Estamos ante una de las catedrales más antiguas del norte de Europa, y no es para menos, puesto que su origen hay que buscarlo a finales del siglo VIII cuando el emperador franco Carlomagno decidió levantar la Capilla Palatina como iglesia privada de su complejo palaciego. Pero anteriormente ya había en este solar un templo romano, después una iglesia paleocristiana del siglo V y, posteriormente, Pipino el Breve construyó la capilla palatina de Santa María. Como decimos, el edificio actual fue mandado construir por Carlomagno quien puso al mando de la obra a Eudes de Metz, aunque contó con numerosos artesanos procedentes de Italia y del Imperio Bizantino para la realización de la obra, cuyos trabajos comenzaron en el año 786.
Su cuerpo octogonal consta de dos plantas, en cuya parte inferior se situaba el pueblo, la corte en la parte superior y el emperador frente al altar. Entre ambos polígonos se forma un deambulatorio, delimitado por columnas con arcos bicolores. El edificio está inspirado en la iglesia de San Vital de Rávena (Italia), mandada construir por el emperador Justiniano I en el siglo VI y que Carlomagno había conocido y admirado. En aquellos momentos la Capilla Palatina, con 32 metros de altura, fue el edificio más alto al norte de los Alpes y así continuó durante 200 años. Por ello no es de extrañar que fuera tan popular por su misticismo y su espectacularidad, tanto fue así que su promotor, Carlomagno, sería enterrado aquí en el año 814.
La gran cúpula sobre el Altar es octogonal debido a que Carlomagno daba gran importancia al número 8. De hecho aparece varias veces en la biblia, estando cargado de simbolismo en el mundo cristiano de la Edad media, ya que un octógono se obtiene al dibujar dos cuadrados (que representa el mundo secular) que se interceptan dentro de un círculo (que simboliza la Eternidad de Dios). Las cuatros esquinas representan las cuatro direcciones al cielo y las cuatro características del hombre. Por ello Carlomagno veía este número como el símbolo del poder de los francos y del Imperio Romano que gobernaba ambos mundos: el secular y el religioso. De hecho los francos constituyeron el Sacro Imperio Romano.
Como una expresión del ideal imperial de Carlomagno, la capilla fue decorada con suntuosos mosaicos, mármoles y bronces e incluso columnas que fueron expoliadas de edificios de las viejas capitales imperiales: las ciudades de Rávena y Roma. Esas columnas fueron llevadas a París durante la ocupación francesa en las Guerras Napoleónicas, se han recuperado algunas originales, pero otras muchas tuvieron que ser reconstruidas a partir de 1840, utilizándose para ello granito de Asuán.
En esta capilla, desde el año 813 hasta el 1531, tenía lugar la ceremonia tradicional de coronación de los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico. En esta sala se han coronado 32 emperadores, por ello la catedral también recibe el nombre de Kaiserdom o Catedral Imperial. Esta capilla octogonal, considerada como el principal monumento del arte carolingio, conforma el núcleo de la catedral, alrededor de la cual el templo fue creciendo y engrandeciéndose a lo largo de los siglos.
Las primeras modificaciones exteriores tuvieron lugar, tras un incendio, en 1224, mientras que en 1350 se construyó la torre sobre el nártex. Entre 1355 y 1414 fue añadida a la capilla original un coro gótico, inspirado en la Sainte-Chapelle de París, conocido como Aachener Glashauses (Invernadero de Aquisgrán), que consta de 14 contrafuertes que lo sustentan, entre los cuales se abren los ventanales.
A lo largo de los años se fueron añadiendo otras capillas laterales, hasta el punto de que en la actualidad es difícil apreciar el cuerpo octogonal. En el año 1719 fue modificada según los gustos barrocos de la época si bien, a finales del siglo XIX, se le devolvió su anterior aspecto mediante falsos mosaicos y mármoles.
Nos dirigimos hacia la entrada al templo situada en la parte occidental, la cual posee forma de estrecha portada. Su parte inferior es de época carolingia, mientras que la torre es gótica. Antes de entrar debemos fijarnos en las dos puertas de bronce con cabezas de leones que fueron fundidas en tiempos de Carlomagno. Ya en el interior, en el vestíbulo destaca a la derecha un pieza de bronce romana que representa a una Loba (siglo II) y a la izquierda una Piña, también de bronce, del siglo X.
La Capilla Palatina se nos presenta frente a nosotros, vemos su majestuosidad, ya comentada anteriormente. Desde lo alto cuelga una lámpara con un diámetro de 4,16 metros, que tiene forma de corona con 16 torres, y que simboliza la Jerusalén Celestial. Fue realizada entre los años 1160 y 1170 por el maestro Wibert de Aquisgrán, a quien se la encargó Barbarroja
Si recorremos el deambulatorio empezando por nuestra derecha encontramos diferentes capillas: Ungarnkapelle (construida en 1367 y reconstruida en estilo barroco a mediados del siglo XVI), la Annakapelle (construida en 1449 en estilo gótico), la Matthiaskapelle (realizada en 1400 en estilo gótico, era el vestuario de los emperadores antes de la coronación), la Hubertuskapelle (siglo XV), y finalmente la Nikolauskapelle (del sigo XV también).
