En un extremo arbolado de la Strøget, muy próximo a Amargertorv, se sitúa la iglesia del Espíritu Santo que fue originalmente parte de un monasterio católico de igual nombre construido por Cristián I en 1474. En 1537 se convirtió en una iglesia parroquial luterana y sufrió a lo largo de los siglos varias reformas y ampliaciones. En gran incendio que asoló la ciudad la dañó en 1728 pero fue reconstruida rápidamente y vuelta a ser consagrada en 1732.
Entre 1878 y 1780 tuvo lugar una profunda restauración cuyo objetivo final era devolverle al templo su apariencia original renacentista. De ese estilo destaca un bello pórtico de 1620, situado en la parte delantera, construido con piedra arenisca y decorado con esculturas procedentes de la Bølsen, además de con el anagrama del rey Cristián IV. Las puertas de madera están talladas con símbolos de la Santa Biblia. Justo enfrente de la puerta, en la zona arbolada junto a Strøget, podemos ver el monumento a las víctimas de la deportación alemana durante la II Guerra Mundial.
Si ahora nos vamos al lado izquierdo del templo, paralela a la Valkendorfsgade veremos otra puerta barroca desde la cual nace otro edificio importante de Copenhague, no en vano es considerado el más antiguo de la ciudad al estar datado a mediados del siglo XV. Se trata del renacentista Helligåndshuset que, aunque ha sido restaurado en varias ocasiones, constituye la única parte viviente del desaparecido monasterio del Espíritu Santo. Fue utilizado como hospital después de la Reforma, como prisión, reformatorio y actualmente sirve como sala de exposiciones temporales.
Nos adentramos ya al interior de la iglesia, el cual está dividido por tres naves mediante columnas octogonales, con galerías de madera tallada. El púlpito que vemos en la nave central, a la izquierda del coro, es de madera policromada y está datado en el 1879.
En el altar mayor vemos un retablo barroco, el cual procede de la capilla del antiguo castillo de Christiansborg, que contiene una pintura con el tema de la Ascensión del año 1727. En el centro del coro vemos una pila bautismal de mármol hecha en 1827 por el famoso escultor danés Bertel Thorvaldsen.
No podemos pasar por alto uno de los órganos más grandes e inusuales de Escandinavia. Fue fabricado por Knud Olsen en el año 1877, aunque ha sido reparado y reconstruido en varias ocasiones, la última vez fue en 1984-86 por Marcussen & Søn, cuando se le aplicó una reconstrucción completa.
Una vez finalizada la visita de la iglesia, volvemos a la Valkendorfsgade donde, en el número 32, podemos tomar un pasaje que nos llevará a otra bonita plaza: la Gråbrødretorv, espacio que antaño era ocupado por un antiguo convento franciscano. La plaza se encuentra rodeada de edificios del siglo XVIII, entre ellos, en el número 3, se encuentra instalado el Wesselstuerne, pequeño museo dedicado al poeta Johan Hermann Wesel quien vivió aquí entre 1761 y 1777. Para poder visitarlo es necesario contactar a través del teléfono +45 3314 8923.
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