La historia de este museo comienza en 1753 cuando el Parlamento Británico compra al médico y naturalista Sir Hans Sloane su colección de antigüedades, compuesta por más de 80.000 piezas y millones de minerales, insectos y corales. Posteriormente los condes de Oxford donarán su colección de antiguos manuscritos. De esta forma se decidió exponer dichos objetos en Montagu House en enero de 1759, y la colección fue creciendo gracias a que en aquella época Gran Bretaña era una potencia colonial del mundo y muchos exploradores y súbditos enriquecieron el nuevo museo con objetos comprados o "robados" en sus viajes.
Entre esos exploradores y súbditos destacan William Hamilton que envió dos barcos cargados de cerámica griega desde Nápoles y el Vaso Portland; Charles Townley que vendió una enorme colección de cultura clásica y romana al museo; Henry Salt, cónsul de Egipto y Lord Elggin que gracias a sus hábiles y actualmente polémicas maniobras sacó de Grecia las esculturas y mármoles del Partenón.
Claudius Rich realizó varias excavaciones en Oriente Medio, enriqueciendo al museo con piezas de esa zona del mundo; el rey Jorge IV donó casi 85.000 libros; Augustus W. Franks, director del museo en 1850, creó la colección de Europa medieval y renacentista. Durante el siglo XX siguió creciendo hasta llegar a más de siete millones de piezas, si bien el museo no expone todo el material por falta de espacio.
Y debido a esa falta de espacio el museo ha tenido varias mudanzas a lo largo de su historia, de esta forma se hizo necesario la construcción en 1857 del actual edifico diseñado por Robert Smirke y que ocupa los mismos terrenos donde se levantaba la Montagu House. Presenta una fachada en estilo neoclásico con columnas jónicas y con un tímpano decorado con esculturas alegóricas, en sus extremos posee dos alas laterales también con columnas jónicas.
Es precioso señalar que el Museo Británico recibe a 5 millones de personas cada año. Desde la apertura al público se han realizado diversas ampliaciones, una de ellas es, nada más entrar, el Queen Elizabeth II Great Court, la plaza cubierta más grande de Europa diseñada por Norman Foster y que cuenta con una cúpula formada por más de 3.000 paneles de cristal. Esta plaza es el corazón de la visita al museo albergando, además, un centro didáctico, espacio para exposiciones, librerías especiales y una cafetería. El centro de la plaza lo ocupa la sala central de lectura, hoy reformada completamente, donde Marx escribió su obra "El Capital".
En la actualidad el museo se articula en diez departamentos que vamos a enumerar, sin olvidar que también cuenta con el departamento de monedas y medallas (con piezas griegas, romanas, orientales, etc) y el departamento de grabados y dibujos (con obras europeas desde finales de la Edad Media hasta la actualidad). Los demás departamentos vamos a comentarlos destacando lo más importante:
Departamento del Antiguo Egipto y Sudán::
Estamos ante la más grande y completa colección del mundo, después del Museo Egipcio de El Cairo. Incluye objetos de todos los períodos de prácticamente todos los lugares importantes de Egipto y Sudán. En conjunto la muestra abarca desde el período Predinástico (10.000 a.C.) hasta el siglo XII d.C., es decir un intervalo de más de 11.000 años. La colección comenzó en el momento de la fundación del Museo Británico en el año 1753, cuando recibió las 169 primeras piezas de manos de Sir Hans Sloane. A partir de ahí irá creciendo hasta contar en su haber con más de 100.000 objetos y sigue creciendo.
En la sala 4, gran espacio dedicado a la escultura monumental, encontramos la Piedra Rosetta, fragmento de granito negro de una antigua estela que habla sobre un decreto publicado en Menfis en el año 196 a.C. en nombre del faraón Ptolomeo V. Tiene 112,3 cm de altura, 75,7 cm de ancho y 28,4 cm de espesor, con un peso estimado de 760 kilogramos. Durante la época paleocristiana o Edad Media probablemente se trasladó a la localidad de Rashid (Rosetta) como material de construcción de un fuerte.
Aquí fue encontrada en 1799 por el soldado francés Pierre-François Bouchard. Las tropas británicas derrotaron al ejército napoleónico en la campaña francesa en 1801, y la piedra cayó en manos de éstos. Desde 1802 está expuesta en Londres, convirtiéndose en la pieza más visitada debido al potencial para descifrar la, hasta entonces, ininteligible escritura jeroglífica egipcia, ya que está escrito en tres idiomas, griego antiguo (parte inferior), demótica (parte media) y jeroglífico (parte superior).
Debido a ello, se repartió multitud de copias litográficas y en yeso por diferentes museos y estudiosos del mundo. Veinte años más tarde, en el 1822, Jean-François Champollion anunció en París que había descifrado los textos jeroglíficos ya que en los tres textos se cuenta lo mismo. Aunque la Piedra Rosetta ya no es única en su género (se han encontrado posteriormente varias inscripciones bilingües y trilingües) fue un referente clave para el entendimiento de la literatura y la civilización del Antiguo Egipto.
Otra de las grandes atracciones de la sala es el colosal busto de Ramsés II (dinastía XIX, accedió al trono en el 1279 a.C.) usando el Nemes, especie de tocado de tela con la diadema de la cobra en la parte superior. Esta estatua de granito bicolor posee una altura de 2,7 metros por 2 metros de ancho desde los hombros, pesa 7,25 toneladas y fue esculpida en un solo bloque de granito.
La figura de bronce de un gato sentado que representa a la diosa Bastet también es objetivo de muchas miradas. Es conocido como el Gato Gayer-Anderson en referencia a su donante. En su rostro presenta anillos de oro y alredor de su cuello cuelgan un collar y un amuleto de protección. Bastet era una diosa venerada en el delta del Nilo y más concretamente en Bubastis, tomando especial importancia durante la dinastía XXII o "dinastía Libia", probablemente esta escultura sea de este período.
También podemos admirar tres estatuas de granito negro de Sesostris III de la dinastía XII (1850 a.C.) y otros muchísimos monumentos de la dinastía XVIII, que abarca desde el 1600 a.C. al 1320 a.C. De la dinastía XXVI podemos ver, entre otras piezas, el sarcófago de la princesa Ankhnesneferibre de Tebas, encontrado en Deir el-Medina. Fue la última esposa del "Dios Amón" antes de la conquista persa del 525 a.C. En época romana fue utilizado por el sacerdote Amenhotep-Pimentu quien hizo cambiar algunos de los nombres de los cartuchos por el suyo.
