MÍCONOS (MYKONOS)

CIUDAD DE MYKONOS


Míconos ciudad es llamada por los lugares como Hora o Chora, denominación que reciben de manera general las ciudades que tienen los mismos nombres que las islas en las que se encuentran, y que normalmente son las capitales de las mismas. Vamos a comenzar el recorrido por la capital de Míconos desde sus famosos y característicos molinos de viento,y más concretamente desde kato Myloi o Molinos de Abajo.

Desde cualquier punto de la localidad es posible ver estos molinos, situados encima de una colina que domina la ciudad. Desde su explanada podemos tener una bellísima vista de la Pequeña Venecia y del barrio de Alefkandra. La mayor parte de los molinos se encuentran orientados hacia el norte, ya que es el punto cardinal desde donde vienen los vientos más fuertes de la zona la mayor parte del año.

Las características arquitectónicas que presenta entre ellos son similares: todos tienen una forma redondeada, son de color blanco, tienen pequeñas ventanas y poseen un techo en punta. Se tratan de molinos de viento muy comunes en todas las islas de las Cícladas.

En esta colina podemos contar 7, pero en Míconos había más molinos, en total unos 16. La mayoría de ellos fueron construidos por los venecianos en el siglo XVI, aunque se siguieron levantando estas construcciones para moler, principalmente el grano de trigo, hasta el siglo XX.

Se trataban, pues, de importes elementos que constituían la principal fuente de ingresos para los habitantes de la isla. Su uso fue disminuyendo progresivamente hasta que cesó su producción a mediados del siglo XX. Muchos de estos molinos se han acondicionado para servir como vivienda a los lugareños, incluso uno de ellos acoge en la actualidad un museo temático.

Bajando la colina de los molinos nos adentramos en el barrio de Alefkandra, llamada así por la palabra griega "levkánoun" que significa blanquear o lavar, ya que en esta zona era donde antaño las mujeres acudían a lavar la ropa. Esta zona también es conocida como la Pequeña Venecia.

Y es que la Pequeña Venecia es otra de las estampas típicas y más románticas que cualquier viajero relacionaría con Míconos, de hecho está entre los lugares más fotografiados de toda Europa. Está compuesta por un grupo de casas venecianas de dos pisos, pintadas de un blanco brillante, con los balcones y ventanas de madera de colores. La similitud con Venecia es evidente, el mar golpea suavemente los muros de estos edificios.

El primer edificio que se levantó en este barrio se produjo a mediados del siglo XVIII, posteriormente la hilera de casas se fue extendiendo hacia la zona periférica con el barrio de Kastro. Originalmente estas casas pertenecían a comerciantes o capitanes ricos, incluso, debido a las pequeñas puertas del sótano que tenían acceso directo al mar y que conducía a las zonas de almacenamiento subterráneas, han llevado a pensar de que algunos de esos propietarios eran secretamente piratas.

Varias de estas construcciones se han convertido hoy en día en bares, discotecas, cafeterías, galerías de arte y pequeñas tiendas. Esta zona atrae a muchos artistas que vienen a pintarla, además aquí se reúnen los turistas para ver como el sol se esconde, con la consiguiente fiesta de colores rojizos.

Cerca se encuentra una de las plazas principales de Míconos, llena de tabernas, la platía Aleykandras. Alrededor de ella podemos ver la única iglesia católica de la isla, Panagia Rodario que linda con la platía Frakoklisias. Se construyó en 1668, aunque renovada en 1677. Su altar contiene un importante icono en el que se representa a la Virgen María y al Niño Jesús que fue traído desde Venecia. En mayo de 1991 la iglesia fue seriamente dañada por un incendio. El icono y el edificio fueron reparados y reformados y la iglesia pudo abrir de nuevo sus puertas en octubre de 1997.

Junto a ella encontramos la Catedral ortodoxa de la ciudad (también conocida como Zoodochos Pigis, Megali Panagia o Mitropoli) dedicada a Santa María la Mayor, de hecho con ese nombre la conocen los lugareños. Su principal característica es que en su interior se conservan numerosos iconos antiguos datados en la época post-bizantina.

