El área expositiva se divide en siete galerías, una de ellas para exposiciones especiales. Al entrar al museo podemos ver en la planta baja varias armas. Posteriormente comenzamos nuestro recorrido propiamente dicho subiendo las escaleras y llegando al primer piso donde se encuentra la Galería 1 titulada "A Nation in Arms" (Un nación en armas). Entre 1638 y 1707 la nación escocesa tuvo que basar su seguridad contra las incursiones en diferentes armas, como por ejemplo el interesante cañón del año 1641 que vemos aquí.
A partir del año 1707 se produjo una unión estratégica entre Escocia e Inglaterra, debido a que el poder de las naciones europeas dependían cada vez más de su capacidad para librar una guerra en defensa de sus intereses. Sólo aquellas naciones que pudieran mantener grandes fuerzas armadas podían extender su influencia. Escocia por sí misma no podía competir y el poder de Inglaterra dependía de la estabilidad de las islas británicas.
Por eso la Unión les convenía a ambos países: Escocia tenía parte de la riqueza y poder de Inglaterra y ésta tenía una mayor seguridad militar. La creación de un imperio de ultramar y la continua rivalidad con otros países europeos, dio lugar a un gran desarrollo de las fuerzas armadas británicas. Por otro lado comenzaron a destacar personas individuales que se convirtieron en héroes populares, no sólo en el Imperio Británico, sino también en Escocia. Se trataba de una época de gran prestigio para el matrimonio de estas dos naciones.
De aquel momento esplendoroso podemos ver diferentes medallas, insignias y estrellas, como la insignia de la Orden de Fernando de Nápoles, otorgada en 1801, la de la Orden portuguesa de la Torre y la Espada; la estrella de Caballero de la Gran Cruzo de la orden de Bath, otorgada después de la vitoria de la Batalla de Chiclana; la estrella de la orden portuguesa de la torre y el cordón, etc...
En la exposición podemos ver más objetos curiosos como una pistola que pertenecía a un espía alemán, arrestado en 1940. También una máscara funeraria de bronce de la cara de Earl Haig, realizada después de su muerte en 1928. Tras su fallecimiento Haig recibió un funeral de estado en la abadía de Westminster en Londres. Su cuerpo fue trasladado hasta la catedral de St. Giles donde miles de personas hicieron cola para presentar sus respetos. Finalmente fue enterrado en Dryburgh Abbey, cerca de su casa en el conocido como The Borders.
Durante tres siglos los escoceses han servido a las fuerzas armadas británicas. Dentro de estas instituciones británicas, los escoceses se ven a sí mismos como parte de una tradición militar mucho más antigua. En una de las vitrinas podemos ver algunos de los objetos con los que se ha expresado la identidad escocesa a través del servicio militar británico, algunos de ellos están relacionados con la historia de Escocia antes de la Unión con Inglaterra de 1707.
Al final de esta galería encontramos el estandarte real escocés ondeado por una unidad de infantería de Nueva Zelanda durante la invasión de Creta en 1941. Esta compañía mostraba esta bandera para mostrar su ascendencia escocesa. El estandarte fue recogido por un soldado griego durante la batalla de Gálatas y guardado por partisanos griegos en Creta (combatientes de la resistencia), para después ser entregado a las autoridades militares británica cuando la isla fue liberada en 1945.
Comenzamos a recorrer la Galería 2 titulada "A grand life for a Scotsman" (Una gran vida para un escocés). El nombre de esta parte expositiva hace referencia a la larga lista de escoceses (y sus historias personales) que sirvieron a las fuerzas armadas británicas como marineros, soldados o aviadores. Conoceremos de cerca la vida cotidiana de estas personas desde su reclutamiento hasta su jubilación. A esta galería se accede por un corredor donde se exponen diferentes carteles diseñados para atraer a la gente para unirse a las fuerzas armadas.
Aquí podemos ver uniformes, recuerdos, cartas, etc... Destaca un tambor tenor del primer Batallón de Guardias Escoceses de 1874-1902. El sonido del tambor ha acompañado casi cualquier aspecto de la vida del soldado, alentándolo a comportarse de manera disciplinada y correcta. El tambor tenía, entre otras funciones, la de comunicar órdenes según el tipo de "llamada", acompasar la marcha de los soldados, anunciar la presencia de oficiales, etc...
