Nos adentramos hacia la Altstadt (Ciudad Vieja) a través de esta popular calle. El inicio de la vía está flanqueado por un lado por la Frauentorturm y por otro por la Künstlerhaus (o abreviado Kunsthaus, que significa Casa del Arte). De ésta última lo primero que llama la atención es su exterior donde una estructura moderna de acero y cristal se apoya sobre un edificio más antiguo. El museo se inauguró en 1910 gracias principalmente a donaciones privadas. El cubo de cristal, construido en 2002, es la oficina de turismo, mientras que el resto del edificio acoge la asociación artística.
Justo enfrente está la Frauentorturm al cual es posible acceder a su interior. En él se ha habilitado una cervecería, donde antaño había una antigua lechería. El atractivo que posee es, además de tomarse una cerveza en su terraza, poder subir a lo alto del todo y disfrutar de las vistas que desde aquí se obtienen de la ciudad.
A la sombra de la Frauentorturm se extiendo el Handwerkerhof o Patio de los Artesanos, lugar creado en el año 1971 por motivo del quinientos aniversario del nacimiento de Durero. Para tal fin se restauró el histórico patio de armas, construyéndose un pequeño pueblo de artesanos con pequeñas casas de entramado de madera. Para el diseño de los restaurantes, tiendas y diferentes negocios se contó con la Oficina de Preservación Histórica.
En 1972 se acordó demoler las casas, pero debido a que alcanzó gran popularidad se mantuvo como una atracción turística donde poder adquirir artesanía y productos tradicionales. De esta manera en este encantador rincón se podrá degustar las tradicionales Nürnberger Rostbratwürste, cervezas de Franconia, típicos vinos, pan de jengibre y otras delicatesen. En cuanto a la artesanía es posible encontrar talleres cerámicos, peltreros, cortadores de vidrio, afiladores, fabricantes de cuero, orfebres y artesanos que fabrican juguetes de madera a mano.
Desde la calle interior de la muralla, la Frauentormauer, podemos ver otra estampa con aires medievales que se rompen cuando nos topamos de golpe con el moderno edificio de la Neues Museum. El museo está precedido de la Klarissenplatz, plaza que hace referencia al antiguo convento de monjas clarisas que había al norte de este lugar desde el siglo XII al XVI y cuya única reminiscencia es la St. Klarakirche.
Pero centrémonos en el Neues Museum: se trata del primero del Estado de Baviera fuera de Múnich, dedicado al arte y diseño contemporáneo. Está dividido en dos zonas separadas por una calle, en un lado está el edificio más pequeño, mientras que a otro se encuentra el más grande con una fachada de vidrio de 100 metros de largo que llama poderosamente la atención. Este edificio fue diseñado por el arquitecto Volker Staab y, aunque fue concluido en el año 1999, se inauguró el 15 de abril de 2000.
Su interior acoge dos secciones: el de diseño y el de arte moderno. El origen de las colecciones del museo se remota a los años sesenta del siglo XX, a partir de la colección previa de la ciudad de Núremberg reunida por Dietrich Mahlow en la Kunsthalle. Gracias a las donaciones de diferentes artistas, coleccionistas privados y a los préstamos, el número de obras de arte se vio ampliado considerablemente.
Entre otras, aquí se exponen obras de artistas como Andy Warhol, Joseph Beuys, Neo Rauch, François Morellet, Karl Hagedorn, Jürgen Albrecht, Tony Cragg, etc... Además acoge las obras maestras de la colección de pinturas "Telephone" de Richard Lindner, pintor de pop art nacido en Alemania pero nacionalizado estadounidense en 1948.
Nos acercamos ahora a otro de los grandes museos de la cuidad y del país, el Germanisches Nationalmuseum. Para ello seguimos paseando por la Frauentormauer que es, por cierto, el llamado Barrio Rojo de Núremberg. A lo largo de esta calle se encuentran los prostíbulos que durante la noche se iluminan con colores muy sugerentes como el rojo, naranja o rosa, mientras las chicas intentan llamar la atención de los viandantes desde sus respectivas ventanas.
De esta forma llegamos a la zona del museo que se encuentra dividido por la conocida como Straße der Menschenrechte (Calle de los Derechos Humanos) que ocupa la Kartäusergasse que une Frauentormauer con la Kornmarkt. Esta obra de arte peatonal fue realizada por el artista israelí Dani Karavan en 1993.
Consta de 27 columnas de cemento de 8 metros de altura, dos lápidas en el suelo, un roble y un arco. Cada elemento porta un artículo abreviado de los 30 Artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, formuladas por las Naciones Unidas en 1948. Cada una de ellas está escrita en un idioma diferente, empezando por el primer pilar que está rubricado en alemán y yiddish (idioma hablado por los judíos que vivían en la ciudad desde la época medieval).
El resto de textos, en idiomas de Europa, África y Asia representan su valor universal, dedicados sobre todo a las personas repartidas por el mundo que han sufrido o sufren en la actualidad la violación de sus derechos expuestos en esta Declaración. Además de personas, también se hace referencia, mediante el árbol que sustituye a una columna, al peligro de la Naturaleza, así como la relación de ella con el arte.
La última losa incrustada en el suelo posee redactado abreviadamente el artículo 30 en español, en ella podemos leer: "La interpretación de la presenta declaración nunca deberá tener por objeto la supresión de los derechos y de las libertades enumeradas en ella".
Esta calle se ha convertido en escenario donde las personas comprometidas vienen aquí para protestar por situaciones de violaciones de alguno de los artículos, ya sea en Alemania o en cualquier lugar del mundo. Además es común ver a grupos de escolares visitando la zona para aprender más sobre los derechos de los humanos.