Enseguida encontramos dos columnas de granito del Imperio Medio (2040 - 1750 a.C.) pertenecientes al templo de Herakleopolis. Las columnas en un primer momento no tuvieron inscripciones esculpidas, fue más tarde cuando Ramsés II hizo que se incorporaran en el templo de Heryshef e hiciera grabarlas con la inscripción principal y una escena de sí mismo presentando ofrendas al dios. Su hijo, Merenptah, agregó su nombre en el espacio disponible debajo de la anterior escena.
La escultura de un escarabajo gigante de diorita verde y época ptolemaica es, con su metro y medio de largo, una de las más grandes conocidas hasta hoy. El escarabajo es uno de los símbolos egipcios más famosos, representa el renacimiento y se asocia con el sol naciente. Se supone que era una pieza que se encontraba en el interior de un templo. Exite otra escultura de estas características cerca del lago sagrado en el templo de Karnak que originariamente pertenecía al templo funerario de Amenhotep III (1390 - 1352 a.C.).
Seguimos en esta sala donde verás muchísimas otras piezas del Antiguo Egipto, como por ejemplo algunos sarcófagos, como el del sumo sacerdote de Ptah, Pahemnetjer, que vivió durante el reinado de Ramsés II (1279 - 1213 a.C.). Está hecho de granito, y es que la piedra era un material muy común para los entierros de los funcionarios más importantes. Al lado se encuentra el de otro funcionario, llamado Merymose y entre ellos se sitía la cara que formaba parte del sarcófago de Ramsés VI (dinastía XX, alrededor de 1150 a.C.).
Al sur de la sala 4 se sitúan tesoros como la colosal cabeza de granito de, según se quiera llamar, Nebmaatra Amenhotep o Amenhotep III o Amenofis III (1390 - 1352 a.C.). Esta cabeza, que porta la doble corona del Alto y Bajo Egipto, fue encontrada en el templo de Mut, la consorte del dios principal Amón. Era habitual que los gobernantes posteriores usurparan las estatuas reales anteriores, de tal forma que tallaran su nombre sobre el anterior e incluso alterar los rasgos físicos para acercarse a una imagen más ideal. En esta estutua, Ransés parece haberse concentrado en el cambio de los labios gruesos, característicos de la estatuaria antigua, por unos más delgados.
La estatua de Nenkheftka es una escultura de piedra caliza pintada y de 1,3 metros de alto, datada en el año 2.400 a.C. Se encontró en el serdab (o habitáculo que se encuentra en los monumentos funerarios) de Nenkheftka que fue un alto funcionario provincial en la dinasía V, situada en la localidad de Deshasha. Las estatuas de este tipo tenían la función de mantener viva la memoria y personalidad de la persona fallecia, de modo que incluso, aunque su cuerpo se destruyese, su espíritu sería capaz de residir en la escultura.
Juntos, frente a la escultura de un león, se sitúan las esculturas sedentes de Amenofis III. Este faraón encargó cientos de esculturas para su templo funerario situado en la orilla oeste del Nilo en Tebas. Estas estatuas estaban destinadas, posiblemente a ser receptoras de ofrendas y oraciones. Ambas esculturas presentan a los lados los símbolos entrelazados del Alto y Bajo Egipto, lo que representa la unión de las dos tierras bajo el mando del Faraón.
La escultura de la izquierda, con el rostro desfiguado, presenta además, en la espalda una inscricpción que fue borrada durante la campaña (provocada por Akhenatón) en contra de las menciones y representaciones de Amón. Posteriormente, con el retorno de las viejas creencias, las tachaduras fueron restauradas.
La puerta falsa de Ptahshepses está datada en la dinastía V (alrededor del 2380 a.C.). Su función era la de ser un interfaz que separaba el mundo de los vivos y los muertos, característica propias de las tumbas de la región de Menfis en el Imperio Antiguo. Pensaban que además, a través de esta puerta el Ka de una persona podía recibir ofrendas. La aquí expuesta es especialmente grande e impresionante con 3,66 metros de altura.
En la primera planta se sitúan las Roxie Walker Galleries, que comprende las salas 62 y 63, en las que se exponen momias y sarcófagos. Según los antiguos egipcios la muerte sólo era el paso a la vida eterna, para ello necesitaban un cuerpo, por eso recurrían a embalsamar el del difunto.
El ataud de Gua, encontrado en el lugar que le da nombre y datado en la dinastía XII (1985 - 1795 a.C.) posee una decoración tanto interior como exterior mediante incisiones que después se llenarán de pigmento. Estas inscripciones tenían la función de ayudar al difunto a alcanzar el Más Allá. Las líneas negras que giran representan el mapa del mundo terrenal, diseñado para marcar el camino correcto al difunto, además cuenta con conjuros de los "Textos del Sarcófago" para superar las diferentes etapas del camino. En las tumbas se depositaban los muebles, ropa, herramientras, armas y joyas que también se representaban en el ataúd como un seguro adicional.
Los ataúdes de Henutmehyt (dinastía XIX, alrededor de 1250 a.C.) originariamente estaban colocados uno dentro del otro. Este tipo de sacófagos antropoides eran el sustituto para el espíritu en caso de que la momia se perdiese. El sarcófago exterior ofrece una magnífica imagen de esta mujer adornada con peluca y totalmente cubierto en pan de oro. Este abundante uso del oro y la calidad de su ajuar funerario indica que Henutmehyt era una mujer rica. Aquí vemos representados el ojo Wedjat, figuras de los hijos de Horus y las diosas Isis y Neftis, entre otras.
En estas salas hay varios ataúdes y sarcófagos como el interior de madera de Nestawedjat, el también interior de Irtyru o la momia de Ankhefenmut, sacerdote y escultor del templo de la diosa Mut.
Las salas 64 y 65 acogen la colección Raymond y Beverly street, compuestas por piezas procedentes de Nubia y Sudán. En la sala 64 alberga la momia predinástica conocida con el nombre de Ginger, en honor a la aztriz norteamericana Ginger Rogers muy conocida en la época. Está datada en el año 3100 a.C., con lo que es la momia más antigua conocida a día de hoy. Es evidente la antigua costumbre egipcia de colocar el cuerpo en posición fetal. Su buena conservación se achaca a las excepcionales causas naturales donde se encontró: la momia estaba enterrada a poca profundidad y en contacto con la arena del desierto, donde el calor y la arena absorbería el 75% del líquido corporal haciendo que no pudieran reproducirse las bacterias. La distribución de los objetos es también típica de la época, con las joyas cercanas a la cabeza.
