Este museo está ubicado en el mismo recinto del sitio arqueológico de la Antigua Corinto. El edificio que acoge el museo fue construido, a iniciativa de Escuela Americana de Estudios Clásicos en Atenas, en 1931 según diseño de W. Stuart Thompson. En su galería se exponen las piezas, que van desde la prehistoria hasta el período bizantino, procedentes de yacimientos arqueológicos de la zona de la Antigua Corinto.
Y para ello se ha dividido las salas del museo en diferentes áreas de exhibición: en “Corintio en tiempos prehistóricos” podemos ver numerosos jarrones y figuras de culto encontradas en las excavaciones de las colinas de Korakou (en Corinto) y Zygouries (Goniá), que dan testimonio de la intensa actividad en la región durante el período prehistórico.
La exposición "Corinto, una poderosa ciudad-estado" se compone de dos secciones: la primera alberga algunos hallazgos del cementerio de Tenea, así como objetos de importantes aglomeraciones urbanas y santuarios de la ciudad-estado. Aquí destacan dos kuros, creados entre el 530 y 520 a.C., encontrados en Klenia cerca de la antigua Tenea y que fueron confiscados a traficantes de antigüedades quienes señalaron a las autoridades dónde habían encontrado las estatuas, lo que ocasionó una inmediata excavación que dio como resultado las piezas restantes que faltaban de los Kouroi, además de un extenso cementerio.
La segunda sección de "Corinto, una poderosa ciudad-estado" expone diferentes objetos que arrojan luz sobre diferentes aspectos como la actividad comercial, los logros artísticos, las creencias de culto, las prácticas funerarias, la vida doméstica y los eventos militares que marcaron la fortuna de esta ciudad griega. Destaca un casco de bronce datado de entre el 500 y el 475 a.C., encontrado con un cuenco de bronce que contenía los huesos quemados del difunto, probablemente un guerrero que murió lejos de Corinto y fue llevado a casa donde fue enterrado con sus armas. Este tipo de casco se originó en esta ciudad y por eso se le denomina casco corintio. Cubría completamente la cabeza con aperturas para los ojos, nariz y boca, por ello su mayor inconveniente era que limitaba la visión y especialmente la audición.
En esta parte del museo también destacamos una esfinge de mármol del 550 a.C. La escultura estaba colocada sobre la estela erigida en la tumba de un eminente corintio o ateniense situada en el cementerio norte de Corintio. Las esfinges eran bestias demoníacas con la cabeza de una mujer, las alas de un pájaro, el cuerpo de un león y la cola de una serpiente; encarnaban poderes sobrenaturales que asustarían a las personas del período arcaico. Por ello fueron utilizadas como mecanismo de defensa sobrenatural y para desalentar a los posibles ladrones de tumbas.
Otra de las piezas que destacamos de esta sección es una cama funeraria de piedra datada entre el 325 y 300 a.C. Este raro hallazgo fue descubierto en el año 1931 en una tumba de tipo cámara en el área de Cheliotomylos. La superficie superior horizontal consta de dos pizarras grandes colocada de tal manera que deja una pequeña apertura entre ellas, quizás producida por la necesidad de pasar las pizarras a través de la estrecha cámara funeraria. Despúes se cubrió la junta con mortero que aún puede verse en algunas partes. La presencia de estas tumbas en el sur de Grecia es inusual, se ha asociado a influencias macedonias, así como a los ideales de Platón que percibía la muerte como un sueño.
La sección titulada “Asklepieion, el santuario sanador” acoge hallazgos del santuario de Asklepios en la antigua Corinto, principalmente ofrendas de arcilla con forma de partes del cuerpo humano y que datan de los siglos IV al III a.C., así como estelas funerarias bizantinas del cementerio cristiano primitivo adyacente de la ciudad, datadas de entre los siglos V y VI d.C.
La exposición "Corinto, una colonia romana" incluye una importante cantidad de esculturas y mosaicos interesantes de villas romanas de la Colonia Laus Iulia Corinthiensis, así como numeras piezas, principalmente placas esmaltadas, de la era bizantina de la ciudad. De esta sección nos llama poderosamente la atención dos estatuas colosales que representan a frigios cautivos, datados en el siglo II y que originalmente se encontraba en la “fachada de los Prisioneros” de la Basílica norte.
En el fondo vemos tres estatuas romanas, se trata de las representaciones del emperador Octavio Augusto y sus nietos: en el centro se encuentra el emperador, la escultura está fechada de entre el 27 a.C. al 14 d.C.; a la izquierda está la de Cayo César datada entre el año 20 a.C. al 4 d.C.; a la derecha la de Lucio César, fechado entre el año 17 a.C. y el 2 d.C. Las tres estatuas provienen de la Basílica Juliana.
Algo más allá, en la misma pared vemos diferentes bustos y mosaicos, entre éstos destaca el de una villa romana, decorado con una medalla geométrica con la cara del dios Dionisos en el centro, u otro mosaico que adornaba el suelo de un comedor de una lujosa casa romana, del siglo II o principios del III.
En este mismo área podemos ver la sub-sección titulada “Regreso a la Patria”, donde se exhiben las 274 piezas antiguas que fueron robados de este museo en 1990 y, tras haber sido encontradas en Estados Unidos diez años después, fueron recuperadas y devueltas al museo. Finalmente, el atrio del museo, así como los espacios semiabiertos de sus dos stoas exhiben una colección de estatuas romanas, relieves, esculturas e inscripciones antiguas en griego y latín de la antigua Corinto, así como elementos de una sinagoga que atestiguan la presencia de la comunidad judaica en la ciudad romana.
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