El Coro es una obra gótica que consta de una sola nave en la que se abren trece ventanales con vidrieras modernas, con una bóveda de crucería y semi columnas que sustentan ménsulas decoras con la representación de Ángeles músicos. En el centro se sitúa una mesa carolingia del, aproximadamente, año 800, decorada en su frontal con una obra de orfebrería otoniana del año 1000 aproximadamente, la Pala de Oro, donada por el emperador Enrique II el Santo. Cuando nosotros estuvimos estaba oculta tras una tela de diferentes tonos de rojo.
Otras de las piezas importantes en este lugar de la iglesia son: un facistol con forma de águila del siglo XV, detrás del altar está la sepultura del emperador Otón III y el relicario de la Virgen María (que se abre cada 7 años durante la peregrinación), colgando, la imagen de una doble virgen realizada en el año 1524 su cara exterior, y en 1488 la interior.
El magnífico púlpito fue donado en el año 1014 para la coronación del emperador Enrique II el Santo. Esta obra de orfebrería otoniana se realizó a base de láminas de oro y bronce. Está estructurada en pequeños casetos separados por ribetes de filigrana que contienen seis relieves egipcios de mármol del siglo VI, además de una copa y un plato de crista también egipcios del siglo X, entre otras piezas.
Al fondo del coro se encuentra el Karlsschrein realizada entre el año 1200 y 1215, aquí se depositaron los restos de Carlomagno después de que se sacaran de su sarcófago original (expuesto en el Tesoro) en 1165. Este relicario de plata dorada, posee varios grabados como las cruzadas de Carlomagno contra los moros en España, y las representaciones del rey y del papa León III, quien no sólo consagró la iglesia una vez terminada en el año 805 sino que también, cinco años antes, en el año 800, coronó al rey como Emperador de los romanos.
Una segunda visita al templo sería la parte superior del octógono. Al subir las escaleras lo primero que encontramos es el Kaiserstuhl o Trono de Carlomagno, construido en mármol blanco y situado encima de una tribuna de seis escalones. A pesar de su nombre, Carlomagno no fue coronado en este trono, pero sí lo fueron el resto de emperadores hasta el año 1531. Si continuamos por la izquierda encontramos la Michaelskapelle, situada encima de la Nikolauskapelle, está datada del siglo XV; a continuación la Karlskapelle, constituye la parte superior de la Hubertuskapelle, también del siglo XV, éste era el lugar donde los emperadores pasaban la noche orando antes de su coronación.
Y como colofón a la visita de la catedral nada mejor que acceder a la Domschatzkammer o el Tesoro, cuya entrada se encuentra en la cercana Klostergasse, es uno de los más ricos del mundo. Entre sus piezas destacamos el Sarcófago de Proserpina, donde originalmente estaban los restos de Carlomagno, se fabricó entre los años 1220 y 1238; la cruz de Lotario de finales del siglo X; el relicario de Anastasio del siglo XI; el busto relicario de Carlomagno que contiene su cráneo; otro relicario que contiene un brazo de ese emperador donado por el rey Luis XI de Francia; el llamado Olifante del año 1000, que se atribuye erróneamente como el cuerno de caza de Carlomagno, etc...
Hacemos un recorrido por los alrededores de la Münsterplatz donde encontramos diferentes lugares interesantes, como la Geldbrunnen, creada en el año 1976 por el escultor Karl-Henning Seemann. En esta fuente vemos diferentes personajes que giran en torno a un tema: el dinero. La mendicidad, la avaricia, la codicia, el clientismo, etc..., además de la explicación que un padre da a su hijo de cómo utilizar el dinero, todo eso se refleja en estas esculturas. El agua en esta fuente gira en sentido contrario a las agujas del reloj, incluso en invierno, puesto que el agua caliente proviene de los manantiales termales de Aquisgrán.
La Vinzenzbrunnen es una fuente sagrada realizada en el año 1847 por los escultores Wilhelm Josef Wings y Gottfried Götting para sustituir otra fuente antigua que se encontraba en el mismo lugar. Cerca encontramos otra fuente, la Vogelbrunnen, erigida en el año 1978 por Bonifatius Stirnberg, está dedicada a los gorriones que en el dialecto local es Mösch, por tanto esta fuente también es conocida localmente como la Möschebrunnen. Cerca se encuentra el Fischmarkt.
Aquí encontramos varios edificios interesantes, como el Grashaus, construido en el año 1267 como palacio de justicia para ser posteriormente el primer ayuntamiento de la ciudad e incluso después, hizo la función de prisión en su parte baja en la que no existen ventanas. En los vanos de los ventanales vemos representados los siete Príncipes Electores y, en el umbral que separa la planta baja y la primera, están escritas las primeras palabras del himno de Carlomagno. En la actualidad es la sede de los archivos municipales.
Enfrente del baptisterio de la catedral se encuentra la Fischpüddelchen-Brunnen la cual recuerda que aquí tenía lugar el mercado del pescado, de larga tradición en la ciudad. La escultura de bronce fue creada en 1911 por Hugo Lederer, aunque después de la II Guerra Mundial, se tuvo que fundir para ser reconstruido de nuevo, a partir de fotografías, en 1954. El rostro del niño denota un estado tenso, concentrado para no perder los peces, aún vivos en sus manos. La estatua recuerda mucho al Manneken Pis de Bruselas.
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