ROVIÑO (ROVINJ)

PUERTO DE SANTA CATALINA


Desde la Trg Maršala Tita se abre el puerto de Rovinj (o puerto sur) que es utilizado para el amarre de pequeñas embarcaciones de recreo, así como barquitos para la pesca. Dejando a nuestra espalda la plaza, hacia la izquierda se abre el paseo marítimo Obala Alda Rismonda (en honor a Aldo Rismonda, un destacado miembro del movimiento partisano durante la II Guerra Mundial), repleto de diferentes restaurantes, cafeterías y bares con terrazas donde se puede degustar pescado y marisco local. Desde el lado sureste del puerto se obtienen otra de las panorámicas más bellas sobre el casco antiguo de Rovinj.

Las calles que se encuentran detrás del paseo marítimo, en las que podemos ver diferentes edificios interesantes, presentan un plano irregular, típico del urbanismo que se desarrolló en la ciudad entre los siglos XVIII y XIX, debido a la rápida y desigual expansión demográfica. De esta forma, las calles se estrecharon para dejar más espacio a las casas que se construyeron de forma más compacta y con más altura. Otra de las características curiosas de esos edificios son la gran cantidad de chimeneas que poseen, eso es debido a que se colocó una chimenea en cada habitación en la que vivía una familia.

Volviendo al puerto de Roviño podemos ver que posee muchas y diferentes embarcaciones, entre las que se encuentran los batanes, típicas embarcaciones de madera de hasta seis metros de eslora con fondo plano que son aptas para navegar por aguas poco profundas, para así pescar cerca de la costa. Los batanes pueden estar construidos de manera similares entre ellos, pero nunca iguales en el aspecto de la navegación y pesca, ya que dependen de las familias de pescadores que las construya y sus antiguas tradiciones domésticas.

Al otro lado, a nuestra izquierda lo primero que destaca es el Mali mol o Pequeño Muelle, el más antiguo de Roviño, en cuyo inicio podemos ver una escultura realizada por el mismo escultor que hizo el Niño con el pez o Kiko, Marijan Kocković, dedicado a Anton Bućković a quien los nazis ahorcaron el 10 de octubre de 1944. Prácticamente al lado se sitúa una Rosa de los vientos (Ruža vjetrova) que fue incrustada en el suelo del muelle en el año 2006. Su diseño está basado en el del original de la colección de la familia del barón Hütterott de la isla de sv. Andrije o san Andrés. Esta rosa de los vientos es una representación gráfica de donde soplan los “vientos de Rovinj” y cómo se llamaban en el antiguo dialecto que se habla en la zona. Es por tanto un recuerdo de la relación de los lugareños con el mar, hábiles y verdaderos expertos con las corrientes marinas y el pronóstico del tiempo. Desde finales del siglo XVI hasta mediados del siglo XIX, la ciudad ocupó la primacía de Istría en la pesca, la marina, la construcción naval pequeña e incluso el contrabando.

Desde el Mali mol tenemos una panorámica de la isla de santa Catalina, la más importante, junto con la de san Andrés (¿recuerdas la rosa de los vientos anterior?), de las que conforman el archipiélago de Rovinj. La isla de san Andrés también es conocida como isla Roja, mientras que la de santa Catalina posee una rica flora, con alrededor de 450 especies de plantas. Ambas islas son muy famosas por sus playas y por ser zonas a donde acuden de manera masiva los amantes del sol y el mar. Para llegar a ellas se puede ir con un barco que se toma desde este muelle, cuyo trayecto tiene una duración de unos 15 minutos.

Al lado del muelle pequeño, encontramos el Muelle grande o Veliki mol (localmente llamado Molo di Calsànta) que fue construido en 1859 y ampliado en 1931. El viejo muelle fue derribado durante el período veneciano por las fuertes olas del oeste. En su tramo inicial se encuentra la Ekomuzej Kuća o batani (Ecomuseo casa Batana) que está dedicado al barco tradicional más extendido en Roviño. El museo está albergado en un edificio levantado a finales del siglo XVII. A lo largo de los siglos, familias de pescadores, marineros y artesanos vivieron en esta casa, incluso la planta superior aún está habitada, además de, antes de convertirse en museo, haber acogido un restaurante. La misión del Ecomuseo es la de investigar, evaluar, proteger, interpretar, recrear, presentar y comunicar el patrimonio marítimo tangible e intangible de la identidad cultural y la singularidad de la ciudad de Rovinj a través de cinco métodos.

Estos métodos o unidades son: el centro de interpretación y documentación, llamado Muòstra; el Spacio Matika, o Spàcio, donde se puede degustar, oler, escuchar y cantar sobre el patrimonio marítimo local; el Mali škver (Pequeño Astillero), o peîcio squèro, donde se trata el patrimonio inmaterial de la construcción del batana; la celebración de la Regata de Rovinj de veleros tradicionales; y la puesta en marcha de rutas temáticas, como paseos a bordo de una batana acompañado de un barkariol (barquero), o recorridos por el paseo marítimo, donde los visitantes conocen más sobre la ciudad desde el punto de vista o perspectiva de los batanes. De nuevo en el exterior, en el Muelle grande es a donde llega el ferry desde/a Venecia, y desde donde tomar un catamarán para ir mar adentro para observar a los delfines. Mención aparte se merece otra de las panorámicas más impresionantes que se puede obtener desde aquí.

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