CRÓNICAS DE TREBINJE

Un poco de Historia...

La zona ya estuvo habitada desde el Paleolítico, aunque fue con los ilirios, en la Antigüedad, cuando la ciudad se expandió. Durante el período bizantino, Constantino Porphyrogenito la mencionó bajo el nombre de Terbunia, topónimo que proviene probablemente del antiguo asentamiento romano. Bajo el nombre de Tribunia o Travunja perteneció a la Serbia Imperial hasta el año 1355. En 1373 Trebinje formó parte del Estado Bosnio, bajo Tvrtko I de Bosnia.

Pero fue con la llegada de los otomanos en 1482 cuando la ciudad se convirtió en un centro comercial importante al estar situado en el camino que unía la antigua Constantinopla (actual Estambul) y la antigua Ragusa (actual Dubrovnik). Aunque la mayoría de la población de la región era ortodoxa, la ciudad acogió en su mayoría a población bosniaca (musulmana), gracias a los beneficios económicos que se les otorgó a los conversos. Esa situación de desigualdad, hizo que los nacionalistas serbios del país pusieran el foco en Trebinje, por lo que se vio sacudida por frecuentes revueltas contra el Imperio Otomano primero y después contra el Imperio Austrohúngaro que controló el país entre los años 1878 y 1918, ya que, a pesar de modernizar la ciudad (construyendo varias plazas, parques, nuevas escuelas, plantaciones de tabaco, etc.), mantuvo los privilegios de la minoría musulmana.

Esa situación provocó un sentimiento de injusticia a largo plazo entre la población serbia, expresado, por ejemplo, en los escritos del poeta y diplomático Jovan Dučić, nacido en Trebinje, que luchará toda su vida por el reconocimiento de la identidad serbia de Herzegovina, incluso, a veces, empleando la violencia contra los croatas y los bosnios. Durante la II Guerra Mundial, en junio de 1941, estalló en la región de Trebinje la primera revuelta espontánea contra los ustachis croatas, aliados de los nazis. Posteriormente, la ciudad será una importante base del movimiento chetnik serbio, quienes luchará no sólo contra los ustachis, sino también contra los seguidores del general Tito.

Durante la República Socialista Federal de Yugoslavia entre 1945 y 1990, la región disfrutará de un fuerte crecimiento gracias al desarrollado de su potencial hidroeléctrico con sus embalses, lagos artificiales, túneles y varias plantas hidroeléctricas. Este desarrollo industrial trajo consigo un gran aumento de la población urbana, haciendo que la población serbia se convirtiese en mayoría. Durante la Guerra de Bosnia acaecida entre 1992 y 1995, Trebinje fue escenario de combates entre el Ejército de la República Srpska y los de la coalición bosnio-croata, debido a lo cual muchos de sus monumentos y restos de cultura musulmana fueron destruidos por los serbios. Después de los Acuerdos de Dayton, permanecieron en la ciudad sucesivos batallones españoles de IFOR, y luego de EUFOR como misiones internacionales de paz, hasta su salida definitiva en el año 2002.

QUÉ VER EN TREBINJE / DIARIO DE VIAJE

Debido a que el casco histórico de Trebinje es pequeño, visitarlo resulta muy fácil. Todas las atracciones, exceptuando el puente Arslanagića y la colina Crkvina, están muy cerca. A ello hay que añadir que pasear por sus calles es toda una delicia, al estar muy bien acondicionadas y cuidadas. Por lo tanto, y a tenor de lo comentado, os vamos a proponer qué ver en Trebinje en un día.

Dia 1: probablemente tendrás tu primer contacto con la ciudad visitando su casco antiguo o, como aquí lo llaman, Stari Grad, formado por la antigua ciudad otomana llamada Kastel y la zona que lo circunda. Así pues, comenzaríamos con la parte fuera de las murallas del Kastel, empezando por el Monumento a los defensores de Trebinje (Spomenik Braniocima Trebinja), al lado del cual se extiende el Gradski park que contiene, entre otros monumentos: la Saborni hram Svetog Preobraženja Gospodnjeg (Catedral de la Transfiguración del Señor), el Spomenik antfašistima 1941/45 (Monumento Antifascistas de 1941/45) y el monumento dedicado a Jovan Dučić.

