El primer edificio que vamos a visitar de este Regio es el Anfiteatro, construido en el año 70 a.C., justo después de la fundación de Pompeya, gracias a la iniciativa de Caius Quinctius Valgus y Marcus Porcius, quienes también instigaron la edificación del Odeion. El anfiteatro cuenta con unas medidas aproximadas de 135 por 104 metros, pudiendo albergar hasta a veinte mil espectadores que provenían no sólo de Pompeya, sino también de toda la región, es por eso que probablemente se construyó en una zona periférica de la ciudad que se encontraba libre de edificios, para facilitar el desplazamiento de un alto número de personas.
El acceso al interior se realizaba por cuatro escaleras exteriores de doble rampa que conducían a la summa cavea o gradas superiores, sin embargo, para entrar a la media e ima cavea (gradas medias e inferiores, respectivamente) se tenía que atravesar dos corredores que conducían a un pasaje anular que discurría paralelamente a la línea del muro de carga y bajo la media cavea. Después, un sistema de doble escalera separaba a aquellos que tenían su asiento en las gradas medias de los magistrados más importantes que ocupaban los asientos más privilegiados en la ima cavea o gradas inferiores, que a su vez estaba dividida en sectores según el mayor o menor rango.
A la arena se podía acceder directamente desde un corredor estrecho ubicado al oeste, entre las escaleras dobles, y otros dos corredores más anchos situados al norte y sur, éste último con forma de L debido a su proximidad a la muralla de la ciudad. En ambos, en los extremos más próximos a la arena, podemos ver estancias que sirvieron posiblemente como lugar donde atender a los heridos o donde depositar los cuerpos de los asesinados en combate.
La arena posee forma elíptica y se excavó a unos seis metros por debajo del nivel del suelo. Se encuentra rodeada por un parapeto de más de dos metros de altura que originariamente estaba decorado con pinturas en las que se representaban escenas de caza y competiciones, mientras que, en su parte superior, se encontraban inscritos los nombres de los magistrados que mandaron construir las gradas.
El anfiteatro acogía diferentes eventos, desde los deportivos, hasta las competiciones de gladiadores y espectáculos en los que se usaban fieras. La multitud participó apasionadamente en estos eventos, incluso varios gladiadores se hicieron muy populares, como así lo atestiguan algunas inscripciones.
De hecho, ese apoyo podría ser fanático, como narró el historiador Tácito en el año 59 d.C., durante un combate de gladiadores organizado por Livineius Regulus, estalló una violenta reyerta entre las facciones pompeyanas y los seguidores de Nocera: primero las burlas, después las piedras y por último las espadas. Debido a la violencia, el Senado de Roma decidió exiliar a Livineius y otros responsables de los desórdenes y prohibir estos eventos en Pompeya durante diez años, pero finalmente esta medida fue revocada tres años después del grave terremoto del año 62 d.C.
A su lado se encuentra el Gimnasio o Palestra Grande, construido a inicios del siglo I d.C., en época augustea. Era el lugar donde se formaban físicamente los ciudadanos jóvenes de Pompeya. Algunos expertos opinan que aquí se estableció también un collegeum permanente, aunque hay pocas evidencias que lo demuestren. El edificio consta de una gran superficie cuadrada de aproximadamente 140 por 105 metros, rodeada por un muro alto rematado con almenas (las cuales probablemente son una alegoría arquitectura a la ideología de la preparación para la batalla) y columnatas en tres de sus lados. La parte frontal del edificio es el que da al anfiteatro, ahí se abren 3 puertas con frontones, aunque en total alrededor del muro había 10 puertas, incluidas las cuatro que daban acceso directo a las zonas porticadas desde sus extremos.
La zona central del complejo estaba destinada a actividades deportivas. Aquí había una gran piscina que medía 34 por 22 metros que variaba en profundidad, desde un metro en el extremo oeste, hasta más de dos en el este. Enmarcando esta área había dos hileras de plataneras (que se han replantado recientemente) que debieron dar sombra en los calurosos veranos. Los calcos de las raíces de estos árboles podemos verlos actualmente, incluso nos han dado mas datos: en el momento de la erupción éstos contaban con 100 años de antigüedad, lo que ha permitido fechar el complejo.
