Esta plaza se encuentra rodeada de diferentes monumentos que dan buena cuenta de la vertiginosa historia de la ciudad, desde la época romana hasta el siglo XVII, pasando por la etapa del arte románico. Pero vayamos por partes, estamos en el corazón de la ciudad de Arlés, resultado de un ajuste gradual para adaptarse a múltiples operaciones arquitectónicas y urbanísticas. Por ejemplo, en la Edad Media se reducía a un patio estrecho entre la iglesia de san Trophine y la de santa Ana, el resto del área que vemos hoy estaba ocupada por varios bloques de viviendas.
Será a partir de la construcción del edificio del ayuntamiento en el siglo XVII, cuando el lugar comenzará a cambiar profundamente. Con el paso del tiempo se enriqueció con diferentes monumentos y tuvo varias funciones, hasta que consiguió el aspecto italianizado que vemos en la actualidad. Destacamos en el centro de la plaza una fuente con un obelisco del siglo IV, procedente del circo máximo. El obelisco es de granito rojo de Asia Menor, cuya superficie no posee ninguna inscripción. Tiene una altura de 20 metros y fue erigido por el emperador romano Constantino II en el circo romano. Después de que el edificio fuera abandonado, el obelisco cayó y se rompió en dos partes. Se descubrió en el siglo XIV y fue reconstruido sobre una base de piedra en el año 1676 en el lugar actual.
El extremo superior fue coronado por un globo de bronce y un sol. Estos adornos han sido cambiados por diferentes simbologías según el momento político de la época, por ejemplo, durante la Revolución Francesa el sol fue sustituido por un gorro frigio o bajo el reinado de Luis Felipe un gallo cazando a un águila. Pero finalmente en 1866 el adorno de la punta superior es eliminado definitivamente y fue sustituido, como podemos ver, por una discreta pirámide de bronce. Por otro lado, la base se decora con un estanque y cabezas de leones de bronce esculpidos por Antoine Laurent Dantan.
En el lado norte se sitúa el edificio del Hôtel de Ville o Ayuntamiento, construido entre 1673 y 1675 por Jules Hardouin Mansart, quien unió el ayuntamiento con la ya existente torre del reloj construida en 1555. Cuenta con tres plantas, en cuya fachada destaca, en la primera planta, un balcón enmarcado por columnas dobles y, en el segundo piso, un frontón central que cuenta, entre otros, con un sol, símbolo de Luis XIV. En su interior se pueden visitar los criptopórticos de los que hablaremos en los siguientes posts.
Al lado se encuentra la iglesia de Sainte-Anne o santa Ana que fue la primera parroquia de rito católico que se construyó en el centro de la ciudad. Se comenzó a levantar en el 1175, aunque fue reconstruida en 1613, cuando se dedicó a santa Ana, al albergar sus reliquias en un busto de plata. Durante la Revolución Francesa fue abandonada y utilizada a partir de 1826 como museo lapidario de la ciudad. Actualmente es un centro de exposiciones temporales.
Su interior, de estilo gótico ojival, está compuesto por una nave con capillas laterales, un coro orientado hacia el oeste y un ábside pentagonal. No hay ningún crucero y no queda nada de los muebles con que contaba. Cuando nosotros visitamos la iglesia había en ese momento una exposición de arte moderno cuya temática central era la tauromaquia.
Pero sin duda, la joya de esta place de la République es la fachada del siglo XII de la iglesia de St. Trophime, una de las obras maestras de la escultura románica. En ella vemos representados a leones, varios santos, escenas religiosas etc... De esta iglesia vamos a hablar largo y tendido en el siguiente artículo.
Desde la place de la République parte la peatonal rue de la République, calle en la que vemos interesantes ejemplos arquitectónicos como, en el número 19, el edificio del Hôtel Icard-Duquesne del siglo XVIII; en el 17 el Hôtel Perrin de Jonquières del siglo XVII-XVII; o, en el número 42, la fachada del Hôtel de la Lauzière construida a principios del siglo XVII, pero reconstruida en el XVIII y que posee, sin duda, una de las más bellas puertas de Arlés.
En esta calle también se sitúa la Chapelle des Trinitaires, vestigio del convento del cual formaba parte. Esta capilla fue reconstruida en el siglo XVII, aunque su fachada es del siglo XIX, momento en que se le dio el estilo ecléctico que imperaba en la época. Justo enfrente se sitúa el Museo Arlaten, instalado en el palacete gótico de Laval-Castellane de principios del siglo XVI. Destaca en su patio una exedra romana compuesta por 10 nichos que acogieron 10 esculturas de grandes dioses. En este museo aprenderemos más sobre la historia, economía y folclore de la región de la Provenza.
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