Al oeste de los jardines de Hayat-Bakhsh-Bagh se distribuyen una hilera de edificios construidos como cuarteles para el ejército durante la ocupación británica, algunos de los cuales albergan espacios expositivos. En concreto son cinco museos que componen el llamado 'Kranti Mandir', en los que se rinden homenaje a los luchadores por la libertad de la India: el Museum On 1857- India's First War Of Independence, el Yaad-e-Jallian Museum, el Netaji Subhas Chandra Bose Museum, el Drishya Kala Museum y el Azadi Ke Deewane Museum.
El primero de esos espacios expositivos es el “Museum On 1857- India's First War Of Independence” en el que se cuenta la Primera Guerra de Independencia de la India contra la Compañía Británica de las Indias Orientales, la cual fue librada por todos los sectores de la sociedad india y tuvo un carácter nacionalista en todo el país. Desafortunadamente, los historiadores británicos y algunos otros siempre han intentado describirlo como un motín de cipayos (soldados indios al servicio de Gran Bretaña) o una revuelta feudal limitado a algunas regiones.
Esto lo hicieron para ocultar las atrocidades y la explotación bajo el dominio británico y reprimir los sentimientos nacionalistas del pueblo de la India. Sin embargo, investigaciones recientes y la disponibilidad de múltiples fuentes hablan al revés. No fue solo la primera guerra de independencia, no se limitó solo a ciertas regiones y ciertamente no fue una guerra feudal. De hecho, fue el resultado de la ira y las protestas de todos los sectores de la población india que habían desafiado la expansión política británica y la invasión cultural de la India, desde sus inicios, a partir de la gran rebelión de Sanyasi y Fakir en la década de 1770.
A grandes rasgos, el inicio de la revolución comenzó con la llegada del nuevo fusil “avancarga” que utilizaba unos cartuchos de papel recubierto por una membrana engrasada que debía rasgarse con los dientes para poder cargarlo. Circuló el rumor de que esa grasa provenía de vacas o cerdos, algo ofensivo tanto para los hindúes como para los musulmanes, ante lo cual los regimientos de cipayos rehusaron utilizar los nuevos fusiles. Por lo tanto, este museo trae de vuelta no solo los recuerdos y la historia de 1857, sino que también muestra la naturaleza real de 1857 a la generación actual de India y visitantes en general junto con los eventos que rodearon este gran levantamiento.
Las exhibiciones y los contenidos se basan en varias fuentes históricas como las narrativas indias, el folclore, los relatos contemporáneos y los registros oficiales de ese período. Comienza con la exhibición de la ropa, la espada y la vaina de Bahadur Shah Zafar, el último emperador mogol que subió al trono tras la muerte de su padre Akbar Shah II en septiembre de 1837. Bajo su gobierno los británicos de la Compañía Británica de las Indias Orientales reforzaron su control, imponiendo su influencia y cuyo gobierno local trabajó por sus intereses, lo que les permitió controlar el tráfico comercial de Delhi y cobrar impuestos sobre el mismo, además de mantener una fuerza militar en la ciudad.
Cuando los cipayos extendieron su revolución llegaron hasta Delhi para ver a Bahadur Shah Zafar, quien tras varias vicisitudes se unió a ellos, aunque más tarde sería condenado por los británicos al destierro (tras dar la orden el comandante William Hodson de asesinar a los hijos de aquél, Mirza Mughal y Mirza Khizr Sultan, y a su nieto Mirza Abu Bakht), acusado de ayudar a los instigadores de los motines y ayudar a la masacre de cincuenta y dos europeos que eran prisioneros en el palacio, tras ser descubiertos escondijos en la ciudad.
Entre los objetos que destacan de este museo se encuentra un cañón que posee una historia, cuanto menos, aterradora: entre las atrocidades británicas se encontraba la de atar indios a la boca de cañones y volarlos hasta matarlos. Se trataba de un entretenimiento vengativo, un sitio sangriento y horrible, sólo basta imaginar hileras de cañones con un indio atado en la boca de cada uno para ser volados hasta la muerte.
Los nacionalistas fueron obligados a moler cocos, tejer cuerdas y realizar muchas otras tareas laboriosas. La comida que les daban era peor que la de los animales y no había atención médica. Si protestaban contra las crueldades, recibían castigos inhumanos. A muchos de ellos los obligaron a estar de pie durante días con las manos levantadas y esposados. Los inhumanos funcionarios británicos inventaron métodos novedosos para torturar a los nacionalistas y hacérselas pasar muy mal. Cuando no pudieron doblegar el ánimo de los indios a base de golpes físicos o de largas jornadas de trabajo, recurrieron a hacerles vestir con sacos de yute. En el clima cálido y húmedo de Andamans, este material basto era insoportablemente doloroso de usar.
Los luchadores por la libertad de la India que protestaron con una huelga de hambre fueron asesinados mediante alimentación forzada. Para encubrir su trato inhumano, los médicos británicos no registraron la verdadera razón de la muerte: “alimentación forzada”, en el certificado médico. En el caso de Mahavir Singh, los británicos escribieron 'shock' como el motivo de la muerte, mientras que para Mohit Mitra y Mohan Kishore, el motivo mencionado fue la neumonía.
Otros de los episodios tratados en este museo es la llamada “Masacre del vagón”: ocurrida el 19 de septiembre de 1921, momento en que el gobierno indio británico reunió en Tirur a 91 campesinos de Mappilla que luchaban contra el gobierno extranjero. La policía los encerró en un tren de mercancías para enviarlos a la Cárcel Central de Podanur. El tren estaba abarrotado. Cuando se abrieron los vagones al día siguiente en Podanur, 71 de los 91 campesinos fueron encontrados muertos. El gobierno británico pasó por alto el trato inhumano y se limitó a señalar como culpables al fabricante de vagones, al oficial de transporte y al sargento. Los altos funcionarios de la administración militar británica en Malabar, responsables del atroz crimen, quedaron impunes.
Por su parte, el museo de Netaji Subhas Chandr Bose y del Ejército Nacional Indio (INA) tiene varias galerías que representan la vida y la contribución de Netaji Subhas Chandra Bose, quien desempeñó uno de los papeles más importantes en la lucha contra el Raj británico. El recorrido expositivo va desde su infancia hasta que fue visto por última vez abordando un avión en Saigón en Vietnam, mediante diferentes objetos como insignias, medallas, uniformes, gorras, espada, etc., destacando una silla utilizada por éste cuando era jefe de estado y comandante supremo del Ejército Nacional Indio en la sede del INA de Rangún, en la antigua Birmania, además de su espada y vaina.
Del mismo modo, el papel del Ejército Nacional Indio desde sus inicios hasta las pruebas de sus soldados también se describe teniendo en cuenta su organización, las batallas libradas, el despertar que creó y su popularidad en la India. Esta historia reconstruida y exhibida se basa en una variedad de fuentes como archivos, periódicos, documentos privados, memorias, etc.
Otra conmemoración del pasado es el Yaad-e-Jallian Museum que exhibe la réplica de las Masacres de Jallianwala, ocurridas en abril de 1919. Este museo también muestra los sacrificios de los soldados de la Primera Guerra Mundial. Por su parte el Drishya Kala Museum muestra el arte y la cultura indios de tres siglos con 45 obras de arte. Aquí, se exponen las obras de artistas indios famosos como Rabindranath Tagore, Abanindranath Tagore y muchos más. Finalizamos con el Azadi Ke Deewane museum, el cual está dedicado a los héroes anónimos durante la lucha por la libertad india entre 1857 y 1947.
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