Entramos a esta plaza por su lado noreste en la que encontramos una de las farmacias que aún existen de la época de la Ciudad Imperial, la Kugel-Apotheke o Farmacia de la Bola. La Sebalder Platz era allá por el año 1520 parte del cementerio de la Sebalduskirche. Aquí se encontraba uno de los locales más famosos de Núremberg, el Bratwurstglöcklein del siglo XV, el cual se apoyaba sobre un costado de la Moritzkappelle, ambos fueron destruidos durante la II Guerra Mundial y no se reconstruyeron con lo que el área aumentó. Antes de que se designara oficialmente la plaza como parte de la ciudad en 1809, era conocida como Hinter St. Sebald (Detrás de St. Sebald). En 1977 fue el año en que obtuvo su nombre actual, después de nombrar a San Sebaldo patrono de Núremberg.
En la actualidad limita al oeste con Sebalder Pfarrhof, la casa parroquial construida entre 1361 y 1379, para ser la residencia del clero de la iglesia de san Sebaldo. De su fachada destaca su famoso Chörlein, si bien bajo ese nombre se conocen a los salientes, que podían ser de madera o piedra, que forman pequeños coros de las capillas de las casas privadas, siendo el que vemos uno de los ejemplos más bellos, que por cierto, es una copia realizada entre 1898 y 1902, estando el original en el Germanischen Nationalmuseum. Antes de la II Guerra Mundial unos 450 Chörlein adornaban las fachadas de las casas de la ciudad, siendo destruidos 350 de ellos durante los bombardeos.
Al norte encontramos el Schürstabhaus, una de las casas patricias más importantes de el casco antiguo. En el siglo XII se construyeron en este lugar dos casas separadas que a finales del siglo XV serían combinadas para formar una sola, además de añadírsele una capilla, por su nuevo propietario Carl Schwerzer. A principios del siglo XVI el edificio pasó a manos del concejal Anton Tetzel y posteriormente, entre 1645 y 1791, pasó a ser propiedad de la familia de abogados Fetzer, que principalmente fueron consultores del Consejo.
En los siguientes siglos fue objeto de cambios y remodelaciones, a pesar de lo cual, cada vez estaba más descuidada y abandonada. Exteriormente destacan el reloj de sol, y la escultura de la Virgen con el Niño de 1482 situada en la esquina suroeste (la talla original está en el Museo Germánico). En 1943 un ataque aéreo destruyó el techo que más tarde sería reemplazado por uno improvisado. Fue restaurada completamente entre los años 1995 y 1997.
Comunicando con esta plaza se encuentra la cercana Albrecht Dürer-Platz, llamada así a partir de 1828 en honor del famoso pintor, anteriormente era conocida como la Milchmarkt o plaza de la Leche. En el 300 aniversario de la muerte de Durero se colocó en aquél año la primera piedra del monumento, el cual se dio a conocer en 1840. Alberto Durero nació el 21 de mayo de 1471 en Núremberg y murió también en esta ciudad el día 6 de abril de 1528.
En mitad de la plaza se encuentra la escultura que le representa con la cabeza erguida mirando hacia la Sebalduskirche, su iglesia parroquial. La estatua se basó en un diseño de Christian Daniel Rauch pero fue realizada por Johann Daniel Burgschmiet. La obra constituye uno de los primeros monumentos en Alemania que no está dedicado a ninguna ley ni emperador, sino a un artista.
Pero sin lugar a dudas, el monumento más importante de la Sebalder Platz es la iglesia que le da nombre, la St. Sebald. Las obras de construcción de la primera basílica en estilo románico tardío con planta de doble cabecera se comenzaron en 1230. De aquella época son el coro occidental, la parte alta del cuerpo de la iglesia y las torres. Pronto, en 1255, recibió el título de Iglesia Parroquial. El templo se debió terminar allá por el 1273-1275. A los pocos años, entre 1309 y 1345, se modificó para ampliar las naves laterales y aumentar las torres. Entre 1361 y 1379 se construyó el coro oriental. A mediados del siglo XVII el interior se redecoró en estilo gótico y se añadieron galerías.
Exteriormente presenta muchos detalles que hay que tener en consideración, por lo que una vuelta alrededor del edificio es más que recomendable. Empezando por el lado sur, destacamos dos portadas: la Weltgerichtspforte (cuya traducción es Puerta del Juicio Final por el relieve de su tímpano) datada alrededor de 1310; y la Dreikönigspforte en el que vemos esculturas de la Virgen y los Reyes Magos, de 1350.
En la parte del coro podemos ver varias esculturas y diferentes piezas: destacamos a la derecha el Schreyer-Landauer Epitaph de 1492; y a la izquierda, oculta en uno de los pilares a siete metros de altura, un grupo escultórico que hace referencia al odio hacia los judíos en el arte cristiano, al demonizarlos y representarlos mediante la figura de un cerdo, animal impuro en el judaísmo.
En el lado norte encontramos otros dos hermosos portales: a la izquierda la Brautpforte en la que podemos ver las Vírgenes sabias y las Vírgenes necias realizado entre 1320 y 1330, y que exhorta a los piadosos a la paciencia y a la perseverancia bajo un estilo de vida basado en la fe; a la derecha se sitúa la Marienpfote o Puerta de María de 1320, llamada así por la representación de su tímpano de la Coronación de la Virgen.
