Tras haber adquirido los tickets y atravesar la entrada principal, el primer lugar que vemos en nuestro recorrido por este palacio minoico es la Terraza Superior, la primera de las tres que veremos en esta ala occidental del complejo y, probablemente, fue la entrada principal del Palacio Viejo (alrededor del año 2000 a. C.) y del Nuevo. Esta plaza se encuentra atravesada de norte a sur por una “Calzada Procesional” elevada que probablemente sirvió para procesiones sagradas y otros rituales, en cuyo este se encuentran unas tumbas paleocristianas (330 – 600 d.C.). En el lado oeste de la terraza se sitúan diecisiete huecos circulares que en su momento albergaron columnas de madera que probablemente formaban una columnata cubierta.
Por su parte, en su lado sur se encuentra un muro de contención que la separa del patio oeste situado en un nivel inferior, de hecho, desde aquí se podían contemplar los acontecimientos que tenían lugar en aquel. En esa cara también vemos los restos de unos edificios que se construyeron mucho más tarde, concretamente en época helenística (323-67 a. C.), cuando los palacios ya habían sido destruidos. El más importante contiene una sala con dos columnas, una sala central con chimenea y bancos de piedra alrededor de las paredes. Probablemente se trató de un edificio público, quizás un pritaneo, utilizado para reuniones sobre temas relacionados con la ciudad de Festos.
Nos dirigimos ahora hacia el este, dejando la Terraza Superior a nuestra espalda, para llegar al ala norte del palacio, a los llamados “Apartamentos Reales”, término establecido por los excavadores quienes siguieron la terminología aplicada por Evans a áreas similares en Knossos. Son sin duda residencias oficiales con características arquitectónicas particulares que iremos viendo. El primero de ellos, y el más grande, se ha identificado como el Megaron del rey, está compuesto por un gran salón central con polythyra en los lados norte y este, es decir, elementos arquitectónicos compuestos por piezas en las que uno o varios muros son sustituidos por puertas dobles y reconocibles por las bases de las pilastras que tienen una forma de una T doble o simple. Las polythyra dividía el área en estancias más pequeñas.
Todo el apartamento estaba decorado con coloridas pinturas murales que representaban motivos lineales y vegetales. El polythyron oriental comunicaba con una segunda estancia con dos columnas, la cual se abre hacia el este a un gran patio de luces. Esta sala cuenta con un suelo de losas de alabastro con revoques de color rojo en las juntas que le da a la habitación un aire especialmente lujoso.
El lado norte de estas dos salas da a una espaciosa columnata, cuyos pilares se encontraban muy separados, desde la cual se obtenía una panorámica de la montaña Psiloritis, la más alta de Creta que se eleva en su centro, y la cueva sagrada de Kamares. Finalmente, en la parte trasera del polythyron discurre un largo pasillo que conduce hasta la llamada Cuenca o Piscina Lustral, lugar considerado sagrado y donde se cree que fue utilizada para limpiezas rituales, no necesariamente con agua, y es que la limpieza aquí tiene un significado metafórico. Existen más restos de cuencas lustrales en otras partes del palacio, pero ninguna se encuentra tan completa como la que aquí vemos.
Junto al Megaron del Rey se encuentra el Megaron de la Reina, el más meridional de los Apartamentos Reales que consta de un espacioso vestíbulo de doble columnata que da a un patio de luces. El suelo está pavimentado con losas de alabastro, cuyas juntas están pintadas de rojo, las paredes se encuentran rodeadas de bancos, en los que también se utilizó ampliamente el yeso, al igual que para el revestimiento de la parte inferior de los muros, mientras que la zona superior de los muros estaba decorada con frescos con motivos vegetales.
En el Megarón de la Reina fue donde se hallaron dos rhyta (vasos de liberación), uno está decorado con el símbolo de culto de la doble hacha y el nudo sacro, y el otro sigue un patrón ornamental geométrico. Las dos escaleras que vemos hacia el oeste y el norte conducían al piso superior del Megarón y al patio del peristilo (que veremos después), donde se encontraba una de las entradas principales a los "Apartamentos Reales".
Este ala norte lo completa un patio interior (con los restos de un pozo) que conectaba los Apartamentos Reales con un amplio corredor que posee un conducto de drenaje que llevaba hasta la espléndida puerta exterior del complejo real que daba al lado norte del Patio Central. Originalmente la puerta estaba enmarcada por dos medias columnas de madera, a cuyos ambos lados se distribuían dos nichos decorados con pinturas murales en los que probablemente se encontraban los guardias que custodiaban y protegían el acceso a la residencia real.