En la exposición también se encuentra Bob el perro, pero no hay que confundirlo con el famoso Greyfriars Bobby. El can que vemos aquí era la mascota del primer Batallón de Guardia de Fusileros escocés. El perro estuvo con ellos desde 1853 hasta 1860, sirviendo junto a sus compañeros soldados durante toda la guerra de Crimea. Finalizada esta sección merece la pena, de camino a la Galería 3, disfrutar con las panorámicas de la ciudad que obtenemos desde este pasillo que une ambos edificios.
La Galería 3 titulada "Tools of the trade" (Instrumentos del oficio), como su propio nombre indica, está dedicada a los objetos utilizados durante las guerras. Lo primero que nos llama la atención es un bordado realizado en 1895 por el sargento mayor de la Royal Scots Fusiliers, John Sherrington, durante su estancia en la India. En aquel tiempo se comenzó a alentar a los soldados en pasatiempos basados en artesanía como alternativa de la bebida y el juego, incluso se constituyeron barracas donde poder realizarlas.
En la misma vitrina se expone una vistosa espada de 1809. En otra hay más armas blancas como varios puñales de las Highland. Aunque el uso de estas armas antaño fue común en toda Europa, a finales del siglo XVII, sólo se utilizaban en regiones más o menos aisladas, como fue el caso de las Tierras Altas o Highland de Escocia. Durante la batalla, sus habitantes solían llevar el puñal en la mano izquierda y la espada en la derecha. Cuando éstos pasaron a formar parte del ejército británico, la daga dejó de ser un arma efectiva, pasando a ser parte decorativa de la vestimenta de los oficiales originarios de aquella zona.
A principios el siglo XVII comenzaron a aparecer las primeras armas de fuego, empezando a tener un papel importante en la batalla. Su confiabilidad y velocidad de carga fueron aumentando, llegando a ser el arma que portaban los soldados de infantería en detrimento de otras como la espada o el arco. La tecnología de las armas de fuego siguió evolucionando durante más de 200 años. En la exposición podemos ver un par de pistolas de duelo del 1838, acompañadas de accesorios (varilla de limpieza, un frasco de pólvora, etc.).
Desde principios del siglo XIX el ritmo de desarrollo de armas aumentó drásticamente. La introducción de rifles trajo una mayor precisión y alcance, además de mecanismos de carga más rápidos. Los diseños se fueron modificando para adaptarlos mejor al campo de batalla. Aquí veremos no sólo diferentes tipos de armas de fuego realizados para los militares británicos en los últimos dos siglos, sino también la evolución de las ropas de los soldados y oficiales.
El desarrollo armamentístico trajo consigo la llegada de la guerra química. En una de las vitrinas podemos ver, entre otras piezas, una capucha antigás utilizada por los británicos en el Frente Occidental en 1916. Se trata de uno de los intentos de hacer frente a la nueva amenaza de gas venenoso, utilizado por primera vez por el ejército alemán en 1915. Esta capucha no eran del todo efectivas, sí lo eran mucho más las máscaras de gas, como la que se expone aquí, utilizada en la misma batalla desde 1916 a 1917. Consiste en una caja de filtro de gas que mediante un tubo está unido a la máscara que tapa ojos, nariz y boca.
Al lado vemos una cama plegable utilizada por el teniente Horace St. Paul durante la campaña en Flandes entre 1794-95. Doblada y guardada en un maletero de madera, la cama necesitaba de dos hombres para ser levantada, utilizándose para sus desplazamientos los carruajes de equipajes que marchaban junto al regimiento durante la campaña. Un marco de hierro plegable unido a la base se cubría por una lona que le daba al oficial un calor extra, además de más privacidad. Finalmente sobre la cama se extendería un colchón.