Y precisamente de esa época son varias las iglesia y capillas que cuenta Hora como por ejemplo la de Panachra, la de Agia Kyriaki, Agia Eleni o Agios Nikolaos situado en el puerto, entre otras. Cuentan con una arquitectura característica, bonitos iconos y elaborados trabajos artesanos de madera. Hay más de 70 iglesias en la ciudad, la mayoría de las cuales han sido declaradas por el Ministerio de Cultura de Grecia como monumentos históricos.

En una de las terrazas de la Pequeña Venecia vive el ya mítico pelícano Petrus. El Petrus original fue todo un símbolo durante 29 años. Apareció en la isla en 1954 renunciando misteriosamente a sus hábitos migratorios y estableciéndose en ella. Era muy fácil toparse con él en cualquier calle o plaza de la ciudad, puesto que circulaba libremente. Existe una leyenda que cuenta que un pescador de Míconos encontró el pelícano herido. Decidió acogerlo y cuidarlo hasta que éste se sanó y tuvo las suficientes fuerzas como para volar.

Entonces el pescador decidió ponerlo en libertad pero sorprendentemente el animal no quiso irse de aquí, convirtiendo Míconos en su casa. El tiempo pasaba y el ave se fue haciendo poco a poco una celebridad muy querida. Era tan querido que en 1986 su muerte provocó tanta conmoción que la totalidad de los habitantes de Míconos vistió de luto. Jackie Kennedy-Onassis donó un nuevo pelícano al pueblo, continuando así con la saga de estas aves como mascotas de la isla.

El Petros I se encuentra en la actualidad disecado en el Museo Folklórico o Etnográfico. El que vemos actualmente, Petros II, también pasea libremente por muchos callejones de la urbe, pero especialmente por la zona de Alevkandra, por la parte de las terrazas de la Pequeña Venecia. El pelícano es toda una atracción para los niños y no tan niños y sorprende verlo tan de cerca.

El centro urbano está compuesto por casas con arquitectura y distribución típicas de las Cícladas. Las casas poseen forma cúbica con dos o tres plantas, techo plano, balcones, puertas y ventanas de madera pintadas de colores (especialmente el azul) de las que normalmente cuelgan plantas. Las blancas casas se pintan, por norma general, dos veces al años. La disposición de las viviendas crea calles estrechas que forman un bonito laberinto en el que perderse es todo un placer.

El pavimento de estas vías se compone de grandes losas de piedra, cuyas separaciones se pintan también de color blanco, dando un aspecto fresco, mediterráneo y mágico a cada calle. La norma es que cada vecino mantenga y pinte la parcela que rodea su vivienda o local comercial.

En definitiva las calles poseen la forma de una colmena, flaqueadas por iglesias y capillas de diferentes épocas, muchas de las cuales son de tiempos bizantinos y que son, en su mayoría, exvotos de los marineros o de sus familiares que los edificaban para cumplir una promesa al santo a quien se le habían pedido algún deseo.

Es muy curioso, sobre todo si paseas por sus calles por la mañana, ver los diferentes vehículos que utilizan los lugareños para realizar el reparto de productos para los diferentes establecimientos comerciales. Debido a la estrechez se utilizan unos motocarros y en muchos casos debes esperar en el descansillo de alguna puerta para que puedan pasar. El resto del día queda prohibido el trafico rodado.

El recorrido por las calles de noche es más que aconsejable, puesto que de repente todo se vuelve más íntimo y paradójicamente, en algunos tramos, lleno a rebosar de personas. Por otro lado, al sureste de la ciudad podemos ver el Theatraki o Teatro de Verano, como su nombre indica es un espacio al aire libre donde tiene lugar diferentes eventos de cualquier índole.