En el coro oriental podemos ver un crucifijo de bronce datado en el año 1625, mientras que a ambos lados encontramos, a los pies de las torres, dos puertas con arcos románicos: a la izquierda el Heiber Portal, cuyas láminas son diseñadas por el escultor nacido en Núremberg Heinz Heiber quien lo realizó entre 1988 y 1991; y a la derecha el Helena Portal, en cuyo tímpano se representa la leyenda de Helena, obra de Adam Kraft de 1506.
Nada más entrar a su rico interior, con elementos datados del XIV al XVI, vemos que el templo presenta una división de tres naves de estilo románico tardío pero con elementos góticos y que se encuentran unidas directamente al gran coro de estilo tardo gótico. Se trata de una distribución muy al gusto de Hallenkirche o iglesias de planta de salón.
Las naves están divididas por arcos apuntados sobre pilares compuestos que se levantan para sostener las bóvedas. Por encima de los arcos corre el triforio, constituido por una galería sobre fuertes columnas para sostener arcos trilobulados, mientras que encima de él se encuentra el claristorio donde se abren las ventanas por donde entra la luz.
Nada más acceder si giramos veremos el coro occidental en el que destaca la Katharinenaltar en el que se representa la vida y muerte de Santa Catalina. Se realizó entre 1462-1464, siendo anteriormente dividido para ser mostrados a ambos lados de este coro. Cuando el altar se encuentra abierto vemos la vida de la santa, pero cuando está cerrado muestra la Adoración de los Reyes Magos y la lucha de San Jorge contra el dragón.
Seguidamente podemos ver diferentes esculturas situadas sobre las columnas de las naves, de ellas destacamos el de Cristo con la cruz a cuestas realizado por A. Krakt en 1506 y situado en el pilar derecho de la nave central. Más adelante, en la quinta columna a la izquierda, se sitúa una de las esculturas más antiguas del templo, la de Santa Catalina de Alejandría datada alrededor de 1320 de autor desconocido.
Justo detrás, en la primera columna del coro, vemos la Strahlenkranzmadonna, escultura de la Virgen datada en el 1438. Su particularidad es que es la única figura de la iglesia que se encuentra en una posición diagonal. Al lado también destaca una Madonna gótica, la figura de la Virgen está fechada alrededor de 1380, mientras que el niño que lleva en sus brazos era de madera y probablemente fue remplazado alrededor del año 1500.
Centrémonos ahora en el coro, espaciosa y luminosa construcción influenciada por el estilo de Peter Parler. El deambulatorio se encuentra separado del ábside por pilares sin capiteles que van directos al techo. Se encuentra rodeado por una serie de altas tracerías góticas con vidrieras de los siglos XIV y XVI, de entre ellas destaca la Behaim Fenster, situada en la zona derecha, donada por esa familia patricia entre 1379 y 1388. Sus composiciones de imágenes y sus colores la convierte en un sobresaliente ejemplo del vidrio de Núremberg. También destaca, en el centro la Kaiserfenster del siglo XVI.
En el centro se sitúa la tumba de san Sebaldo, la Sebaldusgrab realizada entre 1508 y 1519 por Peter Vischer el Viejo junto con sus hijos y los alumnos de su escuela. Estamos ante una de las obras maestras de aquél artista y una de las más importantes en el arte de la fundición del Núremberg del Renacimiento al ser el primer ejemplo de la percepción de las formas renacentistas de Italia al norte de los Alpes. Es, en definitiva, una pieza de transición del estilo gótico al renacentista.
Justo detrás, sobre el antiguo altar mayor, permanece colgado un grupo escultórico realizado entre 1507 y 1520 por Veit Stoss, en él vemos a Cristo crucificado cuya herida en su costado muestra que ya ha fallecido, reflejando aún en su rostro la agonía padecida. Se encuentra acompañado por su madre María que permanece entre el dolor y la salvación, y también por su amado discípulo Juan que está llorando pero confiando en su Evangelio.
En el deambulatorio, comenzando por la derecha, se conservan: un fragmento de una pintura mural de 1380 oculto durante siglos bajo el yeso en el que representa a san Pablo con los judíos; seguidamente vemos el Volckamer-Epitaph, relieves de la Pasión de Cristo realizado por Veit Stoss en 1499; a continuación la Petersaltar de 1477, y finalmente el tabernáculo policromado de la Sakramentsschrank de la segunda mitad del siglo XIV.
La zona izquierda del deambulatorio se completa con, entre otros, la escultura de san Andrés realizado alrededor de 1507 por Veit Stoss, y el Tucher-Epitaph obra de alrededor de 1513 de H. von Kulmbach. Si abandonamos el deambulatorio y andamos ya por la nave izquierda encontraremos la curiosa escultura de Fürst der Welt de 1330, en él vemos que su parte delantera se presenta como un seductor, sin embargo la parte trasera está podrido y lleno de serpientes y sapos.
Por último merece la pena ver detenidamente las fotos que se encuentran repartidas en toda la iglesia sobre cómo quedó después de finalizar la guerra. Es interesante comprobar su estado semirruinoso y cómo de nuevo, tras ser reconstruida entre 1952 y 1957, vuelve a ser un referente arquitectónico de la ciudad.
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