Desde la Tartinijev trg parte la leve pendiente de la Bolniška ulica, en la que se encuentra el Minoritski samostan sv. Frančiška o Monasterio Minorita de san Francisco de Asís, al lado del cual se levanta la Cerkev sv. Frančiška o iglesia de san Francisco. Frente a las fachadas de ambos edificios se extiende una plaza que fue utilizada antiguamente como cementerio de santa Catalina de Alejandría y que hoy es un espacio diáfano, alrededor del cual se levantan unos coloridos edificios.
Los frailes Minoritas probablemente llegaron a Piran alrededor del año 1301, antes de que se construyera la iglesia y el monasterio. Se instalaron, por aquel entonces, alrededor de la iglesia del cementerio de santa Catalina de Alejandría, que se encontraba fuera de las antiguas murallas de la ciudad. El edificio del monasterio original fue construido al lado de dicha iglesia, del cual se han conservado algunas partes, como los fragmentos góticos y renacentistas de las paredes de la zona este del complejo, así como los muros de la antigua iglesia de san Juan (actualmente una pinacoteca) que cuentan con ventanas de parteluces góticas, un refectorio con fragmentos de frescos y un nicho gótico.
Con el paso de los siglos el edificio sufrió diversas modificaciones y renovaciones, siendo el primer documento que atestigua dichas actividades el datado en el año 1676, cuando se comenzó a reparar el pavimiento, aunque en el 1604 se finalizó la entrada monumental al claustro, cuyo original de estilo gótico con baldaquín de madera fue sustituido por otro de estilo barroco, a la vez que se construyeron nuevas salas en un nuevo piso situado sobre los arcos del claustro.
Pero fue con la restauración del campanario a principios del siglo XVIII cuando el monasterio adquirió la forma definitiva que vemos hoy, según proyecto de Giovanni Sartori. Posteriormente, el antiguo depósito de agua situado debajo del claustro fue reemplazado por otro nuevo entre los años 1745 y 1756, siendo su última reconstrucción en el 1903. A lo largo de los siglos el monasterio acogió diferentes actividades, principalmente la de ser una escuela monástica en la que, no sólo se preparaban a los monjes novicios para la orden monástica franciscana, sino también como lugar docente. Entre sus alumnos destacan Giuseppe Tartini, quien recibió su educación musical básica en esta escuela, o el padre Traversari, quien fue uno de los teólogos más eruditos del siglo XV.
Los frailes Minoritas Conventuales fueron expulsados del complejo en el año 1954, bajo el contexto de la nacionalización del edificio en la antigua Yugoslavia. Fue entonces cuando albergó una casa de retiro, una facultad de medicina y un archivo cívico. En 1997, tras su desnacionalización, los monjes regresaron e iniciaron una renovación completa del edificio, donde todavía hoy siguen viviendo para ofrecer atención pastoral, así como para el cuidado y conservación del monasterio y de la iglesia.
En el claustro, debido a su excelente acústica, tiene lugar varios eventos musicales durante todo el año, como las Noches de Música de Pirán y el Festival Tartini. En una de sus arcadas podemos ver una pieza curiosa, se trata de la raíz de un olivo autóctono de más de quinientos años de antigüedad, llamado “Piranska Buga”, a la que se le ha dado forma de asiento.
Por su parte, la pinacoteca monástica alberga obras pictóricas de pintores venecianos como el maestro Gregorio Lazzarini, así como fragmentos de piedra gótica. En el refectorio se muestra algunos cuadros de la escuela de pintura veneciana con retratos de Papas de los Hermanos Minoritas Conventuales, así como la representación de la Última Cena. En otras estancias se exponen pinturas de los siglos XVII y XVIII y posteriores. Otro de los atractivos de este complejo es la gran colección de libros de la biblioteca monástica, algunos de los cuales datan del siglo XV, mientras que la mayoría están fechados entre los siglos XVII y XIX.
El monasterio cuenta además con la cerkev sv. Frančiška o iglesia de san Francisco, situada anexa al mismo. Se comenzó a construir en 1301, mientras que en 1318 ya fue consagrada, como así lo atestigua una inscripción situada en la parte derecha de la fachada. El templo fue edificado en estilo gótico con todos los elementos típicos de las iglesias de época temprana de los frailes franciscanos, como el presbiterio arqueado y la forma del techo sobre la nave. Pero con el paso de los siglos, el edificio sufrió numerosas modificaciones y renovaciones, a pesar de lo cual, aun son visibles elementos góticos, como los situados en el presbiterio, los muros de la nave, las ventanas de la fachada lateral, etc., así como restos de frescos en la nave y el campanario.
El templo que vemos actualmente en estilo barroco tiene su origen en los siglos XVIII y XIX, en 1887 la fachada clasicista fue diseñada por Giovanni Righetti, en ella, en el travesaño de la portada, se colocó una escultura que representa a la Gloria de los Querubines del siglo XVII realizada por Paolo Callalo, aunque originalmente se encontraba en el claustro, mientras que sobre el travesaño se sitúa un escudo de armas de la orden de los Hermanos Minoritas. En su interior podemos ver, además del Altar Mayor, cinco altares laterales más. Al entrar, a la derecha, al lado de la pintura de Pentecostés realizada en el siglo XVII por Angelo Mazzin, se encuentra el del san Antonio de Padua, obra de Giovanni Sartori en 1690.
Pero antes de continuar con el recorrido de las diferentes obras de arte y altares de la iglesia, miremos ahora hacia arriba: en la pintura del techo, datada a finales del siglo XVIII o principios del XIX, se representó a la Santísima Trinidad en la Divina Gloria adorada por ángeles que tocan diferentes instrumentos musicales.