Desembocamos así en la Terraza Central, pero antes de dedicarnos a ella, entramos por uno de los pasillos laterales que conducen a los restos del patio abierto del peristilo, que constituyeron uno de los espacios interiores más elegantes del Palacio Nuevo. Constaba de cuatro columnas a cada lado que al parecer sustentaban un piso superior con una segunda fila de columnas, mientras que la zona central permanecía abierta. Ese patio constituía el punto central del palacio, a partir del cual se abrían los accesos que conducían desde aquí a los Apartamentos Reales, los propileos y a la terraza central. Las ruinas visibles que vemos hoy corresponden con las del nivel inferior del centro del peristilo que pertenecieron a la época del asentamiento prepalacial (3200-1900 a. C.).
Ahora sí, volvemos al gran Patio central que con sus 55 metros de largo por 25 de ancho era el centro de la actividad económica, social y religiosa del palacio, en definitiva y de manera general, era el elemento arquitectónico básico de los palacios minoicos y el núcleo alrededor del cual se disponían las diferentes alas, además de ser el espacio donde tenían lugar diferentes acontecimientos. Esta terraza central fue construida en época del Palacio Viejo (1900-1700 a.C.), aunque también fue utilizado durante el periodo del Palacio Nuevo, cuando sufrió pequeñas modificaciones, en cuanto a su orientación y dimensiones.
Posee forma rectangular, se encuentra pavimentada y tenía columnatas a lo largo de ambos lados longitudinales, alternando pilares y columnas que a su vez sostenían otras columnatas superiores. En la columnata este del patio algunos bancos de piedra junto a un aljibe de agua pueden haber sido un espacio de descanso y recreo, mientras que en la esquina noroeste se puede apreciar una estructura escalonada de piedra que pudo haber sido un altar para las ceremonias. En el lado oeste de la plaza podemos ver los restos de dos salas contiguas rectangulares con bancos y que se encuentran abiertas hacia el gran Patio Central, lo que hace suponer que pudieron ser una especie de salas de estar para los espectadores que observaban los acontecimientos que tenían lugar en la plaza.
Es en esta cara del Patio Central donde hoy podemos acceder para ver los llamados almacenes del oeste, situados ya en el ala oeste del palacio. Consta de una antecámara, un pasillo y los propios almacenes: la antecámara, de un tamaño amplio, se abre a la plaza central a través de una puerta con una columna central y dos pilares, mientras que otras dos sostenían el techo de la estancia. Bajo el suelo de esta habitación se descubrió la Sala de Archivos del Palacio Viejo (1900 – 1700 a.C.) que contenía más de seis mil sellos de arcilla, es decir bolas de ese material con una imagen impresa, para señalar y controlar así el movimiento de las mercancías en los almacenes.
Una doble puerta con una columna central en el lado oeste de la antecámara conducía al corredor de los polvorines, con un segundo pilar central que sostenía el techo del corredor. A derecha e izquierda se encontraban los once almacenes, en los que se guardaban los bienes producidos en el palacio. El almacén más occidental, en el lado norte del corredor y que ha sido techado por los excavadores, contiene grandes pithoi (tinajas de almacenamiento), uno de los cuales lleva una inscripción en escritura Lineal A.
Nos dirigimos ya al complejo del ala este del palacio, empezando por un lujoso complejo de edificios situados junto a la Terraza Central. Se trata de una versión en miniatura de los “Apartamentos Reales”, por lo que se ha interpretado como la residencia de un joven consorte, por tanto, se le ha llamado “Residencia del Príncipe”. Está compuesta por una habitación con polythyra (los muros son sustituidos por puertas dobles) y una columnata con forma de L abierta a la vista hacia el este.
Al sur de la sala con polythyron se sitúa un patio de luz que conduce a una antecámara con una pequeña cuenca lustral, en la cual se encontraron valiosos objetos como vasos de libación (rhyta), cuernos de consagración y un jarrón decorado con motivo floral. Estos objetos han hecho pensar que estas áreas estaban conectadas con los rituales de libación, incluso aquí se encontró un ritón ceremonial con la forma de la cabeza de un hombre barbudo y fechado en el período pospalacial, lo que demuestra que la zona todavía se consideraba sagrada después de la destrucción del Palacio.
Un poco más arriba se encuentra el Patio Este y un complejo de pequeñas habitaciones que se cree que fueron los talleres del Palacio Nuevo (1700-1450 a. C.). Más o menos en el centro del patio se encuentran las ruinas de un horno con forma de herradura que se utilizaba para fundir metales, mientras que el edificio rectangular alargado con seis habitaciones en el lado oeste de esta plaza pudo haber sido utilizado como talleres por los artesanos del horno. Hay que tener en cuenta que la civilización minoica floreció en la Edad del Bronce, por lo que no sorprende encontrar evidencia de metalurgia avanzada.
