Situado a unos 8 kilómetros al norte de la Chora de Tinos, Loutra es uno de los pueblos más antiguos e históricos de la isla. Su nombre debe hacer referencia a los antiguos baños que existían antiguamente en la zona (“loutrá” en griego significa baños o balneario). En la actualidad, este pequeño pueblo intacto cuenta con solamente 35 habitantes permanentes que viven una vida sencilla pero tradicional y tranquila, lejos de las multitudes cosmopolitas de la Chora de Tinos. Pero esto no siempre fue así, durante los siglos XIX y XX fue un sitio muy próspero, al convertirse en un importante centro religioso y cultural de la isla, gracias a los Jesuitas y las monjas Ursulinas, quienes fundaron aquí sus respectivos monasterios. Por aquel entonces esta villa contaba con más de quinientos habitantes.
Es por ello que entre las casas blancas típicamente cicládicas, destacan ambos monasterios, sobre todo el edificio de cuatro pisos del convento de las monjas Ursulinas. Fue fundado en 1862 para albergar un orfanato, un internado, un instituto francés, una universidad, una escuela primaria griega y una escuela de fabricación de alfombras. Las Ursulinas estaban consideradas como una de las mejores instituciones de enseñanza, por lo que muchas niñas de familias adineradas de toda Grecia llegaron hasta aquí para estudiar en régimen de internado.
Este complejo conventual alcanzó su apogeo a finales del siglo XIX, mientras que a principios del siglo XX contaba con más de 300 estudiantes internos de toda Grecia. Durante la II Guerra Mundial, la escuela cerró y cuando reabrió sólo lo hizo con la escuela primaria, que finalmente cerró alrededor del 1980, mientras que la escuela de fabricación de alfombras funcionó hasta 1993. Hoy en día, el edificio constituye el símbolo del pueblo y de alguna manera se conserva a pesar de que está abandonado como institución educativa.
En la actualidad, el visitante puede visitar su interior: la escuela es un museo de folklore en sí mismo, mientras que en algunas habitaciones del convento se pueden ver muebles antiguos, objetos para coser y pintar, instrumentos musicales, un laboratorio de física y química, objetos personales de los estudiantes, un teatro donde antiguamente se realizaban representaciones, etc. Durante los meses de verano, la asociación del pueblo, muy activa, organiza con frecuencia eventos de interés cultural en este edificio.
Por su parte, el monasterio católico de los Jesuitas se fundó en 1840, albergándose en un espléndido edificio del siglo XVII que abarca un amplio recinto, en el que se incluye la iglesia de Agios Iosif (san José) y la residencia de los monjes, con habitaciones, una biblioteca y una sala de lectura. La iglesia se construyó en estilo barroco neoclásico, en cuyo interior se pueden ver pinturas mulares del año 1920, así como la imagen de la Virgen del año 1895.
La historia de los jesuitas en Tinos es como sigue: el primer sacerdote de esta orden, el padre Michel Albertini, llegó a Tinos en el 1661, instalándose en Xombourgo, donde los Jesuitas permanecieron hasta el año 1840, cuando se destruyó el castillo, trasladándose a Loutra. Aquí se dedicaron a la educación de los jóvenes locales y a dar catequesis. En la actualidad, también alberga un museo folclórico que expone una rica colección de productos agrícolas, un lagar de aceitunas, un lagar de vino, un equipo para la elaboración de la cerveza raki, la farmacia de la academia, herramientas utilizadas para la fabricación de zapatos y muebles, objetos de culto, varias piezas de los siglos XIX y XX que los monjes utilizaban en su vida diaria, etc.
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