NÚREMBERG (NÜRNBERG)

UN PASEO POR ESTA ZONA

En esta plaza lo que más nos interesa es la St. Egidienkirche, templo dedicada a san Gil. Sus orígenes se remontan al siglo XII cuando se construyó una iglesia de tres naves en estilo románico que formaba parte del monasterio benedictino de Schottenkloster (convento de los escoceses). En el siglo XV fue totalmente reconstruida y ampliada.

Posteriormente, en el año 1525, durante la Reforma, el monasterio fue disuelto y las propiedades monásticas fueron transferidas a las autoridades de la ciudad. Después de la Paz de Augsburgo, tuvieron lugar varios intentos que resultaron ser fallidos para recuperar las antiguas propiedades monásticas de la orden benedictina. Entre los días 6 y 7 de julio de 1696 el monasterio y la iglesia fueron destruidos a causa de un incendio.

La nueva iglesia se comenzaría a construir en 1711 en estilo barroco y bajo los diseños de los arquitectos Johann Trost y Gottlieb Trost, mientras que los estucos fueron realizados por Donato Polli y los frescos por Daniel Preisler y Johann Martin Schuster.

Durante la II Guerra Mundial la iglesia sufrió graves daños en los que fueron destruidos el techo de la nave, el crucero, el transepto y el coro, además de ser gravemente dañadas las paredes exteriores. Sólo se salvarían de la destrucción la capilla románica de san Eucario (la más antigua que quedad de un edificio sacro en Núremberg, ya que data del siglo XII), la Capilla Tetzel de 1345 y la capilla en estilo gótico tardío de St. Wolfgang. Finalmente fue reconstruida entre los años 1946 y 1959.

Abandonamos la plaza y la iglesia y nos dirigimos hacia el este, nos topamos con la Laufer Schlagturm, torre que formaba parte de la penúltima estructura defensiva de la ciudad. Probablemente se construyó alrededor de 1250. En el año 1508 se le añadieron los dos pisos superiores y se reforzó con pilares las puertas. Su nombre proviene de la combinación de la palabra alemana schlagen ist (algo así como el marcaje del reloj) y de laufer que hace referencia a la puerta que se incorporó al edificio. Es, junto con la Weißen Turm y la Schuldturm, una de las pocas torres de esa época.

Después de ser transferida la Ciudad Imperial de Núremberg al reino de Baviera, se intentó demoler la torre en 1811, pero gracias a la resistencia popular no se consiguió. Por otro lado, cerca de la torre, hacia Innere Laufer Gasse se sitúa el pequeño Hutmuseum (cuyo taller funciona desde 1878), y que acoge un museo dedicado al sombrero y todo lo relacionado con esta prenda de vestir.

Nos dirigimos ahora hacia el norte, donde nos topamos con el Museum Tucherschloss en Hirschelgasse. Este pequeño castillo fue construido entre 1533 y 1544 por la familia noble que le da nombre al edificio, los Tucher, quienes utilizaron el edificio como residencia, para negocios y para organizar suntuosas fiestas. Esta vivienda con jardín presenta un exterior con decoraciones renacentistas y barrocas. Durante la II Guerra Mundial sufrió graves daños, quedando las dependencias totalmente destruidas. La reedificación se llevó a cabo entre 1967 y 1969, momento en que se reconstruyeron las diferentes habitaciones ligeramente modificadas.

La exposición de su interior hace un recorrido por todo lo relacionado con las grandes familias comerciales y de los nobles patricios del siglo XVI, así podemos ver valiosos muebles y tapices, una doble copa de plata realizada por el orfebre Wenzel Jamnitzer, pinturas, entre las que destaca un retrato de Hans VI Tucher pintado por el maestro de Durero, Michael Wolgemut.

Además, destaca el salón Hirsvogel de 1534, reconstruido en el jardín, y que posee una ostentosa decoración con elementos renacentistas de origen italiano. Sus paredes están revestidas con paneles de madera adornados por Peter Flötner, la pintura mural del techo la realizó Georg Pencz, alumno de Durero. En este salón veremos muebles originales, almacenados durante décadas después de la guerra.

Por esta zona, a muy poca distancia, encontramos interesantes restos del antiguo sistema defensivo, como el lienzo de muralla situado más al norte, junto al campus universitario, la Maxtormauer. El nombre de este lienzo proviene de su antigua puerta que actualmente es una de las principales entradas a Altstadt por el norte.

Cerca se encuentra la Laufer Tor, una de las cuatro torres principales con forma cónica que custodiaban las puertas de acceso a la ciudad amurallada. La torre ya estaba funcionando en 1377 como parte de la última muralla de la ciudad, arrebatando dicha función a la Laufer Schlagturms que formaba parte del penúltimo muro de la ciudad. Desde aquí partía el Goldenen Straße o camino dorado en dirección a Sulzbach, Bayreuth y Praga.

En 1552 la torre fue gravemente dañada durante la Segunda Guerra de los Margraves. Fue reconstruida a partir de 1556 por Jörg Unger, quien le dio la apariencia cónica que vemos hoy en día. A finales del siglo XIX, la zona se adaptó al creciente tráfico y salvo esta torre y el lienzo de la Maxtormauer, se demolieron el resto de edificaciones defensivas.

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