En esta misma sala, la 64, se exponen además pequeños objetos, como las figuras de hueso y márfil que representan a mujeres. Las aquí expuestas se encontraron en tumbas de la época predinástica. Normalmente se registran grupos de hasta 16 piezas y se piensan que su función en las tumbas era la de ser cuncubinas a los difuntos en el Más Allá. Sin embargo no sólo se han encontrado en los enterramientos masculinos, sino también en los femeninos y incluso infantiles, lo que ha hecho pensar que su verdadero propósito era apoyar al difunto en su renacer y regeneración. Los ojos, de laspizlázuli, hace pensar que este material raro provienen de las extensas redes comerciales que debieron existir en aquella época.
Curiosas son también los sarcófagos de un hombre (izquierda) y una mujer (derecha) de Egipto en el período romano. Se encontraron alrededor del 1896 en Akhmim y están fechadas en el Egipto Ptolemaico tardío (del 50 a.C. - 50d.C.). Es evidente la influencia del mundo helenístico en los trajes de estos sarcófagos antropoides. El del hombre está decorada con escena de dioses egipcios, junto a una escena de momificación de los difuntos, además, el difunto es representado con una barba, algo muy inusual puesto que la barba representa lo no divino, si bien se trataría de una representación estilizada de la barba que pronto formarían parte de los retratos de las momias. El de la mujer destaca por las bandas de colores de su ropa, de moda a finales de la época helenística. Su cara es dorada para evidenciar que ella llegará a la otra vida, ya que los egipcios pensaban que la carne de los dioses era de color dorado.
Departamento de Grecia y Roma::
El British Museum posee una de las colecciones más grandes y completas de estas civilizaciones del mundo, haciendo un completísimo recorrido por la historia de ellas. Se dividen en tres secciones: la de la planta baja (que comprenden las salas 11 al 23) y la de la planta inferior (salas 77 al 85), están dedicadas a la Edad del Bronce y las islas Cíclada (culturas monoica y micénica) y la planta superior que abarca desde la sala 69 al 73.
En la sala 16 (abierta de 10h. - 11h., fuera de este Horario por cita previa escribiendo a: greekandroman@britishmuseum.org) se exponen los 23 bloques del friso de mármol perteneciente al interior del templo de Apolo en Bassae, datados de entre el 420 al 400 a.C. En ellos se cuenta la batalla entre los griegos, amazonas, lápitas y centauros.
En la sala 17 se encuentra la reconstrucción de la fachada este y los frisos del templo jónico de las Nereidas de Xanthos en Turquía (llamada así por las ninfas del mar colocadas entre las columnas), descubiertas por el británico Charles Fellows en 1840. Este sepulcro (se cree que para albergar los restos de Arbinas, pero no se sabe a ciencia cierta) se construyó en época clásica Licia, entre el 410 y el 400 a.C. Este edificio tenía una altura de 5,15 metros y una planta de 10,15 metros por 6,80, contando con cuatro columnas en la fachada y seis a los lados.
Está construido en estilo griego, influenciado por los templos jónicos de la Acrópolis de Atenas, a pesar de estar en territorio del Imperio Persa. Originariamente el templo se encontraba elevado sobre un podio de casi 6 metros de altura decorado con frisos, en el Museo Británico se ha omitido dicho podio, comenzando a partir de los frisos que se encontraban por encima de él. En cuanto a los frisos el templo contenía 22 bloques, de los que siete se han perdido, se representan escenas heroicas de batallas, sin narrativa general aparente.
En la sala 18 se encuentran los llamados Elgin Marbles (Mármoles de Elgin) extensa colección de piezas procedentes del Partenón de Atenas. En total esta colección representa más de la mitad de las esculturas que en su momento decoraba el Partenón. En números la colección costa de: 75 metros de los casi 160 que tenía el friso original, 15 de las 92 metopas, 17 figurillas parciales de los pedimentos, así como otras piezas de arquitectura. Tanto el friso como las metopas están consideradas como una de las obras más importantes de Fidias.
El friso (de los que 56 partes se conservan aquí, dos terceras partes del total) representa la Procesión de las Panateneas que tenía lugar cada 4 años y que termina al este del Partenón donde se representa a los dioses griegos sentados a cada lado del templo con sus respectivos sirvientes en el centro.
Una de las piezas curiosas es el fragmento de un escudo de mármol, copia del que estaba apoyada la estatua de oro y marfil de Atenea que se encontraba en el interior del Partenón. La escultura no ha sobrevivido pero se sabe cómo era gracias a descripciones literarias y a representaciones de la misma en otras obras de arte, como el escudo de mármol aquí expuesto. Según una antigua leyenda, Fidias, el más famoso escultor de la antigua Grecia y autor de la escultura de Atenea, quería poner un retrato suyo y de Pericles en el escudo. Algunos estudiosos creen haberlos identificado en el escudo relacionándolos con los dos personajes situados justo debajo de la cara central de Medusa: el de la izquierda con los brazos levantados y calvo sería Fidias y el de la derecha con un pie sobre una de las amazonas y ocultando su cara, Pericles.
En cada extremo de la sala se sitúan las figuras que se encontraban en ambos frontones. En el frontón oriental se habla del nacimiento de Atenea en el que vemos varios personajes, entre ellos destaca la figura tumbada que los expertos idenfican con Dionisio, dios del vino, que se encuentra mirando hacia el carro de Helios, dios del sol, que trae el amanecer.
El marco trinagular del frontón presentaba un desafío para los escultores porque corrían el riesgo que las figuras colocadas en su interior no guardaran escala entre ellas, es decir que las del medio parecieran gigantes en relación con las esculturas de los extremos. Para evitar esto se colocaba en las esquinas las figuras sentadas o en posición de descanso, por ello la escultura de Dionisio está muy bien adaptada a su posición dentro del marco triangular.
