Este templo está dedicado al patrón de Ermoupolis, de hecho, en la ciudad hay dos iglesias dedicado a ese santo, por lo que para diferenciarlas se le añaden dos epítetos: a ésta se la conoce como Agios Nikolaos Ploussios (san Nicolás el Rico) y a la situada en Ano Syros como Agios Nikolaos en Ptohon, es decir san Nicolás de los Pobres. No es casual que se empleen estos adjetivos, puesto que este templo fue financiado en gran parte por donaciones de benefactores ricos, principalmente griegos en Rusia y empresarios de la isla de Quíos, lo que refleja la riqueza que llegó a la isla gracias a su actividad comercial.
Además, la iglesia está situada en el prestigioso barrio de Vaporia, igualmente rico en abundantes palacios y palacetes construido por los mercaderes. El templo es uno de los monumentos religiosos y arquitectónicos más importantes de Siros, cuya construcción tuvo lugar entre los años 1848 y 1870, según diseños del arquitecto G. Metaxas y tras un decreto real del rey Otón. Es por eso que es la tercera iglesia más antigua de Ermoúpolis, después de las iglesias de la Transfiguración del Salvador y de la Asunción de la Virgen María.
El templo, de dos pisos, posee un carácter monumental y antiguo, obtenido gracias a sus imponentes proporciones, a los altos campanarios de mármol, a la escalinata que conduce hasta la entrada principal, al pórtico de mármol de cuatro columnas jónicas y a los diferentes elementos arquitectónicos finamente tallados.
Su interior es conocido por su suntuosidad y sorprendente diseño, donde el pequeño detalle es extraordinario. Consta de tres naves separados por unos arcos, en el que en tres de sus lados existen espacios destinados a las mujeres. Aquí el color es abrumador, ya no sólo por las pinturas de las paredes, sino también por el bello reflejo de luces que provocan las diferentes vidrieras de colores.
Aquí, al igual que en el exterior, el mármol es omnipresente, revelando la riqueza que llegó a la isla en el momento de su construcción. Se empleó mármol pentélico, además de elementos insertados de mármol italiano, que se colocan en la carcasa y la parte inferior del iconostasio. De igual manera vemos relieves tallados que representan diferentes motivos decorativos que poseen detalles dorados.
En el período comprendido entre 1883 y 1899, el maestro artesano Giorgos Vitalis de la isla de Tinos, un escultor experto, recibió el encargo de crear el trono despótico, de intrincado diseño, y el iconostasio de mármol, que destaca por la elegancia de su diseño. Muchos de los iconos fueron creados por algunos de los hagiógrafos más notables de la época, incluido el icono central de san Nicolás, que fue plateado en Moscú en 1852, aunque los iconos a la derecha y a la izquierda del iconostasio fueron creados a principios del siglo XX por los monjes del Monte Athos. También destaca el pulpito de mármol pentagonal realizado por el escultor de Quíos Anthony Frangoulis.
Si la cúpula ya es impresionante desde el exterior, con ese azul tan característico, en el interior no será menos, puesto que está decorado con la imagen de un Cristo, rodeado por los cuatro evangelistas o Tetramorfo, con sus respectivos animales: san Marcos con el león, san Lucas con el toro, san Juan con el águila y san Mateo con el ángel.
Tras visitar la iglesia, de nuevo en el exterior del templo, precediéndolo vemos un pequeño jardín, en el que se encuentra el Monumento a los Héroes que conmemora los luchadores anónimos de la Revolución, tanto griegos como filos helenos, que perdieron la vida durante el combate y fueron enterrados en los campos de batalla o en el lugar de su ejecución. Se trata de una obra clasicista del escultor de Tinos Georgios Vitalis (ya vimos obras suyas en el interior de la iglesia), quien trabajó el mármol con gran maestría. Este monumento consta de un alto pedestal coronado por un sarcófago sobre el cual reposa un león realizado en mármol pentélico que, según el artista, representa el valor griego, una vez calmado. En la parte frontal del pedestal se sitúa en relieve la figura de una mujer de rodillas y con la espalda desnuda, vistiendo la típica toga griega y un elaborado tocado, símbolo de Ermoúpolis. La figura femenina sostiene una rama de laurel en una mano, mientras que con la derecha inscribe un epigrama.
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