Seguimos caminando por el templo y a continuación, suspendido en la pared, se encuentra una de las obras de arte más preciadas del templo: un púlpito con los símbolos de los cuatro Evangelistas realizado a principios del siglo XVI, a cuyo lado se encuentra la copia del cuadro de la Última Cena de Palma il Giovane. En el monasterio se han conservado los restos de un púlpito anterior que se encontraba pintado en estilo renacentista.
Así llegamos al Altar Mayor que data del 1787 y que posee un baldaquino de un taller de Zarotti de Pirán de 1904. En la pared principal del presbiterio se sitúa una pintura en la que se representa a santa María con el Niño, acompañados por los santos Francisco, Clara, Antonio de Padua y Luis IX, realizada por el pintor veneciano del siglo XVI Caletto Caliari, hijo de Paolo Veronese. El presbiterio también alberga, por un lado, la obra pictórica de san Antonio de Padua hecha a principios del siglo XVI por un artista desconocido de Verona, y por otro la pintura en la que se representa el Traslado de la casa de Nazareth a Loreto, realizada por Andrea Celesti en el siglo XVII. Detrás del altar se sitúa un coro de oración monástica de entre los años 1736 – 1742.
La zona norte del templo se inicia con el altar de san Sebastián, al que le sigue el altar de la Virgen. En la pared de esta parte, bajos las bóvedas, se exhiben diferentes pinturas de las que destaca la de los cuatro Evangelistas de Gregorio Lazzarini y una obra pictórica de san José.
Aquí se encuentra otra de las obras de arte más destacadas de la iglesia, se trata de una capilla renacentista del 1502 que cuenta con motivos típicos lombardos y es atribuida a Da Bissone. Originalmente formaba parte del Altar Mayor que fue destruido en el siglo XVIII, aunque en 1887 fue reconstruido en la forma actual bajo la supervisión de Giovanni Righetti pero ya en diferente ubicación, concretamente en esta capilla. Aquí se custodia la obra de arte más preciada de la iglesia: la pintura de la Virgen y el niño entronizados con los Santos, realizada por Vittore Carpaccio en el 1518.
El siguiente que le sigue es el altar hecho de madera de san José de Cupertino. Llegados a este punto hay que señalar que el suelo de la iglesia contiene las tumbas de treinta y dos familias, siendo el último entierro el que tuvo lugar en el año 1882. La mayoría de las tumbas se encuentran sin identificar, incluida la de la familia Tartini, quienes la recibieron como regalo en agradecimiento por sus donaciones al monasterio en 1699. Tras encontrarse un documento en el que se detalla de forma precisa la ubicación de la tumba de esa familia, la comunidad monástica hizo tallar una inscripción en latín para conmemorar el 300 aniversario del nacimiento de Giuseppe Tartini en 1992.
Sobre la puerta se encuentra un órgano, cuya forma actual fue dada por Annibale Pugina. Los primeros instrumentos de este tipo con que contaba la iglesia fueron construidos por los hermanos Vicentini en 1535, mientras que Antonio Callido fue el encargado de fabricar los posteriores órganos. Finalmente hay que hacer mención a algunas obras de arte modernas en la iglesia, como las pinturas de Mira Licen Krmpotic: “Estaciones de la Cruz” de 1995 y “San Maximiliano Kolbe” de 2001.
Si abandonamos el monasterio, la iglesia y su plazuela y ponemos dirección al norte por la Bolniški ulici, enseguida nos toparemos con la cerkev Marije Snežne o iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, mencionada por primera vez en el año 1404 y construida como capilla privada por una dama rica de Pirán. El edificio recibe este nombre por la pintura de la segunda mitad del siglo XVII de Nuestra Señora de las Nieves situada sobre la entrada, la cual representa la milagrosa nevada de agosto en Roma. En aquel siglo, en el XVII, fue objeto de reformas en estilo barroco, momento en que se colocó el altar que vemos hoy.
De aquella época son también una serie de pinturas con marcos de madera tallada colocadas a lo largo de las paredes de la nave que fueron realizadas por Marangona de Mantua en 1666. En 1969, en el transcurso de unas obras de rehabilitación, se encontraron magníficos oleos situados en la pared del arco. En ellos vemos escenas como la de la Anunciación realizada alrededor del 1430 por un pintor veneciano desconocido, mientras que la pintura de la Crucifixión, situada en el arco gótico apuntado, se hizo unos años después, entre 1450 y 1460, atribuida al maestro Nicolai di Antonio de Pirán.
Muy cerca, en la Ulica IX. Korpusa, se encuentra la cerkev Marije Tolažnice o iglesia de Nuestra Señora de la Consolación construida en el siglo XV en el mismo solar donde se levantaba la iglesia de san Miguel. La forma original del edificio hay que buscarlo en el año 1439, pero fue reformada, al igual que la anterior iglesia, en el siglo XVII, momento en que se le dio un aspecto barroco tanto por fuera como por dentro.
En su interior destaca, junto al Altar Mayor del siglo XVIII, una pintura bizantina en la que se representa a la Virgen María y el Niño. La iglesia también cuenta con obras pictóricas en los que se escenifican diferentes episodios de la leyenda de san Agustín, las cuales fueron atribuidas en un primer momento a F. Fontebassu, para después ser asignadas a G. P. Tiepola, discípulo y sucesor del gran Piazzetta. Los revestimientos de las paredes con incrustaciones y el marco de madera del tallador veneciano Brustolon también son dignos de atención. Desde aquí se puede ir fácilmente a las antiguas murallas construidas en 1470, aunque ya se mencionaron en el siglo VII, cuando se levantaron para proteger todo el casco histórico de la ciudad. La sección conservada más grandes es la parte conocida como Mogoron y consta de un tramo de 200 metros, el cual es posible recorrerlo, además de obtener bonitas vistas de Pirán.
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