La mitología griega señala que este asentamiento fue la cuna del famoso Heracles o Hércules, engendrado por Alcmena y Zeus. Perseo, que se convirtió en rey de Tirinto, también goza de la misma fama que aquél. Iniciamos nuestra visita a la Acrópolis de Tirinto, situado a unos 16 metros sobre una colina rocosa, lo primero que vemos, nada más pasar la caseta donde nos dispensan los tickets y tras andar un poquito por un camino, son las impresionantes murallas que delimitan la Acrópolis inferior.
Los muros que rodean el yacimiento se levantaron gradualmente en tres fases de fortificación. Para ello se usaron piedras calizas, abundantes en la zona. En la tercera fase de construcción se utilizaron piedras de gran tamaño que dio lugar a murallas de gran grosor y altura, aproximadamente unos 10 metros, que causó admiración y llevó a la leyenda que afirma que semejante obra solo podía haber sido realizada por los Cíclopes. Así llegamos a la Gran Rampa de acceso.
De nuevo miramos alrededor y nos sentimos pequeños a la vez que sorprendidos de esos muros por el tamaño de la piedra en concreto y por el tamaño de la pared en general, que incluso nos hicieron creer que quizás sea cierto aquello de que fueron construidos por los míticos Cíclopes.
Tras atravesar la rampa de acceso nos encontramos inmediatamente con la puerta de entrada al recinto. La puerta, de 2,88 metros, está formada por grandes bloques de piedra y, como la puerta de los leones de Micenas, se supone que fue monumental. Actualmente sólo queda parte de un montante y el umbral formado por dos grandes losas que hicieron la función de jambas, en las cuales vemos los las señales donde se colocaban las puestas.
Traspasada la puerta encontramos un propileo monumental que daba paso a un gran patio, todo ello rodeado por casamatas. Para acceder al palacio es necesario atravesar los pequeños propileos y un reducido patio que tiene un altar cilíndrico en el lado sur.
Llegamos a la puerta de entrada principal al palacio, aunque para llegar a ella hay que atravesar nada menos que 8 puertas y 3 patios. El salón del trono o mégaron del rey y mégaron de la reina estaban dispuestos con una distribución típica cretense.
Alrededor del patio donde está el mégaron del rey, se encuentran habitaciones secundarias, algunas con cuartos de baño y servicios. El mégaron tiene un amplio vestíbulo donde en su momento, a la derecha, estuve el trono y en el centro una chimenea que estaba rodeada de cuatro columnas de madera de estilo minoico que sujetaban el techo. Fue aquí donde se encontraron frescos que se exponen en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas.
La parte oeste de las murallas, tiene un saliente en forma de hoz, donde hay una escalinata que llega a un bastión con cisterna. En la parte este y sur, una serie de escaleras bajan desde el patio central hasta las casamatas construidas junto a unas formidables galerías cubiertas adosadas a las murallas y que podrían haber tenido una función defensiva o de almacenaje.
En la zona baja del conjunto arqueológico, dejando atrás el palacio, se encuentra la acrópolis, situada en una explanada que conserva algunos restos de viviendas pre micénicas y micénica. Aquí se encontraban los pozos que suministraba de agua al complejo. Por su parte fuera de las murallas existen restos de viviendas, construcciones funerarias y sistemas de canalizaciones de agua.
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