Los historiadores no se ponen de acuerdo en cuanto a la fecha de datación del edificio, aunque por norma general se ubica en el reinado del rey Jaime IV, y se cree que el edificio se completó en los primeros años del siglo XVI. El Gran Salón, que mide 29 por 12,5 metros, fue el principal lugar de la asamblea estatal del castillo, y no existen evidencias de que el Parlamento de Escocia se haya reunido aquí, como algunas personas afirman.
El salón era, en definitiva, un lugar de reunión para la alta política y la diplomacia internacional, mostrando al rey como un hombre con poder y con buen gusto. Probablemente, recién terminada la sala, tuvo lugar entre estas paredes una reunión con Hugh O'donnell de Tyrconnel, un jefe irlandés para sellar juntos un acuerdo, mientras los escoceses se preparaban para la guerra contra Inglaterra. En 1561, María, reina de los escoceses, hizo aquí un gran banquete para celebrar su regreso desde Francia a Escocia.
El salón posee un magnífico techo de madera, uno de los más notables de Gran Bretaña y uno de los dos únicos que existen en Escocia con forma hammerbeam (techo típico de la arquitectura gótica inglesa). Las vigas descansan sobre ménsulas de piedra decoradas con símbolos, como la planta del cardo, símbolo de la nación escocesa. Esas ménsulas también se encuentran adornadas con detalles renacentistas, por lo que han sido comparadas con la obra de Blois, en Francia, alrededor del 1515, lo que hace pensar que en ese momento en Escocia las artes estaban relativamente avanzadas.
Tras la toma del castillo por parte de Oliver Cromwell en 1650, el Great Hall fue convertido en un cuartel para sus tropas, perdiendo todo su esplendor medieval. En 1737 el espacio se subdividió en tres pisos para alojar a 312 soldados. Tras finalizarse la construcción de New Barracks o Nuevo Cuartel en 1790, los soldados se mudaron hasta allí y este edificio se convirtió en un hospital militar hasta el año 1897. Posteriormente fue restaurado por el arquitecto Hippolyte Blanc con ideas contemporáneas de la arquitectura medieval. De aquella época es el aspecto que hoy presenta. El Gran Salón se utiliza ocasionalmente para ocasiones ceremoniales, tanto estatales como reales.
Como curiosidad, a la derecha de la chimenea, si nos fijamos en la parte de arriba hay una ventana con barrotes que es conocida como Laird's Lug o "Orejas del Rey". No es otra cosa que un lugar desde el que el rey podía espiar, sin ser detectado, a los cortesanos que estaban en ese momento en el Great Hall. En tiempos recientes esa ventana ha sido objeto de controversia: en 1985, cuando el por aquel entonces mandatario de la URSS Gorbachov planeaba una conferencia en esta sala, los servicios de inteligencia soviéticos insistieron en que la Laird's Lug se debía ser tapado para dicho evento.
Ahora, y desde la década de los años 80 del siglo XIX, sus paredes presentan una colección de armas y armaduras, fabricadas tras casi 400 años de guerra. La mayoría de las piezas presentadas corresponden con armas obsoletas del servicio militar británico, aunque otras son trofeos de guerras extranjeras. Por ejemplo, la mayoría de las armaduras fueron obtenidas durante el asedio inglés a Saint-Martin-de-Ré (Francia) en 1627. Los morteros de bronce son del mismo diseño que los utilizados por las fuerzas gubernamentales contra los Jacobitas en la batalla de Culloden en 1746.
Entre las armas se encuentran: espadas que pesan entre 2,5 y 3,5 kilos, por lo que el manejo de estas armas era necesario hacerlo con ambas manos; otro tipo de espadas, conocidas como Claymores, eran usadas junto con escudos de cuero u otras armas por los guerreros de la Highland; las Halberds, tipo de arma que combina cabeza de hachas, calvos y ganchos; los Bills que poseen ganchos afilados para producir cortes y hacer que el enemigo pierda el equilibrio, de hecho se dice que una de estas armas mató a Jaime IV.
También se exponen hachas de Lochaber, con ganchos grandes para conseguir desmontar a los jinetes de sus caballos; o el tipo Partisan, cuyos picos laterales logran esquivar los golpes de la espada, etc... En un expositor situado en un lateral de la sala se encuentra la llave del Castillo, acompaña de placas de metal en las que se reflejan sus propietarios a los largo de los años. En 1953, la reina Elizabeth II y el príncipe Philip llegaron al Castillo con esta llave para ser presentados oficialmente.
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