En el frontón oeste se representa la lucha entre Atenea y Poseidón por el dominio del Ática cuando ambos se distancian tras haber realizado los prodigios: Atenea hace brotar un olivo y Poseidón un manantial, siendo aquella primera la vencedora. El grupo escultórico está formado por los protagonistas y sus respectivos carros, aurigas y acompañantes (Hermes con Atenea y Anfitrite e Iris con Poseidón) y en los extremos del frontón se encuentran personajes sedentes no identificados, aunque se piensan que podráin ser daimones, genios y demás pobladores míticos de la Acrópolis.
En la sala 19 se expone una de las seis cariátides que sotenía el techo del Erecteion de la Acrópolis, más concretamente la segunda empezando por la izquierda del pórtico sur. La derivación de su nombre proviene, probablemente, de las mujeres jóvenes que bailaban cada año en honor de Artemisa Karyatis. La figura guarda gran parecido con las mujeres que aparecen en el friso oriental del partenón, cuyas obras estaban finalizadas cuando comenzaron las del Erecteion. Llegó al Museo Británico a principios del siglo XIX de manos de G.B. Lusieri, actuando en nombre de Lord Elgin. Las otras cinco hermanas se expone en el museo de la Acrópolis de Atenas.
Existe una profundo debate sobre lo que se tendría que haber hecho con los mármoles, ya que mucha gente, incluido el gobierno griego, considera que las piezas debería estar en Atenas y afirma que en el momento en que las piezas salieron de Grecia, la nación estaba bajo la dominación otomana y fueron ellos y no los propios griegos quienes consintieron la exportación de los mármoles, además para hacer más sólida la posición griega, se hace referencia a la integridad del monumento al considerarse que los mármoles no son piezas independientes del monumento, sino que fueron arrancadas y desmembradas. La posición de Londres se basa en el derecho a conservarlos y exponerlos ya que en aquella época tuvieron la autorización del Imperio Otomano y además es patrimonio de todo el mundo que trasciende las fronteras políticas y que se exponen en este museo a un público universal y de forma gratuita.
En la sala 20 destaca el Sarcófago o Tumba de Payava, datado alrededor del 375 al 360 a.C. Procede de Xanthos, al suroeste de Turquía y fue encontrada por el arqueólogo Fellows en 1838. Este sarcófago que perteneció al príncipe licio Payava, imita la caja de madera con que normalmente se colocaba a los difuntos, asentándose sobre un alto basamento que llegaba a una altura superior a los seis metros. El monumento en sí presenta una abundante decoración en relieve que mezcla los elementos griegos con los persas, además de una inscripción con el nombre del ocupante, en los que se representan la guerra, la caza y el ceremonial cortesano de la vida del príncipe.
En la sala 21 encontramos los restos del Mausoleo de Halicarnaso, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Está datada en el siglo IV a.C. y se trata de una tumba monumental construida por el rey Mausolo de Karia, en el suroeste de Turquía. La construcción de la tumba fue encargada a los arquitectos Sátiros y Piteos, quienes construyeron una estructura rectangular de 30 por 40 metros, con 117 columas sosteniendo el techo con forma de pirámide escalonada, rematada por una cuádriga con las efigies del rey y la reina. Llegó a tener una altura de 40 metros y poseer una gran cantidad de esculturas, alrededor de 444, talladas por los mejores escultores griegos.
Aunque el edifico soportó varias guerras no pudo con el terremoto de 1404. En 1522 los Caballeros de San Juan utilizaron los restos para la reparación del Castillo de San Pedro de Halicarnaso. De todo ello han quedado muy pocas cosas, en el Museo Británico podemos ver algunas colosales estatuas esculpidas en un solo bloque, como uno de los caballos de la cuádriga y la escultura de Mausolos, y fragmentos de mármoles en relieve.
La sala 22, titulada The world of Alexander, está dominada por un tambor esculpido perteneciente a una colosal columna del templo de Artemisa en Éfeso (Turquía), otra de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Data de alrededor de los años 340 al 320 a.C. y se trata del tambor mejor conservado de dicha columna. Representa una escena presidida por el dios Hermes que mira hacia arriba con el bastón alado o Kerykeion en su mano derecha, delante de él se sitúa una mujer, a quien parece guiar que ha sido identificada con muchas heroínas.
También destacamos en esta sala una estatuilla de bronce de un cazador, tal vez Alejandro Magno, pues comparte rasgos faciales con éste, aunque también se ha dicho que puede ser de algunos de sus sucesores macedonios. La imagen está data de entre los años 250 al 100 a.C., época en la que los temas de caza de animales salvajes estaba muy de moda, apareciendo escenas de este tipo en tumbas y en el arte en general, ya que se consideraba a los cazadores como valientes y heroicos. Esta estatuilla pudo haber formado parte de una composición realizados, supuestamente, por dos de los escultores de Alejando: Lisipo y Leocares.
Además encontramos también objetos a pequeña escala que demuestran la habilidad de los antiguos orfebres, herreros, alfareros, joyeros y cortadores de piedras preciosas.
La sala 23 está dedicada a la escultura griega y romana, en ella destaca la estatua de mármol de Afrodita (Venus) datada en el siglo II d.C. y conocida como Lely's Venus, recordando a quien perteneció la escultura durante la primera mitad del siglo XVII, el pintor barroco sir Peter Lely, antes de pasar a manos del rey Carlos I de Inglaterra. La escultura presenta una tridimensionalidad típica de la escultura helenística, como es su peinado, existiendo varias versiones conocidas de Afrodita en cuclillas e incluos de pie. La mayoría de ellas se representan tratando de cubrirse inútilmente su desnudez con las manos.
La continuación de esta colección continúa en la primera planta donde, en la sala 69, podemos ver objetos de uso cotidiano en Grecia y Roma tratando temas como las mujeres, los niños, la religión, el comercio, el transporte, el atletismo, la guerra, agricultura, etc... Alguna de ellas están reflejadas en diferentes ánforas, jarrones y vasos, además de figuras de terracota.
En la sala 70 se exponen los objetos que ilustran el surgimiento de Roma que empezó siendo una pequeña ciudad y se convirtió en un gran imperio. De este modo se recorre un período aproximado de 1.000 años, desde su fundación en el año 753 a.C hasta el 324 momento en que el emperador Constantino fundó la nueva capital cristiana en Constantinopla. En esta sala destaca el Vaso de Portland (datado entre los años 5 a.C. a 25 d.C.), con una decoración en la que se representa a Tetis y Peleo; proveniente de Sudán la cabeza de Augusto (datado entre los años 27 y 25 a.C.) que formaba parte de una escultura del emperador; y la llamada Warren Cup que es una copa de plata con relieves homoeróticos.