Las tres zonas porticadas miden más de 350 metros de largo. Se encuentran sostenidas por 118 columnas jónicas hechas de ladrillo y revestidas de estuco. Los portales del lado este fueron dañados por el terremoto del año 62 d.C. y fueron reconstruidos en opus latericium. Por otro lado, los únicos anexos que encontramos aquí son los restos de una letrina en el lado sur, cuyos residuos eran limpiados gracias a un canal que nacía en la piscina, y los de un pequeño santuario en el lado oeste.
Las paredes internas de las columnatas se construyeron con la técnica del opus incertum y estaban decoradas con pinturas del tercer estilo (también conocido como estilo egiptizante u ornamental) que, desafortunadamente, se ha perdido en su mayoría, aunque aun podemos ver algunos fragmentos que han sobrevivido. Tanto en las paredes como en las columnas se han conservado muchos grafitis relacionados no sólo con las competiciones atléticas y referencias a las batallas de gladiadores que tenían lugar en el anfiteatro contiguo, sino también con multitud de temas, desde un maestro que se queja de que no le habían pagado, pasando por consejos para elegir al peluquero adecuado, y terminando por temas eróticos, poéticos, etc.…
La variedad de esos grafitis hace suponer que este sitio acogió diferentes actividades, además del deportivo: como zona de ocio, mercado al aire libre, etc., incluso debió ser un espacio especialmente popular entre las personas que acudían al anfiteatro y que venían aquí en busca de un sitio donde comer, beber, descansar y, especialmente, utilizar las letrinas, puesto que el anfiteatro no contaba con ese servicio. A tenor de lo comentado, durante las excavaciones se consiguieron muchos calcos de personas que habrían tratado de refugiarse aquí o que intentaron escapar a través del Gimnasio.
El interior del edificio acoge la exposición permanente de los grandes frescos y de diferentes objetos encontrados en 1959, durante la construcción de una carretera, en el refinado complejo de los Triclinios de Moregine, edificio de banquetes con tres triclinios situado a unos 600 metros del sitio arqueológico de Pompeya, concretamente en el antiguo puerto fluvial.
Entre los objetos podemos ver vajillas de plata, frascos de cristal para perfumes, un espejo de mano, joyas de oro y otros materiales (collares, brazaletes, pendientes, etc.), esculturas… También vemos un par de fuentes redondas hechas de adobe con repisa superior de mármol. Una de ellas se encuentra volcada para mostrar la tubería de plomo por donde pasaba el agua que, al llegar al exterior, discurría por el mármol creando un ambiente refinado durante los banquetes. La superficie de ambos cilindros contaba con decoraciones pictóricas consistentes en frutas, flores y pájaros.
Pero quizás, lo que más nos ha asombrado, por lo inusual en un museo, es la exposición de comida carbonizada como pan, dátiles y almendras, procedentes de la otra colonia vecina sepultada por el Vesubio: Ercolano. De esta manera podemos ver qué forma tenían los panes en aquella época.
De nuevo en el exterior, nos aproximamos a la zona situada al norte del Anfiteatro, concretamente en el llamado Foro Boario, llamado así porque en las primeras excavaciones del siglo XIX se encontraron muchos huesos de bovino y por ello se creyó que aquí se encontraba el mercado de venta de bueyes. Pero estudios posteriores han determinado que en realidad había un gran viñedo, cultivado según el sistema de la vitis compluviata. Por ello, siguiendo los moldes de yeso de las antiguas raíces, se ha creado una reproducción del viñedo que existía aquí en el año 19 a.C. con las mismas técnicas de la época. El área cultivada se extiende unos 2.500 metros cuadrados en los que se reparten 2.080 plantas.
A la izquierda del anterior se sitúa la Praedia de Iulia Felix, construida a finales del siglo I a.C. La última edificación de interés en este Regio es la que se llamó como Casa de Loreio Tiburtino, aunque es en realidad es la Casa de Octavius Quartio, como ha demostrado un anillo con sello. Él fue el último propietario del edificio y además fue miembro del colegio de los Augustali, dedicados al culto de los emperadores.
Excavado por primera vez en 1916 y posteriormente en 1933 y 1971, este complejo que se construyó alrededor del siglo II a.C. es un ejemplo a pequeña escala de lo que eran las grandes villas situadas en el campo. La entrada principal estaba flaqueada por dos tiendas, originalmente eran dos habitaciones de la propiedad. Aquí vemos varios moldes: en una de las tiendas a una víctima de la erupción, y los de las puertas de acceso al complejo.