El complejo de salas del extremo norte de esta ala no perteneció al Palacio Viejo, sin embargo, está directamente contiguo a éste. En el edificio más occidental hay una sala rectangular alargada con tabiques de losas de arcilla verticales, a modo de “cistas” similares a los que existen en los palacios de Knossos y Zakros que se utilizaron para almacenar valiosos vasos rituales, aunque aquí no se halló nada. Al lado, en una estrecha habitación rectangular hacia el sureste, se encontró una tablilla de arcilla con la inscripción Lineal A y el famoso "Disco de Festos" con escritura jeroglífica, cuyo significado aun hoy se desconoce y que se expone en la actualidad en el museo Arqueológico de Iraklion. Es por ello que este edificio recibió el nombre de Palacio "Archivo".
Inmediatamente al lado, hacia el este, se sitúa lo que se cree que pudo ser un santuario o la residencia del archivero. Por último, en el lado norte del patio la sala cuadrada con losas de alabastro en el suelo y bancos alrededor de las paredes era la puerta de entrada noreste del Palacio. Detrás hay un largo pasillo que conducía al patio interior del ala norte y de allí se accedía a los "Apartamentos Reales".
Ponemos ya rumbo al ala oeste del palacio y tras atravesar el Patio Central nos topamos con los restos de los almacenes del Palacio Viejo (1900-1700 a. C.) que ocupaban gran parte de esta ala, inmediatamente al este del patio oeste (incluyendo uno debajo del suelo del patio de luces de los Propileos, que veremos después), extendiéndose hasta la terraza inferior. La mayoría de estos almacenes aparecieron llenos, algunos de los cuales contienen grandes pithoi (frascos de almacenamiento) decorados con motivos en relieves con forma de discos y cuerdas. Justo al este también se encontró bastante bien conservada la instalación de un molino para moler el grano.
Desde aquí podemos ver la zona sur del palacio, cuyo acceso el día de nuestra visita no estaba permitido. Casi toda esta zona sur estaba ocupada por los santuarios del Palacio Nuevo, los cuales principales presentan dos tipos arquitectónicos: los de banco y los de cuenta lustral. El primero consta de pequeñas habitaciones rectangulares con bancos bajos a lo largo de las paredes, probablemente en ellos se colocaron objetos de culto y figuras de las deidades, de hecho, en algunos casos se hallaron figurillas femeninas, vasijas rituales y pequeños altares. Su carácter sacro es evidente en las paredes de algunas habitaciones, en las que se han conservado grabados de símbolos sagrados, como el hacha doble y la estrella.
También en esta parte sur se encuentran más restos pertenecientes al complejo del Palacio Viejo, protegido por un techo moderno, y, sobre una terraza artificial en la ladera, los restos del templo de Rea. Se trata de un edificio de una época posterior, concretamente del período helenístico, constituyendo una evolución del culto a la Diosa Madre minoica. En esa misma zona se pueden ver los cimientos de una estructura abovedada, que data incluso de antes que el primer palacio, de hecho, según los arqueólogos puede tratarse de un horno neolítico o de una vivienda neolítica. Finalmente, más abajo del Templo de Rea se encuentran las ruinas de edificios que datan del Período Geométrico (siglos X-VII a.C.).
Llegamos ya al pavimentado Patio Oeste que data de la época del Palacio Viejo (1900 – 1700 a.C.), y que jugó un importante papel en la vida de sus habitantes al desempeñar también la función de teatro. Esta plaza se encuentra delimitada al norte por un muro que sostiene la terraza o Patio Superior (con el que está conectado mediante una majestuosa escalera) que vimos al principio de esta visita. Al pie del muro podemos ver ocho escalones anchos que formaban los asientos de la zona teatral, desde los cuales los espectadores veían los eventos y festivales religiosos que tenían lugar en la propia plaza.
Durante la época del Palacio Nuevo, el Patio Oeste fue ampliado y elevado a un nivel superior, pasando de 4 a 8 escalones, que son los que vemos actualmente. Tras la modificación del área teatral, la gran escalinata del palacio, situada en un lateral, debió utilizarse como zona adicional para los espectadores que asistían a los eventos y ceremonias que se celebraban en esta plaza. De igual manera, este patio se encuentra atravesado por una “Calzada Procesional” elevada (similar a la que vimos al principio en la Terraza Superior) y que sube las escaleras del área teatral.