Además podemos admirar otros muchísimos objetos curiosos, como la placa de terracota en la que se representa una escena en el Nilo del silo I d.C, o la escultura de un acróbata africano sobre un cocodrilo datado a finales del siglo I a.C. y principios del I d.C.
En la sala 71 se hace un recorrido por el mundo etrusco y otras culturas prerromanas. Esta cultura floreció entre los siglos VIII y I a.C. siendo famosa por ser profundamente religiosos, excelentes trabajadores de los metales, su pasión por la música y banquetes, y por la independencia permitida a las mujeres. En esta sala se hace un recorrido por la vida y creencia de la Italia pre-romana. Al entrar a la sala nos recibe la parte superior de una estatua colosal de piedra caliza proveniente de la antigua Chipre y datada alrededor del 500- 480 a.C.
Destacamos una urna cineraria de piedra caliza con forma de hombre sentado datado de entre los años 540 - 520 a.C. y proveniente de una tumba en Chiusi. La figura se hizo en cuatro partes siendo la parte inferior el lugar donde se depositaban las cenizas del difunto. Todavía se pueden ver restos de pintura roja sobre lo que sería la piel y de color negro en la barba y pelo. Observamos que lleva una túnica larga con zapatos y sentado sobre una silla típicamente etrusca.
También vemos diferentes figuras de terracota que datan de entre los años 625 - 600 a.C. El que vemos en la foto pertenece a la "Tumba de las Cinco Sillas" descubierta en Cerveteri en el 1865. Originariamente se encontraban en cinco sillas excavadas en la roca y se piensa que representan a los antepasados que entraban ocasionalmente en la tumba para realizar algun tipo de rito, teoría dada al haber también en el interior de la cámara un altar y también por las manos abiertas como ofreciendo o manteniendo algun tipo de ofrenda de estas figuras. Éstas fueron encontradas en varios trozos, por ello, las aquí expuestas son resultado de la unión de cabezas de mujeres con lo que parecen cuerpos de hombre.
En esta sala encontramos también diferentes sarcófagos, desde uno cuya tapa tiene forma humana a otro que posee, lo que se cree, la forma de un templo o una casa y que está datada alrededor del 325 a 250 a.C.
Pero uno de los sarcófagos que más impresiona es el que está pintado perteneciente a una rica dama etrusca llamada Seianti Hanunia Tlesnasa, datada alrededor del 150 al 140 a.C. Se sabe el nombre porque está esrcito sobre el pecho. Pruebas científicas de los dientes de la mujer ha concluido que tenía entre 50 y 55 años en el momento de su muerte. En este sarcófago la vemos reclinada sobre un colchón y sosteniendo un espejo con su mano izquierda y arreglándose la capa con la derecha. La imagen, con tintes juveniles, es una típica representación idealizada con fuerte influencia del mundo helénico.
En una vitrina encontramos varias figuras de terracota, de las que destacan varias con forma de cabeza femenina procedentes de Canosa (actualmente Canosa di Puglia) y datadas en el siglo IV a.C. Estos floreros o vasijas tenían la función de ser parte del conjunto funerario que se colocaba dentro de la tumba. En el estante de abajo se encuentra un jarrón redondo decorado con pequeñas figuritas que data del año 320 a.C.
La sala 72 trata el tema de la Chipre Antigua, mientras que la 73 se titula "Griegos en Italia". En ésta última destaca, entre otros, un askos (jarrón o vaso con forma redonda) con pequeñas figuritas y restos de policromía, procedente de Canosa y datada de alrededor del 270 al 200 a.C. Entre las figuritas vemos dos caballos alados que sobresalen de la pieza, en la parte superior vemos tres imágenes también aladas que corresponden a Niké o Victoria.
Mientras que en la pintura podemos ver perfectamente otros dos caballos alados sobrevolando un mar con tonos marrones y rosas. El relieve del centro pertenece a Medusa y el superior representa a un ménade bailando, un seguidor de Dionisos. Las Wolfson Galleries (las salas 82 a 85) alberga diferentes piezas romanas y griegas, como inscripciones civiles, funerarias y religiosas, así como diferentes esculturas, relieves de tumbas y retratos, sin olvidar los restos procedentes de Éfeso en la sala 84.
Departamento de Oriente Medio::
Esta colección es la más grande y completa del mundo mesopotámico fuera de las fronteras de Irak. Abarca las civilizaciones de Mesopotamia, Persia, la península Arábiga, Anatolia, Cáucaso, parte de Asia Central, Siria, Palestina y asentamientos fenicios del oeste del Mediterráneo.
Las salas 6 a la 10 ilustran la historia del Imperio Asirio. Comenzamos el recorrido por la sala 6 situada en la planta baja. Aquí encontramos, entre otras piezas, la estatua colosal de un león alado (Lamassu) de la parte noroeste del palacio de Ashurnasirpal II, datado entre los años 883 y 859 a.C. Se trata de una de las dos figuras-guardianes que flanqueaban una de las entradas a la sala del trono del palacio. Este león alado posee cinco patas de manera que si se mira de lado parece que se encamina contra cualquier mal, mientras que si se mira de frente mantiene una posición firme.
En las salas 7 y 8 se exponen los relieves del palacio de Nimrud que originariamente se encontraban en el salón del trono y otros aposentos reales del palacio noroeste construido por el rey Ashurnasirpal II (883-859 a.C.). En ellos se representa al rey y a sus súbditos participando en varias actividades. En un relieve se puede ver al monarca, bajo la protección de seres mitológicos, en campañas militares. En la sala 8 vemos otros Lamassus, guardianes mitad humanos mitad leones alados que se situaban en esta parte del palacio.
En la sala 9 se encuentran los relieves del palacio de Ashurnasirpal en Nínive, datados en el siglo VII a.C. En ellos se representa gran variedad de escenas, incluyendo el transporte de Lamassus que pesan 30 toneladas para servir como guardianes de los accesos principales al palacio. Este ejemplo dan una idea sobre la explotación de canteras y técnicas de transporte. El centro de la sala está coronada por un relieve de dos guardianes (704-681 a.C.) que, como hemos señalado ya, servía para alejar las fuerzas del mal de los palacios. A la derecha se ve a un hombre con las manos vacías usando un casco con cuerno, que puede representar al dios que se encargaba de espantar los efectos de la brujería. A la izquierda el hombre con cabeza de león y patas de águila con una maza y una daga es un ugallu o demonio de la gran tormenta.