Una vez en el interior del edificio, lo primero que destaca es un atrio rectangular con un impluvium central, rodeado por un bordillo para las plantas. El atrio, al igual que el pasillo que le precede (el fauces), y muchas de las habitaciones que le rodean, han sufrido grandes daños no sólo tras quedar expuesto a la intemperie en la primera excavación, sino también por los efectos de una bomba lanzada en la II Guerra Mundial.
Sin embargo, dos de aquellas habitaciones han conservado una decoración razonablemente intacta: el ala o alcoba y el oecus o salón principal. Aquella primera, situada en la esquina suroeste del atrio, está decorada con el cuarto estilo o ilusionista, consistente en paneles rojos, en cuyos centros se representa a soldados en diferentes posturas, divididos en rectángulos con fondo azul oscuro, todo ello enmarcado por un friso amarillo en la parte inferior.
Por su parte, el oecus, situado en el lado este del atrio, presenta también una decoración del cuarto estilo, consistente en paneles amarillos enmarcados en rojo y separados por motivos arquitectónicos, todo ello encuadrados por un friso inferior de color negro. Anexa a ésta, en la esquina sureste del atrio, se abren dos habitaciones interconectadas que posiblemente fueron el área de servicio y la letrina.
Al sur del atrio se abre un pequeño peristilo que posee una columnata en tres de sus lados, cuyas pilastras se encuentran estucadas y pintadas de rojo por abajo y de blanco por arriba. Un muro bajo separa las columnas del jardín central, mientras que las paredes internas están decoradas con el cuarto estilo, consistente en paneles negros separados por motivos arquitectónicos. En la esquina noroeste del peristilo se abre un pequeño cubiculum o dormitorio, también decorado con el cuarto estilo, constando de paneles blancos separados por marcos con motivos arquitectónicos, los cuales contienen pequeños medallones con cabezas antropomorfas.
Inmediatamente después le sigue un segundo cubiculum también decorado con el cuarto estilo y en cuyo panel central de la pared oeste contiene una escena de caza. Anexa le sigue otro oecus que se abre gracias a una entrada ancha hacia el jardín, a ambos lados de la cual se representan dos escenas: a la izquierda Acteón descubriendo a Diana bañándose y a la derecha Acteón siendo atacado por perros. Al otro lado del peristilo, en la parte este, se encuentra un triclinio o comedor, que estaba ricamente decorado con escenas de la Ilíada, enmarcado en la parte inferior por un friso multicolor de falso mármol, mientras que en la parte superior se representan escenas del mito de Hércules.
Desde aquí se abre el peristilo en cuyo centro discurría un canal o euripus repleto de peces y cubierto por una pérgola, cuya parte superior contaba con estatuas. Esta zona miraba hacia el gran jardín que se extendía hacia el sur.
En el extremo de este espacio, al otro lado del canal, encontramos un biclinium, utilizado para comer al aire libre. Este biclinio contenía un sofá a cada lado del canal, a donde desembocaban las aguas que discurrían por una fuente central con apariencia de templo, sostenido por dos columnas corintias. En la pared, a cada lado de la fuente se encuentran dos frescos: a la izquierda se representa a Narciso en el manantial y a la derecha a Píramo suicidándose; ambas pinturas comparten un tema en común: muerte provocada por la pasión. Se sabe que el artista que los realizó se llamaba Lucius, ya que firmó su obra como “Lucius pinxit”, es decir “Lucius pintó esto”, aunque lamentablemente ya no es visible.
Si volvemos sobre nuestros pasos, en el centro de la gárgola hay un pequeño templo tetrástilo (con cuatro columnas), situada sobre un ninfeo (una gruta con suministro de agua), dedicado a Diana y Acteón. Dicho ninfeo alimentaba un largo canal que atravesaba el centro del gran jardín, estando a un nivel mucho más bajo que la propia casa.
Ese canal se encontraba adornado con diferentes fuentes, estatuas y bajorrelieves. Entre esos elementos ornamentales destaca, a medio camino, una fuente monumental, al que le sigue un pequeño templo, un estanque y finalmente la salida del jardín con un pequeño prothyron. Los rastros de raíces encontrados en el suelo indican que en todo el espacio ajardinado había hileras regulares tanto de árboles, como de diferentes plantas.
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