El Patio Oeste estaba coronado, además, por la que fue la fachada oeste tanto del Palacio Antiguo (cuyos restos son los que se encuentran en la parte inferior) como del Nuevo, y desde donde se abrían las entradas oficiales del complejo palaciego. Fue construido siguiendo las reglas de la arquitectura minoica: la parte inferior se hizo con ortostato, es decir, enormes bloques de piedra caliza. La entrada primigenia se encontraba concretamente en un hueco situada en la esquina sureste del patio, constando de un monumental pórtico, en cuyo centro se elevaba una gran columna, desde la cual empezaba a discurrir un corredor pavimentado con losas de alabastro que conducía al Patio Central. Aquella antigua entrada está ahora interrumpida por las construcciones posteriores de los edificios del Palacio Nuevo.
Fue entonces cuando se levantó unos siete metros más arriba la fachada del Palacio Nuevo (1700-1450 a. C.) que fue construida con grandes sillares y presentando además profundas hendiduras y salientes. Hay dos entradas que conducen al interior del palacio: la principal está al norte y consta de una escalera monumental que conduce a los Propileos, mientras que la otra está profundamente retranqueada, dicurriendo a través de un amplio pasillo al Patio Central, cruzando el ala oeste del Palacio.
Aquella entrada principal que contenían los Propileos era la más impresionante del Palacio Nuevo (1700-1450 a. C.): constaba de un pórtico de una columna central (hoy sólo se conserva la base) flanqueada por pilastras. A continuación, se alzaba un muro macizo con una doble abertura y una columnata de tres pilares. Los suelos del complejo de los Propileos estaban pavimentados con losas de alabastro que le daban un aspecto suntuoso.
La columnata se abre a un gran patio por donde discurría el agua de lluvia. Desde los Propileos existían dos accesos a diferentes zonas del Palacio: el primero, en el vestíbulo con la columnata, conducía a través de una escalera y pasillos al Peristilo y de allí a los "Apartamentos Reales", mientras que el segundo, situado en la esquina sureste del patio, conducía a una escalera interior que desembocaba en la antecámara de los almacenes y el Patio Central del Palacio.
Bajando la escalera y de nuevo en el Patio Oeste y frente a la fachada del Palacio Viejo (1900-1700 a.C.) se sitúa un complejo de estancias que formaron el llamado Santuario Tripartito. Su nombre viene de su disposición, ya que es la típica de los santuarios minoicos, siendo la sala central la más grande. En la estancia norte vemos un banco con un molino para moler el grano y una depresión para recoger la harina para cocer el "pan santo" utilizado después como ofrenda. La sala del medio también tiene bancos, un pequeño lavabo rectangular y un conducto de drenaje, quizás para uso ritual.
Los objetos de culto encontrados en las estancias (como mesas de ofrendas, una concha de tritón, vasijas rituales de piedra, etc.) demuestran que la zona era un santuario. Inmediatamente al este había dos salas, de las cuales sólo se conserva la situada al oeste que, aunque más antiguas, estaban conectadas directamente con el santuario. Un pequeño espacio al aire libre al norte del santuario Tripartito, que se encontró lleno de cenizas y huesos, se utilizó como altar de sacrificios.
El extremo sur del Patio Oeste está ocupado por cuatro grandes estructuras de piedra conocidas como "Kouloures", pertenecientes al complejo del Antiguo Palacio. Los trabajadores de la excavación de Evans les dieron su nombre cuando fueron descubiertos por primera vez en Knossos, y posteriormente también se descubrieron fosas similares en el palacio de Malia, cuyo uso exacto se desconoce, aunque actualmente se cree que eran graneros o depósitos de ofrendas de los santuarios del Palacio. Frente a los "Kouloures" de Festos pasa la Calzada Profesional, aunque uno de ellos está atravesado por un camino adoquinado construido en años posteriores. Finalmente, el pozo situado próximo a aquellos pertenece al período helenístico (323-67 a.C.).
Tras finalizar el recorrido por el palacio minoico de Festos y tras haber abandonado el recinto, a pocos metros del aparcamiento del yacimiento arqueológico se encuentra la iglesia Aghios Georgios Phalandras, la cual perteneció al monasterio masculino ortodoxo del mismo nombre, que data de principios del período veneciano (siglo XVI), y que funcionó hasta su disolución en 1821. Se piensa que el topónimo Phalandra o Phlandra es una corrupción de la palabra "Filanda" (fábrica textil), haciendo referencia al hecho de que los monjes criaban gusanos de seda. La iglesia presenta una planta abovedada con sencillas aberturas que originalmente fue planeada como una estructura de dos naves: la norte, más corta y dedicada a la Virgen, nunca se completó, mientras que el campanario se convirtió en una torre de dos plantas, es por ello que los dos arcos desiguales que conectaban las dos naves fueron tapiados casi inmediatamente. Se han descubierto tumbas de figuras eminentes del período veneciano tanto dentro como fuera del monumento.
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