Seguimos viendo más objetos militares, como botiquines médicos, más trajes de protección, cascos, etc... También se expone la Regimental Colour, una de las dos banderas oficiales del Edinburgh Regiment of Militia, fechada a principios del siglo XIX. En ella se resaltan varias cosas: el servicio a la Corona, identidad nacional británica y el espíritu del regimiento. En el centro se representa el Castillo de Edimburgo, el bastión militar de la ciudad.
De esta manera llegamos ya a la Galería 4 dedicada al Highland Soldier o Soldado de las Tierras Altas. En los siglos XVII y XVIII, las Highlands escocesas escapaban al control gubernamental y eran consideradas una amenaza para la expansión del Estado británico. Sin embargo, tras la Unión, los soldados originarios de las Highlands se convirtieron en un icono importante de la identidad escocesa, pasando de ser rebeldes a convertirse en todo un ejemplo militar. Esta galería cuenta esta historia a través de diferentes objetos como pinturas, uniformes, gaitas, etc...
Así en una de las vitrinas podemos ver una espada procedente de las Highland con consignas grabadas que apoyan al rey exiliado Jacobo VIII y se oponen a la Unión de 1707 de los parlamentos escocés e inglés. Estos principios políticos provocaron los levantamientos jacobitas de 1715 y 1745, las mayores amenazas del planeado Estado británico. Las palabras "Prosperity to Scotland and no Union" y la figura del patrón de Escocia, san Andrés, están inscritas en la espada, mientras que en la otra cara están grabadas las palabras "Gods saves king James 8".
En otra de las vitrinas podemos ver más objetos, entre ellos una gaita de 1778 que podría haber pertenecido al gaitero MacCorquodale del 74 Regimiento. El sonido de este instrumento se asoció tradicionalmente con el llamado a las armas en las Highlands, por ello se usaron deliberadamente para reclutar a personas de esa procedencia para el ejército británico. Al lado destaca también un uniforme usado por el capitán John Hamilton, entre 1777 y 1786. El oficial sirvió en el 73 Regimiento, el primer batallón de las Highlands que sirvió en la India.
Durante la Guerra de Independencia, en 1775 se creó un nuevo regimiento en América del Norte. Se reclutaron a personas originarias de Highland que se habían establecido en las nuevas colonias. Muchos de ellos eran antiguos soldados a quienes se les había otorgado tierras al final de su servicio. De aquel nuevo regimiento se exponen varios objetos, entre ellos un libro de cuentas en el que se desglosa de manera detallada los gastos del regimiento, desde los recibos de los oficiales, al pago de viudedad a la mujer de un sargento que firmó en la página derecha que se muestra.
La imagen de los soldados era importante y es que nadie era más consiente de la apariencia romántica de los soldados como los propios regimientos. A medida que avanzaba el siglo XIX, sus uniformes, especialmente el de los oficiales, se hicieron cada vez más elaborados y vistosos. El aspecto pintoresco de los regimientos de Highland definía a la perfección la visión romántica de lo que deberían ser las islas británicas. Muchas unidades escocesas usaron el kilt en combate, pero tras la I Guerra Mundial, y por efectos prácticos en el campo de batalla, sólo se utiliza en momentos especiales.
Al lado se encuentra la pintura al óleo titulada The Thin Red Line realizada por Robert Gibb en 1881, inspirado por el relato de Alexander Kinglake. En el cuadro se narra uno de los momentos cruciales de la batalla de Balaklava durante la guerra de Crimea (1854-1856).Un cuerpo fuerte de la caballería rusa avanza hacia el puerto ocupado por los británicos. Lo único que se interpone entre ellos y aquella base fueron las seis compañías del 93 Regimiento (Highland) bajo el mando de sir Colin Campbell. Gracias a los disparos de los escoceses los rusos tuvieron que retroceder.
Sin embargo durante las dos grandes guerras mundiales del siglo XX, los regimientos de las Highlands no destacaron como sí lo habían hecho en pequeñas guerras cincuenta años antes. Las grandes pérdidas que ocasionaron ambas contiendas mundiales y el reclutamiento masivo diluyeron su carácter distintivo, a pesar de lo cual, la 51 División heredó la reputación de los regimientos formado por soldados de las Tierras Altas, siendo una de las mejores formaciones en ambas guerras.
