III a.C. se creó una pequeña plaza rodeada de tabernas y finalmente, en época imperial, se construyó la basílica con funciones judiciales, cuyos restos vemos hoy.

A continuación, le siguen los restos del complejo de las Termas, las cuales fueron financiadas por M. Tullius Venneianus. En la esquina del foro, ya en la zona suroeste, vemos dos columnas que señalan el punto de unión de la Vía Sacra y la calzada que conducía hacia la Porta Marina al oeste y hacia la Porta Sirena al este. Le sigue la cara oeste del foro que está ocupada por diferentes tabernas y tiendas, las cuales tenían una extensión de unos 5,30 metros de ancho.

Entre ellas vemos una perfumería que contiene una gran prensa de mármol, con el que se extraía el aceite esencial de las rosas. Y es que el vínculo entre Paestum y las rosas ha sido muy importante, ya que aquí se cultivaban un tipo de rosa local, la rosa de Damasco o rosa Pestana, conocida por su irresistible aroma y famosa por su doble floración en primavera y otoño, por eso los romanos la llamaban “bífera”. Las familias de perfumistas en Paestum eran muchas y con mucho prestigio. El extracto obtenido de la esencia de esta flor se combinaba con aceite de oliva, formando un bálsamo llamado rhodinon italikon.

Ya nos encontramos en el lado norte del foro, el cual, durante el período republicano fue ocupado por el Campus, una zona utilizada para el entrenamiento físico y militar de la gente joven de la ciudad, además de un templo con piscina dedicado a Fortuna Virilis, deidad romana asociada con Venus. Durante la fase imperial, la piscina se tapó y la zona fue convertida en el lugar dedicado al culto del Emperador, de tal forma que al norte del área había un pórtico y al sur del antiguo Campus, sobre la misma piscina se levantó un edificio dedicado al culto del Emperador y su familia. Esas construcciones fueron demolidas hace un tiempo considerable, dejando de nuevo al descubierto la piscina, cuyas medidas son 20 por 47 metros.

A continuación encontramos el Comitium, edificio construido por los romanos poco después de la toma de la ciudad en el año 273 a.C. En su interior, de forma circular con gradas al aire libre, se reunían las comitiae de las cortes romanas para elegir a los magistrados locales, además de celebrarse las asambleas populares. Pronto, en el siglo II a.C., perdería sus funciones originales que se trasladaron a la cercana y recién urbanizada plaza del foro. Una de sus esquinas, en el lado oeste, fue recortada para levantar el alto podio del templo de Mens Bona o templo de la Paz.

La divinidad de Mens Bona era la personificación de la buena memoria, del recuerdo indeleble de un pasado de servicios, de la gratitud de antiguos esclavos para con sus antiguos amos, de la esperanza de un futuro mejor como ciudadanos libres, para sí mismo y para sus descendientes. Pues bien, el edificio dedicado a esta divinidad está construido con una sola cella, rodeada de columnas por tres de sus lados: los largos contenían 8 columnas, y el corto tenía 6. Está situado sobre un alto podio, precedido por una amplia escalinata frente a la cual se encontraba un altar, debajo de la cual se encontraron paredes de una estructura más antigua. Del templo se conservan capiteles corintios y fragmentos de frisos en los que se representa el ataque del santuario de Delfos por parte de los galos.

Más al este se situaba un pequeño edificio griego que probablemente fuese el Aerarium, el tesoro de la ciudad, sin embargo, las últimas investigaciones lo señalan como la cárcel de la ciudad. Justo al lado se levanta el anfiteatro romano, partido en dos por la construcción de la carretera a finales del siglo XIX. Al anfiteatro acudían todos los ciudadanos de Paestum para asistir a los espectáculos de gladiadores y animales salvajes y, a veces, a las ejecuciones de los sentenciados a muerte.

La primera fase de este edificio es de época cesariana, de alrededor del 50 a.C., cuando tenía únicamente las gradas de piedra de la cávea. A finales del siglo I d.C. se le añade un anillo exterior constituido por una serie de arcos sobre pilares de ladrillo, sobre los que se colocó otra corona, que constituía otra cávea con sus gradas, probablemente fuese de madera.