En la sala 10 se encuentra, con sus 16 toneladas, dos de las piezas más pesadas del museo: las estatuas colosales del toro alado, datados entre los años 722 - 705 a.C. Estas figuras mágicas custodiaban la entrada de la ciudadela del rey Sargón II situada en Khorsabad. En la Asiria antigua la construcción de entradas iba a compañadas de ceremonias y, como medida adicional, se enterraban pequeñas figuras bajo ellas.
Entre las piernas del toro se pueden ver varias inscripciones en los que se enumeran los títulos, el linaje y los logros de Sargón, además, en el pedestal se encuentra toscamente tallado una derivación del Juego Real de Ur, que según parece, podría haber sido tallado ahí por los guardias del palacio o las personas que esperaban para entrar. En la primera planta, la sala 52 está dedicada a Palmira y el antiguo Irán, en la que destaca el Cilindro de Ciro que contiene una declaración en cuneiforme acadio babilonio del rey persa Ciro el Grande; las salas 53 y 54 están dedicadas a las civilizaciones anatólicas; las salas 55 y 56 se dedican a las antigüedades de Mesopotamia, destacando el relieve de la Reina de la Noche de entre los años 1800-1750 a.C., el Carnero de los matorrales datado entre el 2600 al 2400 a.C y el Estandarte de Ur de hacia el siglo XXVI a.C., estas últimas procedentes de las tumbas reales de Ur.
Departamento de Prehistoria y Europa::
En esta colección se abarca una vasta extensión tanto en el tiempo como en la geografía. Las salas 38-39 están dedicadas a los relojes mecánicos. Éstos fueron inventados en Europa occidental en la época medieval, siendo usados por primera vez en catedrales e iglesias. Destaca el reloj con autómatas y carillón de Isaac Hebrecht de 1589. Su mecanismo es tan impresionante como la parte exterior, cuatro trenes de engranajes impulsadas por el peso hacen que el reloj marque las horas y los cuartos. Se diseñó a imitación del gran reloj de la catedral de Estrasburgo, y puede marcar las horas, las posiciones del sol y luna en el zodiaco, los días de la semana y los días santos. Además los autómatas se mueven al compás de una música que mezclo lo religioso y lo secular.
Las salas 40 a la 48 acogen las colecciones de arte europeo desde la Edad Media hasta la actualidad. En la sala 40 destaca la impresionante Copa Real de Oro datada de alrededor del año 1370-1380. Hecha con oro macizo y decorado con esmaltes traslúcidos (que cuenta la vida y obra de Santa Inés) esta copa fue regalada por Jean Duc de Berry a Carlos VI de Francia con motivo de su visita a Touraine en 1391, sin embargo hay quien discute que se diera en esta ocasióm puesto que ambos hombres se llevaban mal y aquella reunión fue una especie de reconciliación. Es posible que el duque de Berry quisiera regalarle la taza a Carlos V, puesto que nació el día de Santa Inés, pero cuando el rey murió en 1381 la obra aún no estaba completada, con lo que probablemente se la dió Carlos VI mucho después de aquella reunión.
En la sala 41 se expone el Tesoro de Sutton Hoo con piezas de orfebrería, plata, bronce y esmaltes descubierto en la tumba real de Suffolk en 1939. De las piezas de este tesoro destacamos el casco que es muy raro ya que cuenta con características faciales: cuencas de los ojos, cejas y nariz con dos pequeños agujeros. Las cejas son de bronce con incrustaciones de hilo de plata y granates poseyendo en ambos extremos la cabeza de bronce de un jabalí, símbolo de fuerza y coraje . Entre las cejas se sitúa una cabeza dorada de dragón y visualmente, el conjunto producido por la nariz, las cejas y el dragón es un gran pájaro con las alas extendidas. El casco contaba además con diferentes escenas en relieve en las que se representaba los animales y las escenas heroicas.
La sala 45 alberga la colección Waddesdon Besquet en la que por medio de 300 piezas a pequeña escala se hace un recorrido por la Europa del Renacimiento; en la sala 46 las obras expuestas se extienden desde la Edad Media hasta finales del siglo XVIII, época de grandes cambios sociales; la sala 47 está dedicado a la Europa del siglo XIX; la 48 expone piezas europeas datadas desde el año 1900 hasta el presente.
La sala 49 alberga objetos procedentes de la Gran Bretaña romana, sobre todo restos hallados en torno a la Muralla de Adriano datados de entre el 43 d.C. y finales del siglo IV. Destacan el gran plato del tesoro de Mildenhall del siglo IV d.C en los que los relieves aluden a los temas mitológicos y la tumba reconstruida de Gaius Julius Alpinus Classicianus del siglo I y hallada en Trinity square. A fianles del siglo IV d.C las piezas de la tumba fueron reutilizadas para la construcción de uno de los baluartes que protegían la muralla. Las primeras piezas que salieron a la luz fue en el año 1852, despues se descubrirían más en el 1885 y 1935. En la sala 50, titulada "Gran Bretaña y Europa 800 a.C-43 d.C" destacan los restos del Hombre de Lindow de la Edad del Hierro, sacrificado en una ceremonia ritual; los torques de oro de Snettisham del siglo I a.C. y un casco con cuernos datado entre los años 150-50 a.C.
Departamento de Asia:
Comenzamos el recorrido por la sala 33 donde se ilustra a la perfección la historia de China y de Asia meridional y sudoriental, desde la prehistoria a la actualidad. A pesar de que muchas zonas de Asia ha compartido el comercio y los sistemas religiosos, hay fuertes diferencias regionales, además de variaciones importantes en el lenguaje. En la sección del sur de Asia encontramos objetos que tienen relación con las religiones más importantes de la India: budismo, hinduismo y el jainismo.