De esta manera, con esta obra, la ciudad de Núremberg quiso dejar muy claro su total oposición al totalitarismo de los nazis, que tan de cerca le tocó vivir. Y es que, y debido a que Adolf Hitler transformó a Núremberg en la ciudad de los congresos de su partido y a que aquí se redactaron las leyes racistas conocidas como "Leyes de Núremberg", el nombre de esta localidad ha quedado más relacionada con el nacionalsocialismo que otras, por eso se esfuerza más que otras ciudades en analizar críticamente su pasado.
Sin duda, desea ser lugar de respeto y de paz y por eso Núremberg apoya incondicionalmente la Declaración como paradigma universal de la humanidad, incluso se celebra, desde 1995 y cada dos años, el Premio Internacional de los Derechos Humanos a personas u organizaciones que defienden y promueven esos derechos, aun poniendo en riesgo su propia vida, contribuyendo a la paz y compresión multicultural.
Aproximadamente en la mitad de la Calle de los Derechos Humanos se encuentra la entrada al Germanisches Nationalmuseum. Este museo fue fundado por el barón Hans de Aufseß en el año 1852, con el objetivo de reunir piezas relacionadas con la cultura e historia germana. Se encuentra instalado en un antiguo monasterio cartujo con su claustro, su iglesia y las viviendas de los monjes datados entre los siglos XIV y XV.
Desde finales del siglo XIX y principios del XX se amplió en varios ocasiones, siendo la última cuando fue reconstruido después de la II Guerra Mundial. En la actualidad es uno de los museos más grandes del país al contar con más de un millón doscientas mil piezas, repartidas en colecciones que va desde la prehistoria hasta el siglo XX, pasando por el período barroco. Entre las obras destacamos, entre otras, pinturas de Alberto Durero, Rembrandt y Hans Baldung, esculturas de Ferdinand Dietz, muebles como el escritorio utilizados por los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm, y un largo etcétera.
Después del desvío, volvemos hacia la Königstraße para continuar con nuestra visita. Desembocamos a la altura de St. Klarakirche (iglesia de Santa Clara) construida en 1270 en estilo románico aunque en el siglo XV fue ampliada y reconstruida en estilo gótico. Durante la Reforma el monasterio fue disuelto (posteriormente demolido en 1899), pero la iglesia siguió utilizándose desde el 1574. Durante la última gran guerra fue destruida parcialmente por unas bombas caídas en marzo de 1945, por lo que durante los años 1948 a 1953 tuvo que ser reconstruida.
Enfrente y algo más abajo, en un hueco entre dos casas, se sitúa St. Marthakirche, iglesia construida en la segunda mitad del siglo XIV. En 1526 se cerró y fue utilizada como teatro, que finalmente se prohibieron realizar en su interior en 1614. Un año después fue restaurado y en 1627 se volvió a sacralizar. Durante la guerra también fue dañada pero en menor medida que otros edificios, tanto fue así que en el año 1946 ya estaba restaurada. En la actualidad su mayor atractivo son las vidrieras originales de entre los siglos XIV y XV.
Seguimos ascendiendo por Königstraße en dirección a Lorenzkirche, pero mientras lo hacemos vamos admirando los bellos edificios que la rodean y el gran ambiente que acoge. Anteriormente, hasta 1810 esta vía era conocida como Hauptstraße (calle Principal), pero después de aquel año se le puso la denominación actual debido a que fue nombrada Ciudad Imperial Libre del Reino de Baviera. Como curiosidad en esta calle circulaba en 1981 hasta seis líneas de tranvía que posteriormente fueron cerradas tras la apertura del metro.
Y así llegamos a unos de los edificios más bonitos de la ciudad, la Mauthalle (Casa de Aduanas). Desde 1250 pasaba justo en el mismo lugar que este edificio una muralla con su foso, los cuales fueron demolidos para construir este granero que comenzó a levantarse en el 1498 según planos del arquitecto Hans Beheim. Con sus 84 metros, por 20, por 29 metros era el almacén más grande de los doce que existían en la ciudad para garantizar el suministro de alimentos en tiempos de vacas flacas.
La Mauthalle, de tres alturas, fue construida con arenisca y contaba con una plataforma de carga en su tejado a dos aguas y grúas que facilitaban el almacenamiento de los alimentos. Los carros podían circular por los extremos derechos del interior para poder descargar. En su fachada principal podemos ver una hermosa red de arcos ojivales ciegos en el gablete, mientras que en el portal se sitúa el escudo de armas de la ciudad realizada por Adam Kraft en 1502.
A partir de 1572 además de ejercer de funciones de granero, también se utilizó como lugar de pesa pública y aduana. Posteriormente, desde el año 1897 se le dio un uso comercial. Durante la guerra también sufrió daños y después de su restauración en 1953, en que el tejado de entramado de madera se reconstruyó en mampostería, se le volvió a dar un uso comercial al acoger en el sótano un enorme restaurante-cervecería. Está decorado con un ambiente muy medieval, reforzado por sus impresionantes 26 columnas.
Cerca de un extremo de la Mauthalle encontramos el Zeughaus, construido en el año 1588 para ser utilizado como el arsenal de la Ciudad Imperial. Entre los siglos XVII y XVIII este edificio era una importante atracción turística al que llegaban viajeros de pueblos lejanos que pagaban para ver su interior. Sólo la fachada delantera del edificio es original, el resto se quemó poco antes y durante la II Guerra Mundial. En la actualidad alberga un cuartel de la policía.
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