En la zona interna de la ciudad se encuentra el Museo Náutico instalado en un edificio del siglo XIX. Fue fundado en 1983 por Drakopoulos e inaugurado en el año 1985 con el objetivo de preservar y promover el estudio de la historia marítima griega y su evolución, especialmente en el mar Egeo. En su interior se expone, además de piezas originales, réplicas de barcos, colecciones de monedas datadas desde el siglo V a.C. hasta el siglo IV y varios instrumentos de navegación.

En el jardín del museo se pueden ver reproducciones de antiguas lápidas de mármol de las islas de Míconos y Delos, dedicados a los naufragios y a los marineros que se perdieron para siempre en ellos. Al lado del museo se encuentra la casa de Lena, llamada así por su propietaria, Lena Skrivanou. En esencia en su interior se puede ver cómo era una vivienda de la clase media de finales del siglo XIX, contando con muebles originales. Algo más allá se encuentra la plaza Tria Pigadia (Tres Fuentes) que abastecían de agua a la ciudad. Rodeando la plaza vemos dos iglesias más.

En el barrio de Kastro destacamos la visita a la iglesia más importante de toda la isla, Panagia Paraportiani. Más adelante nos topamos con el museo de Folklore donde aprender más sobre tradiciones y costumbres de los habitantes de Míconos. Enseguida llegamos a la zona del puerto antiguo: aquí destaca, en un extremo del muelle, la pequeña iglesia de Agiou Nikolaou tis Kadenas. Hay que señalar que el barco a Delos se toma desde el muelle a la izquierda de la plaza Karaoli kai Dimitriou.

La iglesia se construyó en 1772 por orden del cónsul ruso Ioannis Voinovitch, sobre un islote. En 1912 fue restaurada, momento en que adquirió la forma que vemos en la actualidad con su característica cúpula azul. Tuvimos la suerte de ver una procesión en la se exhibía la imagen de los apóstoles y la de San Nicolás, patrón de los marineros.

La iglesia estaba unida por un puente con la antigua cancillería, el actual edificio del Ayuntamiento, el cual fue construido entre los años 1770 y 1774 también por iniciativa de dicho cónsul ruso, Ioannis Voinovitch, para servir como su residencia durante la guerra rusa-turca. Su mayor característica es el techo a dos aguas de ladrillo rojo, toda una rareza en la isla. En su interior conserva dos bibliotecas con ricas colecciones de libros y manuscritos.

Estamos en pleno barrio del Puerto Viejo, el corazón de la ciudad, el centro de la vida social de los lugareños, donde además, podemos encontrar multitud de locales comerciales, como restaurantes, pastelerías, tabernas, cafeterías, bares, tiendas de suvenires, etc... Aquí vemos alineadas las barcas tradicionales de los pescadores isleños.

En esta zona, además de dos pequeñas playas, se extiende el paseo marítimo llamado Gialós. Las calles que nacen desde el puerto y que se adentran en la ciudad contienen, además de esa belleza típica, varios elementos que las hacen interesante. Por ejemplo podemos encontrar otros ejemplos de arquitectura religiosa, como la de Agiou Vlassiou o la de Agias Kyriakis de principios del siglo XVIII.

En la misma platía Agias Kyriakis, se encuentra la Biblioteca Municipal, acogida en una mansión del siglo XVIII. Su interior cuenta con más de ocho mil volúmenes, sellos antiguos, monedas de las Cícladas, una amplia colección de fotografías de los siglos XVIII y XIX y bocetos y libros de la biblioteca personal del artista estadounidense John Ratekin.

Algo más allá se encuentra la plaza Manto, nombre de la heroína que gastó toda su fortuna para luchar contra los turcos y a favor de la independencia de Grecia de 1821. Manto Mavrogenous nació en Trieste en el seno de una familia acomodada. En el centro de la plaza se encuentra el busto de esta mujer, con el que los habitantes de la isla le rinden homenaje. El Puerto Viejo finaliza en un extremo donde se sitúan la estación de autobuses y el Museo Arqueológico.

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