A finales del siglo XX el fin del Imperio Británico tuvo un efecto inevitable en los regimientos de las Tierras Altas: los recortes en defensa redujeron drásticamente el tamaño del ejército británico. A pesar de ello, los soldados de las Highlands han perdurado, todavía hoy, como un importante símbolo en Escocia. En una de las vitrinas vemos un jubón que un gaitero del primer Batallón The Black Watch llevó puesto durante la entrega ceremonial de la colonia de Hong Kong a China en 1997. En el resto de vitrinas se exponen una gaita del 21 Batallón Argyll, el uniforme del capitán Malcolm, medallas, etc...
Y así llegamos a la Galería 5 llamada "In defence" (En defensa), en ella conoceremos más detalles de los escoceses que defendía su nación en el frente interno. A lo largo del siglo XVIII las luchas de poder entre Gran Bretaña y Francia mantuvieron la amenaza de un ataque francés sobre Escocia. La defensa del país se confió a poderosos terratenientes que podían reunir a un gran número de escoceses para el servicio militar. Así nacieron los nuevos regimientos llamados "Fencibles" (proviene de la palabra defense). A diferencia de las milicias, estas unidades se formaban mediante el alistamiento voluntario y solo existían en tiempos de guerra y no podían ser enviados al exterior del país.
Aquí vemos un tambor perteneciente a los Fencibles del Sur, un regimiento creado por el duque de Buccleuch en 1778. A pesar del dibujo de gran tamaño de una planta de cardo, símbolo nacional de Escocia, muchos vieron en estos regimientos una expresión más de la influencia que tenía ese pequeño grupo compuesto por aristocráticos y figuras políticas. Este regimiento fue disuelto en 1783 después de haber pasado todo su servicio en Escocia.
A mediados del silgo XIX el éxito económico y una serie de reformas políticas trajeron prosperidad y estabilidad a Escocia. Sin embargo las demandas del Imperio de ultramar de Gran Bretaña hicieron que se enviaran más hombres al extranjero para formar parte del ejército. La preocupación de una Gran Bretaña indefensa creció entre la opinión publica, ya que, aunque existía una milicia, ésta era pequeña y aumentar el gasto en el ejército era caro e impopular. Finalmente, en 1859 la rivalidad militar con Francia revivieron los temores de un ataque y volvieron a aparecer las unidades locales de voluntarios en todo el país. Ese nuevo movimiento de voluntarios tenía una identidad distinta y un propósito moral muy claro. Gracias a estos valores fueron diferenciados del sistema militar existente, visto por muchos como un refugio de privilegios anticuado y egoísta.
La guerra requirió de todos los recursos disponibles, por lo que, por primera vez el gobierno reconoció la contribución para la victoria del trabajo de las mujeres. Las féminas escocesas se ofrecieron como voluntarias para los servicios de enfermería y nuevas ramas de las fuerzas armadas. Al permitir este apoyo militar, se hizo posible liberar un gran número de hombres para el servicio en primera línea. A medida que la guerra avanzaba las industrias vitales para la guerra, como la munición o la producción de alimentos, llegó a depender del trabajo femenino. Esta contribución influyó para que, finalizada la guerra, las mujeres pudieran votar, algo impensable antes de 1914.
En la siguiente zona vemos diferentes piezas relacionadas con la Guard Home, como por ejemplo el uniforme del coronel Thomas Henry Scott, medallas, gorras, etc., incluso una bandera nazi. Al lado vemos un retrato de 1943 de Charles Graham Robertson, de la 11 City of Edinburgh Battalion Home Guard. El cuadro forma parte de una serie de retratos realizados con tonos de color pastel dibujados por Eric Kennington para un libro publicado en 1945 para conmemorar el servicio y el carácter de los miembros del Home Guard.
En otra vitrina se expone el fragmento de un avión enemigo derribado en un combate aéreo por el comandante Mackay Stephe durante la II Guerra Mundial. Se trata de una chapa donde se ve pintado el emblema nazi de la cruz gamada o esvástica, fue cortada y guardada como un símbolo obvio del enemigo. El agujero, que fue causado por el fuego de la ametralladora, fue otro motivo alegórico para conservar este recuerdo.
