Pasear por las calles de Alcántara es hacer un viaje en el tiempo, ya que mantiene esa esencia melancólica que la convierte, sin duda, es una ciudad única. Por tanto, bien merece una tranquila visita por parte del viajero y, quizás, una promoción más intensa por parte de las autoridades, puesto que se trata de uno de esos tesoros casi desconocidos que se encuentran en España, como es el caso del Puente de Alcántara, una obra de ingeniería romana que debería ser reconocida, no tenemos ningunas dudas, como Patrimonio de la Humanidad.
Nuestra visita: | octubre de 2007. |
Idioma Oficial: | español. |
Moneda: | Euro €. |
Población 2021: | 1.386 hab. |
Superficie: | 551,99 Km². |
Prefijo telefónico: | +34 927. |
Web oficial: | turismoalcantara |
La necesidad de defender el puente, único en muchos kilómetros, sobre el corte del Tajo hizo que los musulmanes la fortificaran surgiendo así el primer recinto amurallado en el siglo VII.
Conquistada la villa por Alfonso IX en 1213 es entregada a la Orden de San Julián del Pereiro, cambiándose el nombre por el de Orden de Alcántara. Así se inicia un período de esplendor convirtiendo la plaza en centro militar, político y religioso de una amplia zona.
La decadencia comenzó cuando el último maestre de la Orden de Alcántara, Juan de Zúñiga, entregó la villa a favor de Fernando el Católico. La crisis se agravó por las sucesivas guerras: la de Independencia de Portugal en 1655, la de Sucesión en 1703 y el incendio y saqueo por las tropas de Napoleón en 1809.
El casco histórico de Alcántara es pequeño y recogido, por lo que su visita no necesitará mucho tiempo. Una mañana o una tarde puede ser suficiente para visitar esta ciudad y su puente, si bien merece la pena pernoctar al menos una noche y disfrutar, por ejemplo, del convento de San Francisco Bartolomé del siglo XV, actualmente convertido en hotel de cuatro estrellas. Sería también buena idea convertir Alcántara en la base desde donde moverse para visitar el entorno próximo, como por ejemplo Cáceres o Malpartida de Cáceres, incluso se podría viajar a la cercana Portugal.
Dia 1: por la mañana se comenzaría la ruta por el centro histórico de Alcántara, en cuyo paseo se podrá disfrutar del Arco de la Concepción y del cercano palacio de los Barco del siglo XVII y la ermita de los Remedios del siglo XVI. A pocos metros queda uno de los lugares que más nos ha gustado de esta ciudad: el Conventual de San Benito, antigua sede de la Orden Militar de Alcántara. Hay que tener en cuenta que este monumento se visita con cita previa, por lo que el tour por la ciudad dependerá de la hora de quedada.
En el interior del edificio podrás ver estancias como el claustro, el refectorio o la iglesia. Tras visitar el Convento de san Benito se seguiría la ruta por el casco antiguo, manteniendo la calle Soledad como columna vertebral. Así se pasará junto a la ermita de la Encarnación del siglo XVI, el palacio Torreorgaz del siglo XVII, las ruinas del palacio de los Roco-Campofrío del siglo XVI, el palacio de los Topete Escobar del siglo XVII, para por fin adentrarse en el antiguo barrio judío y su ermita de la Soledad, antigua sinagoga.
Otros de los imperdibles de la ciudad son la iglesia gótica de san Pedro de Alcántara y, situada al lado de la anterior, la iglesia románica de Santa María de Almocóvar. El tour por el centro se daría por finalizada, se podría completar con la pernoctación en el hotel que ocupa hoy el convento de San Francisco Bartolomé del siglo XV, situado a las afueras de la ciudad, pero a poca distancia.
Tras la comida y descansar un poco, recomendamos ir a ver uno de los prodigios de la ingeniería antigua: el Puente Romano, todo un símbolo de Alcántara. En él veremos el templete de Lacer, el Arco del Triunfo y la Torre del Oro, además en los alrededores se encuentran el convento del Sancti Espiritu e iglesia de la Encarnación Antiguo (monjas comendadoras) o la central hidráulica José María Oriol.
Lo más destacable de Alcántara es sin dudas su puente y el convento de San Benito. Aparte sería curioso poder visitar la central hidroeléctrica por dentro, nosotros nos tuvimos que conformar con una visita exterior. No sabemos si por alguna razón científica o simplemente era algo psíquico que, después de bajar de la presa, nos dolía un poco la cabeza, pero eso sólo es una anécdota.
Nos alojamos en lo que fue el convento de San Francisco Bartolomé, actualmente es una hospedería de la Junta de Extremadura. Muy bien decorada manteniendo la esencia de su historia. Lo que no nos gustó fue que nuestra habitación olía bastante como a gas, se lo comunicamos a la recepción y aparte de decirnos que no tenían más habitaciones libres, que irían a verlo. Total, que dormimos aquí con peste a gas y todo, aunque no sería tal porque aún nos late el corazón.
La visita de la villa se puede hacer perfectamente dedicándole unas 3 o 4 horas, ósea una mañana o una tarde, aunque hay que tener en cuenta que el puente está un poquito alejado del centro urbano y, más todavía, la central hidroeléctrica, por lo que si tienes coche mejor.
Y ya para finalizar queremos reivindicar algo: desde ESturismo.eu no entendemos todavía cómo es posible que el puente de Alcántara no se haya reconocido como patrimonio de la Humanidad, por consiguiente, nos unimos a esas voces que piden que se catalogue el monumento como tal ¡Puente de Alcántara Patrimonio de la Humanidad, ya!
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