Cerca de aquel se levanta la Katedrala rođenja Blažene Djevice Marije (Catedral de la Natividad de la Virgen María) y el monumento que honra a Petar II Petrović- Njegoš, desde donde se abre la Pod platanima, la plaza más animada de Trebinje. Al noroeste encontramos la bonita Trg Slobode o plaza de la Libertad, donde veremos la Česma barona Đuro Babića, una fuente de agua conmemorativa del periodo austrohúngaro y el Spomen Herojima Palim za Slobodu (1914-1918) o Memorial a los Caídos por la Libertad.

Es el momento de adentrarse en el antiguo barrio otomano "Kastel", que originariamente estaba rodeado de murallas, torreones, puertas, etc. Hoy podemos ver algunos edificios interesantes, como las mezquitas de Osman-pašina y la de Careva o Sultan Ahmedova, el Sahat-kula o torre del reloj y el Herzegovina Museum, entre otros. Finalizada la visita al Stari Grad y tras el almuerzo, se puede ir paseando los 1,1 kilómetros que separa el centro histórico con el Arslanagića most, el monumento otomano más famoso en Trebinje. La jornada se podría terminar en la colina Crkvina, situada a 2,6 km de Stari Grad, en el que se obtienen bellas panorámicas, además de contar con un complejo religioso, donde descansa el poeta Jovan Dučić.

CONCLUSIONES E IMPRESIONES:

Para llegar hasta aquí tienes varias opciones, aunque la manera más práctica (y la que utilizamos nosotros) es el coche. Si decides conducir te diremos que las carreteras en Bosnia y Herzegovina están bastante bien y son seguras, aunque los conductores de este país conducen mucho peor que en el resto de Europa, con adelantamientos con líneas continuas o una velocidad muy superior a la marcada en la vía, pero con un poco de sentido común y paciencia todo irá bien.

Si tienes que cruzar la frontera en época alta podría llevarte bastante tiempo, aunque tenemos que decir que nosotros tardamos apenas diez minutos en cruzar desde Croacia a Bosnia y Herzegovina, además los policías transfronterizos fueron muy amables y divertidos con nosotros. Pero en el sentido contrario, es decir de Bosnia y Herzegovina a Croacia, la cosa cambió, tardamos muchísimo más y miraron nuestro coche y nuestras pertenencias de arriba abajo.

No olvides, en caso de alquilar un coche en otro país, avisar a la compañía de que vas a cruzar la frontera, puesto que, si necesitas asistencia y no has avisado, puedes tener problemas con la empresa de alquiler. Además, el país exige la carta verde o “green card”, que indica que el coche también tiene un seguro válido en el país. Si lo tuyo no es conducir, quizás tu opción sea contratar un tour desde la ciudad que estes visitando, es posible realizarlo desde Sarajevo, Mostar, Dubrovnik, etc.

Nos ha gustado mucho el centro histórico o Stari Grad de Trebinje, sus calles y parques están muy cuidados y limpios, lo que hace que el paseo por sus calles sea muy agradable. Es una pena que Kastel, la antigua ciudad fortificada del periodo otomano, haya sido muy dañado durante la guerra de Bosnia, ya que los edificios que vemos hoy en día han sido reconstruidos. Por supuesto, merece la pena desplazarse hasta el Arslanagića most, para admirar uno de los mejores ejemplos arquitectónicos otomanos de los Balcanes. Por otro lado, de la colina Crkvina sólo merecen la pena sus vistas.

También nos pareció muy agradable el entorno del río: en Kastel hay un embarcadero desde donde tomar un kayak o pequeña embarcación para poder navegar tranquilamente por sus aguas y admirar de una manera diferente el entorno. Además, desde la orilla contraria a Kastel se obtiene una bonita vista del conjunto otomano reflejado con las aguas del río Trebišnjica.

También queremos mencionar el carácter abierto y hospitalario de sus habitantes hacia los turistas, a pesar de su reciente pasado tormentoso, la gente de Trebinje siempre intentará ayudarte con una sonrisa. En el tema gastronómico, comer y beber aquí nos resultó muy bueno y muy barato. La Pod platanima es una plaza muy animada, sobre todo en verano, cuando las mesas de las terrazas inundan el espacio y la gente bebe y come, en una especie de festejo a la vida. En la otra plaza, la de la libertad, tiene lugar un mercado cada mañana.

¡Buen viaje y felices experiencias!