EDIMBURGO (EDINBURGH / DÙN ÈIDEANN)

LOS APARTAMENTOS REALES DEL CASTILLO


La primera estancia que vemos es la Queen Mary's Bedchamber o alcoba de María Estuardo, quien se convirtió en reina de Escocia cuando contaba con tan sólo seis días, aunque la mayor parte de su infancia la pasó en Francia. En 1558 se casó con el Delfín Francisco, heredero al trono francés y pronto se coronarían como reyes de Francia. Su esposo fallecería en 1560 y María con 18 años de edad volvió a Escocia en agosto de 1561, donde de nuevo se casaría en julio de 1565 con su primo hermano Enrique Estuardo, Lord Darnley.

Esa unión enfureció a Isabel I de Inglaterra ya que un hijo de ellos tendría derecho a los tronos de Escocia e Inglaterra. Eran tiempos de crisis nacional y agitación religiosa, por lo que María buscó la seguridad del castillo para el nacimiento de su heredero. La alcoba de esta monarca era parte de una residencia real que fue construida y ampliada por los antepasados de la reina. En las paredes cuelgan diferentes retratos del linaje de los Estuardo.

En la pequeña habitación contigua, conocida como King's Birth Chamber, María dio a luz el 19 de junio de 1566 a su esperado heredero y único hijo: Jacobo, futuro rey de Escocia, Inglaterra e Irlanda. Existe una leyenda que dice que cuando nació el bebé María le dijo a su marido "me temo que se parece mucho a ti y será peor por eso". Menos de un año después el padre del bebé estaba muerto, ella encarcelada y el pequeño Jacobo fue coronado rey y criado por los enemigos de su madre. Las pinturas de la habitación fueron realizadas por John Anderson para conmemorar el nacimiento de Jacobo VI en 1617.

En 1830 se encontraron los huesos de un bebé en una cavidad de una pared cercana. Años después surgió un escandaloso rumor que decía que los restos encontrados podrían pertenecer al recién nacido de María, lo que convertiría a Jacobo VI en un impostor. La siguiente sala es la Antechamber o antecámara. Esta habitación fue destruida durante el Gran Asedio de 1571.

Durante aquella batalla, la guarnición del castillo fue la última defensa de la católica María para resistir los envites de las fuerzas protestantes que habían declarado rey a su hijo Jacobo. El gran Asedio no sólo redujo a cenizas las elegantes ventanas-miradores de esta habitación, sino que también destruyó el castillo medieval. La batalla terminó con la recuperación del trono de la depuesta María Estuardo.

Así, la reina María tuvo que soportar 19 años de arresto domiciliario en Inglaterra hasta que su prima, la reina Isabel, ordenó su ejecución en 1587. Debido a que Jacobo IV era sólo un niño-rey, los nobles que tenían su custodia dirigían el reino. Fue criado baja la religión protestante y en 1583, Jacobo VI comenzó a gobernar Escocia por sí mismo y, tras la muerte de su pariente, la reina Isabel I, fue proclamado rey de Inglaterra.

La siguiente parte de estos apartamentos es el Laich Hall, cuya traducción sería Sala Baja, al encontrarse justo debajo de las cámaras del rey Jacobo I de Inglaterra, en el primer piso del palacio. Éste fue el último rey de Escocia tras la Unión de las Coronas en 1603. Su última visita fue en 1617, tras una ausencia de 14 años, organizando sólo un banquete en el Castillo antes de regresar a Inglaterra y no volver nunca más.

La última visita real al Castillo fue en 1633, cuando el hijo de Jacobo, Carlos I, se quedó aquí antes de su coronación escocesa. Después el palacio fue tomado por la guarnición del castillo y sus habitaciones fueron usadas para otros fines como servir de alojamiento para el ejército, eliminándose para ello gran parte de las decoraciones y muebles originales.

En 1997 el Historic Scotland, que administra el Castillo, tras profundos estudios emprendió obras de renovación para restaurar el Laich Hall a su antigua gloria, con paneles de madera, decoraciones pintadas en las paredes y un elaborado techo. Encima de la chimenea original del siglo XVI se encuentra el escudo de armas de Jacobo VI, formado por un unicornio escocés unido a un león inglés.

Definitivamente toda la trágica historia de María Estuardo, ha servido como legado para atraer visitantes al castillo desde el siglo XIX, de hecho, la reina se había convertido ya en un icono cultural que inspiraba a artistas, dramaturgos y músicos, su esencia tenía un atractivo especial para el sentimentalismo victoriano. Por otro lado, la presión pública para poder visitar el Castillo creció mucho más después del descubrimiento de las Joyas de la Corona Escocesa en 1818. Los militares se fueron retirando gradualmente del palacio y el Laich Hall se convirtió en un salón de té, antes de ser recreado con el aspecto actual. La reconstrucción del palacio es, pues, una celebración del orgulloso linaje de la Casa Estuardo de Jacobo VI, por eso se conservó deliberadamente su cámara de nacimiento y la chimenea original.

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