Lo primero que llama la atención de esta sala es la espléndida estatua de 1,43 metros de la diosa budista Tara, consorte de Avalokiteshvara, datada de entre los años 700-750 d.C. Proviene de Sri Lanka donde llegó el budismo alrededor del año III a.C siendo en la actualidad su religión oficial la variante del budismo conocido como Theravada. La escultura de bronce es un raro ejemplo de estatua realizada en monobloque. Las cavidades de su tocado pueden ser probablemente espacios ocupados en su momento por piedras preciosas, su mano derecha posee el gesto de dar, mientras que la izquierda se encuentra vacía, aunque probablemente antaño pudo haber tenido una flor de loto. La cintura esbelta en contraste con los pechos grandes es el ideal de belleza femenino de la época.
En la sección de la India vemos objetos como la figura de bronce de Nataraja datada alrededor del año 1100. Se trata de una de las imágenes más conocidas del arte indio, especialmente popular en aquel pais en los siglos X a XII, durante el reinado de Chola. En la creencia hindú Shiva como Nataraja aparece al final y al comienzo de un ciclo cósmico, el tiempo no es lineal como en occidente. Esta pieza es un ejemplo de logro técnico y artístico en una sola escultura.
Las esculturas de Amarāvatī dan nombre a un estilo de arte budista desarrollado entre los siglos II a.C y III de fuerte influencia grecorromana. En la galeria 33A encontramos esta Stupa que fue contruido probablemente para albergar una reliquia de Buda procedente del norte de la India aunque remodeladas en el siglo V y desmanteladas en el XII para formar parte de los palacios de los rajás y finalmente demolidos en el año 1797, quedando restos como los que vemos aquí. El Museo Británico posee alrdedor de un centenar de piezas datadas entre los siglos II y I a.C. En ellas, que en conjunto medía 30 metros de alturas, se tallaron medallones de loto, escenas de culto y representaciones de los acontecimientos de la vida de Buda.
En esta misma sala encontramos una interesante representación de Yamantaka Vajrabhairava, hecho en el Tíbet a principios del siglo XIX para el templo budista conocido como el Dga'lDan Byin Chags gLine. En el budismo, Yamantaka es visto como una manifestación airada de Mañjuśrī , el buda de la sabiduría. Yamantaka es un nombre sánscrito que se puede descomponer en dos elementos principales: Yama, el nombre del dios de la muerte y Antaka o terminador, por lo tanto su nombre significa literalmente "El terminador de la muerte". En este contexto Yamantaka representa el objetivo de alcanzar la iluminación , el viaje en sí, el despertar, es decir la práctica de poner fin a la muerte. Esta escultura está fabricada de oro y bronce, poseyendo en su parte posterior inscripciones en chino donde se menciona al donante, el emperador chino Jiaqing (1796-1820).
Destacamos también una figura de arenisca de Chamunda datado del siglo IX d.C y proveniente de Orissa, India oriental. Esta diosa hindú, con sus ojos desorbitados y cuerpo esquelético, senos caídos y joyas hechas de huesos y serpientes, es una de las más feroces manifestaciones de la gran diosa Devi, que en esta forma se asocia con los cadáveres y rituales. Chamunda es una de las siete diosas madres (Saptamatrika) y aunque pueda parecer extraño uno de sus roles es la de protección y que, además, mediante su rayo, tridente y espada se defiende de los demonios de la ignorancia y del ego, de hecho su nombre deriva de su victoria con los demonios Chanda y Munda.
Sin abandonar la sala 33 nos centramos ahora en el arte chino, destacando una figura de madera de un guardián o chamán, proveniente del sur de China y datado en el siglo IV a.C. Este tipo de representaciones fueron colocados en las tumbas del estado de Chu, en las provincias de Hunan y Hubei. Este estado, a pesar de saberse muy poco de su historia hasta la caída de la dinastía Zhou en el 771 a.C., fue una fuerza cada vez con más peso llegando a ocupar gran parte de China en la época de los Reinos Combatientes (V-III a.C.). Chu seguía muchas de las practicas rituales de Zhou, pero también tenían creencias y costumbres propias, incluyendo el uso de cuernos que parece haber sido importantes en los rituales chamánicos.
Cerca encontramos la terrible expresión de un guardián de tumba, con su armadura ricamente decorada y la mano izquierda con los cinco dedos curvados como si originariamente sostuviera algo entre ellos. Está hecho de cerámica con restos de policromía a la manera occidental, ello es prueba de la presencia extranjera en China durante este período. Se sabe que procede del norte de China, probablemente de la provincia de Shaanxi. Pertenece a la Dinastía Tang, del siglo VII u VIII. Originario de la deidad de Lokapala de la religión budista este tipo guardianes de tumbas tenían una función apotropaica en los entierros chinos.
En un extremo de la sala encontramos la escultura de azulejo de gres de Budai de la dinastía Ming y encontrada en la provincia de Henan, en el norte de China. En una inscripción del lado izuierdo nos revela que la escultura se remontal al año 1486. Este sonriente monje Budai es muy popular en la budismo chino. Su personaje no sólo es una acumulación de varias leyendas chinas sino que también se considera a veces como la encarnación del futuro Buda. Las esculturas de Budai se colocaban con frecuencia en las entradas de los templos y monasterios rodeados de los llamados Chicos Buenos y Malos, quienes eran los jueces que registraban las buenas y malas acciones de una persona durante su vida por lo que decidían si debería ir al cielo o al infierno.
Junto a Budai se sitúa la también escultura de azulejo de gres de un Luohan o discípulo de Buda. Proviene de la provincia de Hebeis, al norte de China, y pertenece a la dinastía Liao (907 a 1125 d.C.). Los luohanes tenían poderes mágicos y podían seguir con vida indefinidamente para poder preservar las enseñanzas de Buda. Estas figuras fueron colocadas a lo largo de las paredes laterales de la entrada de los templos si bien también podemos encontrarlos en grupos de dos a cada lado de la figura principal de Buda. A menudo las esculturas fueron hechas a semejanzas de individuos particulares para mostrar respeto por la humanidad y compasión por las enseñanzas. En este ejemplo el luohan posee un rostro sereno y serio que representa la aspiración del hombre por alcanzar la iluminación.
Completa este grupo de tres la escultura de Buda sentado de características similares a las otras dos, usando los colores que tanto gustaba en la dinastía Tang. Detrás se encuentra un gran mural datado del siglo XV proveniente de un templo budista. Al lado se sitúa otra escultura de una deidad sentada en el trono perteneciente a la dinastía Ming-Qing (siglo XVII), entre otras muchísimas piezas interesantísimas.