A través de una gran puerta, la llamada “triunfal”, se realizaba el acceso a la arena donde tenían lugar las batallas, la cual estaba rodeada por el graderío donde se sentaban los espectadores. Entre la arena y las gradas se levantó un muro para evitar posibles agresiones de animales feroces contra el público. En el lado opuesto a la “puerta triunfal” se situaba la “puerta de la muerte”, por donde salían de la arena los cuerpos de los gladiadores derrotados.

Unos pasos más hacia el norte encontramos el Ekklesiasterion, lugar donde se reunía la asamblea de ciudadanos. Fue construido entre los años 480 y 470 a.C., presentando una forma circular con el graderío excavado en la misma roca, donde se encontraban los ciudadanos que participaban en aquellas reuniones. Durante las mismas, todos los presentes tenían derecho a hablar y tomar decisiones sobre alianzas, declaraciones de guerra, construcciones de obras públicas y designaciones de magistrados y cargos públicos de la ciudad. El edificio tenía un aforo de alrededor de 1500 personas, que constituye una pequeña parte de la población si pensamos que en aquella época Paestum contaba con entre quince mil a veinte mil habitantes.

Tanto el Ekklesiasterion, como el pequeño templo de Zeus Agoraios y el Heroon eran los monumentos públicos más importantes del ágora griega. El Heroon, que data de entre los años 520 al 510 a.C., es una estructura de una sola cámara, parcialmente excavada en la roca. Fue construido como lugar de culto que puede atribuirse al mítico héroe fundador de Poseidonia. El edificio fue respetado con la llegada de los lucanos, pero cuando la colonia se convirtió en romana en el año 273 a.C., el edificio fue enterrado, aunque rodeado por un muro, hoy visible, como muestra de respeto por su sacralidad.

El heroon fue descubierto en 1954 por Sestieri, en el marco de las excavaciones realizadas después de la II Guerra Mundial. En su interior albergaba una rica colección de jarrones de bronce y una gran ánfora ateniense de figuras negras de alrededor del 520 a.C., actualmente expuestas en el Museo de Paestum. Se constató que tenía un altar al frente que actualmente está incorporado al recinto romano. Este monumento fue objeto, durante mucho tiempo, de diferentes hipótesis e interpretaciones.

Antes de dirigirnos a otro de los grandes templos de Paestum, se recomienda dar un paseo por el área residencial romana. El diseño de las casas en Paestum se asemeja a la apariencia de las de Pompeya. El ingreso se hacía a través de una habitación situada en frente de la entrada principal (vestibulum).

Las habitaciones de la casa giran en torno al atrium, un gran patio con un impluvium en el centro, es decir una piscina que recolectaba el agua de lluvia que fluía hacia una cisterna donde se acumulaba para ser utilizada como suministro privado. Al final del atrium, en línea con la entrada, había una sala de recepción conocida como tablinum, donde el dueño de la casa recibía a sus invitados. Por su parte, las actividades vinculadas con el ámbito familiar se desarrollaban generalmente en la parte trasera de la casa.

Llegamos ya al templo de Atenea, también conocido como Athenaion, construido alrededor del año 500 a.C. en estilo dórico dentro del período arcaico, período que trajo consigo una eclosión política, cultural y económica en Grecia. El templo de Atenea es, junto con el de Hera y el templo de Apolo en Corinto, ejemplos representativos de la época Arcaica griega. Esta construcción también ha sido identificada como el templo de Ceres, si bien en la actualidad, se atribuye sin duda a Atenea.

Este edifico se levanta sobre un estereóbato de 14 por 34 metros, con tres escalones. Encima se encuentra el peristilo de 6 columnas en sus lados cortos y de 13 en los largos. Estas columnas destacan por su pronunciada éntasis, característica que las adscriben claramente en el período arcaico, y cuyos amplios capiteles cuenta con unos equinos y ábacos muy desarrollados. Las columnas sostienen el grueso arquitrabe y el friso, compuesto por metopas y triglifos.

El frontón tiene un aspecto achaparrado que le da un aspecto robusto y pesado, al menos mucho menos esbelto que los templos dóricos del período posterior. La cubierta era a dos aguas y probablemente estaba construida con tejas de terracota. En su interior también disponía de una cella o naos y un pronaos con disposición “in antis”, es decir los muros laterales de la naos se prolongan hacía delante para formar, junto con las columnas internas, un porche situado delante del pórtico. Tras finalizar la visita al recinto arqueológico recomendamos visitar el Museo de Paestum, incluido en el ticket de entrada.

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