Anteriormente esta plaza era conocida como plaça de la Seu, pero en la actualidad se la llama plaça de la Verge o de la Virgen, si bien ha tenido varios nombres a lo largo de su historia. Su origen se remonta a época romana, cuando aquí se encontraba el foro romano republicano e imperial, donde confluían las dos grandes vías que poseía toda ciudad romana: el cardo (correspondientes con la actual calle de san Vicente Mártir) y el decumano (correspondiente a la calle de Caballeros).
En la parte norte se sitúa una fuente que posee una representación alegórica del río Turia. El grupo escultórico fue realizado en bronce por el escultor valenciano Manuel Silvestre, e inaugurado en 1976. En él se representa de una forma clásica la figura del antiguo Neptuno (que sería el símbolo del río Turia), el cual está rodeado de ocho figuras femeninas, desnudas y con un tocado de labradoras valencianas que representan las ocho acequias principales que irrigan la Vega de Valencia (Quart, Benáger y Faitanar, Acequia de Tormos, Mislata, Mestalla, Favara, Rascaña y Rovella).
Y es que la fuente tiene muchísima relación con el Tribunal de Aguas, antiquísima institución de Justicia que se reúne cada jueves junto a la puerta de los Apóstoles para dirimir los conflictos derivados del uso y aprovechamiento del agua de riego entre los agricultores valencianos. Alrededor de este lugar encontramos interesantes edificios que iremos comentando: la Catedral de Santa María, la Basílica de la Virgen de los Desamparados y el Palacio de la Generalidad.
Al este de la plaza se sitúa la basílica de la Virgen de los Desamparados, construida entre los años 1652 y 1667, siendo la única iglesia del casco antiguo que no se levantó sobre los solares de antiguas mezquitas, parroquias o conventos. Fue tras la visita a la ciudad del rey Felipe IV en el año 1632, cuando el monarca impulsó la construcción de una Real Capilla que estuviese dedicada a la Virgen de los Desamparados, en agradecimiento a su intervención en las batallas de Fuenterrabía (Hondarribia) y Tortosa.
También pesó la cada vez mayor devoción del pueblo valenciano hacia la Virgen de los Desamparados, más aún cuando la ciudad se vio sumida en una epidemia de peste en 1647 y que causó cerca de 18.000 víctimas; el pueblo se volvió hacia esta Virgen para pedirle auxilio y amparo. Una vez recuperada Valencia de esa terrible plaga, se comenzó la construcción del templo para dar cobijo a la imagen de la Virgen que hasta entonces se encontraba en una capilla conocida como "El Capitulet" del entonces Hospital Provincial, actuales Jardines de la Biblioteca Valenciana. Posteriormente la imagen se trasladó a una capilla de la Catedral y, una vez finalizadas las obras, a su nuevo templo.
En la construcción de la capilla intervinieron José Artigues y José Montero, bajo la dirección de Diego Martínez. Entre 1652 y 1660 se realizaron las fachadas exteriores, comenzándose la construcción de la bóveda elíptica a finales de 1660. En 1659 se acordó unir la Catedral y la basílica mediante el uso de un paso elevado, debajo del cual se encontraba el acceso principal (llamada Puerta de Bronce) y cuyas hojas actuales además de poseer mirillas por donde ver a la imagen cuando la iglesia está cerrada, poseen bonitos altorrelieves donde se narra diversos hechos de la historia de la Virgen, realizados en el siglo XX por el escultor Octavio Vicent.
Exteriormente el edificio puede dar la sensación de tener una forma ovalada, aunque realmente tiene una planta trapezoidal con la cúpula descentrada de su eje. La iglesia contaba con tres puertas que daban a la plaza de la Virgen, de las que una fue cegada (era el acceso directo al camarín de la Virgen). En la fachada principal podemos ver cinco lápidas romanas que fueron utilizados como sillares, en ellas se pueden ver inscripciones funerarias. Por otro lado, sobre el dintel de las portadas vemos el escudo representativo de la basílica compuesta por una cruz con dos inocentes niños a sus pies, colocada aquí en 1780.
El interior del templo se articula a partir de un óvalo central sostenido por ocho pilares adosados de mármol rojo. Su decoración, de corte neoclásico, fue realizada entre 1763 y 1767 por Vicente Gascó, según diseños de José Herrero. En su cabecera se encuentra la patrona de Valencia, la Virgen de los Desamparados (del año 1775) que tiene un gran significado para todos los valencianos quienes la llaman cariñosamente como la "geperudeta", cuya traducción es "jorobada”, debido a que la imagen se encuentra ligeramente inclinada hacia delante, lo cual se interpreta como signo de que se creó como estatua yacente.
La imagen se encuentra en el Altar Mayor que posee un mecanismo que la hace girar hacia el camarín, habitáculo realizado entre 1685 y 1694. Custodiando permanentemente a la Virgen se encuentran dos esculturas: Sant Vicent Mártir de 1798 y Sant Vicent Ferrer de 1797. Desde el óvalo central parten seis salidas que conducen a las distintas dependencias de la basílica. Una de ellas es la Capilla de la Comunión, mientras que la opuesta conduce al camarín. Sorprende la bonita cúpula ovalada de 18,75 metros de ancho que, aunque no es extraña en iglesias católicas, sí lo es en la ciudad de Valencia cuyos templos poseen cúpulas en su gran mayoría circulares. En ella destaca los magníficos frescos realizados por Antonio Palomino en 1701, considerado una de las figuras más interesantes del periodo de transición del siglo XVII al XVIII.