Antes de dejar la cultura de la antigua China queremos comentar la gran escultura de 5,8 metros de alto del Buda Amitabha que se encuentra un hueco de las escaleras de acceso a las diferentes salas de las plantas superiores. Proviene del templo de Chongguang al norte de China y está datado en el año 585 d.C. (Dinastía Sui). Esta escultura de mármol representa al Buda del Paraíso Occidental, posee una forma sólida a la que sólo le faltan las manos, a pesar de lo cual se sabe que la derecha se abría hacia el exterior con el gesto de consuelo (abhaya mudra) y la izquierda con el gesto de la generosidad (varada mudra).
En la sala 67 se expone la colección occidental más importante de obras coreanas, mientras que en las salas 92, 93 y 94 podemos admirar las diferentes piezas de la antigua Japón que abarca desde el año 3000 a.C. hasta la actualidad, destacando los los elefantes Kakiemon de finales del siglo XVII y una armadura compuesta de diferentes piezas de distintas épocas (coraza y mangas del siglo XVI, casco del siglo XVII y el resto de entre los siglos XVIII y XIX).
Departamento de África, Oceanía y las Américas:
La sala 24, titulada Living and Dying (Vida y Muerte), expone materiales relacionado con ello procedentes de Nueva Zelanda, Ghana, Islas Salomón, América del Sur y el Ártico de Norteamérica. Aqui vemos, entre otros, un craneo de cristal que, al contrario de lo que se pensaba, no es azteca sino europea del siglo XIX. Corona esta sala una estatua monolítica conocida como Moais procedente de la Isla de Pascua. Este tipo de esculturas fueron talladas en conmemoración de ancestros importantes, desde el año 1000 d.C. hasta la segunda mitad del siglo XVII. La estatua aquí expuesta, llamada Hoa Hakananai'a ("amigo robado o escondido"), pesa alrededor de 4 toneladas, estaba pintada originalmente de rojo y blanco pero el pigmento desapareció por el efecto del mar.
La sala 25, o Sainsbury Galleries, está dedicado a África cuya variada vida cultural se ha expresado a través de objetos cotidianos y obras de arte desde la antigüedad. La colección cuenta con más de 200.000 piezas africanas que abarca desde la prehistoria hasta la actualidad. Destacan la cabeza de bronce de un soberano yoruba de Ife (Nigeria) y el Árbol de la Vida, realizada a partir de armas de fuego, entre otras.
En la sala 26 , o JP Morgan Chase Gallery, alberga objetos de Norteamérica desde el año 8.000 a.C. a nuestros días. Aquí veremos cómo los pueblos indígenas han mantenido su identidad cultural desde la antigüedad y en qué le ha afectado el contacto con los europeos y la colonización de sus comunidades. Vemos objetos que van desde tubos con forma de animales realizados en el año 200 a.C. por el pueblo de Hopewll hasta mapas en pieles de venado (s. XVIII), textiles, cerámicas, postes tallados, etc... Destacamos una puerta-tótem de 5,18 metros de altura; el totem con forma de pájaro de Costa Salish (s. XIX); y el tótem del Águila Kwakwaka'wakw (anterior a 1910).
La sala 27 está dedicada a las distintas culturas que floreció en México, abarcando un período que va sobre el año 2.000 a.C. al siglo XVI. Destacan los dinteles mayas de piedra caliza de Yaxchilán, datados alrededor del 600-900 a.C. Los dinteles 24 y 25 (el de la imagen) están en la exposición permanente de esta galería, el tercero de la serie, el 26, se encuentra en el Museo Nacional de Ciudad de México. En el 25 vemos una escena del ritual del derramamiento de sangre donde, en la parte inferior derecha, se sitúa Xook evocando a la serpiente de Teotihuacan que algunos estudiosos relacionan con un espíritu ancestral o fundador del reino. Posee una inscripción invertida, como si fuera a ser leída a través de un espejo, algo nada común y cuyo significado aún se desconoce.
Las esculturas de piedra de Tlazolteotl están datadas entre los años 900 - 1521 y fueron encontradas en la región Huasteca. La fertilidad en el arte huasteco era un tema recurrente y se representaban mediante esculturas de diosas femeninas, hombres de avanzada edad y falos. Las figuras femeninas se asocian con Tlazoltéotl, diosa de la Tierra. Las esculturas aquí expuestas comparten características similares al tener una postura rígida, manos sobre el estómago, pechos desnudos, falda larga y un gran tocado compuesto, generalmente, de una sección rectangular y una cresta en forma de abanico.
Nos detenemos ahora en la escultura azteca de la serpiente de fuego Xiuhcoatl datado entre los años 1300 a 1521. La serpiente ha jugado un papel importante en la religión mexica. La escultura que vemos, posiblemente tuvo la función de decorar un edificio, posee una mezcla de realismo y misticismo presentando todos los elementos característicaos de Xiuhcóatl: cabeza de serpiente, patas cortas terminadas en garras y un hocico curvo. El extremo de la figura termina con el símbolo xihuitl (triángulo con rayos solares y dos trapecios entrelazados).
En esta sala también se encuentran pequeños objetos con formas de animales muy curiosos, como un vaso de jade con forma de mono relacionado con el sexo mitológico de la cultura huasteca, datado entre los años 900 y 1521. Además destacamos, ya fuera de las salas y situado en las escaleras exteriores de acceso, el molde de la Stela H que se encuentra en la Gran Plaza del recinto arqueológico de Copán en Honduras, datado entre los años 400 al 850 y encargada por el rey de Copán Uaxaclajuun Ub'aah K'awiil.
Salas temáticas y temporales:
De entre las salas temáticas destaca, aparte del Queen Elizabeth II Great Court, la sala 1 que ocupa la llamada King's Library, la antigua biblioteca del rey George III.
Aquí se exponen, además de libros, diferentes objetos que muestran la forma en que los coleccionistas, anticuarios y los viajeros descubrían y clasificaban los objetos del mundo que les rodeban durante la época de la Ilustración. En esa sala también se encuentra una réplica perfecta de la piedra Rosetta que podrás tocar. Las salas 2, 3, 35, 69a, 90 y 91 acogen exposiciones temporales (normalmente de pago) o piezas del museo que van rotando, bien porque son importantes por alguna razón o bien para que el público siga conociendo de forma continuada los objetos guardados en el sótano.
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