La isla de Tinos cuenta con muchas playas para todos los gustos, desde las “ordenadas” hasta las más vírgenes, pasando por las amadas por los surfistas y terminando por las familiares. Comenzamos el recorrido por las playas situadas alrededor del Chora de Tinos: hacia el este se encuentra la playa Aghios Fokas, la más grande y una de las más visitadas, cuya arena fina en unas partes y guijarros en otros, acogen chiringuitos, tumbonas, deportes acuáticos, etc. Un poco más al oeste se sitúa la playa Agios Sostis, situada a sotavento y poco profunda que recibe el nombre de la iglesia homónima del siglo XIX. Desde aquí se obtiene una bella panorámica de la isla de Miconos. Muy cerca está la playa Aghios Ioannis, una de las mas populares y concurridas que también recibe su nombre de una capilla situada en una roca, junto al mar. Esta playa posee arena oscura y compacta, árboles que dan sombra y un mar poco profundo.
Si ahora dirigimos nuestros pasos hacia el oeste de la Chora de Tinos, las playas que destacamos empiezan con la de Stavros (La Santa Cruz) que contiene todavía los restos del antiguo puerto y una pequeña capilla homónima. Al lado se sitúa la playa de Aghios Markos, de guijarros y agua cristalina, que posee también una capilla levantada sobre la roca, además es un buen lugar cuando sopla el viento del norte. Unos pocos kilómetros más allá se encuentran las playas de Kionia y Tsambia (nombre que recibe del río Sampias que desemboca aquí). La de Kiona es una playa estrecha y con guijarros, cuya particularidad es que se encuentra al lado del sitio arqueológico del santuario de Poseidón y Anfitrite. Más allá se reparten una serie de bahías, de las que destaca por ser la más bonita de todas, la playa de Ammos (arena gruesa).
La primera playa que encontramos en el extremo occidental de la isla, conocida como Exo Meria, es la de Vourno, situada en la bahía de Ballos, la cual tiene aguas cristalinas de color esmeralda. Más hacia el oeste se encuentra la larga playa de Aghios Romanos, de arena con árboles y un pequeño puerto con una capilla homónima. Desde aquí un pequeño sendero lleva hasta la playa desierta de Apigania con aguas verde turquesa. Siguiendo la costa, la siguiente es la playa de Aghios Petros de arena blanca y agua cristalina, una de las tres playas del pueblo de Kardiani (las otras son Kalivia y Ormos Giannaki). Su capilla homónima construida en el siglo XVI se encuentra sobre una roca que separa la costa en dos partes, además fue aquí donde los nazis fueron apresados al desembarcar en septiembre de 1944. La playa de Kalivia cuenta con aguas cristalinas poco profundas, árboles donde refugiarse del calor y un bar que ofrece tumbonas, bebidas y aperitivos. La playa de Ormos Giannaki o Kardianis es una playa familiar con arena, pequeños guijarros y diferentes tabernas. Esta playa está conectada con Kardiani por carretera, pero también por un antiguo camino de mármol.
Seguimos avanzando, encontrándonos ahora con Ormos Ysternion, puerto marítimo del pueblo homónimo. Aquí se puede disfrutar de tabernas, cafeterías, casas vacacionales, etc., además de la playa de Skinaki, ideal para los días en que soplan los fuertes vientos del norte. En el extremo situado más al noroeste de la isla se encuentra la playa de Mali, a la que se llega por un camino de tierra. Aquí hay una cala pintoresca con guijarros blancos y aguas turquesas, además hay una buena vista sobre la vecina isla de Andros. Cerca hay una curiosa piscina natural entre las antiguas canteras de mármol.
Alrededor de Panormos destacamos las siguientes zonas de baño: la playa de Kavalourko, a la cual se llega siguiendo el sendero que pasa por la capilla de Aghios Nikolaos, y que posee un bonito paisaje lunar con rocas de extrañas formas y una estrecha franja de arena. Cerca, entre Panormos y la anterior, se encuentra la playa de Aghia Thalassa, zona aislada y tranquila, ideal para cuando sopla el viento del norte, pues está protegida naturalmente. Ya en Panormos, antiguo puerto de Tinos y con el islote de Planitis en el centro de la bahía, es un importante centro vacacional que cuenta con tabernas y cafeterías.
Aquí se encuentra la playa de Stafida, muy familiar, con aguas transparentes y tranquilas, al encontrarse también en un entorno que la protege de los vientos. Hacia la izquierda de Panormos, a poca distancia se encuentra la playa de Rohari, una cala con arena fina, agua azul claro y arboles que dan sombra, además de un chiringuito y unas duchas. Más o menos cerca, en la parte más septentrional de la isla, se encuentra la playa de Kolybithra que básicamente se encuentra dividida en dos partes, una mas grande que recibe el viento del norte y otra más pequeña y popular que está protegida de los vientos de manera natural y con comodidades para los bañistas, como tumbonas, chiringuitos, etc. En la zona también se encuentra un pequeño lago con animales como patos y tortugas y varias especies de pájaros, por lo que fue declarado reserva natural de aves.
En la zona este de la isla, conocida como Pano Meria, se encuentran las playas más vírgenes, de hecho, para llegar a cualquiera de ellas es necesario recorrer partes de caminos de tierra, aunque para llegar a la playa de Livada hay que conducir unos 6 kilómetros de carretera de tierra. Esta playa, de arena negra y pequeños guijarros, está en un entorno totalmente salvaje, en el que rocas macizas forma esculturas naturales por la erosión, además cuenta con un pequeño río que desemboca en las inmediaciones formando un pequeño lago. Cuando el día está calmado el mar es transparente, pero cuando sopla el viento del norte las olas son altas. Algo más alejada, la playa de santa Margarita, nombre que recibe de la capilla católica de la zona, es tranquila ya que no atrae a mucha gente, por lo que es ideal para quienes buscan privacidad y tranquilidad. Algo más cerca está la playa de Pachia Ammos, cuyo significado es “arena gruesa”, lo que describe bien el tipo de arena que nos encontraremos y que es además oscura y compacta. De esta playa también destacan las dunas que se encuentran a su espalada, ideal para jugar con los niños.
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