La bóveda que alberga las pinturas de Palomino, es en realidad una falsa cúpula construida expresamente para contener dichos frescos. No se conoce con exactitud el tiempo que tardó el artista en terminarlos, pero se supones que debió tardas más de un año por las exigencias propias del trabajo al fresco. Ello implicaba la necesidad de contar con un gran equipo de albañiles y artistas auxiliares. Esta obra pictórica es una representación de la bóveda celeste o la Gloria Celestial.
Destaca en la base de los frescos siete conjuntos simbólicos relativos a la Virgen María, cuatro figuras correspondientes a cuatro letanías lauretanas, dos virtudes (la Piedad y la Diligencia) y un grupo central, sin olvidar la presencia del pelícano (símbolo eucarístico). Cada figura se encuentran separadas entre sí por ventas formadas por una alegoría, un óvulo monocromo simulando un bajorrelieve y una inscripción en latín. Durante la Guerra Civil Española (1936-1939) el templo fue asaltado, pero gracias a la intervención de la Guardia Civil, se pudieron salvar joyas y alhajas de la virgen, mientras que la santa imagen sufrió daños y fue escondida detrás del muro del Archivo Histórico de Valencia.
Una vez finalizada la visita de la basílica de la Virgen de los Desamparados, nos dirigimos al oeste de la plaza donde se encuentra el palacio de la Generalitat Valenciana, en cuya parte oriental vemos el llamado Jardín de la Audiencia, donde se ubicaba la desaparecida Casa de la Ciudad o Ayuntamiento. El edificio se comenzó a construir en el año 1421 para ser la sede de la Generalitat Valenciana o Diputació General, organismo encargado de representar al reino ante las Cortes. Los trabajos se iniciaron con el cuerpo central que presenta un estilo gótico tardío.
Ese cuerpo central está formando por tres pisos con ventanas rectangulares en la planta baja, ventanas triples con columnas en la planta principal donde estaba la sala de reuniones, además de una galería de arte en el tercer piso. Posteriormente se levantaría en 1518 la torre renacentista que mira hacia la plaza de la Virgen, realizado en su mayor parte por Joan Corbera. En el torreón se aprecian elementos decorativos como frontones clásicos e iconografía renacentista. El remate, que sigue la estética de El Escorial, es ya de finales del siglo XVI. Más reciente es la torre gemela que da a la plaza de Manises, ya que es una copia historicista construida en 1952.
Y ya que estamos en esa plaza, podemos ver que la rodean interesantes edificios, como la Casa de los Vallier, edificio semipalaciego de carácter residencial-burgués cuyas obras se iniciaron en 1883. A principios del siglo XX fue reformando, momento en que se le dio la configuración que vemos actualmente. Fue la sede de la Casa Norteamericana hasta que fue adquirida por la Diputación de Valencia. Justo enfrente se sitúa un pedestal de piedra del que emerge una columna dórica (procedente del antiguo Hospital Provincial) coronada por una escultura de bronce que representa al conquistador Francisco Pizarro, obra del escultor Pío Mollar del año 1969.
El siguiente es el Palacio del Marqués de la Scala, fue la residencia de los Boil, marqueses de la Scala y señores de Manises, de donde toma el nombre esta plaza. Fue construido en el siglo XVI, aunque sufrió notables transformaciones en el siglo XVII y XVII. En su fachada vemos una mezcla de estilos gótico, renacentista y barroco. El inmueble engloba en realidad a dos edificaciones señoriales distintas, por ello presenta un doble portal. Uno de sus elementos más interesantes es su pequeña torre cuadrangular, casi el único elemento de estas características conservado entre los palacios valencianos.
Adosado se encuentra el palacio Baylía o Palau de la Batlia, antigua residencia de los Bayle. Su origen se remonta a los siglos XV-XVI, aunque el estilo arquitectónico de su fachada corresponde a las intervenciones efectuadas en el siglo XIX. En 1904 fue restaurado por Luis Ferreres y José María Manuel Cortina, interviniéndose en su interior en 1955.
Actualmente el edificio es sede de la Diputación Provincial de Valencia y, aunque no es visitable, si se pueden ver los patios mediante cita previa solicitándolo por escrito a Protocolo. En el lateral de este último edificio, en la calle dels Serrans, se encuentra la Torre de San Bartolomé, único elemento que permanece en la actualidad de la antigua iglesia parroquial de San Bartolomé, una de las más antiguas de la ciudad erigida en 1239, siendo uno de los diez templos iniciales que se construyeron en Valencia tras la conquista por Jaime I de Aragón. La iglesia sería reconstruida entre 1667 y 1671, pero fue definitivamente demolida en el año 1944 por sufrir incendios durante la Guerra Civil. La torre barroca que vemos está levantada mediante el uso de sillares, con planta cuadrada y dividida en cinco cuerpos diferenciados mediante cornisas y molduras. Actualmente se encuentra adosado a un edificio casticista construido en 1954.
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