CRÓNICAS DE GANTE

Un poco de Historia...

El nombre de esta ciudad del norte de Bélgica deriva de la palabra celta "Ganda" que significa "confluencia" ya que Gante se fundó sobre la unión de dos ríos, el Lys y el Escalda, que se hacen uno para dirigirse juntos al mar. La ciudad tuvo su origen en las dos abadías que fundó San Amando en el siglo VII, si bien en los siglos XII y XIII se desarrolló como ciudad gracias a los mercaderes y tejedores. Gracias a éstos Gante tuvo su primer florecimiento económico.

En el siglo XIV la ciudad cayó bajo la dominación de los duques de Borgoña. Al final, y tras un siglo de revuelta, Gante se plegó al poderío de los Habsburgo. Fue en esa época cuando se produjeron multitud de luchas religiosas en la ciudad, siendo controladas enérgicamente por los españoles al mando del duque de Alba y de Alejandro Farnesio. Y es que el pueblo de Gante ha tenido, y sigue teniendo, un espíritu rebelde.

En el siglo XVI Gante fue, después de París, la ciudad más grande de Europa al norte de los Alpes. La ciudad fue testigo de la triste historia de amor entre Juana la Loca y Felipe el Hermoso, engendrando ambos al futuro emperador Carlos V (que nació en Gante el 24 de febrero de 1500) y que obtendrá los derechos como rey de los Países Bajos y el Ducado de Borgoña, de la Corona de Aragón y Castilla, de las posesiones en Italia y de las nuevas conquistas en América, del trono de Austria y, por último, de la corona del Sacro Imperio Romano.

Permanecería bajo domino español hasta el año 1706, cuando las tropas de la Alianza de La Haya la tomaron. Después, durante el siglo XVIII pasaría a formar parte de los Países Bajos Austríacos primero y después del Reino Unido de los Países bajos, bajo la ocupación francesa. En 1830 se produciría la Revolución Belga que consiguió la independencia del país.

QUE VER EN GANTE / DIARIO DE VIAJE

Gante es una ciudad preciosa, así de simple. Por eso, si tienes oportunidad, dedícale al menos dos días, puesto que los atractivos que tiene están, principalmente, en sus calles medievales, aunque no hay que olvidar visitar alguno de sus museos.

Dia 1: esta primera jornada la iniciamos en la bonita plaza Vrijdag Markt, rodeada de interesantes edificios. A su alrededor encontramos sitios destacados como el cañón de hierro Dulle Griet o la iglesia de Sint Jacobs. De esta manera llegamos a otra plaza, la Botermarkt, lugar donde se levanta el Ayuntamiento con sus dos fachadas gótica y renacentista. Al lado encontramos tres edificios Patrimonio de la Humanidad: la Lakenhalle, la torre campanario Beffroi y la vivienda del carcelero coronada por el ‘Mammelokker’. En la esquina con el ayuntamiento se encuentra el Sint-Jorishof, edificio gremial de los ballesteros. Alrededor de la plaza vemos más edificios interesantes como la Grote Moor y Zwarte moor, el Grote Sikkel, la Casa Van den Meersche, la Achter-Sikkel, etc.

Vamos a recorrer ahora la Zona de Emile Braun Plein, comenzado por la pequeña Burgemeester Braunplein, donde admiraremos la Fuente de los Efebos y la campana "Klokke Roeland". Un poco más allá encontramos la iglesia de Sint Niklass y justo enfrente la casa Gremial de los Albañiles. Cerca, en Korenmarkt (Mercado de Granos) se encuentra el antiguo edificio de Correos. Tras el almuerzo, llegamos a la zona de Limburgstraat, donde se alinean diferentes monumentos, sobre todo de época medieval, destacando la Sint-Baafskathedraal o Catedral de San Bavón y el Geraard de Duivelsteen o Castillo de Gerardo el Diablo.

A un tiro de piedra nos quedan los característicos muelles de Graslei, Korenlei y Kraanlei, zonas ricas en bellos edificios como la iglesia y puente de San Miguel, el Pand, el Gildehuis der Vrije Schippers o Casa de los Barqueros Francos, la Korenmetershuis o Casa de los Medidores de Grano, la Tolhuisje o Casa del Recaudador de Tributos, la Korenstapelhuis o Casa de los Impuestos del Grano, la Gildehuis Den Enghel o Casa Den Enghel, la Casa de los Barqueros no Francos, el Palacio de Coninck sede del Design Museum Gent, el antiguo hospicio Huis van Alijn, etc., etc.

Dia 2: este segundo día lo comenzamos cerca de donde se dejó el día anterior, en la plaza Sint Veerleplein, donde destaca imponente el Het Gravensteen o Castillo de los Condes de Flandes, la puerta monumental de la Antigua Lonja del Pescado, el antiguo Hospicio Wenemaer, la columna conocida como Sire van Maldegem, la Groot Vleeshuis o antiguo Mercado de la Carne, etc.

El día podemos completarlo con la visita de otros sitios de interés de Gante, como podría ser el Rabot, reminiscencia de la antigua fortaleza, o algunos museos como Museum voor Schone Kunsten o museo de Bellas Artes, Stadsmuseum Gent (STAM) dedicado a la historia de la ciduad, el Industriemuseum cuya colección nos cuenta la historia de la industria y de los tejidos, el Museum voor de Geschiedenis van de Wetenschappen en techniek que está dedicado a la evolución de la ciencia y de la técnica, el Stedelik Museum voor actuele Kunst (S.M.A.K.) o Museo de Arte Contemporáneo o iglesias como la Onze-Lieve-Vrouw en Sint-Pieterskerk.

CONCLUSIONES E IMPRESIONES:

A esta ciudad de cuento se la conoce como la Ámsterdam de Flandes o la Ciudad de las Tres Torres, y no es para menos, hace honor a su nombre, ya que si viéramos la ciudad a vista de pájaro veríamos varias torres, de las que destacan la Torre de la Catedral de San Bavón, la Torre del Campanario (Belfort) y la Torre de la Iglesia de San Nicolás. Gante es una de esos lugares que hay que visitar por lo menos una vez en la vida.

Gante, ciudad llena de vida es recomendable para parejas que quieran venir en plan romántico, y para aquellos que quieran venir buscando fiesta nocturna y es que la ciudad alberga multitud de lugares donde tomarse unas copas y bailar.

En cuanto al terreno arquitectónico la ciudad nos dejó realmente boquiabiertos, esas edificaciones y esas casas nos transporta a otras épocas, llenas de encanto y personalidad. Como en Brujas, aquí no podemos decir qué nos ha gustado más, puesto que todo el centro histórico de Gante nos ha encantado.

En cuanto a la comida no debéis tener problema pues tenéis mil sitios para ir, desde el más económico al que es un poquito más caro. Y por supuesto, la comida riégala con una buena cerveza belga.

¡Buen viaje y felices experiencias!