Se trata de unos de los museos de historia natural más importante de Europa, ubicado en un palacio de 1907 cerca de la universidad. Fue Goethe, famoso escritor alemán, quien tuvo la idea de poner en marcha por primera vez un museo de historia natural. Idea que se materializó gracias al médico local Johann Christian Senckenberg, mediante la creación de una fundación de investigación que dio inicio a la colección en 1822.
Expone esqueletos de dinosaurios muy interesantes y miles de animales (terrestres, acuáticos y voladores) de los siete continentes, pero eso sí, disecados. Además en la entrada al edificio se encuentran las reproducciones de unos dinosaurios ideales para hacerse una foto al lado de ellos.
Una vez dentro tienes la opción de subir las escaleras a la derecha o izquierda o seguir recto, donde se encuentran los dinosaurios, pero preferimos dejar éstos últimos para el final de la visita, pues es lo mejor del museo. Llegamos, pues, a la sala de los animales disecados, aquí predominan las aves.
En la segunda planta encontrarás la sección de entomología, donde explican diferentes aspectos de los insectos. Es muy llamativo los insectos que hacen miles de millones de años quedaron atrapados en ámbar y que quedaron intactos para poder admirarlos ahora.
Seguimos en la segunda planta y continuamos observando cosas tan curiosas como la reconstrucción de cómo una serpiente pitón devora una cabra, además se exponen el esqueleto de la pitón, el esqueleto de una avestruz, etc.
Bajamos ahora a la planta de abajo donde está el patio central en el que se exponen los esqueletos de los diferentes dinosaurios. Nos llama la atención unas fotos que encontramos en nuestro camino en las que se ven la sala central del museo tomadas en el años 1946, en ellas apreciamos que ni la cultura ni los museos salen indemnes de los daños acaecidos durante la II Guerra Mundial.
Esta es la zona más popular del museo, y es que impresiona, viendo el esqueleto del Tiranosaurio Rex, imaginarse cómo debió de ser y qué pasaría si estuviera delante de nosotros.
Admiramos y seguimos imaginando con el esqueleto del Stegosaurus, un dinosaurio que vivió aproximadamente hace 156 a 144 millones de años. Su nombre, derivado del griego, significa "reptil con tejado".
Sobre el techo se encuentran algunos esqueletos de Pterosaurios, es decir reptiles voladores. En la foto podemos ver uno de ellos y en el lado derecho en primer término en el suelo, la cabeza de un triceratops.
Otro de los esqueletos que llama mucho la atención es el del pacífico y herbívoro Braquiosaurio (del griego «βραχιων», brazo, y «σαυρος», lagarto) y su característico largo cuello. Esta especie vivió hace aproximadamente 152 a 145 millones de años.
Sorprenden los huesos que componían la pata de los Diplodocus (proviene del griego y quiere decir "doble viga", ya que su altura es muy considerable). En la imagen, lo que fue la pata de este enorme dinosaurio. Esta especie vivió hace aproximadamente 150 a 147 millones de años.
Podemos ver también el fósil de un Parasaurolofus con su cresta, la cual según se cree servía para emitir sonidos y comunicarse entre ellos, no en vano su nombre deriva del griego y quiere decir "cercano al lagarto cretado". Esta especie vivió aproximadamente hace 83 y 71 millones de años.
Alrededor de esta gran sala central se abren varias salas más, de temáticas monográficas, destacando la sala dedicada a los reptiles acuáticos. En la sala dedicada a los mamíferos se encuentra el esqueleto de una ballena y su corazón en cloroformo (cuyo tamaño llega a sorprender), así como esqueletos de mamuts o reconstrucciones y esqueleto de un elefante.
Siguiendo el recorrido por las diferentes salas, destacar esta otra que está dedicado al "uso" de los animales domésticos por parte del hombre, en ella vemos la momia de un gato del antiguo Egipto, así como la momia de un niño.
La evolución del hombre y los métodos de algunos indígenas americanos para minimizar una cabeza, también tienen cabida en este museo, así como el esqueleto de un Smilodon (derivado del griego y que significa " diente cuchillo" o "diente de sable").
En una pequeña sala en el sótano del edificio, podemos ver un enorme fósil de un Edmontosaurus (del griego "lagarto de Edmonton"), vivió hace aproximadamente 71 a 65 millones de años. La mejor manera de verlo en todo su conjunto es desde el mismo piso superior a ésta en el que hay un mirador.
Y ya para finalizar con este museo, en otra sala se expone interesantes fósiles de diferentes dinosaurios en todos sus géneros, muchos de los cuales provienen de la famosa fosa de Messel (Patrimonio de la Humanidad desde 1995), situado a 35 km al sureste de Fráncfort del Meno. Este yacimiento se originó en el Eoceno medio formando un maar, es decir un cráter volcánico producido por la explosión de agua subterránea en contacto con magma. De aquel maar se han conservado restos vegetales y miles de fósiles de insectos y peces, así como restos de esqueletos completos de reptiles, aves y mamíferos, como podemos ver en este museo.
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