Esta iglesia domina todo el centro histórico desde su ubicación en lo alto de una colina situada en el centro de la península, de hecho, es el elemento más característico del skyline de la ciudad. La historia del edificio hay que buscarla en los primeros siglos del desarrollo de Rovinj, cuando había en el mismo sitio que la actual una pequeña iglesia dedicada a san Jorge, habiendo en sus inmediaciones tres iglesias: la de santa Úrsula, la de san Roque y la de san Miguel. A mediados del siglo X se construyó un nuevo templo de tres naves, tras llegar milagrosamente a las costas de la ciudad el sarcófago de santa Eufemia, a quien se le dedicó.
Aquella santa, actual patrona de Roviño, fue torturada por ser cristiana por el emperador Diocleciano, antes de ser arrojada a los leones en el año 304 d.C. Según la leyenda el cuerpo desapareció misteriosamente una noche tormentosa y apareció frente a la costa de Rovinj en un barco. Los lugareños no pudieron mover el pesado sarcófago, exceptuando un niño con dos terneros que lo llevó a la cima de la colina, donde todavía permanece en el interior de la iglesia. Desde mediados del siglo XVII, el gran desarrollo económico y demográfico hizo que se necesitara una iglesia nueva y más grande. En diciembre de 1720, tras la demolición de las otras iglesias mencionadas anteriormente, se comenzó la reconstrucción de un nuevo templo según el diseño del veneciano Giovanni Scalfarotta, quien comenzó las obras, aunque después fueron reanudadas por Giovanni Dozza, quien la completó en 1736.
Con unas dimensiones de 51,11 metros de largo, por 30,26 de ancho, 17,71 de altura en la nave central y 10,11 metros en las laterales, el edificio resultante es el ejemplo más importante de la arquitectura barroca costera de Istría. En el año 1780 su fachada sur (en cuyas inmediaciones se encuentra la pequeña iglesia de san José que fue erigida por la familia Caenazzo en 1673) se cubrió parcialmente con piedra, según diseño del arquitecto Simone Battisiella, cuya puerta principal posee, en su lado izquierdo, una copia del bajorrelieve gótico en el que se representa a santa Eufemia sosteniendo una maqueta del pueblo (el original está en el interior de la iglesia, concretamente en la pared del presbiterio de santa Eufemia).
Por su parte, la nueva fachada principal, la situada al oeste, fue diseño de Giacomo Depozza y, gracias a la inscripción situada sobre la puerta principal, se sabe que se construyó entre los años 1861 y 1865. A través de dicha portada se accede al interior del templo que está dividido en tres naves, siendo la central la más alta, por dos conjuntos de seis arcadas y cinco pilares. El altar mayor y el lateral fueron realizados por Giacomo Laureato entre los años 1739 a 1741, es decir el de santa Eufemia (en cuyo coro se encuentra el sarcófago con las reliquias de la santa realizado en el siglo III-IV d.C.) y el del Santísimo Sacramento (con esculturas de ángeles hechas por Giovanni Marchiori y un tabernáculo con forma de “tempietto” del siglo XVIII construido por el joyero Angelo Scarabello).
En el altar mayor vemos esculturas realizadas por Alvise Tagliapietra y su hijo Ambrogio, en las que se representan a san Jorge, san Marcos y san Roque, además de los ángeles en el altar de santa Eufemia. Las paredes del coro (cuyos asientos de madera fueron realizados por Giovanni Berengo en el siglo XVIII) cuentan con tres grandes pinturas atribuidas a Pietro Pergolis de Florencia, quien llegó a Rovinj a finales del siglo XVI. El templo alberga diferentes obras de arte, como los cuadros de la Última Cena de 1574 (con una clara influencia de Tiziano y Jacopo Bassano) y la Oración en el Monte de los Olivos y Discípulos durmientes (con una clara inspiración en la obra de Jacopo Tintoretto), el retablo de 1635 del altar de san Sebastián, el retablo del altar de san Francisco de Asís realizado por Giambattista Mengardi de Padua, el púlpito de la nave central, la pila bautismal de 1782, el órgano de tubos de 1754, y en definitiva objetos y vestiduras religiosas, inscripciones y escudos, tumbas, banderas, platería, etc.
De nuevo en el exterior nos fijamos, inevitablemente, en su magnífico campanario, uno de los más bella de Istría, cuya construcción se inició en octubre de 1654, según planos del arquitecto de Milán Alessandro Manopola, quien siguió el modelo del campanario de san Marcos de Venecia, en el lugar donde se encontraba ya desde la antigüedad un pequeño campanario en ruinas. A lo largo del tiempo, las obras fueron continuadas por diferentes arquitectos milaneses, siendo finalmente terminadas por Cristoforo Bellan en 1687. Sus líneas arquitectónicas, su marcado ritmo vertical, el campanario que ocupa 2/3 de la altura de la torre que mide aproximadamente 60 metros y la balaustrada superior con techo puntiagudo son elementos típicos de los campanarios venecianos.
Toda la construcción se encuentra coronada por una escultura de 4,70 metros de altura de la santa, la cual está realizada mediante planchas de cobre en el taller de los hermanos Vallani de Maniago. Esa estatua fue colocada en lo más alto del campanario en junio de 1758 para sustituir otra anterior que fue destruida por un rayo. Simone Battistella ideó un eje sobre el cual la escultura gira según vaya la dirección del viento, lo que a menudo sirve a los lugareños para realizar un pronóstico del tiempo: cuando hace bueno, la escultura se vuelve hacia el puerto y la isla de santa Catalina, pero cuando hace mal tiempo, se voltea y mira hacia el norte, hacia mar abierto.
Para los creyentes lo hace para proteger a la ciudad de las tormentas con su pecho, pero para algunas ancianas del lugar lo hace porque ocurrió que a Catalina y a Eufemia les gustaba el mismo hombre, pero éste prefería a aquella primera, algo que Eufemia nunca superó. Por eso, en los días lluviosos y tormentosos le da la espalda a santa Catalina representada por la isla que lleva su nombre, con el breve y conciso “Rangite!”, es decir “¡por tu cuenta!”. Por otro lado, de las antiguas campanas fundidas en 1794 en el taller veneciano de la familia Canciani, sólo se ha conservado una campana grande que se encuentra en el interior de la iglesia. Las tres campanas que actualmente suenan se fabricaron en la fundición de Innsbruck entre los años 1994 y 1995.
La iglesia se sitúa en una espaciosa meseta que fue modificada durante la reconstrucción del templo en la primera mitad del sigo XVIII. Probablemente el pequeño cementerio original de Rovinj estuviese situado alrededor de la antigua iglesia y que, hasta el siglo XVIII, estuvo encaramado en una pendiente en su lado sur. Por ello, durante la reconstrucción de la iglesia, se levantó un alto muro de contención en ese lado, además de en la cara oeste de la nueva meseta. Algo más tarde, diversas cofradías, así como particulares, añadieron treinta sepulturas en la parte sur de la meseta y cincuenta en el lado oeste, a lo largo del muro de contención. Entre los años 1836 y 1851, el cementerio se amplió mediante la adición de una nueva terraza inferior, manteniendo esa función hasta finales del siglo XIX.
Esta zona corresponde con la ubicación del antiguo lienzo de la muralla norte defensiva, cuyo trazado se ha mantenido actualmente en las calles aledañas. Desde aquí se obtiene una amplia panorámica que se extiende desde el puerto norte de la bahía de Valdibora hasta más allá de la zona de Monsena. En el noreste se pueden apreciar los edificios de la antigua estación y el actual cementerio de la ciudad que se encuentra parcialmente escondido por un bosque de pinos.
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