Viniendo desde Atenas por la autovía E-94 es muy recomendable visitar el canal de Corinto, para ello antes de llegar al canal hay que tomar una salida en la que se indica el símbolo del canal y después seguir las indicaciones hacia el istmo. Se construyó entre 1881 y 1893 bajo la dirección del ingeniero húngaro Istvan Türr. Y es que, aunque es una construcción del siglo XIX, ya en la antigüedad tenían pensado unir el golfo de Corinto con el mar Egeo porque el rodeo a la península del Peloponeso suponía unos 400 kilómetros.
A tenor de lo comentado, desde al menos el siglo VII a.C. se intentó crear esta obra, pero finalmente el proyecto se canceló porque no era viable para la época. A cambio, construyeron una rampa de piedra (visible aún hoy) por donde arrastraban los barcos hasta el otro extremo. También lo intentaron los romanos y los venecianos, pero por uno u otro motivo no llegó a realizarse tan magnánima obra. Habría que esperar a que Grecia consiguiera la independencia del Imperio Otomano en 1830, para que en lo sucesivos años se tratase el tema de una manera seria y con intención de abrir por fin el canal.
El canal de Corinto tiene 8 metros de profundidad, mide 6343 metros de largo y 24,6 de ancho en su parte más alta y 21,3 en la más baja. La pared se eleva 90 metros sobre el nivel del mar con un ángulo semi vertical de 80 grados. El proyecto vivió varias vicisitudes y dificultades financieras antes, durante y después de su construcción. La estrechez del canal, sus altas paredes de roca caliza que canalizaban fuertes vientos, las mareas de ambos golfos que causaban fuerte corrientes, etc.… hicieron que muchos barcos no lo utilizaran, por lo que el tráfico estuvo muy por debajo de lo previsto.
A lo largo de los años el tráfico de barco, sobre todo turísticos, fue aumentando. Durante la II Guerra Mundial el canal fue dañado seriamente. El ejército nazi no sólo usó explosivos para bloquear el canal, sino que también arrojó locomotoras y otros materiales para dificultar las obras de reparación. El ejército norteamericano comenzó a trabajar para su despeje en 1947, abriéndose apenas un año después. Impresiona muchísimo la altura del istmo, pero aún más cuando pasan barcos. Cuando fuimos a el puente desde donde hicimos estas fotos (cuidado con el tráfico) estaba lleno de turistas, y algunos esperaban el momento de ver pasar un barco.
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