Ahora es el turno de la Galería 6 titulada "Active Service" (Servicio activo). Aquí nos acercaremos más, a través de la experiencia de los militares escoceses, a la realidad extrema que supone una guerra. Un ejemplo sería el gaitero P. Milne del 1st Battalion The Gordon Highlanders, cuya gorra y gaita se exponen aquí. Este instrumento sonó durante la batalla de Dargai (India) en 1897. Durante la contienda los gaiteros marchaban en campo abierto junto con el batallón, expuestos también al fuego enemigo. La música de Milne se detuvo cuando fue herido en el pecho. Recibió la medalla de Conducta Distinguida de manos de la reina Victoria.
En la misma vitrina, alrededor de la gaita, podemos ver más objetos personales de los soldados escoceses, como unos paquetes de regalo que contenían tabaco, cigarrillos y chocolate. Se trataban de regalos que se enviaban a la tropa en activo como aliciente e impulso a la moral. Éstos fueron pagados mediante recaudación, dándose un paquete a cada soldado como regalo de Navidad o Año Nuevo, aunque muchos los enviaban a casa intactos para guardarlos como recuerdo. Los ejemplos que vemos aquí fueron enviados a los soldados del Frente Occidental en 1914 como regalo navideño de la princesa María.
Pero la guerra también supone, como no, muerte y lesiones ocasionados durante la batalla. El enfrentarse al enemigo, y por ende a la muerte, el liderazgo, la moral, la victoria y la derrota, eran expresiones cotidianas en una guerra. En una de las vitrinas vemos diferentes piezas que nos habla de cómo algunas personas respondieron a la presión y represión de su miedo para lograr un objetivo militar o para ayudar a sus compañeros. Esa valentía fue oficialmente recompensada, como se muestran en las diferentes medallas al valor que se exponen.
La Galería 7 está destinada a alberga exposiciones especiales. Cuando nosotros estuvimos se celebró el décimo aniversario del Royal Regiment of Scotland, por ello se inauguró en esta sala la exposición temporal titulada "Life Support: Stories from the Royal Regiment of Scotland" (Apoyos vitales: Historias del Real Regimiento de Escocia). Las piezas se exponen agrupadas según el soporte vital a las que vayan destinadas. En un expositor encontramos ejemplos de equipos científico: un detector de minas; un sistema de protección pélvica usado por un saldado en Afganistán durante 2014; un casco de combate utilizado por Christopher Currie en Afganistán en 2008, etc...
En otra vitrina vemos objetos relacionados con el apoyo médico y bienestar: unos guantes de camuflaje usados cuando trató las heridas de Craig Paterson en Afganistán por la mecánica de ingeniería Michelle Ping, una paramédico de la Real Reserva naval; el premio a la mejor reservista "Millie" otorgado a Michelle Ping por el periódico Sun en 2011; el certificado otorgado al escocés Craig Paterson por su distinguido servicio en Afganistán en 2011; un reloj Casio que llevaba el soldado Paul Lambert cuando pisó una mina en Afganistán en el año 2009, etc..
En cuanto al apoyo espiritual y pastoral vemos los siguientes objetos: la camisa de camuflaje que lució Padre Anderson en Afganistán durante 2009; una cruz conmemorativa hecha de cajas de latón, luciendo la insignia del Real Regimiento de Escocia; un set de comunión compuesta por una copa y una cruz utilizados por Padre Anderson en los servicios eclesiásticos en Afganistán; una Biblia camuflada y regalada por Padre Anderson al sargento Ian Houston en 2009, etc...
Por último, se exponen diferentes piezas relacionadas con el mantenimiento de la paz y apoyo humanitario: una boina de las Naciones Unidas usada por el capitán Martin Stanning en Chipre durante 2015; parte del uniforme oficial escocés de las Naciones Unidas, formado por una chaqueta y un pañuelo azul, utilizados por un soldado de la infantería escocesa que realizaba desfiles ceremoniales en Chipre en 2015; y finalmente, una medalla reconociendo el servicio en África Occidental.
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